Presidio sotto il carcere di Rebibbia (Roma)

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¡A destruir la cárcel!
31 de diciembre de 2013

Desde las 11 hasta el anochecer, concentración para saludar a las presas con música y micrófono abierto en el prado al final de de Via Bartolo Longo, frente al módulo de mujeres de la carcel de Rebibbia.

La cárcel nos jode tanto
que ninguno ni ninguna debería siquiera entrar.
Entre barrotes, muros, llaves y sucixs guardias
hay algunxs que no duermen y piensan
que algo tienen que hacer…
Es la vida toda entera, el tiempo, el cielo,
la libertad, el sol que está fuera…
que pasaría de saltar estas puertas
y dejarlo todo y correr fuera…
pero fuera es como dentro, ¡estate atento!
Que con el trabajo y el dinero es una jaula quizá peor.
Te roban la vida y también el tiempo
y cada tarde caes porque estas cansado…
Y justo cuando te despiertas por la mañana
No, no era un sueño…
¡sino es esta sociedad que arruina!.

También este año ante los muros de la cárcel, una de las tantas que queremos destruir. Mil voces se mezclan entre las miles de cartas que se confunden en la mesa de la política institucional: consensos a obtener, sembrando ilusiones para hacerse publicidad a diestra y siniestra. Se extienden porquerías cuyo colore no hace falta saber, totalmente calentado en la marmita democrática en la que nadan políticos de todo género. Agarrándose a los botes de la desesperación para mantener a flote sus asquerosos intereses de poder. Ondean entre ventiladas amnistías y resacas de indultos a según qué amigos de partido que necesitan salvación. Especulando con el pellejo y sobre la buena fe de lxs que viven la cárcel como explotadxs y no como explotadores. Muchos hablan hoy de la cárcel: partidos, comunistas, fascistas, ecumenistas… asociados con empresas de construcción, mantenimiento y suministros varios, preparados para modificar su imagen al servicio del dominio y del capital, por si la cárcel se definiera de forma diferente, por ejemplo como casa, familia, comunidad de recuperacion, hospital psiquiátrico, centro de identificación y expulsión (CIE).

Nosotrxs  que rechazamos la cárcel en todas sus formas, cada día con nuestras prácticas, la sentimos como amenaza permanente al existir. No estaremos allí como propagandistas proponiendo negociaciones de poder. El poder es razón de la coerción, además de levantar los muros que querríamos ver destruidos. No tenemos promesas que hacer, solo intentos de compartir con quien lucha contra toda sociedad que, fuera y dentro, nos quiere educadxs, esclavxs y sometidxs.

VIVA LA LIBERTAD
VIVA LA ANARQUÍA

Anarquistas