“El Duende del Maquis – Jesús Martínez Maluenda”

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Sobre Jesús Martínez Maluenda, Antonio Téllez en su libro sobre Sabaté escribe esto: “Llegó el día “D”. Facerías, Jesús Martínez Maluenda (que era maño) y Josep, valenciá, se apoderaron de un taxi. Lo aparcaron ante un taller pequeño de bicicletas que si no recordamos mal se llamaba Poblet. La espera va a ser interminable. Ese día, excepcionalmente, Quintela (Comisario de la BPS) no pasó por allí a la hora prevista. Dos días después hicieron otro intento. Alquilaron una camioneta con chofer en el paseo de Sant Joan. Mientras se llevaba a cabo la operación el chofer y dos compañeros se fueron a dar una vuelta. Cuando Facerías, Francesc Ballester y Jesús Martínez Maluenda fueron a una gasolinera para llenar el depósito del vehículo van a comprobar que todos los surtidores estaban cerrados. Esto pasaba de vez en cuando como consecuencia de la escasez de gasolina que había en España. Otra oportunidad que se fue al traste”.

El “Maño” o “Duende” acompañó en numerosas ocasiones a Ramon Vila Capdevila “Caracremada” en sus incursiones desde Francia. Un capítulo entero sobre este personaje lo encontramos también en el libro de Ferran Sánchez Agustí “El maquis anarquista”… este es un fragmento: “Jesús Martínez Maluenda «Maño» (Calatayud, 1914) en su infancia, por su carácter piel de Barrabás, «recibió» más que aprendió en la escuela municipal, en casa de un maestro, manco, y en los Maristas de la plaza santa María, pero se habituó a leer cuantos diarios y libros caían en sus manos aconsejado por su padre, un modesto tratante de ganado, analfabeto, fallecido en 1932 de cáncer de estómago que había emigrado a Barcelona con su familia para trabajar de barrendero en la exposición Internacional. Jesús, vecino de la calle Creu coberta, 118, pronto se integró en el ateneo Libertario de Sants. era el responsable de cobrar cuotas. Organizaban excursiones a les Planes, Roses… estuvo un mes en la Modelo por la insurrección de 1933 y otro en 1936 con varios compañeros a raíz de una huelga de transportes, por culpa de un delator del barrio, objeto del correspondiente sanmartín cuando estalló el alzamiento (…).

Sobre la etapa de guía y guerrillero: “Para silenciar a los perros de las masías, donde no acostumbraba a entrar ni dormir nunca, llevaba azucarillos y galletas. En brechas rocosas, tapado con piedras, ocultaba además de alguna cacharra (arma), latas de conserva, sacarina, café y envasados de salchichas y tocino cocidos por un carnicero amigo suyo de Toulouse. Y queso, comía mucho queso en sus largas caminatas, porque su valor energético es similar al del pan pero ocupa mucho menos espacio en la mochila. tenía depósitos de estas características en Gaià, Montgat, Santa Maria de Merlés, en un cerro de Matadepera en la carretera que va de Terrassa a Mura y en una barraca abandonada de un huerto próximo a les Planes, estación del ferrocarril Barcelona-Sarrià enlazado con  ferrocarriles de Cataluña Sarrià-Terrassa-Sabadell.  En un punto montañoso situado entre estas dos últimas ciudades guardaba dos cajas de aluminio con ropa de paisano”.

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Libro escrito por Jaume Serra Fontelles

Fuente original: De Huídos y Maquis
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