Palabras del compa Henry Zegarrundo a tres años del golpe represivo en Bolivia

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Luego de tres años con días largos y oscuros, otros intensos y reconfortantes en diferentes momentos, en la prisión, en el arresto domiciliario, esa reconfortancia es el nacimiento de nuevas experiencias que ayudan a emerger, a no ahogarse en el vómito del Poder, experiencias que ayudan a que las salpicaduras de la democracia no me conviertan en un obediente más.

 

Pasado el medio día del 29 de mayo de 2012, caminando por la calle me interceptan para “hacerme unas preguntas”, alfiles de civil de un tablero de ajedrez en el que nunca dejarán de ser los defensores del sistema establecido al cual pregonan y rinden servidumbre, en nombre de la opresión y el deber, guardianes de la democracia burguesa con el alma y la mente apresada por la obediencia, la inmutabilidad, la represión, al final solo serán instrumentos de dominación para perpetuar la esclavitud en sus míseras almas. Estoy seguro que hay peores que estos, algunxs dicen confrontar el Poder, pero cuando están en manos de este, se convierten en sus tontos útiles, otrxs hacen el papel de infiltradxs, otrxs iniciaron una cacería de brujxs, tratando de encontrar “responsables” de lo acontecido, persiguieron, vigilaron domicilios de familiares y cercanxs de compañerxs, el golpe represivo no solo vino de parte del Poder, también vino de parte de todxs estxs infames que se convirtieron en policías ad honórem. Ahora todxs estxs se encuentran al otro lado de la barricada. Luego de la intercepción tratan de “hacerme hablar”, no me presto para ello, sé que no existe posibilidad alguna de proclamarse en contra del Poder y al mismo tiempo ser unx de sus lacayxs.

 

La lucha sigue en el encierro, la 9a marcha por el TIPNIS llega a La Paz en el mes de julio de 2012, una pelea que se ha confrontado contra las muchas estrategias del Estado/Capital por imponer su mentalidad extractivista, la represión continúa, pero no se retrocede. La vida cotidiana muta a una batalla por la sobrevivencia de los anhelos más intensos por la destrucción de lo repudiable que se llama autoridad, cada acto de desobediencia, cada momento en el que se reponen las fuerzas para seguir, cada acto solidario es el hálito que me conecta con la ofensiva mientras la guerra social continúa.

 

Me trasladaron de la cárcel social a esa otra, más pequeña, más vigilada, mas impositiva, igual de autoritaria, pero al final ambas cárceles existen, si dejamos que esa existencia se perpetúe nosotrxs mismxs nos estamos poniendo los grilletes. Quienes estamos en cualquiera de ellas podemos optar por someternos o por rebelarnos.

 

En el encierro tienes muy pocas armas para continuar el camino, pero esas pocas deben ser bien utilizadas, motines, huelgas de hambre, comunicados, escritos, la negación a colaborar, cualquier aporte siempre será una demostración de insumisión, de coraje, de ganas de no caer en la normalidad enajenante de la sociedad. En momentos tan complicados, cuando estamos atrapados al igual que cualquier otro animal capturado por el hombre civilizado, solo queda elegir entre el ser unx infame o unx anarquista, la convicción es un respiro de aire puro, la derrota es el sometimiento que obliga a resignarse a la polución, prefiero elegir la primera, no existen puntos intermedios, la grisácea incertidumbre siempre llevará a actuar de manera convenenciera y nada revolucionaria.

 

Momentos que fueron interminables, horas que se detenían y se ponían contrarias al deseo de que el tiempo transcurra fugazmente, cambia la jaula, salgo al arresto domiciliario, el castigo tiene diferentes matices, te hacen creer que el sistema jurídico es justo y benévolo, pero solo es su juego, al final sigo de rehén, las cárceles siguen existiendo, el Capital sigue arrasando. Esa justicia histriónica protectora de la clase explotadora y acomodada sigue su lenta dirección sin rumbo, pero con el objetivo claro de castigar a quien no se somete, nauseabundos argumentos le sirven de sostén, esto está fuera de mi mundo.

 

Todo Estado es terrorista, porque utiliza la represión para mantener su estado de derecho, sus leyes, sus normas, su educación, sus religiones, para advertir que es omnipotente, nos considera elx enemigx públicx, porque lo normal es que lxs ciudadanxs obedezcan cabizbajxs y fieles a sus normativas, el terror infundido por el Poder está difuminado en el pellejo de las personas. El enemigo nuestro no es elx ciudanx cotidianx, pese a ser obediente y servil, el enemigo es quien intenta arrebatarnos la libertad de existir sin su presencia. Debajo de todos los escombros causados por la represión es inevitable que sofoquen el fuego de los rebrotes que silenciosamente germinan, es inevitable que terminen con la lucha por la libertad absoluta, es inevitable que nos absuelvan de nuestra identidad ácrata.

 

Por la destrucción de las jaulas de humanos y animales

 

Henry Z.A.

 

Pd. Saludos indomables a todxs quienes se mantienen en guerra contra la autoridad y el Poder desde fuera y dentro del presidio, desde la digna clandestinidad. Un abrazo fuerte para ti compañera en fuga, estés donde estés espero te abracen estas palabras.

 

Nota de Contra Info: Texto extraido del primer número de la publicación Despertando la Memoria.