Maria Soledad Rosas y Edoardo Massari

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Maria Soledad Rosas: 10 años sin tí

Hasta el último respiro. Hace diez años murieron Baleno y Sole. Ellos han optado por lanzar su vida al huracan de la guerra social, con la imprudencia típica de los amantes. Lo han hecho hasta el último aliento. No tenían tiempo de esperar, y el espejismo de la futura sociedad no ha apaciguado su urgencia de vida. Ellos decidieron ir a buscar al enemigo, echarlo fuera. Ellos esperaban en los bordes oscuros de la calle, como ladrones en la noche.

Esto lo llevamos dentro de ellos. Basta de quejas. No nos vamos a tragar más miedo. No más “víctimas de la represión.” Ya no podemos. Sol y Edo no son “víctimas de algo más grande que ellos,” No más que todos nosotros. Si Baleno, como Sole, ha optado por escapar de esta manera, no les quitaremos también la dignidad de esa elección, por más trágica que pueda parecer, por más mal que enfrenten, ni más miedo. Ya, porque en un mundo donde todo está previsto, esa elección se hace a cada momento, frente a la buena o mala suerte, siempre es al fin y al cabo amo absoluto de nuestras vidas. Y la libertad da miedo.

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Diez años han pasado … Hemos llorado. Es cierto. Mucho. No tenemos más lágrimas. Lo que hemos perdido es más que dos amigos y compañeros. Hemos perdido la capacidad de sonreir sin preocupaciones. Nos han dado la sombra de la muerte que nunca nos abandona. Gracias. Nos hemos vuelto más despiadados. Pero que no celebren los guardianes del orden social. La desolación que están implantando en los corazones de los seres humanos, les volverá. Las heridas infligidas a la naturaleza, les volverán. Todo vuelve. Más crece el desierto, más se endurecen los corazones, más recogerán los tiempos temibles de un apocalipsis. Baleno y Sole han muerto como vivieron. Sin mediación. Impredecibles, han cuestionado la mediocridad de su tiempo. Baleno Sol y no podían esperar. Por eso no pueden morir.

Edoardo Massari, alias Baleno, fue encontrado ahorcado en su celda de la cárcel Vallette, en Turín, el 28 de marzo de 1998. Maria Soledad Rosas, conocida como Sole, se ahorcó en la casa donde se encontraba bajo arresto domiciliario, el 11 de julio de ese año. Ambos fueron acusados – por los tribunales de Turín y Laudi Tatangelo – de formar parte de una asociación subversiva y grupo armado en la década de los 90 que realizaron diferentes sabotajes en el Valle de Susa, en particular contra las canteras y los astilleros del tren de alta velocidad (al final, todos fueron absueltos y sólo el tercer acusado, Silvano, fue condenado por un delito menor). Desde entonces, los intentos de construir el TAV en Valle de Susa encontraron la oposición de una población que se alzó en defensa de sus tierras. La combatividad del pueblo del Valle de Susa y todos los rebeldes que luchan contra este y otros daños es el mejor regalo para la tierra, las montañas y la libertad que motivaron a Edoardo y Soledad.

Fuente:Klimat

Suicidios de estado

Torino, 1998. Edoardo Massari (Baleno), Maria Soledad Rosas (Sole) y Silvano Pelissero son detenidos acusados de realizar sabotajes contra las obras del tren de alta velocidad en Val Susa. Los detenidos rechazan estas acusaciones. Inmediatamente nace un vasto movimiento de protesta contra un montaje policial que se extiende a otras ciudades. Diversas casas ocupadas son registradas y decenas de personas son intimidadas, interrogadas, precesadas y condenadas. El 28 de marzo Baleno muere suicidado en la cárcel. Tiempo después lo hará Sole de igual manera. En enero de 1999 Silvano es condenado a más de 6 años de cárcel. En 2002 es liberado y se reconoce la inconsistencia de las pruebas contra ellos. Estos traumáticos hechos y sus diversas implicaciones son analizados exhaustivamente en «Le scarpe dei suicidi», una visión sobre el terrorismo de estado y sus diversos aliados (jueces, medios de comunicación,…). Libro editado en italiano.

Fuente: Indymedia Euskalherria

La carta

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Apenas conoció la noticia de la muerte de su compañero Eduardo, Soledad escribió esta carta que hoy se puede encontrar en Internet, en el sitio de la Comisión de Defensa Anarquista:

«Compañeros y compañeras: La rabia me domina en este momento. Siempre he pensado que cada uno es responsable por sus actos, pero esta vez hay culpables y los quiero mencionar en voz alta, son aquellos que mataron a Edo: el Estado, los jueces, los abogados, la prensa, el T.A.V., la policía, las leyes, las reglas y toda la sociedad de esclavos que acepta este sistema.

Siempre luchamos contra esta dominación y es por ello que hemos terminado en la cárcel. La cárcel es un lugar de tortura física y psíquica, aquí no se dispone de absolutamente nada, no se puede decidir a qué hora levantarse, qué comer, ni con quién hablar, ni con quién encontrarse, ni a qué hora ver el sol. Para todo hace falta hacer una “solicitud”, hasta para leer un libro. Ruido de llaves y cerraduras que se abren y se cierran, voces que no dicen nada, voces cuyo eco se escuchan en los pasillos fríos, zapatos de goma que no hacen ruido y una linterna que en los momentos menos pensados está ahí para controlar tu sueño, correo controlado, la palabra prohibida. Todo un caos, todo un infierno, todo la muerte.

Así es como te matan día a día, despacio pero seguro para hacerte sentir más dolor. Por eso Edo ha decidido terminar abruptamente con este dolor infernal. Al menos él se permitió tener un último gesto de mínima libertad, de decidir él mismo cuándo terminar con esta tortura. Entre tanto, me castigan a mí y me ponen en incomunicación. Eso significa no sólo no ver a nadie sino tampoco recibir ningún tipo de información, no tener una frazada para taparse. Ellos tienen miedo de que yo me suicide. El mío es un aislamiento cautelar, lo hacen para “salvaguardarme”, y así no tener que asumir la responsabilidad si yo decidiera también ponerle fin a esta tortura.

No me dejan llorar en paz, no me dejan tener un último encuentro con mi Baleno. Veinticuatro horas al día, un agente me custodia a cinco metros de distancia.

Después de lo que pasó, los políticos del partido verde que vinieron para darme su pésame y para tranquilizarme no se les ocurrió nada mejor que decirme que “ahora seguramente todo se va a resolver más rápido, ahora todos van a seguir con más atención el proceso y pronto te darán arresto domiciliario”. Después de este discurso me quedé sin palabras, estaba sorprendida, pero pude preguntarles si se necesita de la muerte de una persona para conmover a un pedazo de mierda, en este caso el juez.

Insisto, en la cárcel ya mataron a otros y hoy mataron a Edo, estos terroristas con licencia para matar.

Voy a buscar la fuerza de alguna parte, no sé de dónde, sinceramente ya no tengo ganas pero tengo que seguir, lo hago por mi dignidad y en nombre de Edo. Lo único que me tranquiliza es saber que Edo ya no sufre más. Protesto, protesto con mucha rabia y mucho dolor.

Sole

P.D.: Si el hecho de encarcelar a una persona es un castigo, entonces a mi ya me castigaron con el asesinato de Edo. Hoy empecé la huelga de hambre. Quiero mi libertad y la destrucción de toda esta institución carcelaria. La condena la voy a pagar todos los días de mi vida.»

Fuente: Indymedia Euskalherria

Información sobre las muertes de Sole y Baleno

Torino: La Muerte de Edoardo: Suicido de Estado (1998)

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Viernes 27 de febrero, una marcha nocturna que atravesó las principales calles del centro de Torino, para romper el silencio sobre la situación actual de los prisioneros politicos en la cárcel desde los 70’s da inicio a la campaña de prensa en contra de los squatters donde las pintas fueron argumento al escandalo. Durante la noche entre el jueves 5 y el viernes 6 de marzo, comienza en Torino, Italia, otra operación por parte de la policía y comandos especiales; después de las investigaciones del magistrado Laudi (pupilo del ya conocido juez Marini) que lleva años indagando inutilmente sobre los trabajos que dañaron los proyectos del proyecto TAV (trenes de alta velocidad, proyecto nocivo de destrucción y contaminación en el Valle Susa en Torino, al norte de Italia), que cuenta ya con varios accidentes ya que corre por tierra a la velocidad de un avión (y que solo beneficia a los comerciantes y a ricos). Daños a canales de televisión y a la Telecom, así como una antena de comunicación de los carabinieri, y como sucede en estos casos la atención recae nuevamente en el movimiento anarquista y es así como la ROS y compañía inician el rastreo de la busqueda de los presuntos culpables, desalojando 3 casas ocupadas del area libertaria del Torino: “La Alcova, El Asilo y la Casa”. En esta última después de 3 horas de inspección, fue encontrado en el sotano material definido “interesante” y son por esto arrestados tres ocupantes anarquista: Edoardo Massari de Ivrea, Silvano Pelisero de Val de Susa, y Soledad Rosas de origen argentino. Están acusados de pertenecer a la organización de los “Lobos Grises” (Luppi Griggi), nombre con el cual fueron firmados varios atentados al TAV. Al día siguiente en respuesta a las agresiones sufridos durante los desalojos y para reclamar la libertad de los 3 arrestados, se realizo un mitin frente a la delegación, pero los manifestantes fueron perseguidos por la policía, siendo detenidas 17 personas, y arrestadas 6 que no fueron liberadas hasta el domingo 8 de Marzo. Contemporaneamente es reocupado el Asilo y el día anterior también la Alcova; mientras la campaña periodista contra los “anarquistas ecoterroristas que ocupan squats” se suma a las agresiones que la policía y jueces han desencadenado acusando a los tres arrestados antes del proceso.

La madrugada de sábado 28 de marzo, Edoardo Massari llamado Baleno (Relámpago) por sus amigos, es encontrado ahorcado en su celda. En la tarde del mismo día una marcha no autorizada atraviesa el centro acompañada de una sola manta con la frase: “Asesinos, Carceleros, Bastardos, son ustedes los responsables de esta muerte así como de todas aquellas que se cometen en la cárcel. Asesinos, terrroristas, criminales, son ustedes: periodistas, esbirros y especuladores del TAV. De ahora en adelante la vida de esta ciudad de muertos no volverá a ser la misma y todo esto es solo culpa suya.”

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El domingo 29, Soledad (companera de Edoardo) inicia una huelga de hambre y el lunes también Silvano. El jueves 2 de abril son los funerales de Edoardo en su pequeño pueblo Brosso, lugar donde viven sus padres los cuales advierten a los periodistas de no presentarse a fotografiar ni a filmar con sus camaras el dolor y el sufrimiento para convertirlo después en un espectáculo y venderlo. Pero estas no hicieron caso y así como atrevieron a llegar son expulsados, sus cámaras y videocamaras fueron destrozadas y Daniel Greco “periodista” difamador de Edoardo es golpeado.

Al día siguiente las primeras páginas de los periódicos aparecen con este encabezado: “Los periodistas son martires de la libertad de informacion.”

El aire que se respira en Torino es pesadísimo. Hay una gran tensión, pues se prepara una manifestación en solidaridad con los arrestados y en protesta por la muerte de Edoardo. Un día antes los ’squatters’ anuncian una conferencia de prensa y televisión en la cual al presentarse ponen sobre una mesa pedazos de carne podrida e invintan a los periodistas buitres de la información, a atascarse; más tarde otros 50 squatters entran a un supermercado, expropian comida y bebida, ofreciendo un banquete de solidaridad por Silvano y Soledad que llevan días en huelga de hambre. El sábado 4 de abril es una manifestación nacional donde participan mas de 8 mil personas provenientes de toda Italia, así como también de Alemania, Francia, Suiza… Al frente de la marcha estan solo dos mantas; “ASESINOS…SOLEDAD Y SILVANO LIBRES, LIBRES TODOS” Durante esta manifestación al nuevo palacio de justicia se lanzaron piedras, ocasionando la ruptura de algunos vidrios y estaciones, fueron después un pretexto más para buscar los nuevo squatters culpables.

Artículo extraído de la prensa burguesa de Torino/Turín (Italia) del día 12/08 . Extraído a su vez de Bcn Indymedia

Fuente: Klinamen.

Enlaces relacionados de interés

::Vida , pasión y muerte de María Soledad Rosas. Página12
:: La vida breve. Página12
:: Desordenes en el décimo aniversario del suicidio de Maria ’’Sole’’ Rosas. Klinamen
:: Amor y anarquía, la vida de Soledad Rosas (1974-1998)
:: 11 de Julio de 1998: se suicidaba María Soledad Rosas

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ITALIA: 28 DE MARZO DE 1988, COMUNICADO DE SOLEDAD ROSAS DESDE LA PRISIÓN TRAS LA MUERTE E EDOARDO MASSARI

EDOARDO MASSARI 128

El 5 de marzo del 1998 en Turín fueron detenidos tres compañeros anarquistas que vivían en la casa okupada “Casa di Collegno” mientras fue desalojado “El Asilo”.

Las policías políticas de Italia, los fiscales, jueces y periodistas buscaban dar por cerrado una serie de ataques contra instalaciones del T.A.V (Tren de Alta Velocidad). Los seguimientos, micrófonos, interceptaciones ambientales, escuchas telefónicas y todo el aparataje del Estado Terrorista se alineo para acusar a Sole, Edoardo y Silvano de Asociación Subversiva y banda armada.

El 5 de Marzo de 1998, hace 15 años comenzó el trágico desenlace represivo….Edoardo Massari moría ahorcado en la celda de la prisión de Vallete el 28 de Marzo de 1988, mientras que el 11 de Julio de ese mismo año, su compañera Maria Soledad Rosas, la Sole moría ahorcada en la casa donde consiguió cumplir un estricto arresto domiciliar.

A continuación recordamos un comunicado que escribió la Sole desde prisión luego de la muerte de Edoardo. Porque hoy como ayer el único terrorista es el Estado…mantenemos viva la memoria de quienes han caído luchando por la liberación.

Comunicado de Soledad Rosas desde prisión

Compañeros y compañeras: La rabia me domina en este momento. Siempre he pensado que cada uno es responsable por sus actos, pero esta vez hay culpables y los quiero mencionar en voz alta, son aquellos que mataron a Edo: el Estado, los jueces, los abogados, la prensa, el T.A.V., la policía, las leyes, las reglas y toda la sociedad de esclavos que acepta este sistema.

Siempre luchamos contra esta dominación y es por ello que hemos terminado en la cárcel. La cárcel es un lugar de tortura física y psíquica, aquí no se dispone de absolutamente nada, no se puede decidir a qué hora levantarse, qué comer, ni con quién hablar, ni con quién encontrarse, ni a qué hora ver el sol. Para todo hace falta hacer una “solicitud”, hasta para leer un libro. Ruido de llaves y cerraduras que se abren y se cierran, voces que no dicen nada, voces cuyo eco se escuchan en los pasillos fríos, zapatos de goma que no hacen ruido y una linterna que en los momentos menos pensados está ahí para controlar tu sueño, correo controlado, la palabra prohibida. Todo un caos, todo un infierno, todo la muerte.

Así es como te matan día a día, despacio pero seguro para hacerte sentir más dolor. Por eso Edo ha decidido terminar abruptamente con este dolor infernal. Al menos él se permitió tener un último gesto de mínima libertad, de decidir él mismo cuándo terminar con esta tortura. Entre tanto, me castigan a mí y me ponen en incomunicación. Eso significa no sólo no ver a nadie sino tampoco recibir ningún tipo de información, no tener una frazada para taparse. Ellos tienen miedo de que yo me suicide. El mío es un aislamiento cautelar, lo hacen para “salvaguardarme”, y así no tener que asumir la responsabilidad si yo decidiera también ponerle fin a esta tortura.

No me dejan llorar en paz, no me dejan tener un último encuentro con mi Baleno. Veinticuatro horas al día, un agente me custodia a cinco metros de distancia.

Después de lo que pasó, los políticos del partido verde que vinieron para darme su pésame y para tranquilizarme no se les ocurrió nada mejor que decirme que “ahora seguramente todo se va a resolver más rápido, ahora todos van a seguir con más atención el proceso y pronto te darán arresto domiciliario”. Después de este discurso me quedé sin palabras, estaba sorprendida, pero pude preguntarles si se necesita de la muerte de una persona para conmover a un pedazo de mierda, en este caso el juez.

Insisto, en la cárcel ya mataron a otros y hoy mataron a Edo, estos terroristas con licencia para matar.

Voy a buscar la fuerza de alguna parte, no sé de dónde, sinceramente ya no tengo ganas pero tengo que seguir, lo hago por mi dignidad y en nombre de Edo. Lo único que me tranquiliza es saber que Edo ya no sufre más. Protesto, protesto con mucha rabia y mucho dolor.

Sole

P.D.: Si el hecho de encarcelar a una persona es un castigo, entonces a mi ya me castigaron con el asesinato de Edo. Hoy empecé la huelga de hambre. Quiero mi libertad y la destrucción de toda esta institución carcelaria. La condena la voy a pagar todos los días de mi vida.»

EXTRAÍDO DE EL REFRACTARIO

15 años de la muerte de Edoardo Massari y Soledad Rosas

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Abandonar la vida en un relámpago. 15 años de la muerte de Edoardo Massari y Soledad Rosas

Cuando se dice que los mayores terroristas son los Estados, cuando se dice que la policía es asesina, cuando se dice que las banderas están manchadas de sangre, se dice por algo. No se dice porque sí, gratuitamente y con frivolidad. Se dice con el peso de la historia, se dice con la amargura de quienes ponen caras y fechas al dolor. Se dice porque se tiene que decir, porque no decirlo sería condenar al olvido a quienes han muerto a manos de la tiranía, y eso sería matarlos/as doblemente.

Hace ahora quince años tuvo lugar en Italia una operación represiva que acabó con dos personas muertas y otra encarcelada. Esa es la historia que vamos a contar, pero empecemos por el principio…

Desde mediados de los años 80, en el seno de la Comunidad Económica Europea, se empiezan a desarrollar una serie de planes destinados a conectar las grandes capitales de los Estados miembro por medio de líneas de Tren de Alta Velocidad (los famosos TAV, de los que ya se ha hablado alguna vez en este periódico). Estos Trenes de Alta Velocidad, resumiendo mucho, están integrados en un proceso internacional que responde a los intereses de las clases dominantes y que pasa por encima (físicamente, en muchos casos) de los intereses de los habitantes de pequeñas poblaciones rurales. Por supuesto, supone también un enorme despilfarro de recursos y un gran destrozo del entorno natural.

Pues bien, en el norte de Italia, en la región de Piamonte, se sitúa el valle de Susa, un valle que las obras del TAV dejarán bastante mal parado si éste se llegase a construir. El 23 de agosto de 1996 comienza la resistencia directa al proyecto depredador, esta vez en forma de ataque incendiario contar maquinaria utilizada para reconocer el territorio y preparar así su destrucción. Comienza así una serie de sabotajes contra la infraestructura utilizada para estudiar el terreno y contra algunas centrales de telecomunicaciones. En algunas acciones se hacen pintadas contra el TAV, en otras no se deja comunicado alguno, y dos de ellas son reivindicadas con panfletos por Lupi Grigi (Lobos Grises).

A punto de empezar la primavera de 1998, y tras 16 ataques, no hay nadie imputado/a por ninguna de las acciones. La incapacidad de las autoridades italianas para poner fin a estos ataques estaba quedando en evidencia ante la CEE y ante las empresas que invertían capital en las obras del TAV. Así, por orden de los fiscales Maurizio Laudi y Marcello Tatangelo (pupilos del superjuez Antonio Marini), el 5 de marzo son allanadas tres casas okupadas en Turín, con el resultado de tres anarquistas detenidos/as: Silvano Pelissero, Edoardo Massari y Soledad Rosas, acusados/as de formar la organización criminal Lupi Grigi. Silvano y Edoardo eran anarquistas reconocidos que ya habían tenido problemas con la justicia italiana años atrás. Soledad era una joven argentina que había llegado a Italia muy poco tiempo antes, después ya de que hubieran tenido lugar los ataques de los que se le acusaba (según Silvano, su amistad había comenzado en diciembre de 1997).

Al día siguiente una concentración de protesta ante el Ayuntamiento de Turín termina con cargas y disturbios durante una hora. 17 personas son denunciadas, 6 son detenidas, decenas de escaparates son destrozados y por la noche se reokupa El Asilo, centro social desalojado durante los allanamientos del día anterior. Durante los siguientes días se suceden muestras de solidaridad: concentraciones, cortes de tráfico, panfletos y ataques contra locales de medios de comunicación y de Alleanza Nazionale. Aprovechemos este momento para explicar que los/as periodistas funcionaban como un elemento más del aparato represivo estatal, inventando y calumniando en cada párrafo que escribían. En cuanto se produjeron las detenciones corrieron a celebrar la “desarticulación del grupo de ecoterroristas”, lanzando todo tipo de injurias contra los/as tres detenidos/as que, en manos del Estado, no tenían siquiera la posibilidad de defenderse.

El jueves 26 de marzo se le deniega la petición de excarcelación a los/as tres anarquistas arrestados/as. Dos días después, el sábado 28, es hallado colgado sin vida el cuerpo de Edoardo Massari en su celda de la cárcel de Vallete, en Turín. Se suceden las muestras de rabia y solidaridad, llegando uno de los momentos de mayor tensión en el propio funeral de Edoardo. Soledad obtuvo un permiso y pudo asistir custodiada por policías. La familia y los/as compañeros/as habían pedido a políticos/as y periodistas que se abstuviesen de acudir, deseo que no fue respetado ni por uno/as ni por otros/as. El resultado fue el enfrentamiento directo, siendo el calumniador profesional Daniele Genco el peor parado, que acabó con algunos huesos rotos (dos anarquistas pagaron con prisión por estos hechos).

Tras la muerte de Edoardo, es curioso ver cómo la izquierda isntitucional y la extraparlamentaria empiezan a hablar de él como de una víctima, un joven frágil con mala suerte (algo parecido a lo que pasó por aquí con la muerte de Puig Antich). También la prensa deja de hablar de peligrosos/as ecoterroristas, ahora los/as tres compañeros/as que no eran ni siquiera los/as Lupi Grigi, eran “colaboradores/as”, y más tarde “gémulos”. Muerto Edoardo y con las dudas razonables sobre la culpabilidad de Soledad, la prensa empieza una campaña de difamación contra Silvano.

El 11 de abril Soledad Rosas es encontrada ahorcada en la casa en la que cumplía el arresto domiciliario. En una famosa carta que escribió tras la muerte de Edoardo ya mostraba su estado de desesperación: “Voy a buscar la fuerza de alguna parte, no sé de dónde, sinceramente ya no tengo ganas pero tengo que seguir, lo hago por mi dignidad y en nombre de Edo. Lo único que me tranquiliza es saber que Edo ya no sufre más. Protesto, protesto con mucha rabia y mucho dolor”. Silvano pagaría prisión hasta marzo de 2002, reconociendo la propia justicia italiana la inconsistencia de las pruebas presentadas contra los/as tres. Edoardo y Soledad salieron absueltos/as del juicio. Por supuesto, los ataques y la resistencia contra la implantación del TAV han continuado hasta el día de hoy, habiéndose formado en el valle de Susa una verdadera comunidad de lucha entorno a este conflicto.

Podríamos ahora buscar la lágrima, decir que Sole y Edo fueron víctimas de la represión, y en parte lo fueron, pero no fue así como ni ellos/as ni sus compañeros/as afrontaron su vida ni su lucha. La historia de la humanidad está llena de casos parecidos: en nuestra mano está olvidarlos o intentar que su memoria permanezca viva y sirva para darnos más motivos aún para enfrentarnos a quienes juegan con nuestras vidas.

Fuente: http://www.todoporhacer.org/abandonar-la-vida-en-un-relampago-15-anos-de-la-muerte-de-edoardo-massari-y-soledad-rosas