Entrevista con Carlos López, preso anarquista.

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“Es bien difícil reconocer a la tristeza, pues normalmente “uno” busca demostrarse a sí mismo que es muy fuerte y puede salir adelante muy fácil, pero no es así, pues como seres humanos tenemos sentimientos y emociones y es necesario reconocerlos y atenderlos.”

Amélie, Carlos y Fallon son tres anarquistas participantes en diversos proyectos sociales.

La noche del domingo 5 de enero de 2014, fueron detenidxs por elementos de la policía como supuestos responsables de unos disturbios con bombas molotov realizadas a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como del incendio de varios autos a una consecionaria de la NISSAN.

Amelie y Fallon se encuentran recluidas en el penal femenil de Santa Martha, y Carlos en el penal preventivo Oriente.

Actualmente, los compañeros enfrentan dos procesos penales; uno del fuero local por los delitos de Ataques a la paz pública y Daños agravados, (ataque a una concesionaria Nissan) y por el que no alcanzan fianza y otro más federal por el delito de Daños en Propiedad Ajena (ataque a la Secretaría de Comunicaciones y Transporte).
Para mayor información, solidaridad, cartas, saludos y apoyo económico consultar la página: www.abajolosmuros.org o escribir al correo electrónico cna.mex@gmail.com

Carlos al igual que Fernando Barcenas, Mario González y Abraham Córtes, se encuentre realizando una huelga de hambre indefinida.

Hace un par de semanas vía carta nos comunicamos con Carlos y el amablemente contesto nuestras preguntas.
¿Hola compañero, como te encuentras?

-Estoy tranquilo sin que esto quiera decir haber caido en la resignación que da el aceptar la realidad del encierro y la pasividad de ser un preso mas. Físicamente estoy bien, haciendo un poco de ejercicio lo cual es fundamental para no entrar en depresiones innecesarias pues creo que al ejercitarte puedes controlar algunas frustraciones reprimidas; ayudando esto a sentirte un poco mejor, además de fortalecer el cuerpo y poder caminar con seguridad dentro de una jaula habilitada por fieras donde uno nunca sabe que puede pasar. El “pescar” una infección estomacal es algo un tanto normal acá adentro, esto debido en gran parte al “rancho” (comida colectiva) que nos dan a los presos, otras ocasiones saben mal y se ve mal y en algunas otras ocasiones no se sabe ni lo que es, ni a lo que huele ni como se ve. Lo cual ocasiona que yo, como buen “comedor de rancho” sepa lo que son estas infecciones por ahí de vez en cuando.

Así mismo, el agua potable para beber no es muy buena, a pesar de que hay dos purificadoras que seguramente se esmerar en filtrar el agua pero el resultado no es el mejor. El agua del grifo es sucia creo que es por la zona en la que estamos (Iztapalapa) sale así por todas partes, además de que -evidentemente- para la institución los presos valemos muy poco y no se preocupan por la higiene de los tinacos. Entonces, combinando el factor comida y agua, es que se producen las infecciones que me refiero.

Paralelamente a esto, la sinusitis que aquí mismo desarrolle también ha sido algo molesta y, aún que gracias a lxs camaradas que me apoyaron con medicina ya no es tan frecuente, el malestar, es bien feo cuando se tapan las vía nasales acompañada de horribles dolores de cabeza. Ni pensar en acudir a la enfermería, pues tienen como ética de conducta algo así como “te atendemos solo si vienes medio muerto o con tu billete en la mano”, o de lo contrario la espera suele ser larga. En una ocasión que fui en C.O.C. médica que me dieran era “ácido fólico”, que nada que tiene que ver con la sinusitis !pero que cabrona la tipa que me atendió! y bueno, así es como estoy: físicamente casi siempre bien, con sus respectivos bajones de defensa, pero intentando estar fuerte. Debo decir que cuando recibo visita ya sea de mi familia y o compañerxs y me traen unas comidas bien ricas me hacen feliz, pues soy muy comelon y -sin argumentar nada- ya hasta deje de ser vegetariano.

¿Cuéntanos como estuvo el proceso del arraigo?

– El tema del arraigo fue todo un cúmulo de sorpresas y nefastos tratos que tanto las compañeras Fallon y Amalié y yo recibimos por parte de administrativos y policías federales. Aprovechando el espacio, haré un pequeño recuento desde que estábamos en la Procuraduría General de la República (PGR) hasta que estuvimos en el arraigo Federal. Horas antes de que nos notificarán del traslado a dicho arraigo -aún estando en la PGR Camarones- me sacan de mazmorra y me suben a notificarme algo que ahora no recuerdo; y es ahí donde veo con mis propios ojos tres pases de abordar en avión, dos para las compañeras con rumbo al penal de Nayarit y uno para mi a Matamoros. Obviamente nos llevarían a dichos penales federales a ser procesados por los delitos de: sabotaje, terrorismo y delincuencia organizada que en ese momento nos querían montar. Ya una hora de ser llevados al hanglar de la PGR a continuar inciertos destinos, me sacan nuevamente del helado calabozo, me llevan ante el ministerio público y me piden hablarle con tono de urgencia a nuestrx abogado. Al no poder contactar con él me notifican que sería – junto con las compañeras- trasladado “casa de arraigo de máxima seguridad federal” para continuar con la investigación. En seguida le notificaron a las compas Amilié y Fallon , a lo cual yo les dije que esa era una buena noticia, pues de alguna manera, seguiríamos juntxs. Aquí es importante aclarar que aún que la decisión fue de un juez, nunca estuvimos frente a él; lo cual a nosotrxs ni nos importo pues le restamos autoridad, solo como dato.

El viaje de la PGR hacía el arraigo fue ridículo. Nos pusieron en una camioneta tipo suburban -a lxs tres- con alrededor de 6 policías federales adentro con nosotrxs. Todos ellos portando armas largas tipo AK47 “cuernos de chivo” y otras que no supe distinguir nos seguían varías camionetas y patrullas todos con torretas encendidas. Poco antes de llegar al arraigo el federal que iba a mi lado me empezó a “ladrar” de manera agresiva algo así como: “ya los hemos consentido mucho, vieras las ganas que tengo de romperte la cara y si no lo hago es por que vienes con las gringas y por ahora la consigna es entregarlos sin golpes” (me imagino que esto último es por que el gobierno mexicano es un lame botas del gobierno canadiense y no se quisieron meter en broncas), “pero que si por el fuera nos desapareciera y nadie se enteriaia”. Yo mentiría si digo que no me entro un miedo muy grande en ese momento, ¿que te puede pasar por la cabeza en ese momento? Al llegar al arraigo nos bajaron en un despliege policíal digno de albergar al mas terrible narcotraficante mexicano. Cerraron dos importantes carriles de la avenida de circulación y con tiro arriba (por lo que escuche) los puercos formaron una especie de valla para que, nosotrxs, lxs, “súper terroristas” pasáramos sin que nadie intentará liberarnos. Recuerdo que al estár dentro en el patio de revisión me pegaron a la pared y de espaldas al todo el personal que ahí se encontraba me pidieron quitarme la ropa -siempre con la estúpida consigna de “si señor, no señor”- y empezó la humillación de las sentadillas y mostrarle el culo a todos los de ahí presentes.

Afortunadamente, a las compas no les pidieron lo mismo pues según recuerdo a ellas las revisó una mujer policía en privado. Después de la revisión, me preguntaron a que cártel pertenecía, que si al de la familia michoachana , al cartel del golfo, al de Sinaloa, a los Zetas y no se que otros, para saber donde me pondrían; a lo que solo respondí con la cabeza agachada las manos atrás y un “no señor, no pertenezco a ningún cártel señor”, se que es una estúpida forma de responder, pero así era en ese momento. Ya adentro, me resulto indignante el enterarme de varios casos de personas sujetas a la investigación, en que con lujo de viólencia y violando las supuestas garantías individuales de ellxs, la policía les obligo -mediante tortura física y psicológica- a aceptar algo de lo que ellxs ni siquiera tenían conocimiento para montarles delitos pues. Recuerdo el caso de una mujer a la que le pegaron y le dieron toques eléctricos en su vagina para que aceptara la acusación que le hacían, a lo cual, por supuesto, se vio forzada a ceder firmando así una larga sentencia en prisión seguramente.

A pesar de que ahí adentro del arraigo no hubo golpes, si era bastante frustrante el pasar todo el día encerrados. Solo disponíamos de cerca de 10 minutos entre cada comida y en seguida nos volvían a encerrar. Siempre bajo el acoso de las video cámaras para todas partes y por el personal de la ya extinta AFI (Agencia Federal de Investigación).Era difícil no ser observado a cada momento que hacíamos. A manera de anécdota, en una ocasión logramos meter una punta (cosa prohibida en gran medida) y así logré escribir mi segunda carta. Los “afis” catearon en dos ocasiones mi celda y no pudieron encontrar la pluma, lo cual les hacía rabiar de coraje al no poder encontrar la evidencia y nosotrxs solo nos lanzábamos miradas de complicidad y burla.

Finalmente no pudieron sustentar su teatrito del “terrorismo” y nos dejaron en libertad de los delitos federales para así, dalre seguimiento a nuestro caso ahora por él fuero común.
(Reclusorio Oriente)
¿Como te han tratado en el reclusorio Oriente?

El reclusorio Oriente es uno de los mas poblados, al menos aquí en el Distrito Federal. Con mas de 14 mil recluidos y, según se, uno de los mas peligrosos. En el anexo donde yo me encuentro somos al rededor de 800 personas distribuidas en más de 40 celdas osea, un promedio de 17 a 20 presos por celda. En otros dormitorios o anexos llega haber hasta mas presos por celda, lo cual nos habla de hacinamiento, al tomar en cuenta de que cada anexo – en mi caso- esta diseñado para solo 6 personas, desde mi punto de vista. Ahora bien, cito esta escuetas estadísticas, solo para intentar dimensionar la pregunta de ¿ Como tratan a alguien en un penal así? y la respuesta es, por simple consecuencia, maltrato. Y tratándose de una cárcel osea, de un proyecto de domesticación y alienación dirigido a todx aquel individux que no acepte las normas y reglas de una sociedad enferma de robots teledirigidios y manipulados, pues no se puede esperar otra cosa que eso: maltratos. Así como hay quienes llegaron a pensar que las letras a golpes entran, así hay quienes aún piensan y creen que un “delincuente” se va a regenerar en un lugar donde le dan solo malos tratos. Y nos vienen con sus programas de reinserción donde se busca que el preso se prepare, estudie y valore lo que dejo a fuera; pero la realidad acá adentro dista mucho de esto, pues a la par de sus proyectos de “rehabilitación” está la violencia del sistema, la droga, las dinámicas de cotos de poder, la paulatina degradación de la individualidad y el odio y rencor que inconscientemente se va formando en cada persona secuestrada.

Yo siempre, desde “acá” me eh posicionado como un anarquista en lucha, lo cual por supuesto que me ha traído problemas, pero no mas que a cualquier preso, pues como anteriormente lo manifesté; para la institución los presos solo somos la escoria y estorbo de la sociedad y “merecemos” ser tratados como eso: como lo peor y de la peor manera.

Hay muchos presos que dicen que la cárcel era peor y que ahora es “pura playa”, como aceptando lo que ahora hay y no deja de darme asco esta posición, pues precisamente eso es lo que busca el estado, que nos conformemos con un “plato de miseria” cuando bien podríamos exigir mucho mas que eso: nuestra libertad.

Desgraciadamente, como en cualquier cárcel/ sociedad el individuo no acciona sino hasta que ve en peligro sus intereses; es el caso que ahora vivimos cuando al resultar asesinado un jefe de custodios y ver que en la visita siguen entrando cosas “prohibidas” para los presos (droga, armas, etc). La institución decidió que quitarán las “cabañas” (pequeños cuartitos hechos con cobijas para -en su mayor parte- sostener encuentros sexuales entre presos y visitas) pretendiendo con esto castigar y terminar con una gran entrada de dinero para algunos “grupos” de presos; es entonces que al ver en peligro sus interés estos presos “así sí” se ponen bravos con la institución hasta se organizaron para impedirlo. Es un solo ejemplo de lo que me refiero.

¿Que nos puedes decir de tu situación jurídica?

Terminaron las audiencias investigaciones y ahora estamos en cierre de conclusiones; tanto del fuero común como en el federal. El circense espectáculo a terminado en su primera etapa. Ahora , según recuerdo, vendrán las conclusiones, vista de sentencia y finalmente la sentencia en a más tardar dos meses. Y aquí es donde, según yo, se iniciará la segunda etapa, que es la apelación, amparo y reclamos, pues como veo las cosas, el caso viene de consignas y creo que intentarán retenernos por un tiempo. Odio la cárcel y no quiero estar aquí, pero, se que se vale el pinche estado y que a toda costa buscan encontrar la culpabilidad del procesado. Yo sigo con el lema “ni culpa ni inocencia” y no me interesa lo que digan las leyes, solo quiero que este antinatural secuestro y retención termine cuanto antes. Tengo en cuenta que no solo soy el único procesado, pues las compañeras Amalié y Fallón también lo están, así que hay puntos que no tocaré por respeto a ellas. Lo que si puedo decir abiertamente es que nunca me voy a callar ni a tomar una postura victimísta, que independientemente de esto que se me acusa, me declaro enemigo del estado y por supuesto que le combatiré a como me sea posible.

He notado una serie de inconsistencias en el proceso, algunos intentos de montaje y falsas declaraciones de parte de los policías que nos acusan, particularmente de los que me acusan directamente a mí, pues en gran parte del expediente sólo se refieren a mí; imaginario que para ellos es más cómodo centrarse en un solo inculpado que en lxs 3, además de que creo que a manera de estrategia de ellos (policías) buscarán hallar todas las pruebas que me culpabilicen en y, entonces sólo ligar a mis compañeras y así , hacer el trabajo perfecto.

Aquí hay mucho que decir, pero repito, por respeto a mis compañeras Amelié y Fallón, no tocaré más el tema, ya que tiene algún tiempo que no las veo personalmente.

¿Como te encuentras de ánimo?

-Yo creía que responder a esta pregunta sería cosa fácil y sencilla, pero no me resulta así. Obviamente me siento fuerte al considerarme con mucha convicción en esto que ahora me toca vivir y, sobre todo al saber que no estoy solo en esto. He podido constatar y vivir en carne propia el compañerismo y el gran apoyo de mucha gente, incluidos algunxs familiares y muchxs compañerxs de ideas y de lucha, quien no han quitado el dedo del renglón en estos 8 meses de encierro, siguen ahí con su solidaridad y con su amor, sin pedir nada a cambio, sin condiciones.

Pero no todo es miel sobre hojuelas, no todo es dulzura, pues el estar privado de la libertad implica muchas cosas y, seguido llega la tristeza y la melancolía.

El ánimo llega a ser variable, como en la calle, aun que con la gran diferencia de que acá dentro se corre la desventaja de que si estás triste no puedes ir corriendo a visitar al mejor amigx o al familiar, ni te puedes ir al bar ah tomar una cerveza y escuchar música o acudir a algún parque a pasear entre los árboles ara reanimarte.

Acá dentro es diferente. Sí te invade la tristeza debes aferrarte a tus fuerzas, las que a veces te pueden abandonar; aferrarte al recuerdo, o si eso no te es suficiente, pues de plano ir al teléfono y realizar algunas llamadas. Pero quisieras llegar más allá, quisieras ver a lxs tuyxs, abrazarlxs, sentarte a su lado, platicar, viendolx a los ojos, juntxs crear, conspirar, soñar, bromear, besar, entre otras muchas cosas. Pero no es posible. La visita a mi me viene muy bien, siempre me emociona y me hace sentirme vivo en un campo de muerte.

También la lectura me da vida, los recaditos, las cartas y manifestaciones solidarías de compañerxs.

Entonces, de ánimo estoy “bien”, aún que en ocaciones también tengo uno que otro bajón que momentaneamente me hacen sentir “mal”. Pero así es esto, así es la vida.

Es bien difícil reconocer a la tristeza, pues normalmente “uno” busca demostrarse a sí mismo que es muy fuerte y puede salir adelante muy fácil, pero no es así, pues como seres humanos tenemos sentimientos y emociones y es necesario reconocerlos y atenderlos.

http://www.regeneracionradio.org/index.php/represion/presos-politicos/item/4384-entrevista-con-carlos-lopez