22 de Noviembre: Día internacional contra la violencia policial y la represión.

22N

La represión que cae sobre aquellos que se oponen a los proyectos mafiosos de los políticos es cada vez más violenta. El partido socialista que llegó al poder no ha cambiado nada. La policía, los gendarmes y el ejército hieren y mutilan tanto como siempre, tal vez incluso más, navegando en la ola de fascismo que crece con el pretexto de una crisis económica mundial, y gracias a sus armas, llegando a ser siempre más eficiente con el énfasis en la tecnología militar.

Aún más preocupante que el constante aumento de presupuestos de guerra es la falta de voluntad de policías, gendarmes, soldados y sus jefes políticos para asumir la responsabilidad de su violencia.  La omnipresencia y el uso sin restricciones de pelotas de goma, pistolas de bolas, y granadas explosivas son algunos ejemplos concretos. El discurso también se simplifica, pasando por encima, y la violencia se convierte, al parecer, en algo mundano. Cuando le preguntamos a la policía en frente de nosotros si están orgullosos de haber asesinado, sonríen o nos amenazan. Una de las autoridades policiales en el Tarn recientemente afirmó que quienes se oponen a las “fuerzas del orden” debe esperar violencia y lesiones eventuales.

Y, hace unos días, la policía mató. Una vez más.

Nosotros, estábamos reunidos en Testet para luchar contra este proyecto de muerte de la presa Sivens, hemos perdido un amigo. En la madrugada del Domingo, 26 de octubre, a pocos metros de los soldados del Estado, armados y protegidos por sus armas y escudos, Rémi Fraisse fue asesinado por el brazo armado del Estado.

Por la trayectoria del disparo de las granadas aturdidoras, muy probablemente dirigido a su cabeza, el explosivo golpeó entre la base del cuello y el hombro. Esto a pesar de que incluso las leyes internas de los brazos armados del Estado prohíben disparos a según que zonas a una cierta distancia y también apuntar a la cabeza o, con algunas armas, con ningún objetivo humano en absoluto. Esto no fue un accidente. Es incluso sorprendente que no haya sucedido antes una tragedia. Cuando están atacando, policía, gendarmes y soldados rompen sus propias leyes todos los días (como en los desalojos).


Hemos perdido la cuenta de las rodillas, las manos, estómagos y cabezas que han sido objetivo. Su violencia extraordinaria e ilegal deja su huella en todos nosotros, ya sea física o emocional. Esta vez se llevó a alguien con ella: Rémi Fraisse.

Pero incluso si el asesinato de Rémi es portada del noticiero de la noche y avergüenzan al gobierno, no creemos que sea una excepción.

A finales de agosto, un inmigrante “ilegal” murió en un coche con la BAC (una fuerza de policía encubierta notoriamente violenta) mientras era llevado al aeropuerto. Fue hace casi diez años que los adolescentes Zyed Benna y Bouna Traoré murieron escondiéndose en un transformador eléctrico después de ser perseguidos allí por la policía. Ni siquiera estamos mencionando las muertes en la guerra por intereses económicos, en Malí o en otros lugares …

Hemos dejado de contar las denuncias presentadas por las personas cercanas a los asesinados por un brazo armado del Estado. Ninguno de estos intentos han dado como resultado sentencias de prisión.
Queremos justicia rápida e implacable contra los asesinos de los poderes armados estatales.

Exigimos que, a partir de ahora, haya una amnistía legal para todos los detenidos por su oposición a la presa de Sivens, a los que consideramos en la práctica presos políticos.

También exigimos el desarme total de las múltiples ramas armadas estatales, para poner fin a la asesinatos, los “errores” y la violencia de la policía, gendarmes y militares.

De este modo nos unimos al llamado de la ZAD de Notre Dame des Landes para demostrar que estamos contra la represión policial en todas partes el Sábado, 22 de noviembre 2014.

Hacemos un llamado a todas las personas y todos los grupos que se sienten preocupados por el peligro representado por las fuerzas policiales del Estado para hacer acciones y protestar desde donde quiera que estén.

Vamos a hacer el 22 de noviembre una jornada nacional e internacional contra la violencia de las ramas armadas estatales, pero no olvidemos que todos los días, antes y después del 22, es un buen día para hacer una insurrección contra la existencia de una institución que mutila y asesina para un estado “basado en la ley” y su rentabilidad, mafiosa, y devastadores proyectos.

¡Indignémonos!

¿De dónde viene, la granada que mató a Rémi? Propuesta estratégica para lo que viene después.
Rémi fue asesinado por una granada aturdidora de la policía el domingo 26 de octubre. Lo qué le ocurrió podría habernos pasado a cualquiera de nosotros, en cualquier lugar. Algunos días más tarde, el jueves día 30, en un barrio del norte de Blois, un joven perdió un ojo por una bala de goma. El sábado en Nantes, un manifestante recibió un balazo de goma en la cara y perdió su nariz. ¿Cuántas veces debe repetirse la historia?

No estamos haciendo demandas al poder del Estado, por el procesamiento del policía que le disparó o la renuncia de un responsable policial, o incluso el ministro del Interior. Para que la muerte de Rémi resuene por todas partes y provocar un movimiento real, proponemos organizarnos tanto a nivel local como a nivel nacional en contra de las infraestructuras que mantienen el orden.

Éstas son las infraestructuras que hacen posible el terrorismo de Estado, con las que nos enfrentamos en los “guetos”, así como en nuestros movimientos sociales. Éstas son las infraestructuras que organizan la ocupación policial de nuestros territorios y nuestras existencias. También son ellos los que se despliegan tan pronto como un movimiento de oposición o impugnación se aventura fuera de los caminos tradicionales acorralado por la impotencia.

Francia es un experto en el mantenimiento del orden, neutralizando todos los esfuerzos de las personas por levantarse o plantearse las cosas por sí mismos. Exporta globalmente el conocimiento, las armas, y forma a muchas fuerzas policiales extranjeras. También ha participado en el aplastamiento de los movimientos en todo el mundo, como en las insurrecciones de la Primavera Árabe en 2011. ¿No alardea Michèle Alliot-Marie de haber proporcionado la experiencia francesa en la lucha contra la insurrección con el régimen de Ben Ali? Paralizar la infraestructura de la policía es un acto que, fuera del contexto nacional, es compatible con todos los que se organizan para luchar en otros lugares y tienen que esquivar balas francesas.

Las fábricas que hacen granadas, uniformes y equipo para la policía, sus vehículos y su propaganda televisada, las plataformas logísticas que organizan el suministro de alimentos para las tropas; para nosotros son todos los objetivos. Fuera de confrontaciones o despliegues ocasionales, la existencia continuada del grupo armado conocido como la policía nacional depende de estos recursos.

El anuncio de que un cierto tipo de granada ofensiva ha sido suspendido no dará lugar a una “vuelta a la calma”. ¿Qué está en juego en este movimiento, nacido el 25 de octubre, se está desarmando a la policía. Las pelotas de goma, los Taser o las granadas aturdidoras ya han causado suficientes mutilados, heridos o muertos en estos últimos dos años.

Ya no estamos en la era de Malik Oussekine o Vittal Michalon *. Ni un solo sindicato, ni una sola organización de izquierda llamó a las personas a tomar las calles después de la muerte de Rémi. Ellos tienen, de hecho, tanto miedo a las calles, que se reducen a la organización de protestas virtuales como los propuestos por el Partido Verde (#occupysivens).

¿Qué podemos esperar de los “ocupantes” que “condenan la violencia de ambos lados”, omitiendo cuidadosamente que el campamento está equipado para la guerra y que tiene unos adoquines? ¿Una parte mata a la gente y la otra expresa su rabia rompiendo ventanas? En un momento en que la izquierda se está descomponiendo, cuando la extrema derecha está en alza, ¿por qué no hay una sola reacción de los partidos de izquierda políticos, ONG o sindicatos, después de este asesinato policial?

Esta semana se organizaron 90 protestas en alrededor de 60 ciudades. Dirigimos nuestra llamada a ese poder autónomo en proceso de formación. La emoción colectiva expresada en la rabia y la contemplación es legítima, pero no será suficiente para cambiar la situación.

Hacemos un llamamiento para una estrategia a largo plazo, que consiste en acoso y recopilación de información sobre todos los que apoyan la represión, para interrumpir la logística que permite que éste sea armado, transportado, alimentado y más. Estos objetivos abarcan una diversidad de tácticas que corresponden a los recursos y limitaciones de los grupos e individuos. Manifestaciones ruidosas en el exterior de comisarías y cuarteles, acoso verbal a las patrullas, denunciar a la policía por lesiones, sabotaje, manifestaciones en la calle; es el uso simultáneo de todas estas tácticas lo que nos ayudará a establecer un favorable equilibrio contra la policía, en nuestros barrios y en nuestras luchas.

Un llamamiento llegará muy pronto para organizar manifestaciones frente a los fabricantes de armas policiales. Una lista de los lugares estratégicos también aparecerá pronto. Esta es una propuesta estratégica que dirigimos a todos aquellos que se están reuniendo, agitando y organizando de manera que la reacción en contra de este último asesinato policial se extienda y crezca.

* Malik Oussekine fue asesinado por la policía en la huelgas estudiantiles de 1986 y Vittal Michalon en una manifestación anti-nuclear en 1977