Ya salió el Roble Nº 84 de Enero

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Editorial Nº 84
UN NUEVO BALANCE
En panorama, el gobierno ha hecho bien los deberes. Para la clase capitalista, claro. Con el “pago serial” como estandarte, los millones y millones de dólares que el pueblo argentino tuvo que aportar, se fueron en el camino de volver al crédito internacional, de intentar que la Argentina regularice su situación deudora para poder emitir

y ofrecer nuevos títulos y bonos a cambio de dólares del exterior, siempre a ventajosas tasas de interés para los prestadores.
En cambio, a los trabajadores/as se nos aplicó el descomunal peso de una devaluación a principios de año que, sumada a la inflación anual y el techo aplicado al salario, llevó a reconoce incluso a soldados propios del oficialismo que “por primera vez los acuerdos salariales habían estado por debajo del aumento de los precios y del costo de vida”. Para que esto sea cierto, hay que olvidarse que, por los acuerdos con el FMI, el gobierno tuvo que reformular un INDEC totalmente desacreditado. Pero nunca se reconoció el cotidiano ajuste que acumulamos hace años como clase trabajadora (ni mucho menos el INDEC ha mejorado su funcionamiento).
Durante todo el ciclo 2003-2014 ya sabemos quienes se la han llevado con pala, baldes, carretilla, camiones… ¿Y los/las laburantes? Quienes producimos la riqueza del país, ¿cuántas paladas de guita nos hemos cargado?
En las altas y bajas de este año, valoramos las luchas de cientos y miles de laburantes que superaron las barreras de contención de una burocracia sindical podrida y asociada a la patronal. Aunque fueron defensivas, son peleas igualmente importantes para la conciencia de clase.
El aumento de la represión es otra pata innegable de un gobierno, que decía no reprimir a la vez que avanzaba en criminalizar las luchas. La sentencia a cadena perpetua a “los petroleros de Las Heras”, en un juicio totalmente viciado, es un claro ejemplo de ello. Con la lucha que dimos los trabajadores/ as de todo el país, hoy los compañeros están libres, pero es claro que su situación depende de la correlación de fuerzas, porque no podemos confiar ni un segundo en la justicia burguesa.
Todo esto (y mucho más) se ha dado en paralelo al alto grado de divisionismo que la burguesía promovió en las organizaciones populares, la retórica discursiva, la habilidad política y la constante iniciativa e innovación fueron un signo propio de un gobierno al que le queda poco margen con que equiparar los grandes anuncios del pasado (no es lo mismo la AUH que un acotado “plan dental”).
Pero los revolucionarios no podemos engañarnos con discursos sobre “el indetenible ascenso de la izquierda”, en un país donde el 90% se mantiene detrás de expresiones políticas reformistas, conservadoras y/o de la derecha más rancia. Aunque nos pese, también debemos reconocer que este será el primer gobierno post-dictadura que termina su mandato con altos niveles de adhesión.
No por eso debemos esperar al costado del camino. Lo que decimos es que no podemos engañarnos con fallos judiciales a favor de los trabajadores/ as, sin ver que eso se enmarca en la lucha interburguesa por la sucesión presidencial y en el objetivo de que diciembre pase con tranquilidad. El acuerdo entre el gobierno y la burocracia para desactivar los paros (aun los paros domingueros que proponen las centrales sindicales), la convocatoria a mesas de negociación salarial (que ya sabemos a dónde conducirán pero que otorgan incluso “adelantos a cuenta” de las futuras paritarias), la preocupación por proveer de canastas navideñas a “precios cuidados” en los supermercados, la suspensión de actividad en muchísimas fábricas a partir de la semana del 22 de diciembre, entre otras medidas coincidentes, tienen todas el objetivo de lograr un “fin de año en paz”.
Nos queda el desafío inmenso de promover realmente la unidad obrera, no de declamarla siempre y cuando se alinee detrás de tal o cual partido.
Nos queda la tarea de ayudar en la multiplicación y elevación de los niveles de conciencia de nuestra clase.
Nos queda la necesidad de revertir el proceso de luchas defensivas de los últimos tiempos en luchas ofensivas, que avancen claramente en sentido de disputa con la burguesía.
Desde El Roble, seguiremos aportando con todo lo que tenemos para que así sea.
Por un 2015 donde se concreten realmente las aspiraciones de unidad e independencia de la clase obrera argentina y mundial. Este es nuestro brindis.
Equipo de El Roble