Corinto, Cauca (Colombia): Allí, en un lugar no muy lejos, se resiste liberando la Tierra del terrateniente y el capital

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¡Cxhab Wala Chacha Chacha!
*El Gran Pueblo Resiste

Acompañando a la comunidad Nasa en Corinto, Norte del Cauca.
Enero de 2016

El pueblo Nasa es uno de los más de 100 pueblos originarios que milenariamente han habitado armoniosamente con la naturaleza en esta pequeña masa continental, llamada posteriormente como Colombia. Su lengua, el Nasa Yuwe, sigue vigente en las personas adultas de la comunidad; algunas jóvenes también lo entienden y hablan, sin embargo, se ha ido olvidando significativamente –a lo que nos referiremos más adelante-.

Así como en general el Norte del Cauca ha sido territorio propicio en el cual todos los actores han encontrado asidero para afrontar el conflicto armado en el país, en particular, el municipio de Corinto por su posición geográficamente estratégica ha sido zona para que organizaciones insurgentes se posen en la zona, lo que ha conllevado a una propaganda por parte de los medios de comunicación como zona de “No pase”.

En gran parte del Valle del Cauca y especialmente del departamento del Cauca, los ingenios azucareros han hecho de las suyas, de la mano de uno de los empresarios más poderosos y millonarios de todo el mundo, como lo es el señor Carlos Ardila Lulle, (quién no es solamente dueño de ingenios azucareros, sino también, de medios masivos de comunicación, equipos de fútbol, entre otros). Al igual que el señor Álvaro José Saa quién perfectamente fue filmado en diciembre del año 2015 junto con sus empleados; amenazando y accionando sus armas de fuego contra indígenas desarmados que se encontraban en “su propiedad privada”. Aquellos señores son beneficiarios de la explotación que desde mucho tiempo atrás ha venido ocurriendo , quienes valiéndose del despojo que han sufrido las comunidades indígenas desde la época colonial y que ha sido una práctica recurrente desde principios del siglo XX, se han beneficiado de las tierras productivas de la zona plana del Cauca, desplazando a las personas nativas hacía las faldas o zonas altas de las montañas que hacen parte de la cordillera central.

Son miles y miles de hectáreas utilizadas para el cultivo de la caña de azúcar, que en un porcentaje muy reducido es destinado para el consumo de azúcar. Sin embargo, un porcentaje de enormes proporciones se destina para producir agro combustible, que no es precisamente para el consumo nacional, sino que se exporta a otros países. Además de eso, el monocultivo genera una gran contaminación ambiental, debido a que no permite que en grandes extensiones de suelo exista otra flora, por lo tanto reduzca la fauna que cumple un ciclo perfecto cuando existe heterogeneidad en los cultivos, sino que además la quema constante (como lo hacen los ingenios) produce dióxido de carbono que repercute en la capa de ozono, facilitando a lo que conocemos como calentamiento global y que también repercute en daños irreversibles en el sistema respiratorio de niños y niñas de las comunidades han sido afectados. El uso de fertilizantes y madurantes a su vez,contamina el suelo, el aire y principalmente las aguas1.

Aproximadamente un millón de personas en el Valle del Cauca y la parte plana del Cauca viven como empleadas de estas plantaciones, lo que ha palabras de sus patrones puede ser una empresa de “desarrollo social y económico”, así como de sustento para miles de familias. Si echamos una mirada unas decenas de años atrás, aquellas tierras antes habitadas por comunidades campesinas, afrodescendientes e indígenas fueron invadidas poco a poco por el discurso de progreso económico que la caña producía2. En pocas palabras, miles de personas trabajan de sol a sol en sus propias tierras ancestrales pero a beneficios de unos cuantos usurpadores.

El vuelco de una actividad neocolonial que desde el siglo XVI se llevaba a cabo por colonizadores españoles, pasó a una actividad de carácter capitalista desde la década del 60 del siglo pasado3, -donde según habitantes de la región-, aquellas tierras se distinguían por su gran variedad de árboles frutales, que albergaban también a decenas de especies de aves, igualmente, creando un ecosistema agradable para insectos y animales de todo tipo. Ahora, lo que se ve, es un desolador y monótono paisaje.

En el municipio de Corinto, donde nos hospedamos toda una semana completa, se presencia personas colonas que han llegado de lugares aledaños o de la ciudad de Cali, así como personas campesinas y afrodescendientes. El actual alcalde de Corinto, Edward García del Partido Liberal (así como su sucesor del mismo partido) ha intensificado una propaganda con un corte claramente racista, donde a lo largo y ancho del casco urbano y en lugares de la zona rural se ha publicitado (pasacalles, pancartas y carteles) una campaña de “No al resguardo indígena”.

A consecuencia del anterior contexto preocupante y violento, lleno de privatizaciones, desplazamientos y contaminación ambiental, las comunidades Nasa –principalmente del Norte del Cauca-, han entrado de nuevo al proceso de liberación de la Madre Tierra, tras surtir un proceso infértil de peticiones permanentemente exigidas, como: “20 mil hectáreas para los nativos del norte del departamento y 6.500 hectáreas para el cabildo indígena de Corinto, incluyendo los predios donde se asientan las empresas cañeras en ese municipio” 4

Su levantamiento se cimienta en procesos de recuperaciones triunfantes de los años 1970 y 1980, 2005 y del intento de recuperación de la hacienda El Nilo, reprimida fuertemente por parte dela Policía Nacional y paramilitares, dejando un saldo de 20 indígenas asesinados5).

Desde el 14 de Diciembre de 2014 se ha vuelto a escuchar “Libertad para la Madre Tierra”. Las comunidades han entrado a ocupar cuatro predios en zona rural de Corinto (Quebrada Seca, Miraflores, Granadita y García), tres de ellas propiedad de Carlos Ardila Lulle, que en declaraciones ha expresado, no bajar cabeza; lo que significa una resistencia de grandes proporciones por parte de la comunidad Nasa a tan brutales arremetidas por parte del ESMAD, Policía Nacional y Ejército Nacional, juntos, así como arremetidas mediáticas en las grandes corporaciones de la información en Colombia, donde el Caracol Televisión en uno de sus programas “embobazombies” como Séptimo Día, realizó un documental dividido en tres partes, donde expresaba un total racismo y abierto fascismo, como se podía constatar en las entrevistas a simpatizantes uribistas o militantes del Partido Centro Democrático, deslegitimando y criminalizando la cultura indígena en general.

El proceso de Liberación se hace consecuentemente con sus mandatos ancestrales recogidos en el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC): Unidad, Tierra, Cultura y Autonomía se encuentran para pelear contra el poderío del capital.

Unidad

La minga social indígena (permanente en el proceso de Liberación de la Madre Tierra) convoca e invita a toda la comunidad Nasa de todos los resguardos y cabildos vecinos. Así como también a indígenas todas las comunidades y pueblos, personas campesinas, afrodescendientes y demás sectores sociales, trabajadores, estudiantiles. Así, bajo los principios de solidaridad y apoyo mutuo se está consolidando la unidad entre sectores explotados y reprimidos.

Tierra

Las comunidades indígenas, trabajadoras de la tierra por sus vínculos ancestrales y culturales con la Uma Kiwe (Madre Naturaleza en Nasa Yuwe “Lengua Nasa”), han venido entregando y difundiendo el mensaje de convivir amablemente con la naturaleza, donde el complemento entre ser humano y los cuatro elementos de la tierra deben ser imprescindibles para el buen vivir colectivo, que se opone a la sucia y perversa idea/práctica de desarrollo.

Igualmente, reclaman las tierras que les fueron usurpadas ancestralmente. Responsables de ello, son terratenientes y gobierno nacional.

Cultura

El racismo indiscrimado al que han tenido que enfrentar ha sido una batalla de total desventaja. Por un lado, las campañas estatales, por el otro, medios masivos de comunicación han sido reproductores de ver al indígena como muñeco de museo, antes que como persona.

Su resistencia más importante es y ha sido el reconocimiento como indígenas que han venido caminando los territorios milenariamente.

Autonomía

Sus propuestas a partir de la propia educación, salud, agroecología y comunicación nacen a partir de una apuesta colectiva, sintiendo que se hace necesaria en tiempos donde la globalización neoliberal ataca con todo su poderío. Así las cosas, se comienza a sembrar semillitas de autonomía en cada espacio, comenzando a cultivarlas en las asambleas, hasta terminar cosechándolas en el mandar obedeciendo.

El casco urbano de Corinto, cuenta con un hospital propio de la ACIN (Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca), medicando en su gran mayoría con tratamientos naturales de sabiduría ancestral que comunican abuelas y abuelos. Las brigadas de salud hacia las comunidades de las partes altas de la cordillera son frecuentes, con personas médicas voluntarias que llegan –gran parte- de la ciudad de Cali (Universidad del Valle). Ahora, el hospital está en un Nivel I (medicina básica, donde prestan atención para consultas), a partir de la autogestión, se tiene proyectado –muy pronto- ampliar el hospital para brindar atención Nivel II.

La emisora Nación Nasa Estereo, consolidada a partir de una iniciativa del Tejido de Comunicaciones del cabildo indígena de Corinto del resguardo Paez; tomando una herramienta para difundir, la cual sale al aire con la frecuencia 93.9FM en el municipio (zona urbana y rural).

La educación propia va en camino. Se hace de total importancia, donde se comparta la lengua Nasa en un diálogo de saberes, tejidos y caminos. Una educación integral donde la mente y las manos confluyan en esa línea del buen vivir.

El mensaje que se trae desde el Norte del Cauca es claro y conciso, unidad entre sectores explotados, unidad en pensamiento, unidad en palabra. La lucha no es para las comunidades del Norte del Cauca, es para toda la humanidad. La lucha es del Norte del Cauca, comienza en el Norte del Cauca.

Desde el Norte del Cauca se escucha: “Ya Basta! Libertad para la Madre Tierra”. Desalambremos las tierras y los corazones; las tierras para caminar, los corazones para sentir. Avancemos en colectivo, acompañándonos en pensamiento desde el lugar que estemos.

¡Hasta que el sol se apague seguiremos en pie las guerreras del arco iris!

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1. Ver al respecto el documental “El amargo dulce de la caña de azúcar”.
2. Bermudez, Isabel. (1997). La caña de azúcar en el Valle del Cauca. Orígenes de la banca y la industria en Colombia 1850-1950; Credencial Historia, No 92.
3. Colmenares, German. (1983). Sociedad y economía en el Valle del Cauca. En Cali: Terratenientes, mineros y comerciantes. Bogotá: Banco Popular.
4. Ver al respecto: La pelea de los indígenas en Corinto (El Espectador).
5. Ver al respecto: Lo que vamos aprendiendo con la liberación de Uma Kiwe (ACIN).

[Colectivo Contrainformativo SubVersión – 22 de febrero 2016.]