[A.M.Bonano]
La enfermedad, entendida como un mal funcionamiento del organismo, no es algo exclusivamente humano. Los animales también padecen enfermedades, e incluso las cosas en su propio sentido presentan defectos en su funcionamiento. La idea de la enfermedad como una anormalidad, es la idea clásica desarrollada por la ciencia médica.
La respuesta a la enfermedad, principalmente gracias a la ideología positivista que domina la medicina actualmente, es la de la cura, consistente en una intervención externa elegida desde prácticas específicas, cuyo objetivo es restaurar las condiciones de una supuesta idea de normalidad.
A pesar de todo, sería un error pensar que la búsqueda de las causas de la enfermedad siempre han ido paralelas a esta necesidad científica de restaurar la normalidad. Durante décadas los remedios no se han basado en los estudios de las causas, ya que en aquellos tiempos estos eran absolutamente fantásticos. Los remedios tenian su propia lógica, especialmente cuando se basaban en conocimientos empíricos de las fuerzas de la naturaleza.
En los últimos tiempos una crítica del sectarismo de la ciencia, incluida de la medicina, se ha basado en la idea de la totalidad del hombre: una entidad construida por varios elementos-intelectuales, económicos, sociales, culturales, políticos, etc. Es en esta nueva perspectiva donde se inserta la hipótesis materialística y dialéctica del marxismo. La totalidad de un hombre nuevo y real descrita de varios modos, no más tiempo dividida en los sectores que el viejo positivismo nos tenía acostumbrados, fue de nuevo resumida en un determinismo de una sola dirección por los Marxistas.
Las causas de la enfermedad son consideradas como consecuencia exclusiva del capitalismo, el cual aliena al hombre a través del trabajo, exponiéndole a una relación distorsionada con la naturaleza y la “normalidad”, el otro lado de la enfermedad.
En nuestra opinión ni las tesis positivistas que ven a la enfermedad como el mal funcionamiento del organismo, ni las marxistas que consideran que todo mal es debido al crimen del capitalismo son suficientes.
Las cosas son algo más complicadas. Básicamente, no podríamos decir que las enfermedades no existirían en una sociedad liberada. No podríamos decir que si se lograse ese maravilloso evento, la enfermedad se reduciría a un simple debilitamiento de alguna fuerza hipotética que se encuentra todavía por descubrir. Creemos que la enfermedad es parte de la naturaleza del estado del hombre que vive en sociedad, y que sería el precio a pagar por corregir un poco las condiciones óptimas de la naturaleza para obtener la artificialidad necesaria para construir incluso la más libre de las sociedades.
Ciertamente, el crecimiento exponencial de la enfermedad en una sociedad libre donde la artifiacilidad entre individuos sería reducida a lo estrictamente imprescindible, no podría compararse con el que habría en una sociedad basada en la explotación, tal y como es nuestra sociedad actual.
Se puede entender de esta idea, que la lucha contra la enfermedad es una parte integral del conflicto de clases. No tanto porque la enfermedad este causada por el capital -que sería una declaración determinista y por lo tanto inaceptable- sino porque una sociedad libre sería diferente.
Incluso en su negatividad estaría más cerca de la vida, de ser humano.
Así la enfermedad podría ser una expresión de nuestra humanidad tal y como hoy en día es una expresión de nuestra terrible inhumanidad.
Esta es la razón por la cual nunca estaremos de acuerdo con la tesis simplista resumida en la frase “hacer de la enfermedad un arma”, incluso a pesar de que merece ser digna de respeto, especialmente en lo concerniente a enfermedades mentales. No es realmente posible proponer al paciente una cura basada exclusivamente en la lucha contra el enemigo de clase.
Aquí la simplificación podría ser absurda. La enfermedad también significa sufrimiento, dolor, confusión, incertidumbre, duda, soledad, y estos elementos negativos no se limitan al cuerpo, también atacan a la conciencia y a la voluntad. Construir programas de lucha sobre tales bases sería bastante irreal y terriblemente inhumano.
Pero la enfermedad puede convertirse en un arma si entendemos tanto sus causas como sus efectos. Puede ser importante para mi entender cuales son las causas externas de mi enfermedad: capitalismo y explotadores, Estado y Capital. Pero esto no es suficiente. También necesito clarificar mi relación con MI ENFERMEDAD, que no debería ser solamente sufrimiento, dolor y muerte.
Debería también ser un método por el que poder entenderme y entender a los demás mejor, así como la realidad que me rodea y que es necesario hacer para transformarla, y obtener a su vez una mejor comprensión de las salidas revolucionarias.
Los errores que se han cometido en el pasado sobre esta materia provienen de la falta de claridad debido a la interpretación marxista. Que se basa en la reclamación de establecer una relación DIRECTA entre enfermedad y capitalismo. Nosotros creemos que esta relación debería ser INDIRECTA, esto es siendo conscientes de la enfermedad, pero no la enfermedad en general como una condición de ANORMALIDAD, sino mi enfermedad como parte de mi vida, un elemento de MI NORMALIDAD.
Y después vendrá la lucha contra esta enfermedad. Incluso aunque no todas las luchas terminan en Victoria.
Alfredo M. Bonanno
Traducción Palabras de Guerra