Grecia
Presentamos la carta de A.D.Bourzoukos, uno de los 4 compañeros anarquistas detenidos el 1 de febrero del 2013 por el doble atraco realizado en localidad de Velvedo.
“Quedaba aún mucha luz para que amanezca
Pero yo no he aceptado la derrota”
El 12.25 del mediodía. La última vez que miré el reloj. Detrás nuestro un coche patrulla, dentro de la furgoneta mis dos compañeros, el “rehén” y yo. Sólo unas pocas horas antes nuestras emociones eran totalmente diferentes. Durante un rato, al parecer, todo iba perfectamente, hasta que detuvieron a nuestro compañero en la “ambulancia”. Entonces, de golpe la situación nos ha abatido, pero a pesar de todo eso mantuvimos mente clara, en el grado que esto era posible, y así también hemos asegurado la huida de nuestros compañeros.
Volviendo a nuestra imagen inicial: nosotros tres junto con el “rehén” en la furgoneta y un “accidental” (no ha sido para nada accidental, ya que la alerta sonó en todos los pueblos en alrededor) encuentro con un coche patrulla. Los últimos minutos de nuestra libertad ya habían comenzado la cuenta atrás. Lo que se dijo en la furgoneta durante estos minutos es poco relevante para nuestra historia, lo que cuenta es nuestra decisión final. No vamos a abrir fuego, no vamos a arriesgar la vida del médico. Era la única opción que tuvimos en aquel momento. Al fin y al cabo, el único arma que teníamos en esas condiciones era nuestra pasión por la libertad. Y lo hemos apretado hasta que se pudo. Después de una persecución por las calles de Veria, casi como sacada de una peli, finalmente quedamos atrapados en un callejón por un coche patrulla que casualmente pasaba por ahí. No sé cuanto sentido tiene contar otra vez el resto de esa historia. Lo único que siento que tengo que dejar claro, ya que esto ha tomado enormes dimensiones, es la parte de las torturas. Sé que en gran parte de la sociedad, el imagen de una persona que recibió paliza puede generar el miedo, la compasión o las dudas. Pero no en nosotros, compañeros. Lo que puedo decir además es que el Estado intencionadamente permitió que se publicasen nuestros fotos y eso con el objetivo de atemorizar a los que se piensan actuar de esta manera. Tal vez ha sido también un “error” hecho deprisa, debido al automatismo que ya caracteriza a cualquier operación de la Unidad Antiterrorista. Sea como sea, de momento no quiero centrarme en eso. Me gustaría expresar una breve opinión personal sobre estas horas de paliza.
Ni siquiera al principio y ni por momento me sentía como víctima y obviamente no quiero que alguien me vea así. Durante estas cuatro horas de continua paliza, naturalmente que una de las cosas que estaba pensando eran los posibles escenarios sobre qué “final” podría tener esa escoria bravucona y cobarde. Ni el miedo ni el dolor, sólo la rabia. A pesar de como duele la verdad, agarras a tu “quiero” por el pelo y lo pones de rodillas. Todo ese tiempo que la paliza seguía sin parar, se iban confirmando todos estos años durante los cuales había optado por enfrentarme a ese sistema podrido. Todas mis opciones, todos mis pensamientos se hicieron carne y hueso. Puede ser que al fin y al cabo ya un sólo minuto con los manos atados bastó. Tal vez finalmente estos momentos de tortura son el sello que ratifica al podredumbre de ese sistema.
Pero hablemos ahora sobre el dinero. Dinero que fluye abundantemente (incluso en los tiempos de escasez que vivimos) por las sucursales bancarias, por las oficinas de hacienda pública y por todo tipo de inversiones del gran capital (como Cosco). La sangre del capitalismo.
Mi rechazo a colocarme como un bien engrasado engranaje más en ese sistema es una de las muchas razones por que he optado por el atraco (personalmente lo defino como expropiación) al banco. Con esto quiero decir que nunca tenía ganas de ser un “transeúnte” más en estas tierras, uno que tiene un trabajo “normal”, una vida “normal”. No tardé mucho en darme cuenta que el trabajo como su único objetivo tiene la instrumentalización del ser humano con el fin siendo siempre el beneficio del “Capital” del turno. Una permanente acumulación del capital por cada vez menos personas. Algo que no ha tardado de mostrar sus efectos secundarios. Más o menos en este punto yo también puse mis interrogantes.
Por lo tanto ¿eran unos casos aislados del fraude y corrupción los que llevaron el sistema a la crisis o más bien la crisis misma constituye un bien planteado proyecto de obtener beneficios todavía más grandes? ¿Hubo una “caída” del sistema bancario debida a la “burbuja” de los préstamos o se trataba de un truco capitalista para una nueva acumulación, una capitalización de dimensiones todavía más grandes?
Seguramente tenemos que ver con una crisis sin precedentes para las realidades capitalistas y seguramente ésta fue precedida por la “caída” del sistema bancario. Sin embargo estamos hablando de dos caras de la misma moneda falsa.
El capitalismo no podría existir sin el sistema bancario. Sin este último no hubiera existido uno de los más fundamentales medios de acumulación de capital. No hubiera existido el capitalismo. Así como en el caso de una eventual caída del sistema bancario fue llamado el Estado para que llenara las cajas de los bancos, un poco más tarde ante la inminente caída del mecanismo estatal fueron llamados los bancos para apuntalar inversiones y así abrir el camino para una nueva capitalización de los bancos. Un círculo vicioso que como su único objetivo tiene no permitir que se muera el capitalismo moribundo.
Mirando esta breve historia que tiene Grecia en la Unión Europea, a su caída económica la puedo interpretar sólo como algo que fue planeado por adelantado. Tanto la caída de Grecia como la de los demás países europeos donde llegó la crisis. Entrando en la zona de euro con la “logística creativa” (como fue llamada logística griega), el primer ministro Simitis al momento de presentar la economía de Grecia como bastante fuerte y en un continuo desarrollo, comparable a la de los demás estados de UE, se refirió a una época encantadora. En aquel período todo pequeño-burgués pudo esperar la llegada del paraíso capitalista. Hasta que empezó a aparecer la “burbuja” del capitalismo como sistema, con la crisis de 2008 y el comienzo del colapso. Lo que siguió era de nuevo la “logística creativa”, esta vez introducida por Giorgos Papandreu y con el fin siendo ya la “entrada” de Grecia en el mecanismo de apoyo económico (FMI-BCE). Para llegar allí donde estamos hoy, en el definitivo saldo de la vida de gente y de hecho eliminación de la dignidad humana. Algo que por supuesto va acompañado por inversiones baratas y oportunidades de saquear la naturaleza, como se intenta hacer hoy en día en diferentes lugares.
Las experiencias vividas y la insoportable presión que recibe la sociedad bastan para demostrar en toda la claridad la cara sucia del capitalismo. Reconozco mi acto como una expropiación. Para mi, los verdaderos ladrones administran órganos ejecutivos de los bancos y del aparato estatal.
El agregado natural de la crisis sistémica es la represión. Tanto acertada como generalizada, una represión que tiene como objetivo aterrorizar y debilitar la sociedad entera. Su punto de lanza y su blanco casi fijo constituye el ámbito anarquista-subversivo amplio. Un ámbito que, funcionando muchas veces como detonador o catalizador, enciende insurrecciones y tensiones incorporando la furia y la rabia que está creciendo más y más en diversos sectores sociales.
La paradoja de la política represiva del Estado consiste en como éste apunta también contra otros sectores sociales que resisten, describiéndoles con sobrante facilidad como “ilegales y terroristas que lo único que quieren es la destrucción”. Un ejemplo característico fue la espasmódica reacción del Estado a los hechos de Skouries. El impresionante y total incendio de las obras de minas de oro muy rápidamente ha sido calificado de “ataque terrorista”. Se trata de una movida con que estoy de acuerdo y a lado de la gente que lo hizo. El único diálogo que puede haber con una multinacional que tiene como objetivo destruir y saquear la naturaleza para su propio beneficio es el ataque puro y duro. Reconozco el coraje de las personas que pasaron a acción directa tomando sus vidas en sus manos. Causaron un herida mortal tanto a la empresa “El Dorado” como al Estado. Este es también el razón por que un par de días más tarde el pueblo entero de Skouries fue literalmente inundado por las fuerzas represivas que realizaban allanamientos y registros en las casas de habitantes del pueblo, un percal que recordaba un poco a guerra civil y muestra el totalitarismo del Estado que convirtió todo un pueblo en zona de guerra.
Por supuesto no ha faltado lo de “la implicación de los anarquistas-terroristas” en este ataque. Desde el primer momento los medios de comunicación de masas se apresuraron a localizar los “terroristas que fueron instructores del ataque”.
Es bien conocida y fija la táctica de los medios: señalar, aterrorizar y calumniar. Naturalmente siempre siguiendo fielmente las directivas del portador del turno, ya sea la Seguridad del Estado, la Unidad Antiterrorista o directamente la línea del gobierno. Auténticos “trabajadores” de la opresión y sumisión están excavando fosas—bastante profundas para que todos caben dentro—para que pueda seguir con su obra el brazo represivo y luego la mafia judicial podrá sepultar a todo lo que resiste.
Más o menos así comienza también el delirio (de una propaganda al estilo de Goebbels) de los medios de comunicación de masas inmediatamente después de nuestra detención. Una noticia ideal para los noticieros del terror y los guiones de ficción antiterrorista. No pude omitir de reconocer a esta tan clara línea política seguida por los medios de comunicación, que con pomposidad e un indispensable sensacionalismo hablaban sobre nuestra “indudable implicación en otras acciones aparte del atraco”. Con una táctica correspondiente a aquella que fue utilizada en Italia en mitades de los 90 para golpear al ámbito anarquista (caso de ORAI), el Estado griego intenta reprimir a cualquier fuente de resistencia.
Era fácil adivinar lo que va a seguir durante los días después de mi detención. En cualquier momento me va a citar algún fiscal especial encargado de los temas del “terrorismo”(¿puede ser que le llamen Mokkas?) para, a base de evidencias nulas y sin ningún razonamiento detrás—aparte de las conjeturas de la Antiterrorista—, nombrarme miembro de alguna organización. Por supuesto, la confirmación de esta previsión no tardó en llegar.
Finalmente fui citado por el fiscal especial-juez investigador (que se llama de hecho Mokkas), quien me incluyó en la O.R. Conspiración de Células del Fuego. Naturalmente, reconozco la acción de la O.R. CCF y sus miembros como revolucionarios, pero esto no me impide decir que no tengo nada que ver con esta organización. Nunca fui su miembro y nos separan diferencias esenciales, tanto en nivel de proyectualidad como en la más general percepción del conjunto social. Para el Estado, el hecho de integrarme en la O.R.CCF es una muy fácil manera de ampliar las acusaciones penales y por tanto los años de cárcel. Pero en mi opinión se trata de abiertamente “meterlo todo en el mismo saco”, de una agrupación flagrante que automáticamente suprime a cualquier base política que pudiera tener un luchador.
“El precio de autodeterminación nunca resulta barato y en ciertos casos es increíblemente caro.”
El camino hacia la revolución y la anarquía seguramente no podría ser cubierto de pétalos de rosas, pero tampoco podría ser el único camino, independiente de la situación que haya de momento. Nuestros medios son bien conocidos y deben evolucionar continuamente, mientras que la gama de opciones que tenemos en nuestro arsenal es bastante grande. Considero que todo revolucionario debe tener la perspicacia y la sobriedad necesaria para elegir las “armas” más adecuadas en las respectivas condiciones. El camino de la resistencia tiene muchos aspectos y seguramente se necesita una lucha multiforme. Ya sea un cartel que llama para concentración huelguista, la ocupación de algún edificio estatal, un incendio del banco, un ataque con bombas contra algún mecanismo del Estado o incluso la expropiación del dinero que pertenece al Estado, el objetivo es siempre mismo. De una parte herir las estructuras y funciones del capitalismo y de otra difundir los medios, las prácticas y las concepciones de lucha por la anarquía, por la libertad.
Me encuentro en esta muy variada entre sí sociedad, siempre combatiendo para mi mismo, para mis compañeros, por la destrucción definitiva del sistema y por el derrumbo total de lo existente. Esto no significa que voy a dejar de ejercer la crítica contra los que se la merecen porque con su tolerancia e indiferencia reproducen y mantienen un sistema podrido y opresor.
“Esta revolución necesariamente debe ser violenta, incluso si la violencia en sí es mala. Sería absurdo tener esperanza que los privilegiados van a reconocer los sufrimientos y las injusticias que causan sus privilegios y que decidan de renunciarlas voluntariamente”.
La violencia brota de nuestro interior y es la única respuesta digna frente a degradación y miseria engendradas por ese sistema.
La radicalización de sociedad es un hecho evidente en nuestros tiempos. La históricamente importante cuestión que se presenta es ¿hacia dónde va esa polarización? Un ejemplo tangible de esta tensión son los muy crecidos porcentajes de votos que ganó el Amanecer Dorado en las elecciones y los bastante comunes fenómenos de ataques racistas en centro de Atenas. Claro, este es un posicionamiento superficial en los “extremos” ya que carece de consciencia. Con el perfil de un supuesto “partido antisistémico”, el Amanecer Dorado ha logrado de reunir gran parte de la rabia de un sector social.
Naturalmente no soy partidario de la “teoría de extremos” ni considero el A.D. como antisistémico. Para mi está totalmente claro que ellos forman parte del sistema y al mismo tiempo son su arma. Este es también el razón porque aquel fenómeno no debería atraer menos atención que se le merece.
Vamos a organizarnos para proponer una lucha multiforme y duradera. Para destruir el trabajo desde sus mismos fundamentos como una relación opresiva y eso tras expropiar conscientemente la riqueza capitalista con el objetivo de agudizar y apoyar a la lucha. Siguiendo el camino de acción directa pasaremos al ataque en todos los frentes contra el sistema capitalista. Con comunicación constante y una permanente agitación en el seno del ámbito anarquista-subversivo, pero también en más amplios sectores sociales, podemos esparcir las relaciones anarquistas de autoorganización y autogestión de nuestras vidas. Con nuestra continua presencia por las calles y en luchas callejeras salvajes, se crean las consciencias, toma forma el ánimo combativo y se difunde la violencia luchadora. No, los molotov y las barricadas no son un paso necesario para “subir el grado” y luego dedicarse a bombonas de gas, bombas y lucha armada. Constituyen una inseparable parte de la misma lucha. Uno completa al otro. Cuanto se precisa a la lucha callejera tanto se precisa a los sabotajes nocturnos realizados con cada medio y dirigidos contra las estructuras de la máquina del Estado. La lucha armada es una de las expresiones del combate, una expresión indispensable que debe apoyar a las luchas más amplias del movimiento y ser apoyada por ellas. Cualquier sabotaje que sea separado de las luchas del movimiento y de las reivindicaciones más amplias tiene bastantes posibilidades de pasar a la letra pequeña de la historia como un simple suceso y finalmente resultar silenciado.
Por lo tanto, dejemos una imborrable “huella” en la historia. La plenitud de los tiempos ha llegado, hagamos factible la revolución por el derrumbo de la plutocracia, por la anarquía.
Andreas-Dimitris Bourzoukos
Koridallos, Ala A
Marzo de 2013
http://vivalaanarquia.espivblogs.net/?p=15335
Grecia – Lettera del prigioniero anarchico Andreas-Dimitris Bourzoukos
Presentiamo la lettera di A.D.Bourzoukos, uno dei 4 compagni anarchici arrestati il 1 febbraio 2013 per la doppia rapina realizzata nella località di Velvedo.
“Mancava ancora molta luce perchè albeggiasse
Ma io non ho accettato la sconfitta”
Mezzogiorno e 25 minuti. L’ultima volta che ho guardato l’orologio. Dietro di noi un’auto pattuglia, dentro nel furgone i miei due compagni, l’“ostaggio” e io. Solo alcune ore prima le nostre emozioni erano totalmente differenti. Per un istante, all’apparenza, tutto andava perfettamente, fino a che hanno arrestato il nostro compagno nell’“ambulanza”. Quindi, di colpo la situazione ci ha abbattuto, ma nonostante tutto questo abbiamo mantenuto la mente lucida, per quanto fosse possibile, e in questo modo siamo riusciti ad assicurare la fuga dei nostri compagni.
Tornando alla nostra immagine iniziale: noi tre insieme con l’ “ostaggio” nel furgone e un incontro “accidentale” (non è stato per niente accidentale, poiché l’allarme era scattato in tutti i villaggi dei dintorni) con un’auto pattuglia. Gli ultimi minuti della nostra libertà già avevano iniziato il conto alla rovescia. Quello che ci siamo detti nel furgone in questi minuti è poco rilevante per la nostra storia, quello che conta è la nostra decisione finale. Non avremmo aperto il fuoco, non avremmo messo a rischio la vita del medico. Era l’unica scelta che avevamo in quel momento. In ogni caso, l’unica arma che avevamo in quelle condizioni era la nostra passione per la libertà. E la abbiamo spremuta finchè abbiamo potuto. Dopo un inseguimento per le strade di Veria, quasi come fossimo in un film, alla fine siamo rimasti intrappolati da parte di una pattuglia che casualmente passava di lì, in una strada senza uscita. Non so che senso abbia raccontare un’altra volta il resto di questa storia. L’unica cosa che sento di voler mettere in chiaro, poiché questa cosa ha preso dimensioni enormi, è la parte delle torture. So che in gran parte della società l’immagine di una persona che ha ricevuto un pestaggio può generare paura, compassione o dubbi. Ma non in noi, compagni. Quello che posso dire, inoltre, è che lo Stato ha intenzionalmente permesso che si pubblicassero le nostre foto, e questo con l’obiettivo di terrorizzare coloro che pensano di agire come abbiamo fatto noi. Forse è stato anche un “errore” fatto di fretta, a causa dell’automatismo che caratterizza qualunque operazione dell’Unità Antiterrorista. Sia come sia, al momento non mi interessa concentrarmi su questo. Mi piacerebbe esprimere una breve opinione personale su queste ore di pestaggi.
Nè al principio né in qualunque momento mi sono sentito una vittima, e ovviamente non voglio che altri mi vedano così. Durante quelle quattro ore di continui pestaggi, naturalmente una delle cose che pensavo erano i possibili scenari su quale “finale” avessero in mente quelle merde codarde e spacconi. Non la paura né il dolore, solo la rabbia. Nonostante quanto faccia male la verità, prendi quello che “vuoi” per i capelli e lo metti in ginocchi. Per tutto il tempo in cui continuava il pestaggio e non si fermava, mi si confermavano tutti questi anni durante i quali avevo scelto di scontrarmi con questo sistema marcio. Tutte le mie scelte, tutti i miei pensieri si sono fatti carne e ossa. Può darsi che alla fine sia bastato anche solo un minuto con le mani legate. Forse alla fine questi momenti di tortura sono il sigillo che conferma il marciume di questo sistema.
Ma parliamo ora del denaro. Denaro che fluisce abbondantemente (anche nei tempi di crisi in cui viviamo) nelle succursali bancarie, negli uffici di proprietà pubblica, e in tutti i tipi di investimenti del gran capitale (come Cosco). Il sangue del capitalismo.
Il mio rifiuto di situarmi come un ingranaggio ben oliato in più in questo sistema è una delle tante ragioni per cui ho scelto la rapina (personalmente la definisco come “esproprio”) in banca. Con questo voglio dire che non ho mai avuto voglia di essere un altro “pedone” in più su questa terra, uno che ha un lavoro “normale”, una vita “normale”. Non ci ho messo molto a rendermi conto che il lavoro aveva come unico obiettivo la strumentalizzazione dell’essere umano con il fine del beneficio del “Capitale” di turno. Un accumulo permanente del capitale per sempre meno persone. Qualcosa che non ha tardato di mostrare i suoi effetti secondari. Più o meno a questo punto anch’io mi sono posto i miei interrogativi.
Per cui erano alcuni casi isolati le frodi e la corruzione che hanno portato il sistema alla crisi, o piuttosto la crisi stessa costituisce un progetto già previsto per ottenere benefici ancora più grandi? C’è stata una “caduta” del sistema bancario a causa della “bolla” dei prestiti o si trattava di un trucco capitalista per un nuovo accumulo, una capitalizzazione di dimensioni ancora più grandi?
Sicuramente abbiamo a che vedere con una crisi senza precedenti per le realtà capitaliste e sicuramente questa è stata preceduta dalla “caduta” del sistema bancario. Ma stiamo parlando di due facce della stessa moneta falsa.
Il capitalismo non potrebbe esistere senza il sistema bancario. Senza quest’ultimo, non sarebbe esistito uno dei più fondamentali mezzi di accumulazione del capitale. Non sarebbe esistito il capitalismo. Così come nel caso di una eventuale caduta del sistema bancario è stato chiamato lo Stato a riempire le casse delle banche, poco dopo di fronte alla imminente caduta del meccanismo statale sono state chiamate le banche per rafforzare gli investimenti e aprire così il cammino a una nuova capitalizzazione delle banche. Un circolo vizioso che come unico obiettivo ha non permettere che il capitalismo moribondo muoia.
Guardando a questa breve storia che ha la Grecia nell’Unione Europea, alla sua caduta economica, la posso interpretare solo come qualcosa che è stato programmato dall’inizio. Sia la caduta della Grecia che quella degli altri paesi europei in cui è arrivata la crisi. Entrando nella zona dell’euro con la “logistica creativa” (come è stata chiamata la logistica greca), il primo ministro Simitis nel momento di presentare l’economia della Grecia come abbastanza forte e in continuo sviluppo, paragonabile a quella degli altri stati dell’U.E., parlò di epoca meravigliosa. E in quel periodo tutti i piccoli borghesi potevano sperare nell’arrivo del paradiso capitalista. Fino a che è cominciata ad apparire la “bolla” del capitalismo come sistema, con la crisi del 2008 e l’inizio del collasso. Quello che è seguito è stata di nuovo la “logistica creativa”, questa volta introdotta da Giorgos Papandreu, con il fine di fare “entrare” la Grecia nel meccanismo di appoggio economico (FMI-BCE). Fino ad arrivare a dove siamo oggi, nella svendita definitiva della vita della gente e di fatto l’eliminazione della dignità umana. Qualcosa che ovviamente va accompagnato da investimenti a basso costo e opportunità di saccheggiare la natura, come si cerca di fare oggi in diversi luoghi.
Le esperienze vissute e l’insopportabile pressione che riceve la società bastano a dimostrare in tutta la sua chiarezza la faccia sporca del capitalismo. Riconosco la mia azione come un esproprio. Per me, i veri ladri amministrano gli organi esecutivi delle banche e dell’apparato statale.
L’assistente naturale della crisi sistemica è la repressione. Sia azzeccata che generalizzata, una repressione che ha come obiettivo di terrorizzare e debilitare la società intera. La sua punta di lancia e il suo obiettivo quasi fisso costituisce l’ambito anarchico-sovversivo ampio. Un ambito che, funzionando molte volte come detonatore o catalizzatore, accende insurrezioni e tensioni incorporando la furia e la rabbia che sta crescendo sempre più in diversi settori sociali.
Il paradosso della politica repressiva dello Stato consiste in come colpisce anche altri settori sociali che resistono, descrivendoli con eccessiva facilità come “illegali e terroristi, che vogliono solo la distruzione”. Un esempio caratteristico è stata la reazione spasmodica dello Stato agli eventi di Skouries. L’impressionante incendio totale degli strumenti delle miniere d’oro è stato qualificato molto rapidamente come “attacco terrorista”. Si tratta di un avvenimento con cui sono d’accordo, e sono al fianco delle persone che lo hanno realizzato. L’unico dialogo che si può avere con una multinazionale che ha come obiettivo distruggere e saccheggiare la natura per il proprio beneficio è l’attacco puro e duro. Riconosco il coraggio delle persone che sono passate all’azione diretta prendendo le loro vite nelle loro mani. Hanno causato una ferita mortale sia all’impresa “El Dorado” sia allo Stato. Questa è anche la ragione per cui un giorno dopo l’intero villaggio di Skouries è stato letteralmente inondato dalle forze repressive che hanno realizzato perquisizioni nelle case degli abitanti del villaggio, un metodo che ricorda un po’ la guerra civile e mostra il totalitarismo dello Stato che ha convertito tutto il villaggio in zona di guerra.
Ovviamente non è mancato il discorso del “coinvolgimento degli anarchici-terroristi” in questo attacco. Dal primo momento i mezzi di comunicazione di massa si sono affrettati a localizzare i “terroristi che sono stati gli istruttori dell’attacco”.
E’ ben conosciuta e stabile la tattica dei media: segnalare, terrorizzare e calunniare. Naturalmente sempre seguendo fedelmente le direttive del messaggero di turno, che sia la Sicurezza dello Stato, l’Unità Antiterrorista, o direttamente la linea del governo. Autentici “lavoratori” dell’oppressione e sottomissione, stanno scavando le fosse – abbastanza profonde perchè tutti ci cadano dentro – perchè il braccio repressivo possa continuare con la sua opera e poi la mafia giudiziaria potrà seppellire tutto quanto resiste.
Più o meno così comincia anche il delirio (di una propaganda in stile Goebbels) dei mezzi di comunicazione di massa immediatamente dopo il nostro arresto. Una notizia perfetta per i notiziari del terrore e gli sceneggiatori della fiction antiterrorista. Non posso mancare di riconoscere questa così chiara linea politica seguita dai mezzi di comunicazione, che con pomposità e un indispensabile sensazionalismo parlavano della nostra “indubitabile partecipazione in altre azioni oltre la rapina”. Con una tattica corrispondente a quella che è stata utilizzata in Italia alla metà degli anni ’90 per colpire l’ambito anarchico (caso ORAI), lo Stato greco tenta di reprimere qualunque fonte di resistenza.
Era facile prevedere quello che sarebbe seguito nei giorni successivi al mio arresto. In qualunque momento qualche p.m. speciale incaricato dei temi del “terrorismo” mi avrebbe citato (può essere che si chiami Mokkas?), sulla base di prove nulle e senza dietro alcun ragionamento – a parte le congetture dell’Antiterrorismo -, per nominarmi membro di qualche organizzazione. Ovviamente, la conferma di questa previsione non è tardata ad arrivare.
Alla fine sono stato citato dal pm speciale-giudice investigatore (che si chiama infatti Mokkas), che mi ha incluso nell’organizzazione rivoluzionaria Cospirazione delle Cellule di Fuoco. Naturalmente, riconosco l’azione della CCF e dei suoi membri come rivoluzionaria, ma questo non mi impedisce di dire che non ho niente a che vedere con questa organizzazione. Non sono mai stato suo membro e ci separano differenza essenziali, sia a livello di progettualità come nella più generale percezione dell’insieme sociale. Per lo Stato, il fatto di integrarmi nella CCF è una maniera molto semplice di ampliare le accuse penali e per tanto gli anni di carcere. Ma nella mia opinione si tratta di mettere apertamente “tutti nello stesso sacco”, di un raggruppamento flagrante che automaticamente sopprime qualunque base politica che possa tenere un lottatore.
“Il prezzo dell’autodeterminazione non è mai basso, e in certi casi è incredibilmente caro”.
Il cammino verso la rivoluzione e l’anarchia sicuramente non potrebbe essere coperto di petali di rosa, ma nemmeno potrebbe essere l’unico cammino, indipendente dalla situazione che c’è al momento. I nostri mezzi sono ben conosciuti e debbono evolversi continuamente, mentre la gamma di scelte che abbiamo nel nostro arsenale è abbastanza grande. Ritengo che qualunque rivoluzionario debba avere la perspicacia e la sobrietà necessarie per scegliere le “armi” più adeguate nelle rispettive condizioni. Il cammino della resistenza ha molti aspetti e sicuramente si ha bisogno di una lotta multiforme. Che sia un manifesto che chiama a uno sciopero, l’occupazione di un qualche edificio statale, un incendio di una banca, un attacco con bombe contro qualche meccanismo dello Stato o inclusa l’espropriazione del denaro che appartiene allo Stato, l’obiettivo è sempre lo stesso. Da una parte ferire le strutture e funzioni del capitalismo e dall’altra diffondere i mezzi, le pratiche e le concezioni di lotta per l’anarchia, per la libertà.
Mi trovo in questa società molto varia al suo interno, combattendo sempre per me stesso, per i miei compagni, per la distruzione definitiva del sistema e per il crollo totale dell’esistente. Questo non significa che smetterò di esercitare la critica contro quelli che la meritano perchè con la loro tolleranza e indifferenza riproducono e mantengono un sistema marcio e oppressore.
“Questa rivoluzione deve essere necessariamente violenta, anche se la violenza in sé è sbagliata. Sarebbe assurdo avere la speranza che i privilegiati riconoscano le sofferenze e le ingiustizie causate dai loro privilegi e che decidano di rinunciarvi volontariamente”.
La violenza emerge dal nostro interno ed è l’unica risposta degna di fronte al degrado e alla miseria generate da questo sistema.
La radicalizzazione della società è un fatto evidente ai nostri tempi. La domanda storicamente importante che si presenta è: verso dove va questa polarizzazione? Un esempio tangibile di questa tensione sono le percentuali crescenti di voti guadagnati da Alba Dorata alle elezioni, e i fenomeni abbastanza comuni di attacchi razzisti al centro di Atene. Chiaro, questa è una posizione superficiale agli “estremi”, poiché manca di coscienza. Con il profilo di un presunto “partito antisistema”, Alba Dorata è riuscita a recuperare gran parte della rabbia di un settore sociale.
Naturalmente non sono un sostenitore della “teoria degli estremi”, né considero Alba Dorata come anti-sistema. Per me è totalmente chiaro che essi formano parte del sistema e allo stesso tempo sono una sua arma. Questa è anche la ragione per cui quel fenomeno non dovrebbe attrarre meno attenzioni di quanto merita.
Ci organizzeremo per proporre una lotta multiforme e duratura. Per distruggere il lavoro dalle sue stesse fondamenta come relazione oppressiva e questo attraverso l’espropriazione cosciente della ricchezza capitalista con l’obiettivo di acutizzare e appoggiare la lotta. Continuando il cammino dell’azione diretta passeremo all’attacco su tutti i fronti contro il sistema capitalista. Con comunicazione costante e un’agitazione permanente nell’ambito anarchico-sovversivo, ma anche in più ampi settori sociali, possiamo diffondere le relazioni anarchiche di auto-organizzazione e autogestione delle nostre vite. Con la nostra continua presenza nelle strade e nelle lotte selvagge di strada, si formano le coscienze, prende forma l’animo combattivo e si diffonde la violenza della lotta. No, le molotov e le barricate non sono un passaggio necessario per “salire di livello” e poi dedicarsi alle bombole di gas, alle bombe e alla lotta armata. Costituiscono una parte inseparabile della stessa lotta. Una completa l’altra. Quanto si ha bisogno della lotta di strada tanto si ha bisogno dei sabotaggi notturni realizzati con ogni mezzo e diretti contro le strutture della macchina dello Stato. La lotta armata è una delle espressioni del combattimento, un’espressione indispensabile che deve appoggiare le lotte più ampie del movimento ed essere appoggiata da queste. Qualunque sabotaggio che sia separato dalle lotte del movimento e dalle rivendicazioni più ampie ha parecchie possibilità di passare alla storia a caratteri minuscoli, come un semplice avvenimento e alla fine venire cancellato.
Per tanto, lasciamo una “impronta” indelebile nella storia. Il picco dei tempi è arrivato, rendiamo fattibile la rivoluzione con il crollo della plutocrazia, per l’anarchia.
Andreas-Dimitris Bourzoukos
Koridallos, Ala A
Marzo 2013
tradotto da: http://vivalaanarquia.espivblogs.net/?p=15335
http://anarchiciferraresi.noblogs.org/post/2013/05/02/grecia-lettera-del-prigioniero-anarchico-andreas-dimitris-bourzoukos/