“La vida carece de tal sentido que no tenemos otra cosa que hacer que gastar nuestro sueldo en la última falda o camisa. Compañeros y compañeras, ¿cuáles son sus deseos reales? ¿estar sentados en un bar, la mirada distante y vacía, aburrido, bebiendo un insípido café? O quizás volarlo o prenderle fuego”…
The angry brigade.
Es indescriptible el dolor de la perdida de un compañero. Las circunstancias de su muerte nos hablan de el. Una bomba, su bicicleta y un revólver para romper por un momento la perniciosa rutina de vida. Enfatizaría J.M Bonnano “El compañero que realiza estas acciones, consigue convertirlas en momento expresivo de su vida, caracterización específica, valor para vivir, alegría, deseo, belleza, no realización práctica, no torva realización de un hecho que mortalmente se concluye en sí mismo y determina el poder decir: “Yo hoy he hecho esto”, lejos de mí, en la periferia de mi existencia”.He aquí la importancia y trascendencia de cada uno de los actos para un anarquista. Es que cada instante de nuestras vidas es transformado en una acción subversiva con el peligro en ese instante de perderla. Es que el deseo de libertad, la ruptura de las cadenas de explotación entre hombres y la construcción de un nuevo mundo son anhelos que guardamos profundamente en nuestros corazones. A pesar de lo inhóspito de esta vida la enfrentamos con alegría y esperanza, sin ideas mesiánicas, ejecutando en primera persona el cambio de estado de las cosas existentes. Es en ese intento en que la vida de muchos compañeros se ha ido. Pero en esta batalla no hay fracasos, porque aunque se apresure la muerte nuestros actos prevalecen y se propagan.
Tu muerte no tiene un significado distinto a la de innumerables anarquistas muertos. No es el llamado “insurreccionalismo” el responsable de este “accidente”, sino el Estado que tortura, que nos roba, nos explota, nos engaña, nos emboba, asesina, enajena y expolia nuestras vidas. Es por ese motivo que nos aferramos con más fuerza a nuestras ideas y a la ejecución de estas en tiempo presente. Nuestra historia está repleta de muertos, encarcelados y perseguidos. No daremos un paso atrás por esta causa. Nada nos amedrenta. Quizás el único temor que podría invadirnos sería la perpetua permanencia de este orden de cosas.
Compañero Mauricio Morales presente en nuestros actos y corazones.