[Damián Hernández]
Prólogo introductorio a la situación anarquista y la idea “patria”
El principio básico de la solidaridad, que en el anarquismo se relaciona directamente con la practica de la libertad, nos lleva a simpatizar con cualquier situación que intente y/o busque la emancipación –compréndase, que se persiga o se obtenga en grados mayores o menores la libertad socioeconómica y política—, tanto del ser humano como de la sociedad en un país particular o en la esfera global. Pero cuando comprendemos que esa emancipación esta cargada de un sentimiento nacionalista y no socialista, sea libertario o no, nos encaminamos a un estado de reflexión, que va mas allá de la pura idea de solidaridad. Nos detenemos, y pretendemos no ser participes de una lucha que no llevará a los seres humanos de un país o del mundo a la libertad que consideramos es la más cercana a la real: la Anarquía. La pregunta que nos asfixia moralmente es: ¿al participar de una lucha como ésta, traiciono mis ideas anarquistas o al no participar traiciono a la misma idea de libertad, que es la finalidad principal del anarquismo; en cierto modo, no es la misma idea que buscan los hombres y mujeres que luchan por la emancipación colonial que los aflige, aunque esto no los lleve a una transformación cualitativa del sistema que los oprime?
En nuestra actualidad, es decir, en Puerto Rico, la situación colonial es realmente palpable. No sólo podemos llamarnos la colonia más vieja del mundo, sino que en América somos el único país en no obtener, aunque sea una vez, la independencia. Llevamos desde el 1492, fecha infame que marca el comienzo de la conquista y cristianización de las primeras sociedades americanas, el adjetivo de colonia. La fase colonial tradicional que la monarquía española impuso, comenzó a partir del 1508, con la llegada de Juan Ponce de León a la isla, no se ha detenido con la derrota del imperio español en la guerra Hispano-Cubana, sino que ese mismo año, 1898, la isla fue invadida militarmente por los Estados Unidos y se mantuvo, como es lógico, la colonia, pero de una de tipo clásico pasaron a una colonia moderna militar, que tras el uso de los juegos legalistas y lingüísticos, se disfrazó al poder colonial, con un velo de autonomía, en un país incorporado, que para el 1952 le llamaron el Estado-libre-Asociado-de-Puerto Rico.
Aunque la destrucción de la sociedad amerindia es un hecho innegable en nuestro país, no podemos hacernos la idea de que la sociedad que se gestó para el siglo XVI es una sociedad fruto de un proceso colonial, ya que si seguimos las teorías de Kropotkin sobre el sentimiento o principio de sociabilidad (apoyo mutuo) lo que se demarca es una consecuencia lógica con el que se organiza una especie para sobrevivir las circunstancia materiales y psicológicas en la naturaleza (entiéndase las concepciones políticas sociales de un grupo de individuos que interactúan en un lugar determinado). La sociedad puertorriqueña no es una construcción de los reyes católicos de España, sino todo lo contrario, la sociedad puertorriqueña es el proceso evolutivo de una parte de la humanidad que llevó a cabo la tarea de mejorar, aunque sea en principio, su condición material. Claro está, no podemos ser ingenuos, todo progreso concibe en sí la esencia de las costumbres adquiridas de sus antiguas etapas, tanto buenas como malas. Parte de la cultura puertorriqueña es un proceso de evolución inconsciente de los hábitos de los hombres y mujeres españoles, africanos, holandeses, ingleses, alemanes, daneses, corsos, italianos, moros, canarios, vascos, portugueses, en fin de una gran gama de hombres y mujeres que por circunstancias diversa fueron a parar al archipiélago puertorriqueño. Es por ello que hablar de una construcción de sociedad es un disparate, es mejor decir que la sociedad puertorriqueña, tras su proceso evolutivo de varios siglos (siglo 16 a 20) de reorganización de una parte de la especie humana, fue oprimida por la concepción ideológica (monárquica, mercantil y burguesa capitalista) de un pequeño grupo (el imperio español y el republicanismo liberal de los Estados Unidos) de hombres que dominados por el lucro del poder, impusieron un modelo de cultura que desnaturalizó al grupo de humanos que emigró a la isla.
Cuando un grupo de seres humanos se asienta y se reconoce como parte integral de un lugar (hablamos de un territorio físico: un país) este no podrá nunca aguantar que se le robe y se usurpe el lugar en el que vive. Por otro lado, no podrá soportar que se le esclavice y robe el fruto del trabajo que hace –es decir que se le robe el producto que creo en el lugar o gracias a los recursos del lugar (la tierra) — en dicho país. Es aquí, donde aparece el sentimiento patrio, un sentimiento de pertenecía a un pedazo de tierra, que se demarca por divisiones contractuales o ambientales, o un sentimiento de pertenecía por afinidades sociales en un lugar definido, que vinculan aspectos culturales, como el idioma, las tradiciones y una conducta moral, o una satisfacción individual y hasta ideológica. Todo esto, choca con la teoría anarquista que aspira y pretende cambiar las mentalidades conscientes que rondan sus filas revolucionarias. Los anarquistas quieren la destrucción del Estado y con ello toda idea de nacionalismos que proyectan las fuerzas de poder. Pero, el sentimiento de pertenencia no es un carácter necesario para el sentido de la palabra nacionalismo, sino un principio mayor que se relaciona, en la opinión de un anarquista, erróneamente con el nacionalismo estatista. Todos los hombres y mujeres, sean internacionalistas, por el lado anarquista o socialista estatista, o no, tienen en grados el sentimiento de pertenencia. Cada uno, reconoce que es de un lugar al que pertenecen, sea por nacimiento o por afinidad.
El mismo Bakunin habla del patriotismo como un grado necesario para el camino de la emancipación social. Bakunin en Carta circular a mis amigos de Italia nos aclara la idea de patria y lo natural de tal sentimiento en la vida humana. Por un lado, cuando nos dice: “El Estado no es la patria; es la abstracción, la ficción metafísica, mística, política y jurídica de la patria”[1], nos pone en contexto que la patria como una manifestación del sentimiento de pertenencia no tiene nada que ver con el Estado, ése que para el siglo XIX los políticos de Francia, Prusia y Rusia elaboraron para aplastar el principio de Liberad, Igualdad y Fraternidad, no es para nada parte necesaria de los comportamientos naturales de los seres humanos con respecto a sus asentamientos territoriales o afinidades sociales que demarcan la toma de posición en el mundo. Una toma de posición que no vincula un apoderamiento sino un posicionamiento necesario para la vida de un grupo de seres humanos que comparten el mismo interés y la pertenencia en un mismo lugar (país).
Nos dice Bakunin:
La gente sencilla de todos los países ama profundamente a su patria; pero éste es un amor natural y real. El patriotismo del pueblo no es sólo una idea, es un hecho; pero el patriotismo político, el amor al Estado, no es la expresión fiel de este hecho: es una expresión distorsionada por medio de una falsa abstracción, siempre en beneficio de una minoría explotadora.[2] (p.94)
Bakunin es muy claro y enfático al hacer la distinción de patria natural del de patria política, que es sinónimo de Estado. La “gente sencilla” es el sinónimo del ser humano que al amar a esa patria natural, no porque se les obligue a ello, sino porque se siente parte de un grupo o lugar físico, será capaz de dar su vida para mantenerse en el lugar en donde se relaciona y vive. Por el contrario, cuando nos topamos con la idea de patria política se esta refiriendo a nacionalismo estatal. La patria política pasa hacer la estructura de dominio de un territorio, de una idiosincrasia y de una economía, y es entonces, donde la idea patria se desnaturaliza, es decir, se separa de la natural tendencia a amar a la patria (entiéndase se oculta forzosamente el sentimiento de permanencia que los seres humanos tiene ante un lugar o sociedad-cultura). Por consiguiente, ¿cuál es la esencia de la patria o la nacionalidad en el pensamiento bakuniano, que influencia directamente en el amplio pensamiento anarquista? Para Bakunin es:
Una patria representa el derecho incuestionable y sagrado de cada hombre, de cada grupo humano, asociación, comuna, región y nación a vivir, sentir, pensar, desear y actuar a su propio modo; y esta manera de vivir y de sentir es siempre el resultado indiscutible de un largo desarrollo histórico[3].
Hasta ahora sólo hemos hablado de la idea del sentimiento de pertenencia material (un territorio, país, comunidad, etc.), pero también existe el sentimiento de pertenencia por afinidad. Éste se da cuando un individuo se conecta a una serie de hechos histórico-sociales que le satisfacen grandemente y que le inspiran un sentir amoroso por la cultura y vida social de un lugar (país) o ideas afines (por ejemplo, la idea de la federación antillana, la ideas bolivarianas y la concepción de federación mundial libertaria, donde el sistema socioeconómico es el anarco-comunismo). Esta característica del sentimiento de pertenencia por afinidad se presenta en grados: entre más grande es el sentimiento, mayor será el amor patrio (patria natural) que envolverá al individuo. Es por ello por lo que nos podemos encontrar un noruego viviendo en indochina o un extranjero, por ejemplo, el general San Martín, dando su vida por la independencia de todo un continente[4]. De igual forma, podremos entender como un puertorriqueño del siglo XIX, como Juan Rius Rivera[5], fue capaz de dar su vida en la guerra de los 10 años en Cuba. Éste actúo por la afinidad de ideas, porque comprendió que la lucha por la independencia de tal país es idéntica y necesaria para la independencia de su país (Puerto Rico), que se define en términos generales en que Rius Rivera luchaba en Cuba por la libertad de la especie que vivía momentos idénticos de opresión colonial. Aunque la afinidad en este caso no es vinculante a sólo un país, la afinidad de ideas que relacionan la idea de libertad de los países lleva al individuo a tomar como suya la lucha social, como si se es tuviera dándose en su propio país. Sin ir más lejos, el ejemplo de la guerra civil en España fue la manifestación material del sentimiento de pertenencia por afinidad de ideas que circunscribe de mejor forma como los seres humanos de gran parte del mundo dieron su vida por una causa realmente noble, la lucha contra el fascismo. Para un anarquista la revolución española del 36 es el ejemplo de solidaridad internacional mas grande que se ha dado en toda la historia del anarquismo, pero si profundizamos en los hombres y mujeres que fueron a tal guerra, sin importar que fueran anarquistas o no, lo que se soslaya es que un sentimiento mayor (el sentimiento de pertenencia por afinidad), que es regido por una ley natural (la ley general de apoyo mutuo), influencio en la decisión de los individuos para ir y dar su vida por la lucha de los españoles para que así el fascismo no llegara a tomar el poder en España y se fortaleciera, por consecuencia, en toda Europa. Como podemos ver, más que un acto preñado de ideologías políticas, como lo es una guerra civil o guerra de independencia, que comúnmente se hacen para acabar con el colonialismo, se dan bajo un impulso dado inconscientemente por el sentimiento de pertenencia, tanto material como por afinidad. Para más detalles, sólo hay que leer detenidamente la historia de las independencias de América y darse cuenta como el discurso no se individualizaba, sino que se generalizaba para que todo el que se sentía oprimido en América se solidarizase con cualquier intento de revolución, ya que todas llamaban a las ideas de Patria, Justicia y Libertad.
Pero, dónde encontramos el problema que nos llevó a hacer la pregunta inicial. Es muy bien sabido que los anarquistas de todo el mundo siempre se han insertado en todas las luchas, sean coloniales, de independencia o luchas sociales –por no decir socialista, porque realmente no hemos tenido nunca un a revolución socialista—, que les han parecido prometedoras. Y no estamos dudando de ello. Pero, durante la historia nos hemos percatado que los anarquistas han colaborado en todas las luchas sociales, pero tan sólo hemos escuchado: el anarquista tal y no el sector organizado anarquista que se unió completamente a la lucha por la eliminación de un gobierno colonial, imperial, monárquico, etc.; siempre es un(o) anarquista. Un ejemplo único que explica la crítica, pero nos ayuda para contestar la pregunta, es la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) que es un grupo organizado legendario en España, que luchó como cuerpo anarquista en la defensa de la República azotada por las filas del fascismo franquista para el 1936 al 1938. Pero la CNT es un ejemplo muy particular, las tensiones que se estuvieron dando durante los años de la República fue aprovechadas por el sector sindical del anarquismo español para concretizar la revolución social libertaria. Acuérdense de Oviedo, de Casas Viejas y de las huelgas generales en Barcelona y Madrid antes del 36. Realmente la CNT-FAI (Confederación Nacional del Trabajo-Federación Anarquista Ibérica) estaba haciendo una revolución social y libertaria a la par que participaban de la lucha contra el fascismo franquista que azotaba a España. ¿Cuál es la crítica y cuál es el fondo que une a ambas ideas en una sola? La CNT es española y vela por hacer de España un país, por medio del sindicalismo, cada vez más anarquista. Por otro lado la FAI es un grupo organizado de españoles, portugueses y franceses –muchos de ellos son españoles exiliados— que buscaban con la guerra del 36 comenzar el plan anarquista de transformar la sociedad. En el fondo ambos grupos estaban manifestando ese sentimiento patrio al luchar por el lugar (España y Portugal) al que pertenecen, no por obligatoriedad sino por ese impulso natural de los animales gregarios a asentarse en un territorio que reconocen como idóneos para vivir. Claro está, cada uno con grados distintos de manifestación. Pero, concretemos el asunto moral que la pregunta nos hace. La CNT-FAI, aunque manifestaban el sentimiento de pertenencia por el lugar en el que ejecutaban los intentos de transformación, no pretendieron nunca luchar por España, como nación-estado, sino por hacer de España el inicio de la transformación internacionalista de una nueva sociedad mundial. Nunca traicionaron sus ideales anarquistas y nunca faltaron a la idea de protección de su terruño patrio (patria natural, como la entendió Bakunin). Dado, este ejemplo y reflexión, podremos los anarquistas puertorriqueños analizar la circunstancia colonial que sufre país, que es el lugar donde pertenecen por el resultado del desarrollo de la especie humana que se posicionó siglos antes.
La identidad nacional, la colonia y la independencia
La identidad nacional es la manifestación lingüística para presentar de forma tergiversada el sentimiento de pertenencia, llevado por grupos que sólo toman como correcta el término de patria política. Pero, ahora conscientes del término patria natural como la manifestación inconsciente del sentimiento de pertenencia que tiene un individuo en su relación social con otros individuos que se encuentran en un lugar especifico (país), podremos entonces recuperar la identidad nacional tal como debería ser entendida y así hacer una descripción de la idea de la nacionalidad para la isla de Puerto Rico.
Pero antes sería correcto comprender como el anarquismo percibe la idea de lo nacional, y en específico la idea de liberación nacional en los pueblos sometidos a opresión colonial. Bakunin siempre ha concebido “la idea de revolución social íntimamente ligada a la liberación nacional de los pueblos sometidos”[6], es por ello por lo que proclamó la idea del paneslavismo como forma de emancipación de los pueblos eslavos que sufrían los yugos imperialistas de Rusia, Austria, Prusia y Turquía. Este paneslavismo tiene como base a la libertad e igualdad absoluta de todos los individuos que se consideran parte del pueblo eslavo[7]. Cada país que está bajo la opresión de otro tiene el derecho inviolable a tomar las armas, si es necesario, para acabar con la negación de la libertad, que toda ideología progresista de izquierda o moderada exige para sí mismo. Si cada individuo perteneciente a un grupo determinado rechaza que se le usurpe y robe el trabajo que ha hecho para darle cuerpo al lugar que llama país, ese que no sólo le da lo necesario para vivir, sino que refleja la personalidad modelada por el progreso evolutivo de años de convivencia, tiene lo que llamamos comúnmente una identidad nacional. La identidad nacional es una manifestación psicológica que es adquirida bajo la convivencia y el aprendizaje de un individuo que nace o se introduce en una sociedad-país. Las relaciones de convivencia pueden encontrarse manifestadas por aspectos sociales, como las tradiciones culturales, las políticas públicas y, en casos reales, las ideas religiosas; y por otro lado, el especto económico, como los es la división de clase y las ideas gestoras de la economía que mueve a un país, concretizan, mas en nuestra actualidad, estas relaciones de convivencia que son parte de la identidad nacional. Pero, la separación de la dualidad económico-social haría que la comprensión de la identidad nacional real (natural) se perdiera y tendiera a caer en la representación conservadora capitalista nacional, que lleva años imponiéndose, haciendo que los socialistas rechacen las luchas nacionales como necesarias para la emancipación social, que es en nuestra actualidad, la practica necesaria para dar con el socialismo.
¿Cómo podemos seguir pensando que solamente las relaciones económicas son la base de la sociedad actual? Sí es cierto que las relaciones económicas son una gran parte del proceso histórico que forma la gran idea de sociedad, pero la economía no puede ser la causa principal que haga que los seres humanos se unan para formar sociedad. Hay una serie de hechos y causas que preceden las relaciones socioeconómicas de la actual sociedad capitalista. En los párrafos anteriores ya hemos mencionado las reglas de solidaridad, que es la manifestación de ley natural y factor de la evolución: el Apoyo Mutuo. Y como consecuencia de tal regla surge el sentimiento de pertenencia, que es uno de los factores principales para el surgimiento de la sociedad y luego del país (una patria). Para que haya sociedad debió haber antes un proceso de transformación (evolución) en la mentalidad de los seres humanos que se relacionaron en un lugar determinado y, luego, cuando se concretizan los modos de relacionarse de un grupo de individuos es donde podemos hablar de cómo se relacionaran económicamente los individuos de ese lugar, ahora como país, y como lo hacen con otros países.
Cuando en el socialismo[8] se habla de que las luchas nacionales o de independencia no son importantes para la emancipación de la clase oprimida[9], es porque tales luchas no se dan bajo el análisis de las relaciones económicas de producción. Donde la producción se considera, como también el intercambio económico, como aspectos que se dan en el capitalismo bajo el ámbito internacional y no bajo un marco nacional. Por lo tanto, es por lo que el socialismo tiende a una lucha mas internacional, ya que los problemas económico por lo que se ha de luchar son mas amplios que las circunstancias nacionales que sólo delimitan las necesidades inmediatas que una nación necesita. El anarquismo ha pecado, perdonando la expresión, de demasiado internacionalismo. Las ideas de revolución social y de la guerra contra el Estado y el capitalismo son correctamente luchas internacionales, pero esto no quiere decir que en lo internacional no se implique a sus matices regionales o nacionales. Lo internacional se da cuando una situación o fenómeno implica a todos los sectores del planeta. Hay explotación en Puerto Rico como en la República Popular China y hay capitalismo aquí como en Corea del Norte; y hay la misma necesidad de revolución social en todas estas partes del planeta. Es decir, ambos son problemas que afectan internacionalmente a todos los trabajadores del mundo, pero cada trabajador se encuentra en un país particularmente distinto al otro y éste tiene que lidiar con los matices socioculturales de su país, para dar con la lucha mas acertada contra los mismos problemas.
“Pero seguramente el error más cínico ha sido plantear la liberación nacional como un obstáculo para una liberación internacional. No se puede concebir ésta sin la liberación previa de cada una de las unidades más pequeñas. Se ha confundido el internacionalismo, el cual se ha de basar en la solidaridad entre las comunidades nacionales, con un interestatismo, el cuál reproduce fielmente el marco territorial, el marco patriótico del estado”[10].
El anarquista Bonanno es de los que plantea que la lucha internacional libertaria no puede tener éxito si los anarquistas no consideran las luchas nacionales como partes importantes de desarrollo revolucionario para la construcción del federalismo libertario de la sociedad.
“Los anarquistas deben proporcionar todo su apoyo, concretamente en la participación, teóricamente en los análisis y estudios, a las luchas de liberación nacional. Esto debe empezar desde las organizaciones autónomas de los trabajadores, con una visión clara de las posiciones enfrentadas de clase, que ponga a la burguesía local en su correcta dimensión de clase, y prepare la construcción federalista de la sociedad futura que vendrá tras la revolución social”[11].
Por otro lado, en el texto de Independentismo y Anarquismo expresan: “[…] es necesario ver que si la clase trabajadora no es independentista, actualmente tampoco es anticapitalista”[12]. Las condiciones de los independentistas como de los anarquistas y socialistas estatistas son las mismas dentro de una colonia. Mientras, el país en el que viven y luchan este bajo el yugo de un país imperialista, remitámonos a Puerto Rico y el dominio colonia que tiene los Estados Unidos sobre él, no podrán para nada seguir adelante la tarea de la revolución social. Primero, porque los países opresores provocan la alienación de los pobladores, tanto económico como culturalmente, haciendo que se oscurezca el sentimiento de pertenencia (la patria natural) que se refleja por medio de la tradiciones, el idioma y las costumbre morales, para así imponer la tergiversada idea de patria política como significado de nación y así impedir que los seres conscientes del país no promueva cambios sociales que los lleve a perder el territorio que usurpan. Segundo, el gobierno opresor, que en Puerto Rico como país colonial, impone el sistema de explotación capitalista, construye una estructura de poder estatal fuerte en el que se le permita obtener el plusvalor mayor del trabajo que los ciudadanos (puertorriqueños) producen en el país. Aún más, en el caso de Puerto Rico, el gobierno de los Estados Unidos creó las condiciones para que las empresas, especialmente estadounidenses, pudieses explotar a los trabajadores y sacar el plusvalor (ganancia) mayor, sin tener que invertir mas del mínimo requerido, y así enriquecerse a costa del trabajo y del esfuerzo de los puertorriqueños. José Elías Torres, en su libro Filiberto Ojedas Ríos: su propuesta, su visión, nos resume el trabajo opresor que los países imperialistas y capitalistas hacen para debilitar a los ciudadanos del país que colonizan:
“Por un lado, encontramos las fuerzas de naturaleza colonial que impone un sistema socioeconómico y político. Estas fuerzas, a su vez, generan unos procesos sociales afines a sus estructuras de dominación y opresión. De esta manera aseguran la explotación económica, la subordinación política y psicológica y la desintegración cultural y nacional. Todo esto, unido al control absoluto de los mecanismos represivos del estado, les permite evitar cualquier cambio en el sistema actual”[13].
Es por tanto, por lo que algunos compañeros anarquistas, como los catalanes de Grupo Ikaria, en el libro citado de Independentismo y Anarquismo, nos expresan que la clase proletaria, tiene que ser independentista para ser anticapitalista. Es entendible tal preposición. Si un grupo de personas no se incomoda por su situación colonial, no podrá para nada pensar en sentirse explotada y en consecuencia luchar contra la estructura superior que es el capitalismo. En Puerto Rico, tras la imposición de ELA[14], que no es sino el disfraz del colonialismo moderno, se produjeron programas que enfriaron las ideas independentistas de la mente de la mayoría de la clase pobre. El proyecto de Manos a la Obras y las ayudas económicas federales (los subsidios o cupones) que el Partido Popular Democrático (PPD)[15] promovió como parte del progreso, no son más que Baile, Botella y Baraja. Mientras un pueblo no tenga físicamente problemas económicos, éste no tendrá intenciones de sublevarse; aunque reconozcan que el status en el que viven no es realmente el más natural (por natural debemos entender el estadio que Kropotkin relacionaba con la libertad y la igualdad o equidad). Es por tanto, por lo que los grupos anarquistas tienen la tarea de insertarse en las luchas independentistas o nacionales, porque tiene que educar al pueblo de que el orden social en que viven no es la panacea, por el mero hecho de ganar dos pesos más que la media pobre. Es aquí donde se funde, se sintetiza el internacionalismo y el nacionalismo (como forma no estatista). Para que un país colonizado, como Puerto Rico, pueda en el futuro ser anarquista, los revolucionarios tienen que hacer comprender y luchar por la liberación de los pueblos oprimidos, primero desde un punto nacional y luego, ligarlo a la transformación social y política del país, que tenga como finalidad la recuperación de la esencia de la libertad que tanto fomentamos: esa libertad, nosotros los anarquistas, la exponemos y materializamos bajo la federación libertaria de los pueblos del mundo. Es decir, para desarrollar el Comunismo Libertario. Resumiendo, los anarquistas que viven en países colonizados, como Puerto Rico, los países catalanes, vascos y canarios, y muchos otros, tienen un deber ético revolucionario que es participar de las luchas nacionales, pero con la finalidad de que “[…] la liberación nacional va más allá de la simple descolonización interna”, sino que la liberación nacional es un ataque directo al “[…] imperialismo del desarrollo capitalista, poniendo el objetivo de la destrucción del Estado político en una dimensión revolucionaria”[16]. Es por lo que “la necesaria síntesis entre anarquismo e independentismo supone la liquidación del estado en cualquiera de sus acepciones”[17].
Sin embargo, es de suma importancia decir que hay muchos compañeros ortodoxos, desde el s. XIX hasta hoy, que rechazan ésta idea de lucha[18]. Es por ello por lo que esta reflexión tuvo la intención de aparecer. Desde el s. XIX existe esta discrepancia: lucha nacional –vs— lucha internacional. La historia del anarquismo en Cuba nos sirve como punto de apoyo para dar cuenta de esta necesidad que tienen todos los anarquistas de cada país colonizado en insertarse en las luchas nacionales. Así también demostramos como el anarquismo ha errado sobre este asunto durante mucho tiempo, aunque ya Bakunin estaba bien claro de que sin una lucha nacional lo internacional no se podrá dar en los países coloniales. Los anarquistas cubanos, quienes fueron criticados por los compañeros barceloneses en el periódico Tierra y Libertad, para el 1890, les hacen claro que aunque persigan las mismas ideas, cada país es distinto y tiene particularidades regionales que se tiene que tener en cuenta a la hora de llevar a cabo las acciones para la construcción de la revolución social. Es por ello por lo que los cubanos del Productor[19] de la Habana les dijeron: “”[20]. El anarquista cubano del s. XIX tenia conciencia de esta necesidad, para el 1890 un impresor anarquista escribió; “[21]” y en una edición del Productor de la Habana se dijo, con el propósito de hacer claro la necesidad de acabar con el autoritarismo del colonialismo español: “”[22]. La mejor demostración histórica que apoya nuestra reflexión es la propuesta que apareció en el congreso obrero que se dio en 1892 en Cuba donde los anarquistas presentaron una propuesta que hacia claro y firme la necesidad de ser parte de la lucha independentista que nació tras el tiranizante gobierno colonial de Cánovas-Polavieja. La propuesta dice: “[…] aunque sólo una revolución social de signo colectivista podía , la propagación del anarquismo colectivista entre no podía ser un nuevo obstáculo para el triunfo de las aspiraciones de emancipación de este pueblo, por cuanto sería absurdo que el hombre que aspira a su libertad individual se opusiera a la libertad colectiva de un pueblo, aunque la libertad a que ese pueblo aspire sea esa libertad relativa que consiste en emanciparse de la tutela de otro pueblo”[23].
En conclusión, todo anarquista que se encuentre en un país colonizado, como lo es Puerto Rico, tiene el deber moral revolucionario de participar de las luchas por su emancipación nacional y emancipación social. Por tanto, si rechaza la lucha nacional está rechazando sus propios principios de libertad. Pero, es aquí donde entran los distintos métodos. Participar de la lucha por la independencia no es asumir de antemano que el fin de la emancipación o independencia es la implantación de un gobierno estatal que siga con las mismas estructuras económicas de explotación[24]. He aquí la distinción de un nacionalista que tergiversa el término de patria por patria política y el de un anarquista que comprende por la palabra patria, el sentimiento natural –patria natural— que un individuo tiene por un lugar, donde vive socialmente hablando con otros individuos, o tiene afinidad socio-cultural por las costumbres de un lugar específico (país).
“La independencia es la ruptura con toda la forma de dominación, la no delegación de la propia capacidad de decisión y actuación. Es por eso que la independencia es esencialmente individual, antes que nacional, y, por descontado, mucho antes que estatal. Tomamos al individuo cómo base de un proyecto federativo que vaya articulando libremente las diferentes unidades poblacionales (comuna, comarca, región…) a partir de la previa independencia de las unidades más pequeñas.
”Esta es una independencia total, porque va hasta el final, hasta el individuo. Llegados a este punto, coincide con la anarquía. Pero se diferencia del proyecto anarquista y del independentista en que no parte de modelos estereotipados, como “federalismo de los pueblos de España”, “federalismo ibérico” o “reunificación de los Països Catalans”, sino que considera que la federación es el resultado de unas necesidades y aspiraciones colectivas, que se expresan libremente de forma espontánea y que reviste múltiples ramificaciones. Los Països Catalans no son para nosotros un marco patriótico (estatista) obligado. Son una propuesta hecha a partir de unos lazos étnicos lingüísticos”[25].
Puerto Rico es una colonia del “imperio más poderoso del mundo”, los Estados Unidos. El colectivo de la Accion Libertaria, siendo en la actualidad el único grupo anarquista organizado de la isla debería promover, así como todos los grupos anarquistas de los países coloniales del mundo, la reflexión sobre la situación colonial y proclamar como fin primario la revolución social junto a la lucha por la emancipación colonial de sus países. Como anarquista, llevaré hasta las últimas consecuencias la libertad, proclamar la destrucción del Estado y fomentar la estructura descentralizada de comunismo libertario, pero sin olvidar las peculiaridades del lugar al que pertenezco. Es por ello que, como anarquista puertorriqueño tengo que sintetizar la lucha nacional, como parte del plan de revolución social para Puerto Rico, con las ideas internacionales de la federación mundial libertaria (El Comunismo Libertario) que es la finalidad material que central al ideal anarquista.
Damián Hernández Marrero
La Acción Libertaria
Notas:
[1] Bakunin, Mijail A. (1990). Escritos de Filosofía Política Vol. 2, compilación de G. P. Maximoff. Madrid: Editorial Alianza. P. 94.
[2] Bakunin; p. 94.
[3] Bakunin; p.95.
[4] El General San Martín, un argentino de nacimiento (criollo), fue uno de los grandes libertadores de Suramérica, luchó por la gran patria de América libertando a Chile, Bolivia y Perú del imperio español.
[5] Juan Rius Rivera fue uno de los puertorriqueños en participar activamente en la guerra de los mámbies para darle la independencia a Cuba. Perteneció al comité revolucionario cubano llegando a ser el segundo al mando de la revolución, y en algún momento se le mencionó como posible presidente de Cuba.
[6] Tomado de El Baifo, nº 5, pp. 14-19. Diciembre de 1991. Impreso de la Internet.
[7] El Baifo, nº 5.
[8] Debe quedar claro que no estamos haciendo crítica únicamente al socialismo marxista, sino a toda la gama del socialismo, desde la socialdemocracia hasta el socialismo libertario y estatista.
[9] Para el s. XIX, específicamente, la clases oprimida fue la obrera, en el s. XX y XXI las clases mas oprimidas han crecido y se han dividido por circunstancia nacionales e internacionales (los indígenas en América del Sur y Central, por ejemplo); todas estas divisiones y subdivisiones se dan por las mismas circunstancias socioeconómicas, pero con características sólo vinculantes a un lugar o grupo específico. Aunque podemos hablar de nuevas divisiones de clase, como lo es por edad: el sector juvenil[9] se siente oprimido y rechazado por una clase adulta, que tiene el control del poder, y no vela por su bienestar e integración en la sociedad-estado. Tenemos que tener en cuenta los recientes casos: los indignados en España, la huelga estudiantil de Chile, la huelga universitaria en Puerto Rico; como ejemplos donde el sector joven del mundo es marginado y llevado a plantearse la idea de que es una nueva división, es decir, una subdivisión de la clase oprimida por el poder económico político (sea capitalismo, neoliberal y hasta capitalismo de estado –el modelo chino—).
[10] Este texto, titulado Independentismo y Anarquismo, es un resumen, hecho por el Grupo Ikaria, de otro texto titulado “Por la independencia total y la anarquía sin límites”, que, a su vez, es una síntesis en castellano del libro: “Anarquisme i alliberament nacional”.
[11] Bonanno, A. M. Anarquismo y lucha de liberación nacional
[12] Independentismo y Anarquismo.
[13] Torres, José Elías ed. (2006). Filiberto Ojedas Ríos: su propuesta, su visión. Puerto Rico: Ediciones Callejón; p.143.
[14] Estado Libre Asociado de Puerto Rico.
[15] Este partido debe comprenderse como un partido colonizado, que trabaja para mantener el “status quo”, es decir, la colonia y sus estructuras socioeconómicas de estado. Bajo el mandato de Luis Muños Marin, fundador del partido PPD, se cometió la infamia de eliminar el ansia de libertad de la mente de los puertorriqueños. Se recurrió a llenar le los la barriga a los pobres y a hacerles creer que todo va hacia el progreso. Se repartieron tierras como si nunca hubiese sido de los puertorriqueños y se les hizo creer que con el trabajo que generaron las fabricas extranjeras el país saldría de la pobreza. Pero nunca se les dijo que el costo era permanecer como colonia y no intentar buscar la soberanía.
[16] Bonanno, A. M.
[17] Independentismo y Anarquismo.
[18] En el libro que el grupo catalán Ikaria resumió para la Internet, Independentismo y Anarquismo, ponen en evidencia como muchos compañeros en vez de perseguir la libertad imponen un dogmatismo religioso cuando hablan de práctica libertaria: “Cuando hemos planteado asumir la liberación nacional desde una perspectiva anarquista, hemos desencadenado la furia doctrinal de los sacerdotes anarquistas. Si esto sirve para que salgan de su letargo devocional ya está bastante bien: un movimiento sólo avanza a partir de herejías. Establecer unas líneas rígidas que tiene que seguir una idea que quiere liquidar cualquier poder, significa incurrir en una grave contradicción, dado que establecer este rigidismo no es otra cosa que dictar unos límites, unas prohibiciones, un nuevo poder. Y cuando una idea empieza a parecerse a una religión, es que el movimiento que la encarna está en franca descomposición”.
[19] Periódico obrero de tendencia anarcosindicalista para el s. XIX en Cuba.
[20] Casanovas Codina, Joan (¿). Movimiento Obrero y Lucha Anticolonial en Cuba después de la Abolición de la Esclavitud; p.28. Obtenido en el Internet.
[21] Casanovas Codina, Joan; p.34. Esta frase es semejante a lo que Bakunin dijo a los amigos italianos: “La gente sencilla de todos los países ama profundamente a su patria; pero éste es un amor natural y real”.
[22] Casanovas Codina, Joan; p.34.
[23] Casanovas Codina, Joan; p.39.
[24] “El programa anarquista en lo que respecta a la lucha de liberación nacional es, por tanto, claro: no debe dirigirse hacia la constitución de un “estadio intermedio” en la revolución social a través de la creación de nuevos estados nacionales. Los anarquistas rechazan participar en frentes de liberación nacional; participan en frentes de clase que no deben involucrarse en luchas de liberación nacional. La lucha debe dirigirse a establecer estructuras económicas, políticas y sociales en los territorios liberados, basado en la organización federalista o libertaria”; A. M. Bonanno en Anarquismo y lucha de liberación nacional. Hay que estar claro que cuando Bonanno nos habla de lucha nacional, se refiere a la luchar de independencia que los burgueses o estatistas buscan, pero para nosotros es muy comprensible que el anarquista Bonanno es muy conciente de la distinción entre patria natural de la patria política o estatal.
[25] Independentismo y Anarquismo.
Related Link: http://la-accion-libertaria.blogspot.com/
http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/19381