(Miembro, amigo y colaborador de la PLATAFORMA DE GRUP DE SOUPORT A PRESOS/AS).
Todos sabemos que la muerte se produce cuando dejamos de experimentar sensaciones. Cuando nos meten en la cárcel, no solo se nos esta apartando del entorno ecológico natural al que pertenecemos, de nuestros familiares, amigos y seres queridos, sino que también se nos esta empujando a un torbellino de violencia y destrucción. Se nos priva del procesado natural de crecimiento y maduración.
Una vez AQUÍ DENTRO, descubrimos que existen mas CÁRCELES, son los GRADOS, LAS FASES, LOS REGÍMENES ESPECIALES, EL AISLAMIENTO…
Concepción Arenal, dijo: «el hombre aislado se siente débil… Y lo es «Nosotros, los que conocemos este Mundo de Cemento y Hierro, sabemos que en verdad es mucho mas que eso: si la cárcel es «el revolver» con el que apuntan a la sien de la Sociedad y La Intimidan, el aislamiento es «el revólver» con el que asesinan a las personas privadas de libertad. Es la peor «castración» humana que se puede concebir e imaginar. A medida que te van apartando de tus iguales, te van apartando de toda experiencia vital, de toda sensación que no sea mutiladora por lo que en realidad, nos empujan a la peor de la muertes: LA MUERTE EN VIDA… El aislamiento erosiona la vida. Hace mella incluso en las piedras. Las personas aisladas, desgastan su pensamiento y para no enloquecer se instalan en el pasado. Con el transcurso del tiempo llegamos a asemejarnos al agua estancada de una ciénaga, la cual de no recibir agua nueva, termina por corromperse y morir. Todo AHÍ ABAJO es extremo y violento. Todo esta concebido para destruirnos y despersonalizarnos…
La Ley Orgánica General penitenciaria y el vigente Reglamento Penitenciario, dan cobertura a un sin fin de modalidades, o dicho de otra manera, de regímenes de «vida» carcelaria para someter a las personas a aislamiento, pero la peor de todas, la más castradora, mutiladora y asesina es, sin duda alguna, el denominado Régimen F.I.E.S.
F.I.E.S. (Fichero Internos Especial Seguimiento): Fue concebido, planificado y puesto en marcha por, paradógicamente, un Gobierno progresista: P.S.O.E. La Administración Penitenciaria española, encabezada por el ahora ex- secretario de Estado y ex- ministro de interior, Antonio Asunción, en 1991 curso a todos los Centros Penitenciarios una «circular» a través de la cual se permitía a los carceleros subyugar y eliminar física y psicológicamente a los presos incluidos en ese «fichero»…
… La mencionada «circular» conculcaba la propia esencia teórica de La Ley Orgánica, Reglamento Penitenciario e incluso la Constitución, por lo que no se podía llevar a cabo sin el consentimiento y connivencia de Fiscales y jueces. Se construyeron Departamentos «especiales» en diferentes prisiones: Sevilla II, Acebuche, Almería, Puerto de Santa María, Cádiz, Badajoz, Jaén II, El Dueso, Villanubla, en Valladolid, y un largo etcétera… Y se confecciono un «mapa «geográfico-político-penitenciario para distribuir a los presos según su catalogación… Convirtieron un Fichero de seguimiento, en una modalidad de vida penitenciaria, repito, amparados por Jueces Fiscales y sometieron a mas de un centenar de hombres al mas brutal y criminal de los regímenes de vida carcelaria: veintitrés horas de encierro en una celda, totalmente solo y aislado, disfrutando de una hora de paseo en solitario por un patio enrejado y cubierto. Teniendo que permanecer esposado en todo momento fuera de la celda.; éstas, las celdas, infrahumanamente habilitadas, sin espejos o, en el mejor de los casos, con planchitas de aluminio pulidas que hacían las veces de espejo… Todo el mobiliario existente, estaba compuesto de mesas y sillas adosadas al suelo o la pared. Se nos permitía como mucho una muda de ropa, despojándosenos de cualquier prenda u objeto que nos mantuviera vinculados a nuestro entorno intimo y familiar (determinadas prendas de vestir, anillos, medallas, fotografías…). Pusieron chapas troqueladas o rendijas en las ventanas, cámaras de circuito cerrado en las puertas, estas, las puertas., eran automáticas y controladas desde «bunkers» donde se atrincheraban los carceleros para, impunemente, convertir nuestras vidas en una auténtica pesadilla. Jamás existía contacto físico con ellos, y cuando este se producía, era violento: aparecían diez u doce carceleros con cascos, escudos, porras y esprays paralizantes y tóxicos, que esposaban al preso bien para cachearle o conducirlo a través del recinto penitenciario… Las conducciones a otras prisiones, las hacia la guardia civil, eran de carácter «especial», en solitario, fuertemente custodiados y directas. La correspondencia y comunicaciones tanto a través de los locutorios como telefónicas, sistemáticamente violadas e intervenidas. Las palizas continuadas y las torturas físicas y psicológicas el pan nuestro de cada día.
Con todo ello ya hemos dicho, se pretendía anular y eliminar al hombre encarcelado. Cualquier psicólogo, psiquiatra o persona con dos dedos de frente, sabe que someter a unas personas a este régimen de vida es poco menos que conducirlo a la muerte. De hecho son ya varios los hombres que han muerto, por suicidio u asesinato a mano de los carceleros.
… Alguien dijo: «quitarle la esperanza a un hombre y la convertiréis en asesinos». A un F.I.E.S. se le quita mucho mas que la esperanza: se le priva del contacto necesario con sus iguales. Se le impide mantener relaciones con el exterior, puesto que al no existir ni siquiera intimidad en una carta o comunicación, se autocensura y no comparte ni comparten con el, hechos íntimos: ¿Como puede alguien mantener una relación de pareja, por ejemplo, si no pueden compartir la necesaria intimidad que les permita crecer como pareja? ¿Y como se alimenta una amistad si ni siquiera se puede iniciar por estar totalmente desarraigado del mundo exterior? ¿Puede alguien imaginarse sin verse el rostro durante años en un espejo?…
¿Sin hablar con nadie durante semanas y meses? ¿Sometido a una tensión que se puede palpar en el aire y casi cortar con un cuchillo? Dudo que quienes no lo hayan vivido puedan acercarse en el terreno de la comprensión a imaginar lo que ello puede producir en los seres humanos… Sin embargo debemos saber, que el embrutecimiento que se produce en nosotros es tal, que no llegamos a respetar nuestra propia vida, y siendo así, como se espera que respetemos la vida ajena?
… AHÍ ABAJO, A ESTE LADO DEL MURO, siguen haciendo eso con unos hombres que se autolesionan cortando las venas de sus brazos, apuñalándose con bolígrafos u alambres, padeciendo huelgas de hambre y sed, golpeando sus cabezas contra paredes… Y el Sistema, los poderes establecidos, los jueces y Tribunales dicen que lo hacen desde su propia libertad. Que eligen hacerse daño, pero no pueden enfrentarse a la realidad axiomática de que no somos hedonistas por naturaleza, ¡que no buscamos el dolor! Sino el placer, pues no se enfrentan a ello, concluirían o que estamos locos y por tanto no es la cárcel lo que necesitamos sino un tratamiento humano y efectivo, o que existen razones de peso que hacen que unos hombres que padecen fruto de ese régimen castrador y asesino, procesos psicosomáticos de toda índole: angustias, desordenes hormonales, asfixias… a los que atiborran de fármacos para adormecerlos, y a los que lenta, metódica y maquiavélicamente están destruyendo.
«TOLERAR UNA INJUSTICIA ES INICIAR OTRA»
… Y eso es lo que hacemos con nuestra ‘ indiferencia ante tal exterminio. Con nuestra permisibilidad bien inconsciente o conscientemente. No debemos olvidar que a las personas no se las mejora haciéndoles daño: solo se las amarga mas o se las hace peor, si no se las elimina. Cada una de las letras que conforman este escrito, es un grito a las conciencias de toda la humanidad, y un homenaje a esos hombres que como yo lo estuve hasta hace solo diez meses, durante varios años, viven en el INFIERNO F.I.E.S. construido por otros hombres en el nombre de la libertad y para vergüenza de la especie.
C.P. Brians. Marzo de 1996.
(Del “Panóptico” 2, otoño 1996)