Amor divino y amor anarquista

machorka345tr4321

 

El amor verdadero, real, expresión de una necesidad mutua e igual, no puede existir más que entre iguales.

Bakunin

 

Sevilla. Fin de año de 2013. Unas desconocidas atacan con fuego una iglesia. Nadie reivindica nada; ni falta que hace. En Sevilla, al igual que en el resto de Andalucía, la Iglesia (con mayúsculas, la institución) tiene una larga tradición de complicidad con el caciquismo y la burguesía local a la hora de reprimir y no sólo espiritualmente a los pobres. Cualquiera puede entender el (o los) motivos de tal acción. La prensa muestra las imágenes del templo. Tímidamente, en una de las paredes del edificio, se ve una pintada que alude claramente a presas anarquistas.

   En los últimos meses los ataques contra esta institución, las pintadas y otros actos “vandálicos” han aumentado. ¿Pensaron que pasaría desapercibida la función que la Iglesia tiene en la nueva legislación contra el aborto?

   Mónica y Francisco, dos anarquistas chilenas que vivían en Barcelona fueron detenidas y se encuentran en prisión acusadas bajo la ley antiterrorista de, según la policía, atentar contra una iglesia en Zaragoza, la Basílica del Pilar, conspirar para atacar la catedral de Montserrat (Barcelona) y, además, de pertenecer a una supuesta organización terrorista que sólo existe en las cabezas de la policía y el juez, Eloy Velasco. Pese a que no reconocen las acusaciones ni asumen los hechos que se les imputan, sí se reconocen como anarquistas y en sus escritos han remarcado su postura de enfrentamiento hacía este mundo de mierda; y quien hace eso, quien reconoce una postura refractaria, decía un viejo poeta, “ya está juzgado, y los cuchillos ya están afilados y las hienas ríen”. Lo más burdo de su detención (y la de las otras tres que se encuentran en libertad con los mismos cargos) es la puesta en evidencia del papel de complicidad y concomitancia entre la prensa, la policía y el Estado, o mejor dicho LOS Estados, esto último por el claro papel que el Estado chileno ha tenido en todo esto. ¿Qué interés tiene el Estado chileno? Mónica y Francisco acababan de ser absueltos del caso que el Estado chileno llevó durante más de dos años contra más de una docena de anarquistas y antiautoritarios, el conocido “Caso bombas”, que acabó evidenciando por sí mismo que no era más que una chapuza que dejó a la fiscalía, y a la justicia chilena en general, en una posición muy penosa de la cual difícilmente podrá salir. Pero el Estado no perdona.

   “Y de repente de las bocas esos ruidos, falsos tonos con movimientos de mandíbulas, todos los demás quedan en silencio” continúa el viejo poeta. Contra la propaganda del Estado, su llamada “opinión pública” (es decir, su repetición hasta la saciedad de SUS propios mensajes, haciendo creer que son mensajes generales) poco se puede hacer más que reír. Y actuar.

   Una chica es detenida por hacer pintadas contra la ley del aborto en la fachada de la misma iglesia sevillana. La policía, como si de un manual de lo más cutre se tratase, creen tener a la “culpable” del incendio sucedido unos meses antes. Absurdo. Ridículo. Según sus teorías “siempre se vuelve al lugar del crimen”. Según las nuestras, “sois gilipollas”. Seguramente esta acusación no vaya más allá de una multa por pintadas pero la fantasía policial nos pone delante algo que quizás no todas habíamos notado: mientras algunas luchamos contra las leyes que intentan hacernos cada vez más dependientes del Estado y su divinidad, más sumisas y amoldadas al rol que Dios (y el patriarcado) nos asigna, hay compañeras que están presas acusadas de atacar a las instituciones represivas.

   Mientras tanto la Iglesia nos habla de amor. Mientras condena a muerte a miles de mujeres cada año, a la miseria a otras tantas, a la prisión (abortar es castigado con duras penas en muchos países, a las que no se quedan en el camino después de un aborto en condiciones terribles) nos habla de amor. El amor del que nos habla la Iglesia es el amor sumiso, el amor del oprimido al amo, el del esclavo que espera que su superior (Dios, el patrón, el padre, el marido, el Estado) le conceda la vida o la muerte.

   Nosotras hablamos de otro amor. Del amor por nuestras compañeras, por quienes luchan, por quienes resisten, por quienes no agachan la cabeza. Un amor cómplice, más allá de sus rejas, sus acusaciones, sus leyes, sus amenazas y sus castigos. Amor hacia aquellas que buscan la libertad. Amor a la libertad misma aunque tan siquiera la hayamos podido imaginar.

 

Contra cualquier ley que intente entrometerse en nuestros cuerpos, en nuestras vidas, principalmente la del aborto pero no sólo, y contra la ley antiterrorista.

Solidaridad con Mónica y Francisco.

Terrorista es la Iglesia y el Estado

 

Algunxs anarquistas

Barcelona, 19 de marzo de 2014

 

Para escribir a las compañeras:

Mónica Caballero Sepúlveda
Centro Penitenciario Ávila

Ctra. de Vicolozano-Brieva, s/n

05194 Brieva

Ávila (España)

 

Francisco Javier Solar Domínguez

Centro Penitenciario Córdoba

Autovía de Madrid-Cádiz Km 391

14014 Córdoba  (España)

 

*Las compañeras se encuentran en régimen FIES 3, bajo el art. 10, además Francisco hasta el día de hoy, y hace un mes o más, se encuentra en un módulo de castigo donde se encuentra aislado.

 

solidaridadylucha@riseup.net