carta de compañero preso |
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La beligerancia de la dignidad
“Y una vez voy a deciros cuanto os amaba, lo único es que tenéis que encontrarme a mi personalmente. Así como el verdugo …regaba yo las rosas de compasión mientras que ellos dormían, yo, enfermo por convicción, un genio del sufrimiento (que una vez me pegué un tiro en la cabeza por una época más hermosa) y tal vez nuestras lágrimas irán más lejos que nuestros sueños. Mientras anochecía, tuve que recuperar toda mi inocencia para que las estrellas puedan llegar al tiempo. Y solimos matar el presente con el miedo o remordimiento, pero aun más con el sueño” Tasos Livaditis El propósito de este texto es crear puentes de comunicación con todos los compañeros que mantengan abierta la apuesta por la destrucción, de dar vida a mis pensamientos y reflexiones que a través de estas frases viajan y se reúnen con la gente que crea, como lo creo yo, que sólo a través de una lucha constante podemos recuperar nuestras vidas según nuestras propias condiciones. Una lucha constante que se manifiesta de mil maneras diferentes que se dirigen todas hacía un objetivo. Con gritos de rabia y disturbios durante las manifestaciones, con lápiz y papel sobre cual se graban pensamientos peligrosos, con conversaciones y confesiones mediante cuales se construyen relaciones compañeristas de por vida, con armas, con bombas y con llamas que se están vengando contra un mundo entero que nos arrojó al vacío. Un viaje desesperado de la libertad, acompañado por la obstinación y la “locura” de todos aquellos que decidieron arriesgarse y caminar en contra de las probabilidades, luchando en contra de su propio destino. En este viaje, la individualidad es el núcleo alrededor del cual se construye la lucha liberadora. La individualidad, siendo la base espiritual sobre que se están colectivizando los ánimos subversivos, tiene que rechazar la lógica de autoridad y dejarse llevar por la tormenta de grandes cambios internos que se exteriorizan evolucionando en la práctica. Al saber que estamos contaminados por residuos de un mundo enfermo, los conflictos internos en que entramos a lo largo de la frenética marcha de nuestra vida son nuestras batallas contra la alienación cotidiana que nos toca por vivir en ambientes hostiles. La aversión por las convenciones que nos vemos obligados a aceptar para sobrevivir, la reflexión sobre los callejones sin salida que acechan por allá, la guerra contra el miedo, la dura suposición de que la gente que lucha al fin y al cabo no es tan “pura” como le gustaría presentarse. Porque los anarquistas no son soldados que se sacrifican para un objetivo ni custodios de una verdad supuestamente subjetiva pero impuesta como la única objetiva. Lejos de mí todo ese marketing revolucionario y el perfil de más duro, de más “mal”, de quien es más revolucionario. “Algunos comentarios respecto a las nuevas acusaciones…” Hace algún tiempo me llegó una citación para presentarme ante los inquisidores Mokas y Nikolopoulos y declarar en relación con un nuevo caso, todo eso basado en los hallazgos de las viviendas que fueron allanadas por los maderos después de nuestra detención. El caso este tiene que ver con nuestra participación en ataques incendiarios y robos a bancos y se basa tanto las pruebas de ADN que supuestamente fueron “identificadas” como con los supuestos reconocimientos por parte de los empleados bancarios. En cuanto a mí persona, no se me acusa de ninguno de los robos a bancos sino sólo de los ataques incendiarios realizados por FAI/Fuegos en el Horizonte, FAI/Brigada “Fuego a las Galeras”, Sombras Llameantes y Minoría Combativa. Al mismo tiempo, por una huella dactilar mía en una botella de cerveza encontrada en la casa en Halandri donde se fabrican nuevos procesamientos, fue montado un nuevo acto de acusación contra mi persona y se ordena, por cuarta vez ya (* ), prisión preventiva (ya que no me había presentado ante los jueces de interrogación), esta vez por tres ataques explosivos de la CCF ( Katseli, Hinofotis y Ministerio de Macedonia y Tracia). El Estado griego en los últimos años ha puesto en marcha una nueva táctica de represión contra los presos anarquistas. Partiendo en trozos los casos respectivos, continua redactando cada vez nuevos actas de acusación con el objetivo de garantizar a las más largas condenas y en general más condenas posibles por cada caso y eso para ampliar el tiempo máximo de nuestra estancia en cárcel. Además, en este mismo momento, nos tienen encerrados con triples, cuádruples e incluso séxtuplos órdenes de prisión preventiva. De este modo por un lado se aplica en la práctica un encarcelamiento de muchos años sin haber sido condenado en un juicio, algo que supera los obstáculos legales del pasado reciente, y por otro lado se prepara a aniquilarnos legalmente con decenas de años de prisión por cada uno de estos casos. Respecto a exactamente este hecho, es decir respecto al endurecimiento de la represión legal es particularmente importante insistir en nuestras prácticas antijurídicas para evitar la trampa que supone el implorar nuestros derechos y nuestras obligaciones legales hacia el Estado. Al igual que sucede con toda acción anarquista, también en este caso el valor de la opción está chocando con las consecuencias, abriendo grietas antiinstitucionales en la máquina social. Con la notable excepción de caso en que surgen oportunidades de liberación inmediata y donde la estrategia de engaño directo del enemigo supera a la derrota política de un derrotismo político que data largos años. El Estado ve que a pesar de nuestro cautiverio no estamos dispuestos a levantar una bandera blanca ni ablandar a nuestras intenciones y en vez de eso seguimos apoyando y promulgando el ataque violento contra el Estado, dentro y fuera de los muros, sin una pizca de arrepentimiento. Por lo tanto, dada esta decisión nuestra, el Estado continúa su ataque represivo modificando sus instrumentos. De ser cazado por la unidad antiterrorista y los maderos a las continuas persecuciones penales basadas en la ley antiterrorista, las miles de páginas de informes, los tribunales especiales y pronto las condiciones de encierro especiales. De la represión policial a la represión legal avanzada. La represión del Estado, es decir su decisión de sembrar el miedo de cualquier manera posible, gana terreno sólo cuando frente suyo tiene la apatía y la resignación. Estas son las opciones de unos cobardes y estúpidos aliados del complejo autoritario para verse recompensados. Y por esto la sociedad capitalista se nutre de los valores sanguinarios de personas incompetentes, de unos codiciosos e hipócritas ahogados en la confusión y la individualización del mundo moderno. Así creo que incluso siendo prisioneros no debemos dejar de producir un discurso anarquista que sea combativo. Tenemos que mostrar nuestro desprecio a las parodias judiciales, comunicar nuestros pensamientos promulgando la solidaridad anarquista que manifiestan los compañeros fuera de los muros. La represión ganará sólo si renunciemos a la batalla contra todo ese complejo autoritario. Además, tampoco estamos buscando manera de apartarnos discretamente de la guerra contra el Poder, si hubiéramos querido algo parecido lo único seguro es que el Estado, en su aspiración a “correccionarnos”, de buena gana nos diese a esta oportunidad. Lo único que buscamos es la manera de escapar del campo de batalla del turno. Y eso para continuar sin descanso la lucha contra el sistema social. Más allá de las conclusiones políticas que cada uno pueda tener, lo único seguro es que aquellos compañeros que deseen participar activamente en la lucha anarquista, deberían estudiar los errores cometidos y estar un paso por delante del enemigo, planteando sus próximos movimientos con muchísima atención y paciencia. Para evitar posibles movimientos apresurados pero sin que esto les lleve a la inactividad. Porque los que se encontrarán atrapados en el vientre del Leviatán y desearán permanecer firmes en sus valores, tendrán que escupir sangre para obligarle a abrir la boca. Lo cierto es que la era de la tolerancia del Estado se acabó. Reivindicación de responsabilidad – Hablando con actos… Volviendo al tema específico del texto, relacionado con las nuevas persecuciones penales y la citación. Mi postura frente a los jueces de instrucción era, es y será la misma, idéntica. Me niego a dialogar con la mafia judicial, me niego a hacer apología frente a mis verdugos. Una postura de escupir directamente en la cara de la autoridad de sus trajes y de insistir que la lucha sigue desde las cadenas del cautiverio. Su represión siempre se topará con el obstáculo de nuestras conciencias rebeldes, nuestra insurrección vencerá el miedo, el caos y la anarquía son ineludibles. Asumo la responsabilidad política por mi participación en los grupos anarquistas incendiarios FAI/Fuegos en el Horizonte, FAI/Brigada “Fuego a las Galeras” y Minoría Combativa. Objetivo de estos grupos anarquistas en concreto ha sido contribuir a la difusión de violencia revolucionaria y demostrar que se puede hacer acciones incluso con los medios más sencillos y accesibles para cada uno. Es suficiente tener voluntad y ganas para atacar a los que te opriman. Asumir la responsabilidad es para mí una manera de seguir hablando tras actos aun desde las cadenas del cautiverio, de defender la acción anarquista incendiaria como parte integral de lucha multiforme, de dar otra vez vida a los textos que fueron escritos en lugares que el orden establecido trataba de encontrar, textos que iban acompañados por planes hermosos y muchísimas esperanzas. Textos que llevan dentro una parte de mí, una parte de mi recorrido en clandestinidad anárquica y que creo que se merecen que les defienda políticamente en presente situación. Aparte de esto, la opción de asumir la responsabilidad tiene ciertos objetivos políticos de importancia especial. En principio, pretende de elevar un muro de protección alrededor de mis compañeros y seres queridos y así prevenir la ampliación de los enjuiciamientos vengativos por la participación en los grupos antedichos con el pretexto de que el caso sigue sin resolver, algo que en cierta medida ya ha pasado, puesto que muchos de mis compañeros están acusados de participación en estos grupos. Un simple estudio de los indicios que están en el acta de acusación dejan en evidencia que las acciones específicas fueron llevadas a cabo por una sola persona. Tanto los videos como los testimonio de todos los testigos en cada uno de los casos se refieren a una sola persona que era yo y esto comprueba mi afirmación. Así que asumo la responsabilidad por estos ataques y recalco que yo no había participado en el incendio de las cocheras de autobuses ni en ataques incendiarios realizados por Sombras Llameantes. El razón por que me posiciono públicamente sobre esto es porque creo que es importante hacer destacar cómo la policía usa la nueva represión a través de ADN para implicar a los compañeros, tanto prisioneros como no, creando todo una industria de enjuiciamientos basada en la autoridad de la seudocientífica objetividad de ADN. Es obvio que mi negación pública no tiene nada que ver con evitar la responsabilidad penal, ya que lo hago al mismo tiempo que asumir la responsabilidad por otros ataques contra el Dominio. Mi objetivo es crear un legado limpio, es demostrar cómo los maderos están plantando su mágica semilla científica para perseguir anarquistas, le basta a policía conocer su identidad y querer apuntarles. Con ejemplos importantes las condenas de compañeros Tasos Theofilou y Babis Tsilianidis, pero también la acusación en contra del prófugo Nikos Maziotis por un asalto a un banco. Finalmente, respondiendo por adelantado a las posibles críticas de aquellos que no están de acuerdo con el acto de asumir la responsabilidad porque consideran que jugamos el juego de maderos cuando entramos en el proceso de responder a cada una de las acusaciones, tengo que decir que una de las razones de que lo hago es precisamente para golpear a esos verdaderos montajes judiciales, al mismo tiempo asumiendo la responsabilidad de acciones que me corresponden a mi y las cuales estoy dispuesto defender. “Sobre las acciones que se hicieron… ” La acción de FAI/Fuegos en el Horizonte se inició con el sabotaje de las líneas de tranvía en solidaridad con las huelgas de hambre que entonces se llevaban a cabo en la cárceles y continuó con ataques incendiarios contra objetivos estatales y capitalistas, siempre en solidaridad con los presos anarquistas.(1) La acción de FAI/ Brigada “Fuego a las Galeras” tiene que ver con el intento de incendio de una sociedad de inversión que se hizo en respuesta al aislamiento impuesto sobre el anarquista Sokratis Tsifkas por su negación a cooperar con los carceleros durante el chequeo corporal en prisión de Diavata. La acción de la Minoría Combativa fue dirigida exclusivamente contra la propiedad privada de enemigos de la libertad. Mi objetivo era demostrar que el enemigo no está solamente en las representaciones del Dominio, sino también tiene nombre y dirección. Golpeando a la gente que por decisiones que hicieron se encuentran en el bando de la contrarrevolución y poniendo de relieve cómo con sencillos y accesibles medios se puede restituir en sus hogares un cacho de terror que nosotros recibimos de su parte. La Minoría Combativa había apuntado a casas y vehículos de los políticos (Maria Kaltsa, Giannos Papantoniou ) y, en colaboración con los compañeros de los Círculos de Delincuentes, a los periodistas (Giorgos Ikonomeas, Petros Karsiotis, Adonis Liaros, Christos Constas , Adonis Skilakos) y a un fascista que participó en el pogrom contra los inmigrantes. El fuego que se prendía siempre estaba en complicidad con todos los prisioneros anarquistas, tratando derretir el hielo del encierro y calentar sus corazones. Resulta lógico que los comunicados por estos ataques reflejan también una parte de mis percepciones y mi recorrido hacia nuevos senderos de pensamiento subversivo. Creo que la acción de estos en concreto grupos incendiarios ha contribuido a la incesante marcha de la insurrección anarquista. Los ataques incendiarios son una parte integral de la lucha, ya que resultan fáciles de hacer para compañeros jóvenes, mantengan el fuego de las hostilidades bélicas encendido y contribuyan a la difusión de la violencia anarquista. Ponen su propio granito de arena a la consolidación de la guerrilla urbana anarquista y provocan turbulencias en el buen funcionamiento del sistema. Naturalmente los incendios deben tener una afinidad política con todas las demás facetas de la violencia anarquista ( bombas, asesinatos políticos, disturbios violentos en masa, incursiones de asalto) para así crear un frente común de acción, frente incontrolable y peligroso que el único límite que se ponga a sí mismo no es otro que la destrucción total de lo existente. Mi rebelión contra el crimen permanente que la civilización dominante comete contra nuestras vidas, no se ha iniciado ni limitado a la actividad de estos grupos incendiarios. El estancamiento está condenado a morir en un mundo de la velocidad. La evolución significa pensamiento crítico, desenganche ideológico de todos los dogmas, acción continua, experimentación, creación y destrucción. El único compromiso en torno al cual se desarrolla la decisión más definitiva no es otra que la lucha por la revolución anarquista hasta el amanecer de nuestra propia era, hasta el final. Este es mi posicionamiento respecto a la nueva ronda de enjuiciamientos en contra de nosotros. “Las luchas de liberación son caminos diferentes que convergen en una pelea. Un incendio de sentimientos cálidos se está quemando en el estómago. En la movilidad compulsiva de este tiempo que corre a gran velocidad, la malla de la represión-opresión son cada vez más inexorablemente densa… pero sus armas, sus curas sólo están en el miedo…” ( Adriano Antonacci ) «Reflexiones dispersas en torno del presente en pie de guerra… “. Terminando el texto me gustaría comentar un par de cosas en torno de la coyuntura actual. Estoy buscando palabras para describir acertadamente las principales características de esta monstruosidad. El control social totalitaria sobre cuerpos y mentes, la crisis económica, la peste tecnocientífica, las intervenciones policiales y militares, los conflictos entre diversos intereses geopolíticos, los incidentes diplomáticos, el malestar generalizado, la violencia brutal, la confusión difusa y la desorientación masiva. Estamos en un momento crucial del desarrollo histórico, se han publicado muchos análisis de la forma en que el Estado se reestructura y acoraza en todos los niveles, como también de la tendencia del capitalismo a expandir su militarización más allá de las tierras explotadas Tercer Mundo, al interior de las metrópolis, de este modo respondiendo a la inestabilidad política que se propaga rápidamente. Más allá de las diferentes palabras y la divergencia de ciertas reflexiones, hay una convergencia de conceptos sobre la criticidad de nuestros tiempos. El problema es que aún así no somos capaces de llegar a la altura de las circunstancias y desafíos de hoy y nos quedamos atrapados en unas creencias que alimentan el ciclo de la inercia y la introversión. Personalmente, creo que es necesario organizarnos a través de la creación de redes y frentes de acción que sean coordinados sobre la base de acuerdos políticos mínimos. Favorecer diversas campañas de acción multiforme contra los puntos de lanza de la tiranía moderna y responder a los ataques represivos de forma que les corresponde. Aboliendo la burocracia de la organización central, armamos a nuestras iniciativas y nos juntamos o creamos diferentes frentes de acción allí donde lo consideramos necesario. Si se trata de cuestiones de actualidad inmediata ( por ejemplo, las cárceles de tipo C ) o sea de temáticas que tienen que ver con la lucha anarquista en sentido más amplio (por ejemplo, el antifascismo). En un intento de romper el ciclo de autoreferencialidad hay que tratar de conectar todos los fuegos que se prenden por allá contra la civilización, de las manifestaciones combativas, las asambleas y los disturbios a los ataques a mano armada, en una tentativa revolucionaria de extender la anarquía combativa. Porque hay más cosas que nos unen que las que nos dividen y a partir del momento en que nuestro objetivo no es otro que el ataque frontal contra el sistema, todos los esfuerzos que se llevan a cabo, independientemente de tendencia política, deben conectarse bajo la visión de la libertad total. Por supuesto, tal cosa no invalida a nuestra crítica de los hechos, simplemente confirma que cuando la crítica se combine con las intervenciones dinámicas se vuelve más eficaz, ya que tiene como objetivo la difusión del pensamiento revolucionario a todos aquellos que desvían de las doctrinas dominantes y están buscando formas de chocar contra lo existente. La perspectiva de conectar nuestros deseos está en uniones de individualidades libres que se colectivizan caminando juntas hacia las caóticas calles de la destrucción creativa. En este esfuerzo hay que enfrentarse políticamente a las reacciones histéricas del ala reformista del movimiento anarquista que se apresura a firmar los certificados de lealtad al Estado, recordando la competitividad política con que, después de cualquier acción armada revolucionaria, los partidos parlamentarios tratan de condenarlo. Hemos visto como los ateneos “anarquistas” escriben frases como “terroristas y asesinos”, las cuales reproducen el lenguaje y argumentos del Dominio. Como se ve, no sólo el Dominio se queda aterrorizado. Lo es también el ala reformista del movimiento anarquista que teme que tal vez los maderos asalten a sus localcitos. Parece que todos esos prefieren el papel de la víctima eterna, es decir un masoquismo político que se excita sacando fotos de caras golpeadas y cuerpos apuñalados de los ataques de los fascistas y policías. Para terminar, la lucha multiforme significa luchar con todos los medios. Nada más ni nada menos. Los que se sienten conmovidos por los miles de suicidios de la guerra económica en tiempos de “paz”, por los migrantes que se ahogan en las fronteras marítimas, por los cuerpos desmembrados de personas en guerras expansionistas de las superpotencias capitalistas, por los animales desollados vivos por industrias multinacionales, por la violencia asesina de la policía, por todo lo que está sucediendo en este sistema, pero en vez de eso se sienten escandalizado con, por ejemplo, los cadáveres de dos fachas, el problema es suyo. La revolución es una guerra constante por una vida sin esclavitud, una guerra que pese a cualquier posible retirada temporal jamás para de luchar y abrir posibilidades para nuestras incursiones, pequeñas y grandes. No es con paseos agradables o discusiones filosóficas bajo la influencia de alcohol con que agarremos por el cuello a esa fantasma invisible llamada sociedad capitalista. Además, ya existen muchísimos magos aprendices del engaño político, incluso más hábiles y dotados de más obsequios. Además, el posicionamiento anterior tiene como objetivo demostrar que el dipolo entre nueva y vieja anarquía es falso y el único dilema real y actual es: con los rebeldes que luchan o con los politicuchos de la capitulación. Por lo tanto, la anarquía combativa se aparta de esa degeneración y siembra su rabia por todos los rincones del mundo. Rabia expresada por las voces decididos en una manifestación de solidaridad, con el fuego que quema a los templos del dinero y los símbolos de la riqueza, con los ataques individuales a los funcionarios del gobierno y sus perros uniformados, con los escombros dejados por un artefacto explosivo que explota en el estado mayor del orden establecido. Todos juntos, libres, fugitivos y prisioneros, seguimos nuestra lucha por la destrucción de la sociedad capitalista. Postdata. “Lo que no tengo es una camisa blanca. Lo que no tengo es un secreto en el banco. Lo que no tengo son tus pistolas, para conquistarme el cielo, para ganarme el sol. Lo que no tengo es la de salir ileso. Lo que no tengo es lo que no me falta. Lo que no tengo son tus palabras, para ganarme el cielo para conquistarme el sol. Lo que no tengo es un reloj adelante, para correr más deprisa y alejarme de ustedes. Lo que no tengo es un tren herrumbrado, que me lleve atrás, de dónde he partido. Lo que no tengo son tus dientes de oro. Lo que no tengo es un almuerzo de trabajo. Lo que no tengo es la pradera para correr más rápido que la melancolía. Lo que no tengo son las manos en la masa. Lo que no tengo es una dirección en el bolsillo. Lo que no tengo eres tú a mi lado . Lo que no tengo es la de engañarte en el juego de cartas. Lo que no tengo es una camisa blanca. Lo que no tengo es la de salir ileso. Lo que no tengo son tus armas para conquistarme el cielo, para ganarme el sol. Lo que no tengo es … “ ( Fabrizio de André «Quello che non ho”) Dedicado al anarquista italiano Adriano Antonacci que está acusado de ataques incendiarios contra la tecnociencia y la violación de la naturaleza y dentro de poco será juzgado a través de una videoconferencia. Mayo de 2014 Notas: (* ) Primer orden de prisión preventiva es por el doble atraco en Velvedo cerca de Kozani. Notas de traducción: |