Negándose a participar del show jurídico, que duró formalmente más de 3 meses, este 2 de julio fueron condenados nuestros compañeros Freddy, Marcelo y Juan por expropiaciones bancarias y la muerte de un funcionario policial.
Los compañeros ya habían manifestado abiertamente la decisión de no asistir a la audiencia final del teatro judicial, que recordemos sería transmitido por video conferencia a familiares y compañerxs, en un burdo intento por obstaculizar los lazos solidarios. Misma situación vivida por los familiares delos 81 prisioneros asesinados en el incendio de la cárcel de San Miguel el 2010.
Las disposiciones de seguridad por parte de gendarmería nuevamente equiparan ambos casos, puesto que la hora señalada para la lectura de sentencia fue cambiada sin aviso, tratando de evitar cualquier respuesta solidaria. El despliegue policial que esperaba a quienes se aproximaran al centro de justicia era patéticamente similar al dispuesto para el día en que fueron declarados culpables nuestros compañeros
Sin embargo esta vez los compañeros no podrían ser expuestos como trofeo de guerra, pues habían decidido tajantemente no formar parte del escenario orquestado para validar el poder. Saludamos cada gesto que desafía a los poderosos y el espectáculo de su orden.
Tras una breve audiencia, atiborrada de la carroña periodística, se procedió a leer las ráfagas de años disparada contra nuestros compañeros, quedando cada uno con la siguiente sentencia:
Juan Aliste: 18 Años por autor del homicidio a Moyano + 10 años por homicidio Frustrado del policía Abarca + 14 años por asalto al Banco Santander en Valparaíso y Banco Security, sumando 42 años de prisión.
Freddy Fuentevilla: 5 años por encubridor del homicidio a Moyano + 3 años por encubridor del homicidio frustrado a Abarca + 7 años por el robo al Banco Security, sumando 15 años de prisión.
Marcelo Villarroel: 14 años de prisión por el asalto al Banco Santander en Valparaíso y el Banco Security.
No basta con emocionarse y conmoverse ante la sentencia contra los compañeros, ninguna condena, ninguna sentencia se mueve o derrumba a pura emoción. En la medida en que vamos activando, intencionando, actuando y dando vida a la multiforme solidaridad, hacemos de la verborrea jurídica solo un pequeño obstáculo a sortear. Así nada detiene el avance de la guerra social.
No existe una idílica situación donde nunca nos golpeen, donde siempre salgamos airosxs. No es esa la vida en guerra. El combate, la confrontación además de la satisfacción del desborde a la legalidad, también trae consigo circunstancias adversas, muertes, torturas, accidentes, prisión. Entender y no negar aquello permite no sucumbir luego con infinidad de excusas.
Unx guerrerx se hace tal cuando no claudica, cuando en lugar del repliegue y los tiempos muertos, busca, crea y encuentra escenarios siempre dispuestos para la confrontación. En guerra contra todo, no solo contra el poder, dominio y guardianes, sino que también contra sus falsos críticos y timoratos que van por ahí alzando infamias o llamados a la calma, cuya pasión únicamente se enciende por defender su cómoda vida ciudadana.
Nosotrxs decidimos caminar con nuestrxs compañerxs, correr y volar traspasando inventadas fronteras, evadiendo cualquier control y lupa policial, empeñadxs en no ceder, ni un milímetro al domino, hasta el último suspiro de vida, con pronóstico en permanente conflicto contra toda autoridad.
Así entendemos el ataque, sin relegar a nuestrxs compañerxs en prisión, como si fuesen solo una mera consigna, casi un adorno. Ellxs van con nosotrxs, porque somos parte de la misma guerra. Por ello ninguna condena podrá pararnos, sus lluvias judiciales, solo fortifican la semilla antiautoritaria.
Ante este escenario somos claros en el análisis de que la situación de lxs compañerxs en prisión no puede analizarse alejada o separada de la agudización del conflicto contra el poder, porque caminan al mismo paso, apuntando al mismo objetivo: la destrucción de toda jaula, cadena, jerarquía y autoridad. Por ello en la medida que la/el prisionerx continùa en guerra tras las murallas carcelarias, se sigue nutriendo el fuego insurreccional.
Sin discursos ambiguos y sin negar nuestros lazos, en fraterna complicidad… Hacia la Liberación Total.
Compañeros Freddy, Juan, Marcelo y Carlos a la Kalle, A la kalle todxs lxs prisionerxs en guerra.
Ni un paso atrás! Fuego y explosiones a todas las prisiones, con los carceleros adentro…
2 Julio 2014