Este derribo se produce sin previo aviso, tras el fracasado intento de desalojo del pasado 22 de julio. En aquella ocasión, cerca de 300 personas recibieron a la comisión judicial, que se limitó a tomar nota, levantar acta y posponer el desalojo.
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Un portavoz de la asamblea del CSO La Traba declara a La Haine que decir que “tras recibir el apoyo de los movimientos sociales, de todas las asociaciones de vecinos y los grupos políticos de Arganzuela, después ir a los plenos de la Junta del Distrito y en definitiva de crear presion, está claro que nos han desalojado un 20 de agosto a las 9:00 de la mañana por miedo, porque la fuerza acumulada era bastante grande y no querían que llegara septiembre y poder así seguir aumentando el apoyo a la casa”.
Con relación a la posibilidad de que el desalojo y su posterior derribo hayan sido ilegales, este miembro del centro social afirma que “se supone que se nos tenia que haber notificado cualquier intencion de desalojo o derribo y no la hemos recibido, por eso creemos que ha podido ser un desalojo ilegal y es lo que está estudiando nuestro abogado”.
De cara al futuro el portavoz de La Traba subraya que “habrán podido derribar las paredes del centro social pero no van a conseguir pararnos, pertenecemos a la clase obrera y eso significa que vamos a seguir luchando”.
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