En los últimos años hemos asistido a decenas de concentraciones y muestras de apoyo de lo más variado a favor del juez Baltasar Garzón. Tanto apoyo por un juez es un hecho sin precedentes en España y en la mayoría de los países de la UE, pero su supuesta gran imparcialidad y su defensa de los derechos humanos parece merecerla.
Analizando los hechos, vemos que Garzón, efectivamente, ha sido un gran defensor de los derechos humanos pasados, cuando los crímenes ya habían sido perpetuados hace décadas y los criminales ya habían caído en desgracia: atacó a Pinochet cuando éste ya había cumplido los 83 años y no era más que un viejo chocho al que todo el mundo odiaba en su país, actuó contra los funcionarios argentinos que actuaron en la dictadura de Videla con más de 20 años de retraso, así como contra los asesinatos durante la dictadura franquista de hace más de 50 años y con los criminales ya criando malvas hace tiempo. Llama la atención que justo saca esta investigación cuando la “izquierda” política lo usaba como arma política y salía todas las semanas en los telediarios, ¿por qué no escuchó las miles de denuncias y solicitudes que los familiares de las víctimas mandaban todos los años desde que se instauró la “democracia”? Está claro que si no es un tema mediático a nuestro juez no le indigna tanto. ¡¡¡¡Por pedir hasta pidió el arresto de Osama bin Laden!!!! Como si fuese necesario un auto suyo cuando ya había sido declarado el enemigo público nº 1 para los EE.UU.
Su megalomanía y su ego enfermizo es aceptado hasta por muchos de sus defensores, pero ese es un mal menor que compensa con su gran profesionalidad, independencia y rigor. Rigor que no le impidió absolver a varios directivos del Banco Santander de la apropiación indebida de la SCI Gestión en noviembre del 2006, justo cando acababa de volver de Nueva York después de dar unos cursos en la universidad financiados por el propio Banco Santander. Ese mismo rigor demostró con los GAL y demás grupos terroristas dirigidos por el gobierno español ( Batallón Vasco Español, Alianza Apostólica Antiterrorista, Antiterrorista ETA, etc.) que comenzó en el franquismo y duró hasta el 87, pero Garzón no vio las evidentes conexiones entre los asesinatos terroristas y el gobierno del PSOE hasta los meses anteriores a las elecciones del 96 (los que supusieron el fin del gobierno de Felipe González), curiosamente, acababa de dejar el PSOE por según él, “la actitud pasiva del presidente Felipe González frente a la corrupción” , aunque siempre fue un secreto a voces que se enfadó porque no le concedieron el Ministerio de Interior que el deseaba.
Otra muestra más la tenemos en su cargo de juez de la Audiencia Nacional (uno de los tribunales más politizados de nuestro sistema judicial) y la famosa cacería junto al Ministro de Justicia del gobierno socialista, Mariano Fernández Bermejo.
Por si alguien tenía todavía dudas de su “imparcialidad” política, después vino la autorización a las grabaciones ilegales del caso Gurtel, en las que se grabó la conversación de los detenidos con sus abogados en la prisión, llevando a extremos absurdos la indefensión de los presos. Este hecho sólo se puede justificar desde el interés que tenía el PSOE en dicha investigación, ya que con los delincuentes de guante blanco es absurdo intentar pillarlos infringiendo la ley, eso sólo cuela con los presos comunes o políticamente incorrectos.
Todos estos datos podría pasar por una simple broma macabra si no fuese por lo que viene a continuación: como juez de la Audiencia Nacional cientos de presos etarras, del PCEr, del GRAPO o simplemente comunes, prestaron declaración frente a él con el cuerpo destrozado después de 5 días de brutales palizas. Palizas imposibles de probar judicialmente, pero después de ver las imágenes de Unai Romano en el 2001 y la ausencia de denuncias por parte del médico forense y del juez responsable, parece imposible negar la verosimilitud de las denuncias de los detenidos. Denuncias en las que se relatan agresiones de todo tipo, humillaciones, simulación de asesinatos, amenazas hacia familiares y amigos, electrodos, la bolsa, la bañera y un sinfín interminable de atrocidades. Siempre habrá algún bien pensante que las intente negar, pero entonces, ¿por qué la Ley Antiterrorista permite que los detenidos estén 5 días en dependencias policiales antes de pasar ante el juez? ¿Por qué tantísimos detenidos declaran en comisaría cuando todo el mundo sabe que es más aconsejable declarar directamente ante el juez y en presencia de tu abogado? ¿Por qué tanto ocultismo con las detenciones? ¿Por qué se niega la presencia de un abogado de confianza y sólo se concede un abogado de oficio llamado por los propios policías? ¿Por qué no se permite la presencia de un médico de confianza cuando se solicite en lugar del médico forense que trabaja en la comisaría? ¿Por qué no se lleva al detenido directamente ante el juez como ya reclamaban los partidarios del Frente Popular hace 80 años? ¿Por qué no se escuchan los informes de Amnistía Internacional en lo que se afirma que en España se dan las circunstancias necesarias para que exista la tortura? Demasiados interrogantes y ninguna respuesta. Una salvaje violación de los derechos humanos tan fácilmente evitable y en este caso, nuestro juez, el superhéroe, el defensor de los represaliados y de las causas perdidas, no sólo no investiga nada, sino que se niega a declarar las brutalidades presentadas ante sus propios ojos.
Otros de los grandes logros de este gran “demócrata”, fue la destrucción de lo poco que quedaba de democracia en este país. Este juez fue el abanderado de la ilegalización de partidos políticos, primero Herri Batasuna, después PCTV, partido que después de presentarse a las elecciones autonómicas del 2005, fue ilegalizado en el 2008 sin la más mínima justificación de tipo jurídica (la causa fue la ruptura del acuerdo de paz entre PSOE y ETA tras el atentado de Barajas), así como periódicos como el Egin y Egunkaria (periódico en euskera muy reformista con el que ningún etarra se podía identificar) o el brutal ataque contra Pepe Rey, el mismo que escribe “Garzón, la otra cara” y es, a los pocos meses de publicar el libro, procesado por Garzón (¡qué gran ejemplo de imparcialidad!) acusado de pertenencia a banda armada, parece ser que señalaba los objetivos a ETA, pero no en reuniones privadas ¡sino publicándolo en el diario el Egin!!!! La aberración fue tan grande que tuvieron que ponerlo en libertad. También registró varias sedes de la Coordinadora de Alfabetización y Euskaldunización de Adultos???!!!! arrestando a su tesorero, la estación radiofónica Egin Irratia, así como organizaciones juveniles, gestoras pro-amnistía, abogados, organizadores y colaboradores en mítines políticamente incorrectos, simples camareros de herriko tabernas y un sinfín de etcéteras.
No contento con la criminalización de todo el espectro abertxale, también fue el pionero en la persecución del movimiento libertario, que a pesar de no tener ningún asesinato entre sus miembros no se libró de su supuesta conexión con los etarras en algún caso concreto (ver caso de Laura Riera, militante de la CGT) o de forma generalizada con los comunistas, un auto del juez Garzón del año 2003 decía que la Cruz Negra Anarquista pertenecía al aparato de captación de la organización PCE-r-GRAPO sin mostrar la más mínima prueba. Acusación que puede parecer anecdótica porque estamos acostumbrados a ese tipo de procesos en la televisión, pero que generó el pánico en muchos chavales que jamás pensaron estar en el punto de mira de la Audiencia Nacional.
Todo esto hace del juez Baltasar Garzón, el juez que más ha hecho por destrozar la independencia del poder judicial (suponiendo que alguna vez la tuviese), convirtiendo la justicia en un circo político en el que los payasos toman las resoluciones que más favorecen a su partido político (PSOE) o a sus vendettas personales (GAL), criminalizando todo movimiento de oposición real del régimen independientemente de su ideología o de su forma de combatir el sistema, atemorizando a miles de ciudadanos que de forma altruista lucha por lo que creen. Cuando los progres se manifiestan en favor de Garzón, con el encefalograma plano, incapaz de sostener la más mínima opinión propia, están colaborando con la tortura, el crimen, la destrucción de todas las libertades constitucionales y la destrucción de los únicos hilos que todavía mantenían la apariencia democrática para los más ingenuos.
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