CARTA PARA UN COMPAÑERO (3 DE Diciembre 2014)
Ya hace dos meses desde aquel fatídico 3 de octubre, día que recibimos primero la noticia de tu detención, luego tras horas interminables, nos llega la noticia de tu asesinato. La incertidumbre de esta noticia golpeaba nuestros oídos y la duda estaba presente ya por lo vivido aquel año, 1996, en la que los agentes del estado disfrazados de periodistas, también te daban por muerto en un ataque a gendarmería en av. Matta, en el mismo lugar que hace pocos años moriría un joven, combatiendo con la certeza y consecuencia necesarias de reconocer siempre quienes son los enemigos y como se les debe combatir.
A minutos de la noticia llegan las primeras compañeras y compañeros a apoyarnos en los tediosos trámites, Javiera, nuestra hija mayor, con sus 8 meses de embarazo se mantiene firme y entera en todas las diligencia. Resistimos juntas la represión desplegada a través de aquellos jóvenes policías disfrazados de funcionarios públicos, a quienes miramos de frente, no respondemos sus preguntas y les hacemos sentir la rabia que tenemos por querer atacarnos en nuestra supuesta vulnerabilidad. Agradecemos la complicidad de aquellos que en el SML si nos permitieron realizar la despedida de ambas hijas, ya que hasta este gesto tan humano y sencillo como son las despedidas nos querían censurar.
Luego vinieron trámites y más trámites, queríamos concretar tus deseos, estar junto a Millaray y Javiera o en una sede en la población La Victoria, esto último resultó imposible, pero nos sirvió para recordarnos quien es quien en nuestra historia.
Y llegaste a casa acompañados por tus hijas y compañeros de la Biblioteca Autónoma Sante Gerónimo Caserio, quienes desde el primer momento estuvieron con nosotros, sé que eso te gustó, me parece ver tu sonrisa al hablar de aquel joven que años atrás te hizo llorar en una celda de Colina y que al compartir con él, decías “Este le ganó a la muerte… tiene la porfía de los que van hasta el final”. Luego llegaron, los compas de la Radio y de la Biblioteca Sacco Vanzetti con esa ternura y claridad organizaron todo. Por fin estabas entre nosotros, seguro, ya nadie podría dañarte más, ahora venía la hora de cuidarte, acompañarte y desde lo más profundo quizás no dejarte partir.
En la tarde noche al igual que desde el mismo viernes nuestra casa estaba llena de compañeros y compañeras de ayer y de hoy, vimos tantos rostros, dimos tantos abrazos, recibimos tantas palabras de cariños. Hasta que una llamada desde Bélgica nos paraliza, eran nuestros compañeros que aún cumplen penas de extrañamiento, nos hacen llegar su amor, su rabia, su dolor y son voz de otros compas que están repartidos por Europa, viviendo al igual que tú el olvido. Desde el sur llegan lamgienes que siempre han estado en nuestro corazón, para darnos su abrazo, nos traen la fuerza de la tierra, nos traen la astucia y rebeldía de los weichafes. Así sigue todo, vinieron canciones, proyecciones de videos, guardias de honor, despedida Mapuche, por una de las amadas por ti, la compa que años atrás burlara todos los controles para hacerte llegar nuestros mensajes desde la calle, cuando estabas en la cárcel de San Miguel, estaba hoy ahí con esa entereza y sabiduría de quien le ha ganado a la adversidad. Presentes también estaban tus compañeros de aquellos tiempos de la resistencia, sus rostros demuestran signos claros de lo vivido en antaño, la mayoría de ellos permanecen fieles a lo asumido años antes. Y nuevamente llegan cartas cómplices y cariñosas de nuestros compas encarcelados, percibimos su conmoción y pese a todo nos transmiten su fuerza y dignidad, Tú hermano de vida me llama, y sé que aunque físicamente no puede asistir, está apoyándonos en todo momento, como decenas de anónimos de Peñalolen, La Yungay, La Victoria, Colina, San Miguel, que se acercan para contarnos algún momento o anécdota vivida contigo. Todos estos testimonios tienen un punto en común, tu postura antiyuta, tu eterna rebeldía, tu soberbia ante la autoridad y tu humildad, lealtad y cariño hacia los tuyos.
Y el domingo 5 de Octubre, como una burla de la vida, a 26 años del plebiscito, necesitamos decir que la Alegría no llegó ni llegará para aquellos que no aceptamos los acuerdos con aquellos que mataron, torturaron, estafaron y entregaron nuestros sueños, aquellos fascistas, renovados, derrotados y wisky izquierda, todos con más o menos culpa, estaban detrás de esas balas que te acribillaron -En esas balas estaba el olvido, el desprecio, la ingratitud y la represión, formas que tiene el estado para proteger sus intereses. ¿Qué organización podría criticar tu actuar? Me pregunto, Ninguna me respondo y lo digo claramente, para no dar ni un centímetro de chance, para que los moralistas y acomodados de siempre analicen tu acción. Y comenzamos tu despedida por las calles de la victoria, se escuchan bombas de ruidos, gritos, consignas y cortes de calles por jóvenes en bicicletas que te acompañaron durante todo el trayecto al cementerio en el que también está tu hija Georgina y tu hermano de vida Fabián López, acribillado por balas de policías y concertacionistas años atrás. Te despedimos con una caminata llena de rebeldía y fuerza, jóvenes encapuchados, banderas negras y el himno del Frente de antaño, al que aún respetabas y defendías, además la Canción “El Necio“ de Silvio Rodríguez que nos hizo estremecernos al escuchar: Yo me muero como viví, y fue así moriste combatiendo la desigualdad, el acomodo, la obediencia, el olvido y la traición.
Y te despido lo más entera y clara posible, con el dolor más profundo que he sentido en mi vida, vinieron a mi otros compas, a darme fuerza, vi la sonrisa eterna del Fabián, la astucia del Papi, la inquietud del palito, la Tamara y Rodrigo con su consecuencia, Alex, Matías, Jaime estaban ahí con su sabiduría sosteniéndonos, hasta que mágicamente siento tu mano apoyando mi hombro, como siempre lo hacías y te despido declarándote mi amor incondicional………… hasta siempre compañero Amado.
En memoria de Jorge Saldivia: CARTA PARA UN COMPAÑERO (3 DE Diciembre 2014)