El cuarto mandato presidencial de Alexander Lukashenko expirará en 2015. En 21 años Lukashenko ha conseguido suprimir casi todas las luchas sociales en el país, matar a varios opositores políticos en los 90, y erradicar casi toda la oposición oficial. Lukashenko no a permitido a la sociedad bielorrusa sobrepasar los límites de la mentalidad soviética. Cualquier queja o crítica al gobierno es respondida con represión por la policía o la KGB. Cualquier intento de organización se enfrenta a persecución e histeria por parte de del Estado. La política del gobierno se puede describir simplemente como sigue: “Todo lo que no se puede controlar debe ser destruido”. En este momento el Estado Bielorruso va lenta pero inexorablemente exterminando cualquier desobediencia o pensamiento crítico.
Con las elecciones planeadas para Noviembre este año la presión sobre los movimientos sociales esta creciendo. Las autoridades temen que un escenario como el ukraniano ocurra en Bielorrusia y hacen todo lo que pueden para luchar contra el “extremismo”: toda la gente que llama a un cambio del régimen actual.
En los últimos dos meses 10 personas conectadas con el movimiento anarquista han sido arrestadas. Ocho de ellos se llevaron de 10 a 25 días de arresto basado en cargos inventados de resistencia a la policía y “hooliganismo” leve. Dos de ellxs fueron arrestadxs antes en diciembre y pasaron de 5 a 10 días en prisión y más tarde les despidieron de su trabajo. Esta vez fueron arrestadxs un par de días después de que encontraran un nuevo trabajo. Activistas creen en la relación de los arrestos con las acciones solidarias contra la brutaliadad policial en un concierto punk de Año Nuevo. La policía asaltó el concierto, hizo una lista de todxs lxs asistentes y lxs grabó. Dos fueron arrestadxs en el concierto por distribución de materiales “extremistas”. Después de eso toda la gente en la lista comenzó a recibir visitas de la policía que presentó notificaciones oficiales demandando a la gente a parar su actividad “extremista”. Hay también amenzadas frecuentes en redes sociales por parte de gente obviamente asociada a la policía.
En Noviembre de 2014 las autoridades de la prisión abrieron otra causa criminal contra Mikalai Dziadok, que esta cumpliendo 4 años y medio de condena tras la ola de represión del 2010. Esta vez le acusan de violación severa de las normas de prisión. Durante los cuatro años de prisión Mikalai ha estado muchas veces en la celda de aislamiento porque las autoridades han intentado de esta manera presionarle para quebrantar su voluntad. Ahora, Mikalai, que iba a ser puesto en libertad en marzo de este año, se enfrenta a cargos que lo podrían mantener en prisión un año más. Familiares y amigxs no tienen dudas de que el juicio es la misma táctica usada contra uno de los activistas conservadores de la oposición. Por tanto el gobierno podrá mantener a Mikalai en prisión durante las próximas elecciones. Más aún, el anarquista Ihar Alinevich, que cumple 8 años de condena por una acción en solidaridad con antifascistas rusos has sido enviado a la celda de castigo una vez más – la quinta vez en los últimos 4 meses.
Durante la campaña electoral en 2010 decenas de anarquistas y más tarde activistas de la oposición, sufrieron detenciones y arrestos. Más de 50 personas terminaron en prisión por causas políticas incluyendo a 5 anarquistas. Tres de ellos están aún en prisión. No queda duda que el gobierno se está preparando e intentará silenciar cualquier disidencia por cualquier medio. Estos días, la mayoría de nosotrxs está a la espera de más represión.
Por eso, pedimos a todxs lxs que leeís esto a tomar las calles en el periodo del 25 de febrero al 1 de marzo y organizar acciones solidarias con anarquistas y activistas sociales de Bielorrusia en su lucha por un mundo justo y contra la dictadura. Es vuestra decisión que tipo de acciones, pero nos cabe mencionar dos acciones solidarias en Minsk, dónde la gente enseñó su culo, causando interés genuino en la sociedad y mucho cabreo en la policía. Por eso creemos que es tiempo de enseñar el culo a las autoridades y tomar el control de nuestra vida.