Durante casi sesenta años Malatesta desarrolló actividades dentro del movimiento anarquista como agitador y propagandista. Basta con dar una ojeada a los archivos de la prensa anarquista para percibir que fue uno de los miembros más respetados del movimiento, así como siguió siendo hasta el final uno de los más controvertidos. Su actividad abarcó muchas partes del mundo, y también la dirección de una cantidad de diarios anarquistas italianos, incluido el cotidiano Umanità Nova(1920-22). Pasó la mitad de su vida en el exilio y el respeto con que lo trataron los gobiernos queda claramente en evidencia por el hecho de que estuvo preso durante más de diez años, generalmente en espera de juicio. Los jurados, por contraste, mostraron un respeto diferente, absolviéndolo en casi todos los casos y reconociendo que el único galantuomo, el único hombre honesto, era el que los enfrentaba en el banquillo de los acusados.
En este volumen he dejado deliberadamente en penumbra al hombre para poder acentuar sus ideas, porque todo el mundo reconoce a Malatesta como hombre de acción, pero pocos comprenden cuán valiosas, originales y realistas fue ron sus ideas. Vernon Richards (Compilador)