Con dificultad, nuestras palabras salen sin censura de las cuatro paredes de esta prisión. Aun así, a veces, se consigue romper el aislamiento. Aprovechamos esta ocasión para dar nuestra opinión sobre el proyecto de la nueva Cruz Negra, proyecto que nace aquí, entre una hora de patio y otra.
Muchas veces, en los últimos años, se ha cedido al lloriqueo, al victimismo hijo de la espera; espera por la concentración de turno, de la consigna coreada, todos sucedáneos insuficientes de la acción destructiva. Por el contrario, desde los primeros días de nuestro encarcelamiento, nosotros estamos llenos de optimismo, un sentimiento, no sólo nuestro, sino compartido con algunos de nuestros compañeros de prisión. Optimismo concreto, hecho de diferentes perspectivas que juntas, en la diversidad conseguirán derrotar ese “realismo”, esa constante, insoportable, estéril, tendencia a lo “social”, que tantas ha debilitado. El miedo obsesivo a hacer una acción demasiado “violenta” por temor a que el rebaño escape. Estoy seguro de que el nuevo proyecto editorial de la Cruz Negra tendrá éxito entre lxs distintxs compañerxs dedicadxs a la acción, al ataque destructivo.
Hace varios años que algunos de nosotros sentimos la necesidad de un lugar, un espacio físico, un periódico donde las diferentes perspectivas y visiones del anarquismo de acción se puedan comparar, sin dogmas, cada una con sus propias dudas y certezas. Cruz Negra debería ser ese lugar. Mi posición y la de Nicola en Génova fue Clara. Yo claramente afirmé que creo en la eficacia del proyecto informal de la FAI-FRI, que sólo es uno de los diversos elementos de la más amplia Internacional Negra. Estoy convencido de que las acciones para comunicar y difundir deben ir acompañadas de un mensaje, una reivindicación y que sea precisamente esta comunicación entre grupos a través de las reivindicaciones la así llamada organización informal con la que muchos se llenan la boca, reduciéndola a una abstracción complicada. Sólo así se puede saltar la asamblea decisiva y quitar “poder” a los distintos líderes/apagafuegos anarquistas.
Esta es sólo mi convicción, una de las visiones que espero que se pueda contrastar y, por qué no, confrontarse en las páginas de la Cruz Negra.. Un gimnasio teórico que espero que con el tiempo consiga deshacerse de la carga, ya insostenible, de una visión social y santurrona que está transformando a muchos anarquistas en curas laicos siempre detrás del último santo caso. Como peonzas militantes, se rebota de una “lucha” a otra, sin ser realmente incisivos, sin nunca ser bastante violentos. En pocas palabras, yo y Nicola querríamos un periódico hecho por lxs compañerxs que, aun teniendo proyectos totalmente diferentes a los nuestros, no se limiten a cortejar a los “perdedores” del momento, ya sean los habituales presos o los inmigrantes, porque tal actitud política genera paternalismo situándonos por encima de las “categorías” que defendemos y transformándonos, de hecho, en vanguardia, Compañerxs con diferentes perspectivas, pero unidos por una certeza que, según nosotros, debería ser indispensable para adherir a este proyecto editorial, la certeza de que las palabras están vacías si no van acompañadas de hechos, y los hechos son únicamente las acciones de ataque destructivo. El resto es política y nos da asco.
Alfredo Cospito
Cruz Negra Anarquista, Aperiódico anarquista, nº 0, abril de 2014. pág. 1