Como un mantra sin fin, vuelven las elecciones. Con éstas van 11 desde que la oligarquía y sus secuaces pactaron la Transición, desde que aparentes oponentes irreconciliables se pusieron de acuerdo en vendernos las elecciones y el municipalismo. Una moda a la que se sumó rápidamente la izquierda traidora que en 1976 ya nos hablaba de las bondades del municipalismo, de “cambiar las cosas desde abajo”,… Y es que dado que habían rechazado abiertamente cualquier ruptura estructural, algo tenían que ofertar.
Nada más lejos de la realidad. Tras 40 años de desarrollo, el municipalismo ha devenido en el pelotazo urbanístico, en la represión caciquil, en la alianza de los intereses locales de las grandes empresas, y de ese famoso mediano empresario local que poco menos que han erigido como el héroe nacional, al haber soportado bajo sus hombros los rigores de la crisis capitalista. Mientras a nosotros y nosotras nos han despedido, nos han quitado los subsidios, han cerrado y privatizado nuestros colegios y hospitales, nos han desahuciado de nuestras viviendas, nos han apaleado por manifestarnos y hemos sido detenidos por organizarnos contra su tiranía.
De la misma forma, los mismos medios de comunicación que criminalizan toda forma de disidencia social, nos venden lo fundamental de la idea del voto porque son conscientes de que éste solo sirve para perpetuar el sistema capitalista imperante. Tampoco nos extraña que la pareja que lidera las encuestas en Madrid sea el tándem neofascista Cifuentes-Aguirre. Con la muerte de Franco “todo quedo atado y bien atado”, y se está demostrando diariamente que sus herederos cuentan con el respaldo de la oligarquía.
No olvidamos que al igual que existió una izquierda traidora en 1976, también la hay ahora. Una izquierda que ha abandonado la lucha en la calle y ha apostado por la desmovilización social a cambio de la poltrona capitalista. Por ello nos venden la idea de que el problema no es del capitalismo, sino de quien lo gestiona. La Coordinadora Antifascista de Madrid señala abiertamente que el problema es el capitalismo y no de sus gestores. El cáncer que debemos extirpar a la humanidad es un sistema estructural de explotación económica y social donde no cabe un ápice de democracia para los explotados y las explotadas.
Prueba de la dominación ideológica a la que nos tienen sometidos es que muchos y muchas activistas sociales han abandonado la lucha en la calle en cuanto han visto posibilidad de rascar cualquier puesto de relevancia de cualquier partido o candidatura, tal y como hicieron hace años otros tantos y tantas a cambio de la subvención de turno.
La Coordinadora Antifascista de Madrid afirma que la lucha está en la calle y no en el parlamento. Para nosotras y nosotros no es una consigna vacía sino un principio irrenunciable. Que nuestro futuro depende de nosotros y nosotras mismas, que la sociedad por la que luchamos jamás vendrá a través de ninguna urna electoral. Por todo ello no dudamos en hacer un llamamiento a la abstención activa. La mejor forma de dar la espalda a esta farsa electoral ajena a los intereses de la mayoría.
Madrid, 13 de mayo de 2015
La oligarquía te pide que votes, ¡nosotras y nosotros que luches!
¡La lucha está en la calle y no en el Parlamento!
Coordinadora Antifascista de Madrid