Este periódico es un esfuerzo del compañero Fernando Bárcenas Castillo, anarquista preso desde el 13 de diciembre del 2013. Actualmente se encuentra en el reclusorio preventivo varonil norte.

Este es un fragmento del artículo que abre el número 4 del Canero, titulado

Viva la anarquía

Cierro los ojos, enmudecido por la furia de 11 meses separado de la vida, reconociendo un ambiente que hace todo por recordarte que estás muerto, o a punto; limitado en la movilidad; sepultado vivo en contra de tu voluntad…

… hay veces que mi corazón necesita de algo más; un verdadero amigo y compañero; alguien que no se mire a las manos y evite tu mirada cuando le hables de lucha e insurrección; porque en el fondo, saben que han claudicado y porque tal vez, sólo tal vez, nunca han odiado realmente al sistema… Alguien que no finja estar luchando, cuando es obvio que lo que están haciendo es convertir un campo de batalla en un jardín.

Entonces conocí a Julián y Alejandro; 2 tipos que no tenían nada en común, y que por el contrario solían proferirse injurias el uno al otro, pero que al final de cuentas no dejan de ser compañeros que me acompañaron, durante unos fabulosos días en medio de la batalla…

2 días después, comenzamos a buscar a Bryan Reyes; en ese entonces yo no lo conocía más que por menciones “no tan honoríficas” por parte de algunos compas solidarixs que se han entregado también a la continuidad de la guerra social.

Así pues, siendo ya de madrugada y después de una resignada búsqueda sin resultados, escuchamos en el pasillo de la zona, la llegada de un nuevo interno que se familiarizó de inmediato con Julián y Alex.

Ante todo esto, supusimos que se trataba de Bryan, así que salimos de la celda en calzoncillos a “ganchudearlo”:

  Hey tú! El nuevo ¿Eres Bryan?

  Sí ¿por qué? – respondió algo desconcertado.

  A ti te andábamos buscando – asentí con firmeza.

Al ver en su rostro un poco de terror, procedimos a decirle que sería bienvenido y que toda la solidaridad, que aunque poco se puede hacer muchas veces; la sola compañía suele ser un alivio en momento de crisis y caos existencial.

Le dí la mano, sonriendo ante la “broma canera!… Sin saberlo, acababa de conocer al hombre que se convertiría en mi amigo del alma; un hermano para mí.

En el lugar que te encuentres quiero hacerte saber que te tengo presente. Esta publicación la dedico especialmente a ti camarada; que has sabido lo que significa afrontar la rebelión tras los muros; tú que sabes bien lo miserable y triste que es la vida de un preso; tú que pudiste constatar que la libertad no se encuentra en ningún lugar sino en sí mismo. Y que ésta, cuando es totalmente verdadera, se ejerce fuera de toda ley y norma instituida.

Gracias por haberme enseñado tantas cosas y por ser mi compañero durante largos meses de encierro y duros momentos de represión.

Gracias por ser mi amigo y demostrarme que la solidaridad entre oprimidxs no sólo es palabra escrita.

Porque juntos descubrimos que no se está solo en la guerra contra lo injusto.

Con todo mi amor y rabia

¡Nos veremos nuevamente!