Como algunxs ya sabrán, durante el pasado mes de diciembre, la fiscalía de la Audiencia Nacional presentó la petición de condena que tendrán que enfrentar en el juicio lxs anarquistas Mónica Caballero y Francisco Solar. La petición fiscal es de 9 años por pertenencia a organización terrorista, 18 por estragos con finalidad terrorista, 12 por lesiones y 5 por conspiración, que suman un total de 44 años de prisión para cada unx de ellxs. También añaden la prohibición de vivir en Barcelona o Zaragoza durante un periodo de 10 años una vez queden en libertad y una suma de casi 200.000 euros en indemnizaciones.
Éste es el último paso dado en un proceso legal que mantiene presxs a lxs compañerxs desde hace más de dos años y que parece indicar que próximamente se marcará la fecha para el juicio, que se llevará a cabo en la Audiencia Nacional y para el que tendrán que ser de nuevo trasladadxs a cárceles de Madrid.
La rancia estrategia del Estado español, que tanto ha sabido explotar con su dura legislación antiterrorista, le permite desatar su vengatividad con peticiones de largas condenas, que además deberían cumplirse a pulso y en condiciones carcelarias más restrictivas y controladas. El engranaje represivo sigue su curso fiel a su intención de quebrar la personalidad de aquellxs que no consigue someter; los castigos ejemplares, el despojo de la intimidad, la intervención de las comunicaciones, la privación de contacto físico y toda la lógica del encierro al completo forman parte de los esfuerzos del Estado en conseguir este objetivo, que a pesar de lo retorcido de sus métodos, no logra siempre imponerse.
En este sentido, una de las armas más valiosas de lxs anarquistas ha sido siempre la solidaridad y uno de sus desafíos romper el cerco que crea la represión, impulsando diferentes iniciativas que de una u otra forma combatan el aislamiento de la rutina carcelaria y agiten más allá del propio espacio físico de la cárcel contra la domesticación de las ideas a través de la apatía, del miedo o del castigo. Esta voluntad se ha manifestado en muchos lugares y formas, revelando los puntos de conflicto allí donde donde la obediencia no ha triunfado. Como dijo uno de ellxs en uno de sus textos: “Todo intento por tomar el control de nuestra experiencia es un intento por romper con el dominio carcelario. Cada destello de libertad que surge del enfrentamiento contra el Poder agrieta el molde de la civilización y le imprime contenido a la idea/consigna: un anarquista en prisión nunca está solo.”
Toda nuestra solidaridad, complicidad y cariño para aquellxs que se lanzan a la lucha contra la dominación, para lxs anarquistas presxs o perseguidxs, para Mónica, Francisco, Nahuel y los luchadores Gabriel Pombo y Juankar Santana, que recién nos enteramos que dan por finalizada la huelga de hambre que comenzaron el pasado fin de semana al ceder la cárcel a sus reivindicaciones.
¡FUERZA A LXS ANARQUISTAS ENCARCELADXS!
¡MUERTE AL ESTADO Y VIVA LA ANARQUÍA!
Enero de 2016