WALLMAPU / En varios puntos del Wallmapu se ha marcado con sangre y fuego estas últimas semanas debido a trágicos episodios de extrema violencia, perpetradas de diversas formas a comunidades mapuche que reclaman sus derechos territoriales, que ejerciendo la recuperación y control territorial, son arremetidas constantemente por dos tipos de represiones distintas pero ambas muy graves:
- la primera es una violencia focalizada, premeditada fríamente por equipos de inteligencia militar y realizadas selectivamente contra comunidades en resistencia, donde el control territorial en muchas ocaciones ha logrado expulsar y mantener a raya a las acciones represivas desde el aparato estatal, es decir GOPE y FF.EE y por ende los agentes represivos ejercen otras formas de violencia mas complejas y muy poco conocidas públicamente, pero últimamente han sido la impronta que ha marcado el proceso actual de lucha. Esa es una forma de represión encubierta y con apoyo táctico, realizada por paramilitares preparados para acciones estilo “comando”, bajo el amparo de la oscuridad, el poder de las armas de grueso calibre y con la garantía de que las instituciones, la prensa y poder judicial van a dejar en la impunidad total estos hechos ocurridos, como lo ocurrido en Pocuro, provincia de Arauco, donde fueron incendiados los hogares de la comunidad mapuche y aterrorizados con disparos hechos por fusiles de guerra, hechos los cuales la comunidad denuncia públicamente y solo han sido expuestos en medios independientes y redes sociales, nada en grandes medios de prensa oficialista, demostrando que la figura actual del Paramilitarismo en un arma servil al empresariado que el Estado no quiere que aún sea desenmascarada su estructura orgánica y quien lo financia, siendo esto muy grave ya que estamos hablando de asociaciones ilícitas terroristas financiadas secretamente y que están fuera del marco de la ley, pero que tienen por objetivo hacer lo que el imperio de la ley y orden no han podido lograr . Estos grupos paramilitares actualmente operan principalmente en la ruta Cañete – Tirúa y Ercilla – Lumaco, donde como ellos dicen racistamente de “limpiar” todo germen de mapuche sublevado.
2) La segunda forma represiva que tiñe la cotidianidad de las comunidades mapuche, es la violencia sistemática, brutal, asimétrica y que se presenta como un “estado de sitio” en los caminos rurales y puntos estratégicos donde los conflictos se han desarrollado extensamente. Esta se ejecuta de forma indiscriminada y abierta, a toda hora, en el día a día se pueden ver trasladar grandes contingentes de vigilancia y asalto por diversos puntos, como si fuera una guerra, monitoreada por cielo y tierra por helicópteros, escuadrones y vehículos cada vez mas modernos y blindados, utilizados por el colonialismo fascista Israelí contra el pueblo Palestino, de los cuales el gobierno compró y osa exponer mediáticamente como forma de solucionar el conflicto histórico. Este tipo de represión es legal, financiada por los impuestos que todos los chilenos aportan obligádamente al flujo monetario que el Estado designa para consagrar sus intereses políticos-empresariales. Últimamente esta represión también ha ido en alza, debido a que el conflicto de tierras no solo se ha profundizado en lugares donde hace varios años se desarrollan procesos de recuperación y resistencia, sino que también se han levantado más y nuevas comunidades en reivindicación de sus tierras ancestrales y por ende el Estado ha tenido que aumentar su contingente represivo hacia nuevos puntos de conflictos.
Esta forma de represión está ejecutada por funcionarios sin mucha preparación en inteligencia militar y táctica, todo lo contrario, es brutalidad pura, la lógica de aplastar bajo la bota del estado policial, y eso se ve por que afectan a cualquier persona que viva en la comunidad, a niños, ancianos, mujeres embarazadas, es decir no hay una investigación sistemática contra personas claves de una organización o comunidad que realice acciones de resistencia, contra lideres, voceros, autoridades ancestrales o representantes de procesos de lucha, afectan a cualquier persona que viva en una comunidad mapuche, como lo ocurrido hace pocos días contra un un joven mapuche que caminaba a pleno día por un camino rural, quien fue disparado por GOPE con balines en su cabeza en Ercilla.
Un pueblo ocupado militarmente tiene derecho a la Rebelión!!!
Por: Kutral Weichan