Transcribimos parte de un mensaje de correo electrónico donde una compañera que mantiene contacto con Javi nos cuenta por encargo suyo los motivos de la decisión que ha tomado: desde que fue trasladado a raíz de su huelga de hambre del año pasado a la cárcel de Puerto III y aunque había empezado a salir de permiso, su situación ha vuelto a empeorar mucho.
Se ha visto acosado y provocado por algunos carceleros que lograron impedir a base de partes amañados su clasificación en tercer grado. Fue objeto de malos tratos y amenazas. Al morir Moisés Soto Moreno el pasado 27 de febrero, en el mismo módulo donde él se encontraba, por abandono de los carceleros, fue acusado por algunos de ellos de haber sacado la noticia a la calle. Le han metido un parte por eso y le han aplicado el artículo 75.1, en uso del cual le tienen ahora en aislamiento. Para hacer frente a todo eso, el miércoles, 9 de marzo, decidió empezar una huelga de hambre y sed.
Esto es lo que, entre otras cosas, nos cuenta la compañera: “escribo para dar 4 pinceladas de la situación por la que pasa Javier Guerrero Carvajal, preso en el Puerto III de Santamaría. Él mismo ha solicitado que su caso vuelva a ser expuesto, por lo que da carta blanca para difundir su situación por los medios que puedan tenerse por convenientes.
Javier Guerrero Carvajal ya salió a la luz cuando mantuvo una huelga de hambre de 133 días entre el mes de diciembre de 2014 y finales de abril del 2015 (al respecto: http://tokata.info/category/javi-guerrero/). Tras los más de cuatro meses de ayuno y en un estado de salud comprometido, Javi logró que lo trasladaran a su tierra –Cádiz– prometiéndole un tercer grado que nunca le llegó.
Su estancia en Cádiz no ha sido nada fácil desde que llegara en el mes de julio. No sin esfuerzos logró salir con un primer permiso a finales del mes de agosto, repitiendo en octubre, noviembre y diciembre; pero la tensión que marcaba sus relaciones con un grupo de tres funcionarios específicos iba empeorando su situación. Prueba de ello es que haya pasado por 5 módulos distintos (y aislamiento) en tan sólo 8 meses que lleva allí.
Su progresión de grado también se ha visto truncada por las malas relaciones con el funcionariado. En un primer momento le notificaron que pasaría por Junta en el pasado mes de octubre, pero escasos días antes lo llamaron para advertirle que la misma tenía que retrasarse. A los pocos días, contando con los apoyos que le hubieran permitido acceder al grado, se le notifica que será evaluado por la Central de Observación. El día acordado para el encuentro no recibe llamada alguna, pasando a los pocos días por la Junta de Puerto.
La Junta resuelve favorablemente pero, junto con el pronunciamiento de la misma, ese mismo día, Javi recibe un parte con fecha pasada de más de un mes. El parte lo firma el mismo funcionario que le habría estado haciendo la vida imposible desde su llegada a Puerto, por la respuesta que Javi le habría dado tras una retahíla gratuita de insultos y humillaciones verbales. Se paraliza el grado pero sigue saliendo de permiso. Las relaciones empeoran y crecen las tensiones. Tanto es así que a finales de diciembre, del 20 al 23, Javi es llevado al Hospital tras una tunda de palos que recibe en público (por aquellas se encontraba en el módulo 8). No interpone denuncia por miedo a perder el permiso previsto para el día 29 de diciembre y, un día antes, el 28, el educador lo reúne en un apartado con el funcionario de turno para ceder a su palabra y convertir en verdades sus mentiras. Javi aclara que no pasará por ahí y las relaciones se endurecen todavía más. Las conversaciones mantenidas con el funcionario dan lugar a un nuevo parte.
Del 29 de diciembre al 4 de enero, Javi vuelve a salir de permiso. Ésa sería su última salida hasta el momento.
A los pocos días de regresar sería trasladado al módulo 10, “perdiéndosele” varios informes médicos de que disponía por el camino. Cabe señalar que Javi padece una enfermedad crónica y que su estado de salud tras la huelga de hambre del pasado año se ha visto comprometido. En este sentido, es importante decir que el pasado día 11 de enero tuvo que salir a enfermería aquejado de unos dolores, andando cojo desde entonces por habérsele pinchado un nervio. Sigue sin recibir el colchón que debe proporcionársele con motivo de su alergia.
El 9 de febrero, tras mes y medio de insistencia, la madre logró reunirse con el Director de la prisión. El mismo le prometió que se cancelaría uno de los dos partes (el más grave), calificándose el otro como leve. Pagaría 15 días de aislamiento en lugar de un mes (cumplidos en la segunda quincena del mes de febrero) y se le revisaría el grado en el mes de mayo (a los 3 meses, en lugar de a los 6). Al día siguiente, el 10 de febrero, Javi pasó por la Comisión Disciplinaria con idéntico resultado.
Es en este mismo mes de febrero cuando, al hacer el test psicotécnico que requieren las autoescuelas para sacarse el permiso, Javi descubre que Puerto III tiene informes sobre su supuesta adicción a las drogas. Lo descubre por la conversación mantenida con las personas que le realizan el test, si bien es cierto que él nunca ha consumido ningún tipo de sustancia. Tampoco se explica que lleven un tiempo dándole metadona pero, como muchas otras pastillas que le dan sin saber para qué, Javi no se la toma.
Tras la triste y lamentable muerte de Moisés Soto Moreno el pasado 26 de febrero, la situación de Javi no ha hecho más que empeorar. Por caprichos del azar, ambos presos compartían módulo hasta sucederse los trágicos hechos, por lo que los funcionarios acusan a Javi de haber filtrado la noticia al exterior. Tras aparecer las primeras noticias y después de varias escenas de presión hacia Javi, se le sanciona con un parte por difamación. Niegan haber tardado una hora en asistir a Moisés y le acusan de que la noticia esté circulando fuera en esos términos.
Se suceden registros y cacheos varios, así como un sinfín de interrogatorios con el personal de seguridad. Estos se repiten casi a diario desde entonces hasta que, el día 8 de marzo, le acusan de estar aprovechando las salidas al sociocultural para recoger firmas que sirvan a una queja colectiva. Pese a ser mentira, se le sanciona con el respectivo parte. Ese mismo día recibe un auto del JVP en que se ratifica su problema de adicción a las drogas, la necesidad de un mayor tiempo de intervención, su agresividad y conflictividad, su falta de adaptación y un sinfín de coletillas más que contradicen el contenido de todos los informes que se le habían estado haciendo hasta el momento (tal y como lo corrobora el hecho de haber podido salir de permiso en varias ocasiones antes de que la olla a presión explotara).
Por último, ayer, miércoles 9 de marzo, Javi fue articulado con la aplicación del 75.1 del Reglamento. El mismo se encuentra en aislamiento y se ha declarado en huelga de hambre y sed, por lo que necesita todo el apoyo que se le pueda brindar.”