El jueves 23 de enero recibimos en el CSrOA La Quimera de Lavapiés una notificación del Ayuntamiento de Madrid comunicando la prohibición del evento que se iba a realizar al día siguiente bajo amenaza de sanción penal por desobediencia a la autoridad, “sin perjuicio de las medidas de compulsión que fuese necesario emplear para pleno y debido efecto de la presente resolución, (y) sin perjuicio de las sanciones a las que ello diera lugar”, es decir, bajo amenaza de hacer lo que les dé la gana.
Sabemos que esta misma notificación ha llegado a otros centros sociales de Madrid el mismo día y que no es la primera vez que esto pasa.
Sin duda, esto es parte de una estrategia de control y represión llevada a cabo por parte del poder para criminalizar y acabar con los movimientos del pueblo, atacando a los centros sociales okupados como espacios de encuentro de los colectivos y personas, como espacios de autogestión y de lucha para éstos.
Por eso, creemos que como espacio de insumisión y acción debemos plantar cara a estas amenazas, sin dejarnos intimidar. Debemos seguir decidiendo por nosotras mismas, de forma autónoma e independiente y sin coacción cómo queremos gestionar nuestros espacios.
Apoyamos la decisión, sea la que sea, de cualquier colectivo o centro social en función de los riesgos que quieran o puedan asumir, pero también queremos buscar formas de respuesta creativas, organizadas y comunes, reforzando así las redes de apoyo mutuo.
Proponemos hacer una asamblea de Centros Sociales Okupados y Autogestionados para organizar una respuesta común.
Mientras tanto, animamos a acudir a las convocatorias de apoyo de los centros sociales que decidan seguir adelante con sus actividades.
La Quimera de Lavapiés
-Integrante del movimiento OKUPA-