(Imagen de la Huelga del 15 de Noviembre de 1922, Guayaquil)
El 15 de Noviembre de 1922, fueron asesinadas cerca de 1000 personas en la ciudad de Guayaquil por exigir sus derechos, por luchar por una vida digna. Sus cadáveres llenos de plomo fueron enterrados en fosas comunes, las cuales hasta el día de hoy no han sido encontradas, y sin encontrar satisfacción en aquello, los hijos de Marte abrieron sus vientres para que no flotasen al ser lanzados al río Guayas.
El 15 de Noviembre de 1922 y el papel de los anarquistas en el interior de la clase trabajadora ecuatoriana.
“Pero el 15 de Noviembre; hizo el milagro de apartar las clases. (…) El PUEBLO
miró en aquellos convulsos momentos, quienes eran los que le disparaban
ocultos desde sus ventanas, y de que clase social eran las manos
blancas que aplaudieron a la soldadesca sanguinaria que
cantando aires marciales desfilaron a lo largo de la
siempre ensangrentada AVENIDA
NUEVE DE OCTUBRE.”
José Alejo Capelo Cabello.
Introducción.
Este fatídico día, escrito con sangre y lágrimas del pueblo trabajador ecuatoriano, poco a poco ha sido olvidado, depositándose en lo más oscuro de la historia de este país, y en muchos casos, en donde se lo ha querido contar se ha caído en la vanidad, la cobardía, la negligencia, al no explicar su origen, su bandera, y su tendencia. Tendencia cuyo nombre hasta el día de hoy es repudiada tanto por los historiadores burgueses, así como por los más “izquierdosos”.
Menester de la gloria eterna que se merecen estos trabajadores desconocidos, cuya bandera fue la negra y roja, es la razón del presente ensayo. El mismo que, tratará de explicar la combativa jornada de Noviembre, desde la perspectiva de los revolucionarios anarquistas, y, específicamente desde la línea teórica e ideológica que el militante anarquista ecuatoriano, a inicios del pasado siglo usó como bandera de combate e ideas, las mismas que lo llevarían a protagonizar como Vanguardia este hecho crucial de nuestra historia.
De aquellos valiosos hombres y mujeres no quedan más que cenizas, de aquella historia llena de orgullo y desprecio hacia los burgueses, queda el odio, el resentimiento, la pasión y la entrega a la idea más santa que el mundo ha podido conocer. Y es que, justamente al escribir sobre esta idea santa; quien lo hace, no debe caer en aquellas formas asquerosas que siempre hemos criticado los anarquistas revolucionarios. Contar la historia de los héroes del proletariado ecuatoriano, requiere que se sea correcto en ello.
Sin lugar a duda, la historia de vida de nuestros camaradas llenan de orgullo el pecho de las jóvenes generaciones que ascienden gallardamente por la empinada cuesta de la lucha proletaria, pero así también, como estos héroes nos llenan de orgullo, debemos pensar y mirar fijamente hasta donde el orgullo nos debe satisfacer, y con la misma ternura que se acaricia el cabello de una mujer, se debe tener la fuerza para degollar a la bestia, es decir, reconocer los errores de nuestros camaradas, y más que reconocerlos, criticarlos –desde su contexto obviamente-, tomarlos en cuenta como lecciones de oro para la actualidad.
El 15 de Noviembre de 1922, fueron asesinadas cerca de 1000 personas en la ciudad de Guayaquil por exigir sus derechos, por luchar por una vida digna. Sus cadáveres llenos de plomo fueron enterrados en fosas comunes, las cuales hasta el día de hoy no han sido encontradas, y sin encontrar satisfacción en aquello, los hijos de Marte abrieron sus vientres para que no flotasen al ser lanzados al río Guayas.
El 15 de Noviembre de 1922, la bandera negra y roja flameó por lo alto, escupió en la cara a la clase que la despreciaba, combatió con uñas y dientes, se armó de valor, sus fusiles fueron sus periódicos, sus balas las letras que temerariamente apuntaban al poder burgués.
El 15 de Noviembre de 1922, la bandera negra y roja, fue la madre santa que cubrió los bellos cadáveres de aquellos proletarios, hombres, mujeres, niños, ancianos.
El 15 de Noviembre de 1922, esa misma bandera se prometió volver a flamear como aquel día a las 3 de la tarde, solo que la próxima ocasión, esta bandera y estos colores, brillarán sobre las cenizas y los cadáveres de la sociedad burguesa. Y esa promesa, por esa sangre, por esas lágrimas, por ese titánico esfuerzo, aún encuentra eco en los valerosos corazones de los jóvenes revolucionarios anarquistas.
Hacia la fundación de la Federación de Trabajadores Regional[1] del Ecuador (FTRE); primera central sindical revolucionaria del país.
La Revolución Liberal en 1895, haría que el país ingrese de una vez por todas en el Capitalismo. A su vez, el pequeño proceso de industrialización que vivió Ecuador en aquella época, comenzará a formar a la clase obrera. Es en este proceso, donde se crearán las primeras sociedades de socorro y auxilio a finales del siglo XIX y comienzos del XX, estas sociedades se caracterizarán por ser mutuales, sin una visión de lucha de clase, y de carácter meramente gremialista.
Con la separación de la Iglesia del Estado, se creó la necesidad de crear nuevas instituciones de carácter laico, lo que conllevará a una ruptura en todos los aspectos de la vida del país, es decir, creación de instituciones que estuviesen por fuera de las garras eclesiásticas. Es de esta forma en que el Liberalismo propugnó la creación de organizaciones obreras[2] curiosamente afiliadas al Partido Liberal.
Una de estas organizaciones obreras fue la Confederación Obrera del Guayas (COG), fundada por el cubano Miguel Albuquerque y Vives[3] en 1905. La COG, poco a poco, se irá descomponiendo y dejando de lado la lucha por los intereses de sus afiliados, hasta el punto de llegar a ser una central sindical anti popular, afiliada al liberalismo y a los grupos de poder de la época.
“En 1920 la Confederación albergaría a 14 sociedades, y constituyó la más importante manifestación del sindicalismo vinculada al partido liberal. Pese a que la COG fue progresivamente identificándose con los dueños de los grandes bancos porteños (en 1922 será patente este hecho), en su primera época su actividad fue decisiva importancia para la defensa de los derechos de las clases trabajadoras.”[4]
La burguesía también se irá conformando a la par, desplazaría a los sectores de la Sierra como protagonistas principales, levantaría el Liberalismo como bandera de lucha política, destacándose en su influencia en el seno del Partido Liberal, en donde se presentan dos alas, una llamada civilista y otra extremista, en ambos casos, las dos aportarían con dinero a las campañas revolucionarias.
Con la presencia de grupos anarquistas[5] desde finales del siglo XIX en el interior del naciente movimiento obrero, se comienza a agitar dentro de las organizaciones mutuales, con lo que los anarquistas se adentran en una dura tarea, desplazar el mutualismo por un sindicalismo de combate, clasista y revolucionario.
Es dentro de la Sociedad Cosmopolita de Cacahueros Tomás Briones[6], donde los anarquistas comienzan a ganar terreno, presentándose los cacahueros como el sector de avanzada del proletariado porteño, será ellos, quienes pongan la primera piedra en la barricada contra el capitalismo.
“Con el sugestivo nombre de “SOCIEDAD COSMOPOLITA DE CACAHUEROS “TOMAS BRIONES”; esta Entidad gremial se ha destacado por su aguerrida lealtad clasista en todo conflicto que ha sido menester la acción heroica y denodada de la solidaridad efectiva, de la protesta insurreccional, contra la intemperancia y la soberbia patronal que siempre recibió el auspicio de los jueces venales al servicio de los poderosos.”[7]“(…) la producción de la renta cacaotera fue la instancia donde surgió una nueva clase terrateniente (distinta a la serrana en algunos sentidos) y un campesinado (la despoblada región costanera fue poblándose poco a poco con la mano de obra serrana inmigrante.[8] Este proceso permitió la creación de un pequeño pero expansivo mercado local, una pequeña burguesía (…), un núcleo primitivo de proletariado manufacturero, y sobre todo aquellas clases que ponen en circulación capital en sus vertientes: comercial (…) y el financiero.”[9]
Incluso, el mismo Floresmilo Romero Paredes, militante del a futuro Partido Comunista, reconoce la labor de los anarquistas en el sindicato cacaotero. “(…) se hablaba de un grupo de anarquistas que funcionaba en la sociedad de Cacahueros. Conocí a los dirigentes: eran un Daniel González, un tal compañero Muriel, un tal compañero Concha, un tal compañero Peralta, un Narciso Veliz. Etc. Doy a conocer a los más sobresalientes”.[10]
Los anarquistas se abrían paso mediante la tenaz difusión de sus ideas, en las calles de Guayaquil se voceaba El Proletario, Tribuna Obrera, El Cacahuero, La Bandera Roja, La Acción, el Centro Gremial Sindicalista, el grupo Verbo y Acción, el Hambriento, etc.
Luis Maldonado Estrada, quién también fundaría el Partido Socialista en 1926, militaría en las primeras organizaciones anarquistas, sobre la actividad militante de nuestros compañeros, señala lo siguiente:
“Para obtener resultados provechosos los activistas fuimos a vivir en los barrios industriales y obreros como el Astillero, la Quinta Pareja, verdaderos reductos a los cuales no entraba ni la policía. (…) Con la ayuda de los universitarios, que crearon las universidades populares, preparamos elementos organizadores mediante cursos rápidos, ya que el fervor de la organización no daba tregua, y había que responder a los requerimientos de las masas. El núcleo fue ampliándose considerablemente. Contábamos con gremios ya organizados, instituciones como la Sociedad de Cacahueros, la Sociedad de Carpinteros, la Asociación de Empleados., que nos ofrecían su generosa ayuda y colaboración (locales por ejemplo), eran valiosísimos para la organización.”[11]
La Sociedad Cosmopolita de Cacahueros Tomás Briones el 26 de abril de 1922 se desafila de la COG, ya que “su sistema de organización embrionario y deficiente no permite la acción reivindicativa, ni reúne las condiciones necesarias para la emancipación del Proletariado –tal como lo declaró en el Congreso Obrero de 1920- no responden en modo alguno a las necesidades, exigencias y aspiraciones futuristas del Proletariado que, actuando en un plano social más elevado requiere, consecuentemente, Instituciones de principios más elevados, mas compatibles con el espíritu del siglo.”[12]
Los cacahueros asumen la Vanguardia en la organización de la FTRE[13], el día 21 de Agosto de 1922, llama a las demás organizaciones y gremios de trabajadores a forjar la unidad en base al Anarco Sindicalismo, principal tendencia revolucionaria en ese momento en la clase trabajadora ecuatoriana. En su circular, en la parte de Principios y Finalidades, se nota efectivamente como cita Páez, la cual es una copia del Programa Anárquico (Bologna 1920) redactado por Malatesta.
“QUEREMOS abolir radicalmente el dominio y la explotación del hombre por el hombre; QUEREMOS que los hombres hermanados por una solidaridad consiente y decidida cooperen todos voluntariamente en el bienestar de todos; QUEREMOS que la Sociedad humana se constituya con el fin de suministrar a todos los seres humanos, los medios de alcanzar el máximo bienestar posible, tanto moral como material; QUEREMOS para todos: PAN, LIBERTAD, AMOR Y CIENCIA.”[14]
El camino luctuoso a ser recorrido por la clase revolucionaria ecuatoriana esta trazado. El 15 de Octubre de 1922, la FTRE se constituye con una base de 12 organizaciones, que a posterior serían 36. Su misión fue sobrepasar el mutualismo y la lucha gremial, tomar al sindicato como medio de la sociedad futura y dotarle de una visión de avanzada.
“(…) la Federación Regional de Trabajadores era una organización de lucha de clases; no organizaba para la ayuda entre obreros (…) Era el frente de lucha contra la oligarquía. (…). Y es por eso que al acercarse el 15 de Noviembre, la FTRE se convierte en una fuerza avasalladora, incontenible. Asambleas multitudinarias se hacían en el salón grande de la Sociedad de cacahueros que era insuficiente para contener a tanta gente.”[15]
“Con la solemnidad debida, tuvo su instalación inaugural el 12 de Septiembre, a las 9 de la noche en el local de la Sociedad Cosmopolita de Cacahueros Tomás Briones, la primera sesión de la junta preparatoria de la Federación de Trabajadores Regional del Ecuatoriana (…) ¡Bien por los entusiastas y dignos compañeros, que saben ya que la “unión” es la fuerza del trabajador contra sus verdugos!”[16]
La siguiente, es la nómina de las sociedades y delegaciones obreras que constituyeron las FTRE.
PERSONAL DE LAS FEDERACIÓN DE TRABAJADORES
REGIONAL ECUATORIANA
NOMINA DE SOCIEDADES Y SUS DELEGACIONES
Sociedad Cosmopolita de Cacahueros “Tomas Briones”
Jorge Briones, Gregorio García, Benigno Orrala, Alberto Arboleda, Isaac Mestanza.Sociedad de Beneficencia de Peluqueros
Julio E. López, Manuel Antonio Echeverría, Delfín GonzalesSociedad de Beneficencia “Hijos de Guano”
Casimiro Moncayo, Pedro M. Argüello, Segundo Llanos, Luna M.Sociedad de Sastres “Unión de Operarios”
Luis Fuentes, Enrique Cabrera, José A. TorresSociedad Fraternal “Bar del Guayas”
Manuel de J. Morejón, Pedro Gómez C, Rosendo CarrascoSociedad de Elaboradores de Tabaco
Genaro Elías, Manuel M. Medina, Pedro NavasSociedad Liga Obrera del Guayas
Rafael Rodríguez Tovar, Juan Murillo C, Aurelio L. BanegasAsociación Sindicalista Regional Ecuatoriana
Luis Maldonado, Camilo Rivera, Alberto Díaz, Vicente Abad, Pedro E. MonteroGremio de Trabajadores del Calzado
Isidoro J. Chipe, Luis Vidal, Segundo cruzAsociación Gremial del Barrio del Astillero
Amadeo Rojas, Abel Gonzales, Víctor Guzmán, Félix Reyes, Baudillo EstupiñánGremio de Motoristas de Tranvías Eléctricos
Francisco Lecar, Gregorio Franco, José M. NarváezGremio de Conductores de Tranvías Eléctricos
Manuel Sarco, Víctor González, Juan de Dios NoblecillaUnión Ferrocarrilera de Durán
Ignacio RifríoUnión de Trabajadores del Gas
César Benavides, Antonio Valdero M, Gabriel BalasGremio de Conductores de la Empresa de carros Urbanos
Nelson Valdés, Ruberto Jarrín, Gabriel Saavedra, Bolívar Solís, Samuel Balarezo, Eulogio MirandaSociedad de Empleados Nacionales de estancos y otras Oficinas Públicas
Adolfo E. OchoaUnión de Trabajadores de Fábricas Piladoras
Por el “Molino Nacional” – Francisco N. Iñiguez
Por la “San Luis” – José R. García
Por “La Fama” – José ErazoUnión de Trabajadores del Arsenal de Gobierno
Juan J. Cruz Ch, Carlos E. Martínez, Pedro J. SalazarSociedad Protectora Mutua de Vivanderos
Manuel González, Pablo Salvatierra, Eusebio CondeGremio de Trabajadores de la Sanidad
Plácido Álvarez, Manuel criollo, Aparicio CampoverdeUnión de Trabajadores de la Aserradora “La María”
Alfonso Fabre B, José C. MurilloGremio de Voceadores de periódicos
Jacinto Pr año, Daniel Vizueta, Domingo T. VelazcoGremio de Abridores y Cuadrillas de Aduana
Segundo Borja, Norverto Gordillo, Marcos Caamaño.Centro Feminista “Rosa Luxemburgo”
Lidia Herrera, Rosa Uquillas de Heredia, Luz Celinda Jiménez PSociedad de Trabajadores en Canteras
Genaro Rojas, Justo Carvajal, Gabriel Ramírez, Mario JiménezGran Sindicato Industrial de Trabajadores de Fábricas
Por “La Roma” – Florentino León, Ciro Flores
Por “La Universal” – Ángel García, Desiderio Veloz
Por “La Italia” – Tarquino IdiarteGremio de Embarcadores de Frutas
Domingo Madridueña, Manuel VielaTrabajadores de la Casa Americana
Segundo RoseroGremio de Trabajadores de Aseo de Calles
Manuel López, Juan Quiroga, Antonio OchoaTrabajadores de talleres de la Empresa de Carros Urbanos
Antonio OrtegaTrabajadores en la Fábrica de la Empresa del Gas
Chipe, Jacinto Jurado[17]El conflicto ferroviario, el advenimiento del 15 de Noviembre de 1922.
Apenas constituida la FTRE el 15 de octubre de 1922, el 19 del mismo mes los trabajadores del ferrocarril de Durán se declaran en huelga. La falta de seguridad para el trabajador de aquella época, tanto en lo económico, la salud y demás, era pan de cada día. Cabe resaltar que este movimiento huelguístico tendrá importantísima repercusión en las huelgas que comenzarán el 7 de noviembre en Guayaquil y terminarán con el fatídico día 15.
Los anarco-sindicalistas nucleados ya en la flamante Federación, extienden su solidaridad clasista a este hecho, envían una delegación hacia Durán y publican los hechos del conflicto ferroviario en las grandes hojas de sus periódicos.
“Nosotros aconsejamos, los pequeños grupos anarco-sindicalistas en que estábamos organizados, les aconsejamos en primer lugar ver el aspecto legal de la cuestión, para lo cual sugerimos a los doctores José Vicente Trujillo y Carlos Puig Vilazar, dos abogados, el uno de Esmeraldas y el otro de Guayaquil, a fin de que ellos les asesoren a estos compañeros para que puedan acertar. (…) Producida la huelga hubo manifestaciones de solidaridad en Guayaquil, hubo grandes contingentes de delegados obreros de los centros anarco-sindicalistas, que fueron a Durán a apoyar con su presencia a los obreros y naturalmente la cosa resultó favorable para los ferroviarios.”[18]
La lucha huelguística sería contra la Guayaquil and Quito Raiway C, y la prepotencia de su gerente, J.C. Dobbie. El Gobierno central, apoyaría de forma directa la prepotencia del gringo Dobbie, enviando grandes contingentes de rompe huelgas y elementos armados, en reacción a esto, se han creado dos versiones fantásticas sobre el comportamiento disciplinado y combativo de los huelguistas.
Se dice que una mujer con sus pequeños hijos se acostaron en plena vía férrea para impedir el paso de los esquiroles y los militares, y también se mencionará que los trabajadores en general se acostaron a lo largo de la vía, desplegando una gran bandera tricolor que calmó la sed de sangre de la soldadesca.[19]
“El 26 de octubre, el conflicto ferroviario finaliza, aparentemente se ponía en término el conflicto entre los trabajadores del Ferrocarril y el Gerente General de la Compañía, -en- no obstante las arduas discusiones, (…) quedó flotando siempre un ambiente de desconfianzas y dudas, (…) dando por resultado el peligro de un nuevo conflicto que habría de poner en marcha la siniestra amenaza del empleo de la fuerza pública, que ya estaba concentrada en torno a los obreros en huelga.”[20]
De la huelga de los carros urbanos y eléctricos a la masacre del 15 de noviembre.
Con la noticia de la victoria de los trabajadores de Durán, en Guayaquil se organiza un movimiento huelguístico de grandes proporciones, los trabajadores de los carros urbanos de la ciudad paralizan sus actividades el 7 de noviembre, posteriormente los de la empresa eléctrica también se suman a los reclamos y reivindicaciones justas: cumplimiento de las 8 horas de trabajo, mejora salarial, aviso en caso de despido con 30 días de anticipación, etc.
La FTRE, en la reunión del día 7 de noviembre, propugnaría por la creación de la Gran Asamblea de Trabajadores (GAT), quien conjuntamente con los sectores en lucha redactarían un pliego de peticiones, las mismas que serían rechazadas por el poder burgués, obligando a los trabajadores a radicalizar su protesta redentora. Los enemigos de la clase trabajadora una vez más hacían galanteo de sus formas militaristas, represivas e insultantes hacia el pueblo, por lo tanto es a estas a quienes se debe el inmenso derramamiento de sangre proletaria
“Quedó constancia ante la historia y ante la República este hecho: fueron las empresas capitalistas las que lo precipitaron; sobre ellos debe recaer, en consecuencia, toda la enorme responsabilidad de los sucesos que muy pronto se sucedieron.”[21]
Con la experiencia solidaria de la FTRE en la huelga de Durán, la misma lanza un comunicado a favor de esta campaña reivindicativa.
“CAMPAÑA REINVINDICADORA
AL PUEBLO TRABAJADORLA FEDERACIÓN DE TRABAJADORES REGIONAL ECUATORIANA, consecuente con los principios que la informan en pro del mejoramiento de la clase obrera en general, no trepida jamás en dispersar su decidido apoyo a sus hermanos en el ideal y en la lucha diaria por la vida; cuando el conflicto entre el Capital y el Trabajo lo demanda. La actual emergencia surgida entre los servidores de los tranvías eléctricos y de tracción animal y sus anexos, con las respectivas Empresas, nos induce a hacer un llamamiento a todas las Sociedades, Centros locales, invocándolos demuestren una vez más, al igual que en la pasada huelga de los trabajadores del Ferrocarril del Sur, el espíritu de unión, compañerismo y de solidaridad que se dio las más patentes pruebas. (…) Compañeros: la hora presente, en que un cúmulo de necesidades agobia todos los hogares, reclama con clamorosa urgencia de vuestra unidad, en la acción reivindicadora que se opera como consecuencia de un estado de cosas insoportables. La fuerza incontrastable del Proletariado reside en su unión en su abnegación y en su reciproco apoyado, porque estas condiciones constituyen los cimientos básicos de su poder y, felizmente, esas condiciones, innatas en los hombres del sudor, son los más preciosos factores del éxito en nuestros sanos e impostergables empeños hacia las reparaciones y perfecciones que perseguimos quienes, desheredados de la fortuna, sentimos la influencia evolutiva de las modernas orientaciones sociales, influencia a la que no puede substraeré ningún ciudadanos que integra la masa obrera, sin traicionar su propia causa, involucrando los íntimos dictados de su conciencia. (…) la Federación de Trabajadores Regional Ecuatoriana, respondiendo a las solicitudes del PROLETARIADO NACIONAL, declara terminantemente que en sus acciones no le guíen ningún propósito pecaminoso y disociador; muy al contrario quiere y trabaja por la armonía general dentro del orden y la justicia; que así mismo repudia todo interés partidista, todas vez que no desea ni acepta entrar en la vorágine de las pasiones políticas, porque ellos sería atentar contra su elevada doctrina que nada ni nadie podrá destruir. (…) Luchar para conseguir la realización de estos propósitos, es deber primordial de todo obrero. ¡A la obra compañeros! El sendero está abierto. Seguidlo hasta el fin y habéis conseguido el triunfo. ¡Adelante! Federación de Trabajadores Regional Ecuatoriana. Guayaquil, noviembre 8 de 1922.”[22]
El conflicto de la luz cada vez emanaba mas chispas, la planta eléctrica es ocupada por policías, el Cacahuero, titánico periódico del proletariado porteño dará más leña a este hecho.
“LA GRAN HUELGA
(…) Rogamos, pues, al proletariado de este puerto, que, por espíritu de solidaridad y compañerismo, secunde este trascendental movimiento. No se preste servicio, bajo ningún pretexto y a ningún precio a la Empresas paralizadas.
Es necesario, compañeros, que estéis unidos y no cejéis un punto de vuestros propósitos, porque no estás solos en este conflicto y el proletariado todo, en pie, esta aplaudiendo y admirando vuestra actitud.
Porque ambas empresas solo buscan enriquecerse con el sudor de vuestra frente. Porque con el dinero, y el exiguo salario no os alcanza ni a llenar las más primordiales exigencias de la vida actual.
(…) Nuestro órgano está al lado vuestro y vuestro triunfo o derrota, será la nuestra. Trabajadores: no rompáis la huelga y ni prestéis servicio alguno a las Empresas paralizadas.”[23]
Los dueños de la Empresa de carros urbanos, ante la negatividad de ceder a la verdad de los trabajadores, plantea como salida al conflicto el alza de salarios. Para esto, sorprende el nivel de conciencia de clase de estos, rompiéndose el diálogo, ya que esta forma de “arreglar” el conflicto, únicamente iría a seguir mermando la vida diaria de las clases populares. Los delegados de la Federación abandona la mesa de diálogo, con ello se prepara el gran paro general.
“PARO GENERAL.- AL PUEBLO DE GUAYAQUIL.- PUEBLO HERMANO:-
Nos encontramos colocados en la situación más difícil, a causa de la terquedad del capitalismo y sus sostenedores, quienes, prevalidos de la fuerza que lo apoya, pretenden imponernos las condiciones más humillantes e imposibles para la solución de los justísimos reclamamos que tenemos presentados a las respectivas Empresas. Todos los obreros que nos hallamos comprendidos en este movimiento, hemos procediendo con la mayor compostura, con la mayor cultura que nos caracteriza, agotando, por nuestra parte, cuantos medios conciliatorios nos ha sido posible, cuantas medidas de paz y seguridad requieren catos como el presente; sin embargo, a todas estas muestras de buena voluntad para solventar el conflicto en una forma pacífica y culta, nos se les quiere dar la importancia y el valor que aquellas tienen, y por el contrario se nos acusa como intransigentes para así justificar ulteriores procedimientos.
En consecuencia, la Gran Asamblea de Trabajadores, es de las Empresas de Luz y Fuerza Eléctrica y de Carros Urbanos y de la Federación de Trabajadores Regional Ecuatoriana, tomando en cuenta que se ha agotado todas las medidas de cordura y conciliación que exigirse pueda, como le consta al pueblo guayaquileño y tal como lo reconoce la prensa local, en guarda de los intereses de los trabajadores huelguistas y a fin de precautelar las aspiraciones populares que se quieren burlar. DECRETA: EL PARRO GENERAL desde hoy a las 3 de la tarde de todas las actividades industriales, comerciales, etc… etc., como elocuente protesta por todos los atropellos de que somos víctimas al no ser atendidos en nuestras justas reclamaciones. Por lo tanto, rogamos a todos los trabajadores, puesto que ha llegado el momento de demostrar de una manera evidente nuestro reconocido compañerismo cesando en vuestras labores y nos acompañéis todos en esta hora de dura prueba; y hacer constar, de una vez por todas, que estamos dispuestos hacer respetar nuestros legítimos derechos, por tanto tiempo conculcado. Nuestros reclamos son justos y nuestros ideales tienen la cristalización sublima del derecho humano; por lo tanto, nuestra es la razón. Estamos vinculados por un gran imperativo: EL HAMBRE, y no toleraremos que el déspota capitalista quiera pisotear nuestros derechos. Si ellos viven en medio de la abundancia y de la orgia es debido a nuestros brazos, a nuestras energías ya veces de nuestras vidas.
Por qué se obstinan, pues, en negarnos un mendrugo de pan más, para aliviar en algo nuestra aflictiva situación? Por qué se quiere utilizar de nuestros reclamos para sacar provecho con mengua de los intereses del pueblo, aumentando el precio de los pasajes en los tranvías? Eso quería decir que en este conflicto han ganado ellos y no nosotros. Que conste pues, nuestra formal protesta por este nuevo atentado, por este nuevo zarpazo del artero y común enemigo del pueblo contribuyente. Federación de Trabajadores regional Ecuatoriana y Gran Asamblea de las Empresas de Luz y Fuerza Eléctrica y de Carros Urbanos.
Guayaquil, 13 de noviembre de 1922.”[24]
Los ánimos ya caldeados entre los obreros porteños, exigían una salida pronta y que beneficie al pueblo en general. Lamentablemente, una economía mono exportadora como la de nuestro país, siempre ha acarreado problemas en general. Para la época, el cacao era su principal producto de exportación, cuyos mercados de primer orden europeos y norteamericanos eran el destino principal de los grandes cargamentos que salían del puerto. Es así como se inició una industria cacaotera, que aglutinaba a un sin número de trabajadora, principalmente migrados de la Sierra. Con la 1era Guerra Mundial, el precio de cacao se vino al suelo, el dólar machacó al sucre por las malas jugadas de los burgueses agro exportadores y casas bancarias de la época. La producción de cacao doblada, terminó por producir un excedente que difícilmente se podía comercializar en aquellos mercados, además de los durísimos golpes que la economía mundial había sufrido, haría que los principales importadores de nuestro cacao comienzan a sembrar el suyo –en el caso de Inglaterra- o a comprarlo a otros precio. A esto acompaña el aparecimiento de diferentes plagas que diezmaron los sembríos cacaoteros, las plagas conocidas como “La Monilla” o “La Escoba de Bruja”, repercutieron en el marco de la economía nacional.
En vista de esto, se comenzó a producir otros productos para importación, muchos de los cuales –como el arroz, azúcar- no habían formado del todo la idea de un proceso de exportación. Aquí de cierta forma podemos ver como la producción nacional, incluso en aquel tiempo –con mayor razón en la actualidad- no podía satisfacer las demandas del mercado interno, cuyos productos a partir de la llamada “crisis cacaotera” sufrieron un incremente de grandísimas proporciones, encareciendo aún más la vida de la clase trabajadora, a la que en este proceso reemplazo el hambre por odio, y el odio lo transformó en lucha.
Es así como en este contexto, la Vanguardia del proletariado la tuvo que asumir el anarco-sindicalismo, con sus limitaciones y su mal entendimiento del anti politicismo, al que muchos estudiosos del movimiento obrero y los propios anarquistas confundieron con el apoliticismo.
Es así como dentro del proceso de la huelga que llevaría al 15 de noviembre, entre aquel comité donde no solo se encontraba la FTRE y la GAT, sino también la COG, que ya en aquella instancia de lucha, plantearía sin descaro la baja de cambio como respuesta “a los intereses populares”, es en esta encrucijada, a palabras del camarada Capelo, que los anarquistas y la propia FTRE editaría un documento en donde se apoyaba la baja de cambio como un interés del proletariado ecuatoriano. El problema aquí estaba en que la baja de cambio favorecía a los burgueses, y al pueblo no. Sin embargo muchos anarquistas en las filas de la FTRE habrían de romper y dejar sus cargos como dirigentes al reconocer la baja de cambio como una punga inter burguesa y anti popular, desenmascarando a los traidores de la COG y su espectáculo pro bancario.
“(…) la Confederación Obrera se entendía con los dirigentes de la Federación. Claro que en un primer momento todo sintieron remordimiento de conciencia por haber aceptado una resolución que no nos correspondía, pero era ya tarde y los acontecimientos se precipitaban en una forma violenta que era imposible controlarlos.”[25]
“(…) El doctor Trujillo, como Síndico de huelguistas y Sempértegui, como presidente de la Confederación Obrera del Guayas, votaron a favor del cambio; en cambio, el doctor Puig y yo nos opusimos. Nuestra posición fue tan frontal que después que terminó es Asamblea General se reunió la Directiva de la Federación y entonces yo planteé, ya en una actitud de reclamo, como era posible que nosotros nos hayamos dejado sorprender por la Confederación Obrera del Guayas en esa Asamblea y hayamos cambiando totalmente las tesis que habíamos venido sosteniendo. Nosotros decíamos a mayor hambre, a mayor miseria, mayores reclamos de salarios. No tenemos nada que ver con estas cuestiones de banqueros, economistas y gobernantes, respecto a la incautación de giros, a la baja del dólar, etc. En esa reunión nos vimos obligados ciertos dirigentes, entre ellos yo, a presentar la renuncia porque nosotros no podíamos dirigir un movimiento con el cuál estábamos de acuerdo.”[26]
Es aquí donde vemos una falencia terrible en la dirigencia de la FTRE, y no necesariamente porque en su mayoría los líderes de la Federación fueran militantes convencidos al Anarquismo, sino por un lado la presión de la COG y los síndicos burgueses, y por el otro, la falta de cuadros bien formados, de una claridad teórica, política y sobre todo clasista en la cual los dirigentes hubiesen podido profundizar de mejor forma el conflicto.
“(…) se desviarán los reclamos sobre los salarios, el día 13 (…), allí fue que alguien, situado bien atrás de la enorme muchedumbre que había en la sala gritó, de aparecía inofensivo y absurdo a la vez era, sin embargo, el santo y seña, la consigna de los conjurado. La que armó el brazo asesino, he hico el milagro de contagiar esa insana felicidad que arrebata a los malvados que llevan por el mundo una vestidura humana postiza, y una alma depravada y bárbara, como una noche de San Bartolomé.
Lo demás, vino por añadidura. Como la Gran Asamblea de Trabajadores resolvió suspender los reclamos que sobre salarios estaban planteados, con el propósito de coadyuvar a la baja del cambio, era preciso contar una razón contundente que mostrara la buena fe de los muchos remedios urgentes que la situación reclamaba.”[27]
A pesar de ello, el pueblo guayaquileño habría de seguir en la senda redentora, pese a los intereses burgueses que emanaban desde los traidores y cobardes que se cobijaban con la bandera del pueblo.
El hecho sobresaliente de la jornada de noviembre fue su espontaneidad, en su momento orientada por los anarquistas, pero a quienes ellos debían obediencia en última instancia era al pueblo, por lo que al final sería el pueblo mismo quien de forma propia, obedezca a la ley natural de la Anarquía, creándose un orden paralelo de armonía y paz entre los trabajadores de la ciudad, quienes organizados en brigadas habrían de mantener el orden, la administración, la circulación, la alimentación sin que el Estado tenga que ver en ello. Quien en su inicio dirigió y protagonizó de forma real en los hechos que terminaron en el 15 de noviembre de 1922 serían los anarquistas.
“El grupo anarquista fue el de los encabezadores, hay que reconocer que ellos guiaron el movimiento.”[28]
“(…) Si bien, como decimos, el movimiento era muy joven y no tenía larga experiencia, llama la atención una cosa: hasta donde se conoce no hubo grandes desmanes en Guayaquil cuando la policía se acuartela, hubo un gran control de la ciudad, la ciudad no se deshace, no se arma el caos, (…), sino que los trabajadores a pesar de todo se organizan y demuestran que pueden controlar una ciudad. De alguna manera da la impresión de que, pese a el embrionario que era su organización, toman el poder, un poder regional, solo en la ciudad, pero un poder paralelo. Hecho que se expresa también cuando el gobernador de la provincia, incluso, solicita un salvoconducto, un permiso, para poder transitar con su carro por la ciudad. Esto demuestra la existencia de un poder paralelo, al que hacíamos referencia. Había entonces, un poder del pueblo paralelo a del Estado.
(…) La necesidad creo el orden. Esas brigadas de control se organizaron en ese momento no se pensó en la posibilidad anterior de organizar; pero cuando la ciudad quedó a oscuras, cuando la policía se retiró a los cuarteles, entonces observamos que esta situación podría traer caos dentro de la ciudad y organizamos brigadas para que hicieran la custodia, la vigilancia durante la noche. Dio un magnífico resultado que, como ustedes dicen, estableció un orden que nadie pretendió alterar. La población se sometió a esto y no ocurrieron incidentes, cosa curiosa. Mientras todos los días en la ciudad de Guayaquil había toda clase de contraventores, de delitos, en esos días no ocurrió nada, todo fue orden.
(…) los dirigentes de la FTRE fuimos los primeros sorprendidos del poder que ejercíamos ese momento; no nos dábamos cuenta de lo que teníamos entre manos cuando las autoridades piden autorización a la Federación para circular en sus automóviles (…).”[29]
El tremendo calor de los días guayaquileños, calentaban lentamente la sangre pronta a brindarse generosamente.
El 14 de noviembre, el mismo día en que cerca de 3000 bastardos, hijos de del dolor y el atropello, que con los nombres de Batallón Marañón y Cazadores de los Ríos, habrían de llegar a la ciudad. La orden dada al General Barriga por el presidente Tamayo había sido clara, al día siguiente todo debía estar en calma, cueste lo que cueste.
En la plaza hoy llamada –a palabras de Capelo- 24 de Mayo, desde los balcones de la Sociedad Cosmopolita de Cacahueros Tomás Briones, se llamaría a expresar la voluntad del trabajo. Los ánimos estaban muy alzados, prestos para la gresca y el combate. El coraje, a la indignación de los trabajadores hacia los oídos sordos del gobierno, los llamaba a armarse no solo de valor, es así que el Dr. Trujillo, “(…) pidió reiteradamente al pueblo, que concurriera sin llevar armas de ninguna clase, rogando la asistencia de mujeres y niños con el fin de alejar toda idea de agresividad (…)”.[30]
Pero el día 15 de noviembre el trabajador, la mujer, el anciano, el niño, ya no aguataba más sinvergüencería, era hora que los poderosos temblasen ante el poder del pueblo. La baja de cambio, ni la democracia burguesa[31] eran soluciones verdaderas que pudiesen mejorar la vida del desposeído. En un Guayaquil que tenía entre 50.000 y 60.000 habitantes, cerca de 20.000 y 30.000 –según diferentes referencias- almas proletarias saldrían en aguerrida actitud a escuchar a los orados y a reclamar su verdad. Entre los oradores se encontraba el anarquista Manuel Echeverría, quien arengaría el corazón de los trabajadores a nombre de la Federación, luego, el Dr. Trujillo con su discurso abría de hacer estallar el corazón de las masas, la frase: “¡Compañeros! Ha llegado el día de estar hoy día ya no vestidos de lana de borregos sino con piel de tigre”.
Los trabajadores avanzaban por las calles porteñas, querían reclamar a sus compañeros detenidos por las movilizaciones, los querían fuera de la cárcel, y harían lo que fuese para sacarlos. Al instante las balas asesinas silbarían y chocarían en aquellos bellos cuerpos, los despedazarían y bañarían en sangre, a pesar de ello, los trabajadores avanzan en honor a su fuerza y a su causa, las balas no les importaban, estaba cegado, la sed de venganza ante sus compañeros muertos se había apoderado de ellos.
Pronto, se comenzarían a abrir tiendas, a cuya razón pensaban los burgueses se remitía a un saqueo en masa. La razón no era esa, los trabajadores se querían armar para combatir contra el ejército, a los pobres que los encontraron en aquella tarea los fusilarían al instante, quienes lograrían encontrar las armas, quedarían desilusionados, pues los proyectiles estaban celosamente guardados. Todo quien había sido encontrado con algo había sido asesinado brutalmente. Hombres, mujeres, ancianos, niños, todos ellos, cerca de mil Hijos del Pueblo, asesinados cobardemente.
El relato conmovedor de la masacre por José Alejo Capelo Cabello.
“LAS TRES DE LA TARDE:
Ya el bellaco dueño de la panadería situada en las inmediaciones de la Policía, un tal Chambers Jiménez, que había forzado sus trabajadores a la labor de hacer pan para la gendarmería, sin respetar PARO decretado por la GRAN ASAMBLEA, había pedido auxilia a la Policía, que inmediatamente acudió armada, al mano de un torpe oficial de apellido Medina, que haciendo gala de salvaje valentía, provocó al pueblo, agrediéndole y apresando a varios ciudadanos. En este grupo de obreros, castigados por la brutalidad del oficial Medina, tenía la intensión de llegar hasta la Gobernación a quejarse de tal proceder, y a pedirle también ordenara la libertad de sus compañeros que habían sido reducidos a prisión. Pero al llegar a la avenida Olmedo, tropezaron con una numerosa formación de trabajadores estibadores que con su bandera la cabeza estaban siendo hostilizados por los gendarmes allí estacionados. En eso, apareció nuevamente el rabioso oficial Medina al frente de un recio piquete de policías y, con la espada en alto, ordenó que hicieran fuego y despedazaran la bandera, lo que ocasiono, como era natural, muchos heridos, y el desarrollo de una general confusión en el sector central de la ciudad. (…)
Había llegado, pues, el más dramático instante de aquella jornada sangrienta. Inmediatamente, el ruido de la fusilería se dejaba oír intensamente por toda la ciudad.
Piquetes de solados tendidos en las esquinas y tras los estanques de los edificios mataban hombres, mujeres y niños, en una espantosa carnicería. Muchos corrían despavoridos buscando algún salvados refugio y solo encontraban la impedida sañuda de la tropa. (…)
La multitud, que se había congregado frente a la Clínica Guayaquil y sus alrededores, creyendo alejarse del alcance del fuego que los asediaba, emprendieron rumbo norte de la ciudad; pero se encontraron con que en el Boulevard NUEVE DE OCTUBRE la cacería humana era más cruel, más salvaje. (…)
En las calles, en los portales, tras cualquier cosa, querían encontrar refugio los hombres del pueblo; mas, en esos momentos, les era imposible encontrar donde ocultarse; a la vuelta de cualquier esquina estaban los chacales que mataban y mataban con inaudita cobardía. (…)
En esos álgidos momentos, en que la multitud, acosada por todas partes, sin encontrar sitio alguno donde salvar sus vidas; cuando la impotencia, la desesperación y el propio instinto genésico se rebeló en esos grupos populares; allí resolvieron armarse a toda costa, destrozando para ello las puertas de los almacenes cuyo negocio era la preferencia, la venta de armas de fuego de toda especie. He aquí l cusa de tal resolución: buscar con que defenderse; hacerle frente a la soldadesca que en una embriaguez caníbales disparaban contra ellos que no tenían ni siquiera un simple garrote. Muchos de aquellos que consumaron esta desdicha aventura, agarraron las armas que encontraron más a mano: revólveres, escopetas, carabinas, etc.; pero no lograron obtener las cápsulas necesarias para el arma que quería utilizar. Esto los perdió; pues, con ellos fueron más crueles e inhumanos de alma primitiva. (…) Un Teniente de Apellido Navas se hizo presente intempestivamente gritando: ¡Manos arriba! Y paralizó a todos los que allí estaban destruyendo cuanto tenían al alcance de sus manos, procedió luego a amarrarlos como un racimo humano y conducirlos a los calabozos de la Pesquisa, sin herir ni maltratar a ninguno. Y en las inmediaciones de la calle Panamá, un oficial del MARAÑON apresó a dos individuos que querían escapar de ser asesinados, resultado que uno de ellos era serano y el otro costeño. Al uno, al costeño, le corrió a balazos; al otro, al serrano lo reprendió diciéndole: “me admira que usted siendo serrano se meta en estas cosas”.
Cuando algunos de los que propiamente como malvados, hurtaron objetos más o menos de valor en los almacenes amagados por las turbas, se creían salvados de todo peligro eran sorprendidos por pelotones de pesquisa, policías, bomberos, etc., que, con derecho o sin él hicieron gran acopio de mercadería, cuyo paradero lo ignoraron las autoridades, no así la opinión pública.
A las seis de la tarde del mismo día, después de tres largas horas que duró es cobarde y horrible carnicería, la soldadesca se alineó sobre el Boulevard Nueve de Octubre hacia el norte, por la calle, Pedro Carbo, sonriente y satisfecha de haber cumplido su deber; deber perverso, cruel e inhumano, que dejó algo más de OCHOCIENTOS muertos entre los cuales estaban cerca de DOSCIENTAS mujeres del pueblo.
Luego iniciaron la marcha, desfilado a lo largo del Boulevard cantando himnos de guerra, a cuyo eco se asomaron miles de rostros y manos blancas que, con gran alegría saludaba su paso triunfal con hurras y aplausos desbordantes, mientras, allí en las calles sombrías, en los portales y en las ensangrentadas esquinas de la urbe, la multitud de cadáveres los ayees y la agonía de tantas víctimas inocentes; ponían un contraste aterrador a ese instante en que la magnitud de la tragedia paralizaba, al parecer el ardoroso palpitar del Mundo, y que, aun el hombre, el hombre universal que sobrevivía y protagonizaba esa hora tenebrosa, había perdido su destino y el contenido mismo de su cristiana y lardeada racionalidad.
Más tarde, la fuerza pública se dedicó a recoger los cadáveres, en grandes carretonadas para arrojarlos en lugares desconocidos hasta hoy. Muchos hogares humildes fueron allanados en latas horas de la noche con el objeto de arrebatarles sus muertos, privando así a los deudos del último consuelo de darle sepultura sus seres queridos y de saber siquiera el lugar en que duerman su último sueño.
La crueldad llegó al extremo de impedir al pueblo recoger los cadáveres y los heridos a la calle: hacían fuego contra los que se propusieron con ese misericordioso acto de humanidad y compañerismo, cumplir una misión sagrada y dignificadora. Las clínicas particulares, la Guayaquil, especialmente, y los hospitales, se llenaron de heridos, muchos de los cuales morían después de haber sido operados, de modo que las víctimas no fueron solamente las que murieron el 15, sino las que morían hasta un mes después. Contando estas, las cifras de bajas ascendieron a algo más de NOVECIENTOS.
Al amanecer del siguiente día, el cementerio había sido clausurado. Fuertes destacamento impedían que la muchedumbre se acercase en busca de sus deudos, a encontrar en alguna parte el despojos de tantos hombres, mujeres yniños que les fueron arrebatados por la soldadesca ignara. Solo supieron que desde las cinco de la tarde del aciago día quince, varias cuadrillas de hombres desconocidos se ocuparon en cavar una gran zanja o una fosa donde hasta la madrugada del dieciséis arrojaban centenares de muertos de aquellos que recogieron en las calles y sacados a la fuerza de sus propios hogares. Esta FOSA IGNOTA no ha podido ser encontrada hasta hoy. Allí duermen el sueño eterno, en promiscuidad vergonzosa, todos los héroes que rindieron la jornada de su vida en la memorable tarde del 15 Noviembre de 1922.”[32]
Lo que quedó después…
A pesar de aquella valiosísima pérdida, la FTRE radicaliza la medida de hecho y declara paro general. Los trabajadores de Chimborazo[33] en un número de 1000, se declaran en paro, adhiriéndose a los pliegos de la FTRE, la Sociedad Artística e Industrial de Pichincha (SAIP) el 16 de noviembre se solidariza con los obreros guayaquileños, en Ambato los trabajadores decretan paro general, siendo disuelto por el ejército. Para el 20 de noviembre, la Confederación Obrera Nacional (CON) propone el paro general, siendo esto en el aire, ya que la contra revolución acuartelada en la COG llama a no acatar ello.
Se puede mirar que desde el 15 al 20 de noviembre se producen una serie de huelgas en diferentes partes de país, como onda expansiva a los hechos en el puerto.
Posteriormente, los dirigentes de la FTE, entre ellos algunos anarquistas son apresados, y enviados a Esmeraldas, sus gremios cerrados, su propaganda destruida. La represión aumentará, se utilizará el pretexto del germen bolchevique en las filas obreras, de la influencia anarquista extranjera[34], etc.
En diciembre del mismo año, el anarquista José Alejo Capelo Cabello, publica el folleto El 15 de Noviembre de 1922. Una jornada sangrienta, el mismo que será incinerado por la policía. Tribuna Obrera, vocero de la AGA se pronunciará, gracias a ello se ganarán los anarquistas cerca de 16 días en Esmeraldas. Su libertad fue conseguida gracias a la protesta solidaria, la cual no los abandonó.
“Después de diez y seis días de libertad incondicionalmente, y la noche de la libertad verifícose una histórica reunión en el salón de actos de la Asociación Gremial des Astillero, en donde se hizo derroche de fraternidad obrera en sentidos y vibrantes discursos de los presos y de sus compañeros.”[35]
Cosa curiosa es que pasados tres días de esto, la policía irrumpe de nuevo en el local de la AGA, 18 obreros son puestos tras las rejas, a pocos días después serán liberados 3 de los 18, quienes serán liberados luego tras la presión popular.
A pesar de la persecución y la represión a la que los anarquistas y la misma Federación se enfrentaron, su denuncia y organización con el tiempo trató de mantenerse a pesar de las adversidades. Es así como tanto en el Cacahuero, El Proletario, Luz y Acción, Tribuna Obrera, los anarquistas no dejaron de maldecir a los causantes de tremenda hecatombe.
“EN EL 15 DE NOVIEMBRE DE 1922
A las víctimas.
A vosotros, héroes anónimos de la gleba que en una hora maldita de infortunio ofrendasteis la vida en aras de un Ideal sacrosanto i bendito.
A vosotros, que en el fatídico postulado del Crimen rendisteis el triunfo supremo ante el plomo cobarde i asesino;
A vosotros, que en minuto apocalíptico del terror simbolizasteis la epopeya i holocausto glorioso;
A vosotros, hijos de la miseria, que fecundasteis la miseria con sangre la simiente de una Doctrina que se levanta sobre los escombros de una Civilización de desenfreno i barbarie;
A vosotros, para quienes no hubo tañidos lúgubres de bronces, ni humos de incienso, ni cantos místicos, ni bóvedas marmóreas;
A vosotros, ¡Salve oh! mártires libertarios Sacrificados por este régimen de abyección i atropello………
Salve! Salve!Maldición.
Para la embriaguez sanguinaria de los chacales que en la orgía canibalesca entonaban himnos consagrando su apoteosis;
Por la última imprecación de los caídos en esa hora nefasta i sombría;
Por el escarnio de estas democracias burguesas que proscriben la Libertad i asesinan al pueblo cuando pide libertad i justicia;
Por las lágrimas de los huérfanos que sufren la pérdida irreparable de sus deudos;
Por el imperio de la esclavitud i del crimen que simbolizan veinte siglos de ignominia…
Por los oprimidos, por los martirizados; i, por los que aún sufrimos en esta hora de aciaga de despotismo y baldón………….
Maldición!Al General Barriga
Tu figura resplandece en aureolas de sangre, más allá de la infamia,
Tú no eres asesino………. Eres aún más;
Los pedestales de la grandeza te elevan, te sublimizan………
I eres grande, más grande que tu crimen,
Más grande que el fratricidio de Caín,
Más grande que el parricidio de Nerón,
Porque has sentido la sangrienta preponderancia de Calígula,
I, porque en tu insólita demencia has sentido también la soberana grandeza de tu crimen;
Por eso resplandeces en aureolas de sangre, más allá de la infamia,
No! No eres asesino, eres más, aún más, Eres: ¡la Patria!
Tú que salvaste la Patria con la sangre de ochocientas víctimas, es preciso decirte: ¡eres la Patria!
Porque al salvar la Patria, defendisteis las leyes, el orden, el honor, i, más que todo la gloria del régimen…….. (¡¡glorias asesinas!!).”[36]Para finalizar.
Concordamos con quién diría que el 15 de Noviembre no se destruyo al Anarquismo, y su variante en la lucha sindical en nuestro país, el 15 de Noviembre de 1922, el Anarquismo se mostró cobijado bajo sus valerosos colores en representación de las masas explotadas; como dijimos al inicio de este artículo, se prometió volver a flamear un día no tan lejano, sobre la ruina del mundo burgués y su sistema que desprecia al trabajador, al indio, al hombre y a la mujer. En empresa de que llegue ese día, los jóvenes anarquistas revolucionarios de hoy, hemos tomando la antorcha que ilumina el camino hacia la tierra sin amo, antorcha inaugurada por los anarquistas porteños, y que ahora en nuestras manos, debe ser la que guie y cobije al proletariado.
“Hasta aquí esta reseña incompleta, este como balance aproximado de esa labor tesonera y heroica de agitación, de siembra ideológica efectiva que desde el año 20 encontró una acogida entusiasta y una gran simpatía en el hombre de la calle, del taller y de la fábrica. Se agotaban pronto nuestros panfletos y proclamas, nuestros manifiestos revolucionarios. Teníamos fe. Divisábamos en la rotunda alborada del dolor y de la sangre el amanecer luminoso de un porvenir mejor. Fanáticos de la LIBERTAD soñábamos, en el pronto advenimiento de la bondad en el hombre, de la redención de la tierra, tal como soñaban los comunistas en los primeros siglos del cristianismo.
Tal la influencia y el acerbo ideológico que, en cierto grado tenía hacia el comunismo libertario, el gran movimiento obrero que culminó trágicamente el QUINCE DE NOVIEMBRE DE MIL NOVECIENTOS VEINTIDOS.”[37]
¡La mejor forma de recordar esta fecha es luchando y agitando nuestra doctrina en el pueblo!
¡Que nuestras banderas negras y rojas flameen una vez más dentro de la clase trabajadora!
¡Honor y gloria al 15 de Noviembre de 1922!
¡Honor y gloria a los anarquistas porteños!
¡Venceremos!Carlos Pazmiño.
Convergencia Juvenil Clasista “Hijos del Pueblo”
[1] Es interesante tomar en cuenta el término “Regional”, tanto así que es tomado como genérico en la mayoría de organizaciones obreras de orientación anarquista, pues como señala Cappelletti en El Anarquismo en Latinoamérica, haciendo alusión al cambio de nombre de la Federación Obrera Argentina a Federación Obrera Regional Argentina, el mismo cambio de nombre tiene una motivación ideológica: se agrega el motivo regional para dejar bien en claro que no se considera a la Argentina como Estado o unidad política sino como una región del mundo donde hay trabajadores que luchan por su propia emancipación.
[2] La diferencia en este sentido, es que en la Sierra, el conservadurismo de la mano de la Iglesia, organizarán y controlaran organizaciones obreras como contra peso al poder liberal, que en su mayoría se encontraba en la Costa.
[3] Sastre cubano, amigo personal de Alfaro, y quién le pedirá personalmente su aporte en la construcción de organizaciones liberales. Ha, Albuquerque se la acusa de ser anarquista, pero esto es completamente irreal, ya que por un lado este era masón y por otro, dentro del contexto de aquellos años, el término anarquista fue utilizado con objeto de mermar el prestigio del sastre cubano dentro de las organizaciones obreras. PAEZ, Alexei. EL Anarquismo en el Ecuador.1986. INFOC. Corporación Editora Nacional. Colección Popular 15 de Noviembre. Quito-Ecuador. Pág. 35.
[4] El 15 de Noviembre de 1922. Primera parte. 1982. INFOC. Corporación Editora Nacional. Colección Popular 15 de Noviembre. Quito-Ecuador. Pág. 29.
[5] Páez, en El Anarquismo en el Ecuador hace referencia a esta primera etapa de militancia de los anarquistas porteños, como una etapa filo anarquista. En este sentido, vale la pena pensar en lo siguiente; y es que dentro de un Anarquismo abstracto, o de síntesis sí que quiere -que sería la categoría más acertada en este contexto a finales del siglo XIX-, como el que manejaron nuestros camaradas, es obvio que sus interpretaciones serían de corte empírico y abstracto, atravesadas por dos características muy marcadas en nuestro país: a) la poca migración, que para esos años traía la idea libertaria desde el otro lado del mundo, b) el fenómeno bolchevique, que pego en muchos países, incluso en el nuestro, donde se llamaba a formar una tendencia anarco “bolchevique”, en apoyo a la Revolución Rusa, cuyos usurpadores a posterior habrían de asesinar a miles de anarquistas, siendo tiempo después esta tendencia ampliamente rechazada por los anarquistas.
Es así, como este Anarquismo abstracto, ha dado a malas interpretaciones, las cuales en el propio proceso se han ido clarificando –no en todos-, y que en el caso de nuestros primeros anarquistas fue así. Por lo demás, tomamos en cuenta que, observaciones de una persona que ha conocido únicamente el Anarquismo desde su escritorio –sin restarle mérito por su investigación- y no desde la lucha concreta, pueden ser con facilidad puestas a duda en todo sentido, más aún cuando se habla de un Anarco “Capitalismo” –el Anarquismo está en contra del Capital, siempre lo ha estado y estará en su contra hasta que se lo destruya.
[6] Fundada el 24 de mayo de 1908, como Sociedad Cosmopolita de Cacahueros de Protección Mutua, y que tomarán el nombre de Tomás Briones después de la muerte de este, quién dirigirá una huelga pro aumento de salarios.
[7] CAPELO C, José A. El 15 de Noviembre de 1922 (Una jornada sangrienta). 2000. Ediciones “Nueva cultura”. Guayaquil-Ecuador. Pág. 6.
[8] GUERRERO, Andrés. Ensayo sobre la acumulación originaria en el Ecuador: Hacendados, cacaoteros, banqueros, exportadores y comerciantes en Guayaquil, 1890-1910. Mimeo. 1977, citado en El 15 de Noviembre de 1922. Primera parte. Op. Ct. Pág. 22.
[9] El 15 de Noviembre de 1922. Primera parte. Op. Ct. Pág. 22.
[10] El 15 de Noviembre de 1922. Primera parte. Op. Ct. Pág. 42.
[11] El 15 de Noviembre de 1922. Segunda parte. 1982. INFOC. Corporación Editora Nacional. Colección Popular 15 de Noviembre. Quito-Ecuador. Pág. 35.
[12] Hoja circular de la Sociedad Cosmopolita de Cacahueros Tomás Briones. 21 de agosto de 1922.
[13] Entre quienes se encontraban en el comité de organización de la Federación, estaban Capelo, Maldonado Estrada, Echeverría y 3 delegados de los cacahueros.
[14] Hoja circular de la Sociedad Cosmopolita de Cacahueros Tomás Briones. 21 de agosto de 1922.
[15] Luis Maldonado Estrada y Andrés Avelino Mora en El 15 de Noviembre de 1922. Primera parte. Op. Ct. Pág. 118.
[16] El Cacahuero. Órgano de la Sociedad de Cacahueros “Tomás Briones”. # 4. Guayaquil, domingo 19 de octubre de 1922.
[17] Para la Historia. Exposición de la Federación de Trabajadores Regional Ecuatoriana sobre la actitud obrera en los meses de Octubre y Noviembre de Mil Novecientos veintidós. 1983. Colección Movimiento Obrero Ecuatoriano.
[18] El 15 de Noviembre de 1922. Segunda parte. Op. Ct. Pág. 19-20.
[19] Esto puede ser corroborado en el libro de Capelo y la Colección Popular 15 de Noviembre.
[20] CAPELO C, José A. El 15 de Noviembre de 1922. Op. Ct. Pág. 10-11.
[21] CAPELO C, José A. El 15 de Noviembre de 1922. Op. Ct. Pág. 16.
[22] CAPELO C, José A. El 15 de Noviembre de 1922. Op. Ct. Pág. 14-15.
[23] El Cacahuero. Órgano de la Sociedad de Cacahueros “Tomás Briones”. # 5. Guayaquil, 9 de noviembre de 1922.
[24] CAPELO C, José A. El 15 de Noviembre de 1922. Op. Ct. Pág. 18-19.
[25] El 15 de Noviembre de 1922. Primera parte. Op. Ct. Pág. 38. Entrevista a Luis Maldonado Estrada.
[26] El 15 de Noviembre de 1922. Primera parte. Op. Ct. Pág. 37-38. Entrevista a Luis Maldonado Estrada.
[27] CAPELO C, José A. El 15 de Noviembre de 1922. Op. Ct. Pág. 23.
[28] El 15 de Noviembre de 1922. Segunda parte. Op. Ct. Pág. 41. Entrevista a Floresmilo Romero.
[29] El 15 de Noviembre de 1922. Segunda parte. Op. Ct. Pág. 63. Entrevista de INFOC Luis Maldonado Estrada.
[30] CAPELO C, José A. El 15 de Noviembre de 1922. Op. Ct. Pág. 25.
[31] Para la fecha, las elecciones seccionales se avecinaban, los anarquistas desde El Cacahuero, el 9 de noviembre señalarán lo siguiente: “Obreros: El Proletariado consiente, rechaza la cooperación con el poder político en todas sus manifestaciones. Por consiguiente, no os mescléis en la farsa de los concejales, porque eso contribuye más a vuestro escarnio y en nada mejoraréis vuestras condiciones de vida miserable (…). (…) En todo partido que os alistéis, tanto en la República de los Alfaros o el Corazón de Jesús, no sois sino la presa destinada al canibalismo de la burguesía. (…) Vosotros no tenéis más partidos que el del hambre, ni más ideales que vuestras reivindicaciones proletarias. (…) ¡No votéis!”
[32] CAPELO C, José A. El 15 de Noviembre de 1922. Op. Ct. Pág. 33-36.
[33] En 1923, Tribuna Obrera se erguía como vanguardia entre la prensa obrera; dato curioso es el siguiente, puesto que desmiente a muchos autores sobre el supuesto de que el Anarquismo únicamente se ancló en Guayaquil. En el número siete de Tribuna Obrera de la segunda quincena del mes de julio de 1923, el obrero riobambeño Zoilo L. Valencia en conjunto con otros obreros de esta ciudad, dirige una carta a la redacción de Tribuna Obrera, solicitando extendáis hasta los hijos de la altiva sierra, vuestro titánico vocero, el mismo que algún día no lejano, será sino nuestro salvavidas, al menos, el que calmará en algo nuestra dolorosa situación.
[34] El secretario de la GAT, Juan Huapaya, de nacionalidad peruana y militancia anarquista luego de la masacre desaparecerá “misteriosamente”, en esto, lo más probable es que haya sido asesinado.
[35] Para la Historia. Exposición de la Federación de Trabajadores Regional Ecuatoriana sobre la actitud obrera en los meses de Octubre y Noviembre de Mil Novecientos veintidós. 1983. Colección Movimiento Obrero Ecuatoriano. Pág. 52.
[36] Tribuna Obrera. Periódico de Ideas y Combate. Órgano de la Asociación Gremial del Astillero. Firmado por Luís Grégori.
[37] CAPELO C, José A. El 15 de Noviembre de 1922. Op. Ct. Pág. 9.