De niña y después de andar por la medicina wigka, la familia decidió mirar hacia el interior de la cosmovisión mapuche. La pequeña Millaray Huichalaf tenía püdye de machi (espíritu antiguo que alguna vez vivió en la Tierra). Comienza todo un proceso de preparación con la machi Margarita Carilao quien la aconseja. Se instala en Carimallin, territorio Mapuche- williche- nguluche del Cordón Caulle junto al espacio ceremonial Kintuante.
Para mantener bajo control el territorio, el Estado chileno delimitó la región, refundando el territorio y destruyendo la armonía estructural antigua.
Hoy encontramos las comunas de Río Bueno, San Pablo, Puyehue y Puerto Octay. En su sruka (casa), la joven mapuche nos contó su origen, niñez, adolescencia, el conflicto que le costó cuatro meses de cárcel. Al finalizar entregó un liberador consejo a su pueblo para continuar la resistencia que es característica en la vida de sus habitantes durante los últimos 400 años.
ORIGEN DUAL
-Machi, cuénteme del principio de su vida, su origen y el recorrido por su territorio.
-El origen del mapuche uno lo viene a descubrir a medida del retorno que uno hace, desde donde le tocó vivir hasta donde después llega. Está el kupalme (donde nació) y el tuwun (de donde proviene de acuerdo a su apellido y su mülfün, origen sanguíneo). Vengo de dos lugares importantes de la Futawillimapu: El Roble-Carimallin que es la comunidad donde estoy viviendo y Quitra Quitra, comunidad que se encuentra a la costa en la comuna de San Pablo (ancestral territorio Kunko).
-De acuerdo a eso ¿qué situación hace que decida ubicar su rewe en Carimallin?
-Antiguamente en esta zona estaba el ülmen (autoridad ancestral similar al Logko) Juan de Dios Mafil; controlaba grandes extensiones de tierra que luego fueron usurpadas por la familia alemana Fuschloger, ocurrido en el año 1916. Donde ahora estamos (indicando hacia el Este), es obvio que es tierra mapuche; el alemán no vino con la tierra en los bolsillos. Aquí sucede lo que conocemos como la colonización alemana, se hicieron de los llanos productivos dejándole solo un título de merced de 44 hectáreas, donde hoy vivimos más de siete familias con muchos integrantes cada una.
-¿Ese dato los impulsa a generar demandas de recuperación?
-Nosotros nos vemos en la obligación, como joven mapuche, a ocupar esos lugares donde vivían nuestros antepasados. Son más de 300 hectáreas que tienen tomadas un privado de apellido Quijón, un abogado que tiene una serie de fundos que, como otros, se han venido ‘a hacer la América’ como ellos dicen, nosotros ya estamos haciendo uso de ese espacio, sacamos lawen (medicina) para mis pacientes.
UNA INFANCIA MAPUCHE SIN ESPIRITUALIDAD
-¿Qué cosas tiene de su infancia que hoy tenga presente?
-Tengo hartos recuerdos de la infancia que pasamos con mi papá y con mi mamá en Paullin (comunidad cercana al volcán Osorno). Mi papi estaba a cargo de una escuelita donde era director y profesor.
Mis abuelos se tomaron la tierra en un campamento (Francke) en los ‘80, a mi papi lo agarraron los curas y le dieron educación. Después nos llevó a todos al campo, sentía un vacío, justo encontró trabajo como profesor rural. Mi conciencia recuerda esos momentos en Paullin junto al campo, la escuela, los chicos, la casa de los compañeros y de la casita con los arboles todo ese olor que ahora siento de nuevo. A los ocho años llegué al pueblo (Osorno) a estudiar en colegios urbanos.
-¿Cómo fue viviendo sus primeros momentos de este proceso de machi?
-Yo perdía la conciencia, fiebre, tenía sueños feos pero seguía durmiendo nomás. Cuando uno es niña no trata de buscarle la explicación a las cosas. En la ciudad comencé con los trances y mi papi no creía que estaba con un newen de machi, yo tampoco. Por el lado de mi papá si bien se reconocía mapuche, su pensamiento era occidentalizado, quería que yo estudiara y fuera “alguien” como se dice. Lo motivó sólo el lado político y no lo espiritual, él veía desde un punto de vista material, nos hablaba del tema de las tierras, de la recuperación y todo, pero lo separaba de lo espiritual. En mi caso creía en los ngen (dueños de los espíritus) que se presentaban en mis sueños.
-¿Qué análisis nace entonces de todo ese proceso?
-El contexto en que se crió mi familia es de desarraigo, producto de la pobreza y el haber estudiado en un espacio occidental chileno donde no les permitieron desarrollarse en su cultura de forma integral. Que vuelva toda esa antigüedad para ellos es difícil de entenderlo porque perdieron su müpiltun (fe y convicción), cuando mi papá me veía enferma se negaba a atribuirlo a newen, me tuvieron tres años hasta que enfermé tanto que tuvieron que llevar la orina donde un machi, fue una lucha interna entre lo mapuche y lo occidental.
-Entonces una cosa es tener Püdye de Machi y lo otro es asumirlo, ¿Cómo comenzó a revertir su pensamiento y comenzar a asumir el rol asignado?
-A los 13 años me fui a vivir con una machi a Malleco, conocí a harta gente fundamental, encontré orientación espiritual y política mapuche. Recuerdo que la machi se levantaba a ver la orina y no podía porque había eucaliptos que no dejaban ver el sol y eso era fuerte, sufría mucho esa machi. Además no había agua ni remedio. Yo era chiquitita y entendí bien porqué era importante: había que proteger estas partes para que no se llene de eucalipto, que el agua siga brotando y seguir siendo mapuche. A mi machi guía (Margarita Carilao) la soñé y la conocí en un machitún. La lamgien sentía que era importante mi levantamiento y como de todas las/los machis porque sabe que son espíritus antiguos que pelearon, espíritus de weichan (lucha) que vuelven y vienen a fortalecer la lucha mapuche desde su espiritualidad… Ahí vienen los pacos parece.
NGEN KINTUANTE
Pasada la medianoche la entrevista es interrumpida por los carabineros que acuden diariamente a obtener la firma de la machi Millaray Huichalaf debido a una causa que la mantiene en proceso de condena.
Los espíritu de la tierra que vienen del cordón Caulle y los que viven en el río se juntan en el espacio ceremonial Kintuante, las comunidades mapuche acuden ahí para pedir los permisos en sus nguilatunes conectándose la gente de la tierra con quienes cumplen su rol en el wenu mapu.
-¿Por qué elige el kintuante para desarrollar su rol de guía ancestral de la nación mapuche williche, cuando nos dice que usted tiene dos orígenes?
-Los Ngen me recibieron bien, llegué el 2008 embarazada de mi hija, como machi desistí integrar una comunidad jurídica porque consideraba que debemos organizarnos de la forma antigua, lo que hace que uno valga es el trabajo que uno realiza en forma autónoma, si las machi reciben cosas tienen que poner su cara en los proyectos. De que llegamos estaba aprobado todo el tema de la central, los ngen se manifestaron en los sueños y debía servir desde aquí a mi pueblo williche.
-¿Cómo resultó ese recibimiento en la comunidad?
-En un principio se unió mucha gente pero las centrales hidroeléctricas han hecho su pega de intervenir en las relaciones de las comunidades, pero hay harta fuerza, hay esperanza en la gente joven, los que han impulsado una fuerza valiosa que los lleva a recuperar su cultura.
ASALTO POLICIAL Y CÁRCEL
Pusieron el cuerpo para resistir e impedir que las centrales hidroeléctricas se apoderen del kintuante, eso los puso en los ojos del seguimiento de inteligencia que realiza el Ministerio del Interior del Estado chileno.
-Tengo que preguntar por el momento del allanamiento y su encarcelamiento.
-Mucho sobre eso no puedo hablar pero puedo contar la sensación. Desde que comenzó la defensa del kintuante plasmamos en la palabra un proyecto a nivel de territorio como Puelwillimapu que consiste en la liberación y la decisión de expulsar las centrales hidroeléctricas del territorio, esa aspiración comienza a generar temor para el usurpador, los ricos tienen miedo a que empecemos a recuperar tierras, a que se desestabilice su sistema que sigue explotando a nuestra gente que no se revelan porque no tienen valor, no están siendo mapuche. Tenemos que estar al frente de la lucha, me interesa estar con ellos (los espíritus del kintuante) porque ellos están pidiendo auxilio.
-¿Cuándo empezaron a aparecer las amenazas que los lleva a decidir que la lucha tiene que pasar a una siguiente etapa?
-El 11 de julio de 2012 llegó gente a botar árboles en el kintuante. Un dolor tremendo lamgien todo era sangre, los pellines rojeaban. Nos instalamos y llegó el desalojo, la gente comenzó a apoyar con la convicción de reivindicar un espacio que siempre ha sido de nosotros, una muestra es el cementerio, ahí están enterrados todos los viejos de nosotros, los abuelos. Entonces cómo, ¿que no somos de aquí?, ahí no hay alemanes ni extranjeros, no están las familias Quijones, Meyer, Becker y Fuscholger enterrados ahí; está la gente que fue asesinada y explotada por los mismos que dicen que son dueños y su espíritu está en el kintuante, en el nguillatue, en el Pilmaiken, defender el kintuante es defender un espacio a nivel de nación.
-En enero de 2013 la opinión pública se enteraba que ustedes estaban siendo encarcelados, ¿Qué nos puede contar de esos momentos?
-Al momento de levantar una defensa pública por nuestras demandas sabíamos que irnos presos era una posibilidad, el estado capitalista les abre las puertas a las empresas y la solución que da a estos temas de conflictos mapuche es la cárcel, la muerte, la represión, entonces sabíamos que esto iba a pasar porque nos vigilaban, la PDI siempre estuvo encima de nosotros, no nos agarraron antes porque los ngen del kintuante nos ayudaron.
-Hubo intentos anteriores entonces.
-Nos tiraban lacrimógenas, arriesgamos nuestras vidas porque legalmente no se puede hacer nada más, antes del allanamiento tuve hartos sueños, me sentía perseguida. Eran las cinco de la mañana del 30 de enero de 2013 y se siente un motor, veo gente encapuchada corriendo con fusiles y ametralladoras. Nosotros nos desesperamos, estos tipos locos podían disparar así que no opusimos resistencia, yo atiné a tapar mi niñita e intenté hacerla dormir. Botan una puerta, las ventanas, hacen un tremendo escándalo y gritan: Policía, que nadie se mueva. En mi pieza se llenaron de policías, unos 15 ó 20, todos encima de mí, encima de la cama.
-¿Qué hizo la policía?
-Dieron vuelta la casa, recorrieron los techos, debajo de la casa, de las camas, rompieron los colchones. Habrían los libros hoja por hoja , mis cuadernos donde anotaba mis pacientes, mis libros porque me encanta leer, videos, un computador, lienzos porque siempre mediante la propaganda socializamos nuestro tema porque somos parte de un conflicto. No andamos escondidos de terroristas como nos dicen, sino al contrario nosotros nos abrimos a los demás.
-¿Fueron informados del motivo del allanamiento?
-Ni siquiera se les ocurrió preguntar quienes éramos, hubiese estado usted o cualquier persona se lo hubieran llevado también. Nos llevaron a la PDI, nos intentaron quitar las cosas, sacarnos salivas a la fuerza, declaraciones, de todo, nos negábamos, no entendíamos nada hasta que nos formalizaron en la tarde, pensamos que era por lo que hacíamos en el kintuante pero nos dijeron que era por un incendio en Pisu Pisue. Eso queda en Mantilhue, a más de 30 km de aquí. No han podido vincularnos con los hechos, es claramente una persecución política porque políticamente estamos planteando todo con base mapuche.
MÜTRULTUN (LLAMADO)
Pasaron por tiempos de mucha lucha que no fue impedida en el encierro, el mapuche siempre ha estado peleando por su derecho, es lo que hace ganarse los espacios.
-¿Cuál sería su mensaje que invite al mapuche a relacionarse con la actualidad?
-A la gente que ha tenido que ser desterrada a la ciudad por el capitalismo, que con sus forestales les ha quitado su agua y ha sido desarraigada: a perder el miedo de ser mapuche, volver a su tierra por que es ahí donde uno es mapuche, aspirar a ser libre junto con su familia. A la gente consciente mapuche: asuman sus roles que todos nosotros tenemos roles en el Wallmapu que hoy estamos en tiempos de guerra y las empresas están llegando al Willimapu como lo hicieron allá en el norte donde han depredado.
A los weche (jóvenes): es importante que tomen un rol activo frente al acontecer, que no tengan miedo a hablar el mapuzungun porque si nuestra gente fue perseguida por hablar su idioma es porque a través de él nos comunicamos con los newenes que están volviendo a hablar con su gente en la Tierra. Digo también queWenteyao y kintuante están siendo amenazados por intereses ajenos a nuestra cultura, no tenemos que tener miedo a la cárcel, es un lugar feo que no está hecho para un mapuche, pero hay que asumirlo con dignidad; ni la cárcel, las muertes o las balas van a matar el sentir mapuche.
No acudamos a la occidentalidad para hacernos rebeldes, tenemos que ser mapuches con nuestra política que está en la tierra, cuesta mucho pero vale la pena para aspirar a tener bienestar, los mapuche tenemos que soñar porque ahí esta la orientación, que no se desvíen, esto de ser mapuche no es algo místico solamente, es integral.
Si no nos levantamos, nuestros hijos tendrán que hacerlo y les va a costar más, cada vez se va haciendo más difícil, hay que apechugar. La gente que tiene roles (logkos, machis, konas, weichafes) que no nos maten la dignidad.
Por Srayün Nawel
El Ciudadano Nº150, verano 2014
Escrito por Srayün Nawel
Extraido de http://www.elciudadano.cl/