Nota de Refractario: Nos parece importante informar sobre el cotidiano de la prisión, sobre los acontecimientos que ocurren tanto en la represión como en las irrupciones por parte de los presos contra el régimen y reglamento interno, pero en lo que respecta a “denunciar” e “informar” sobre las agresiones de carceleros, nos alejamos completamente de solicitar su “profesionalismo”.¡ Solidaridad con los prisioneros dignos y en revuelta!
El día viernes 8 de agosto pasado, se registraron violentos incidentes en el tercer piso del Módulo H Norte de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), inserta en la Unidad Especial de Alta Seguridad (UEAS), complejo penitenciario ubicado al oriente de la Ex-Penitenciaría, al poniente del Centro de Justicia y al norte de la Cárcel Santiago I.
Siendo apróximadamente las 14:00 horas, se produjo un allanamiento de rutina, por lo que los presos fueron bajados al patio y sometidos a un allanamiento corporal. Respectivamente, un grupo de carceleros subió a allanar las celdas en busca de elementos prohibidos (cuchillas, drogas, teléfonos, etc).
El allanamiento terminó con 3 prisioneros castigados. Uno de ellos por habérsele encontrado un teléfono móvil, y los otros 2 por supuestamente poseer un objeto punzante. Cabe destacar que dicho objeto no era más que un pedazo de alambre usado para destapar el desagüe de las celdas, por lo que ambos se negaron a reconocer dicho alambre como un “arma”. Los prisioneros en cuestión eran Nicolás Lizana Santibáñez(1) y Hans Niemeyer Salinas(2). Los carceleros les preguntan si declararían algo, y ante la negativa de estos, son enviados a la Sección de Máxima Seguridad (SMS), notificándoseles que permanecerían en celdas de castigo, pese a que están supuestamente prohibidas, excepto en casos graves de indisciplina.
Paralelamente, en el tercer piso del Módulo H Norte (donde habitan Nicolás y Hans), los prisioneros no estaban deacuerdo con la injusta situación de castigo, y menos con las respuestas irónicas y provocadoras que les daban los carceleros. Al no ser escuchados y los funcionarios burlarse en sus caras (demostrando falta de profesionalismo, pues hicieron escalar un problema cotidiano), los presos emprendieron acciones de fuerza, bloqueando el candado de acceso al piso, lanzando agua por las escaleras, tapando las cámaras y rociando aceite en el basurero al interior del piso, para luego prenderle fuego, exigiendo respuestas y una solición al problema.
Los carceleros, temiendo consencuencias como la de San Miguel(3), procedieron a romper el candado con una cizalla para controlar la situación. Mientras hacían descender a los presos por las escaleras, les propinaron golpes en la cabeza, aún cuando no hubo ninguna agresión contra los carceleros. Por lo mismo, los presos comenzaron a defenderse, iniciándose así un forcejeo que terminó en una brutal paliza en el hall y patio del tercer piso del Módulo H Norte, mediante apaleos y lanzamiento de gas lacrimógeno.
Entre los heridos se encontraba Peter Aravena Aravena, enfermo terminal condenado por “robo a lugar habitado”, quien se debe dializar ya que no tiene riñones y su salud es en extremo frágil. Peter fue golpeado en su rostro y recibió patadas en la espalda. Numerosos heridos y castigados son llevados a celdas de castigo bastante similares a las que emocionaron a la presidenta Bachelet en Sudáfrica(4), sólo que estas son más nauseabundas e insalubres.
De todos los habitantes del tercer piso del Módulo H Norte, sólo 9 fueron dejados allí: más de la mitad del piso quedó castigado, entre ellos, Nicolás Lizana (Hans Niemeyer fue finalmente enviado de regreso a su celda). Después del encierro de las 17:00 horas, son devueltos algunos presos, que fueron recibidos con golpes en las puertas y dedos en forma de “V” por las escotillas.
Finalmente, sólo 4 prisioneros quedaron castigados en la SMS, quienes con aguja e hilo se cosieron la boca en protesta por su situación, mientras que el tercer piso del Módulo H Norte solidarizó realizando un paro de actividades. Nicolás Lizana fue sindicado, por los carceleros, como “líder negativo”, pretendiendo dejarlo 2 meses en la SMS, a causa de negarse a ser trasladado arbitrariamente al Módulo H Sur. Hay que destacar que Nicolás cuenta con excelente conducta, asistiendo a la escuela para completar su enseñanza escolar obligatoria, además de participar en un taller laboral (¿a qué clase de “líder negativo” se habrá referido Gendarmería?).
El domingo 10 de agosto, a las 21:00 horas, el comandante Héctor Ibarra Lillo -alcaide de la UEAS- se presenta, con ropa deportiva de gimnasia, a entrevistarse con los presos y tratar de arreglar el entuerto provocado y que no habían podido solucionar sus subalternos. Se pactó un compromiso de que, de a poco, todos volverían al piso, y al supuesto “líder negativo” se le amenaza que es “la última oportunidad”.
El conjunto de incidentes y la brutal represión están siendo vistos por el 7° Tribunal de Garantía, quien citó para el 13 de agosto, a los ya mencionados Nicolás Lizana y Peter Aravena, y también a René Sanhueza Molina(5), Luis Martínez Díaz(6), Rodrigo Ponce Ortiz(7), Mauricio Arriaza Navarro, Domingo Bravo Cabrera, Ariel García Garrido, José Alfaro Sánchez y Leonardo Herrera Chacana.
El caso está siendo llevado por la Defensoría Pública penitenciaria, mientras que los presos castigados han sido visitados durante su estadía en la SMS por un abogado del Instituto Nacional de Derechos Humanos y abogadxs de la Defensoría Popular.
De todo este suceso existen registros audiovisuales de las cámaras de seguridad que Gendarmería se ha negado a entregar.
“APRETANDO LA CANA”
Pero este no es el primer incidente grave este año. Hace unos meses, a la CAS llegó un nuevo Jefe Interno, el capitán Vidal, quien según sus propias palabras venía a “apretar la cana” (hacer más estricta la prisión). Se trataba de un psicópata extraordinariamente violento que se comportaba como un preso más (en su lenguaje, sus hábitos, etc), le gustaba dar “charchazos” (golpes en la cabeza con la mano abierta) y tratar de “pérkines” (8) y “perros”(9) a los demás presos.
El 16 de junio el capitán Vidal con el aval -por responsabilidad del mando- del comandante Héctor Ibarra Lillo, allanó durante un día de visita del tercer piso del Módulo H Norte, violando un importanre código no escrito: el día de visita, no se allana ni se crean conflictos; como popularmente se dice: “la visita es sagrada”. En aquella ocasión, al negarse a hacer sentadillas y mostrar su ano (algo que el reglamento interno prohibe), el prisionero Juan Torres recibió patadas y puñetazos por carceleros liderados por el capitán Vidal, quien ingresó al hall alrededor de las 9:00 horas, insultando y abofeteando en repetidas veces a Juan, en presencia de las cámaras y de todo el piso. Posteriormente, miró altaneramente a los presos, tratándolos de “perros culiaos”.
Éste psicópata con uniforme se caracterizaba por hechos de ese tipo, siempre tomando cuidado de que fuera gente sin mayor defensa legal, demostrando con ello su enorme valentía. En una ocasión, el capitán Vidal, de quien hay que agregar que era karateka, se puso un guante especial -de un material plástico- y comenzó a golpear a Luis Martínez, dejándolo inconsciente por algunos segundos en dependencias de la Guardia Interna. La constatación de lesiones fue una broma: se realizó un mes después. Además, se sabe que también fueron golpeados por el capitán Vidal los presos José Abello y Mauricio Arriaza.
Por ahora, ha dejado de ser Jefe Interno, y se ha corrido la voz de que está haciendo un curso para alcanzar el grado de Mayor.
Mientras, nos encontramos a la expectativa de lo que suceda acá afuera, en el 7° Tribunal de Garantía por la represión que sufrieron los presos en el marco del motín de hace dos semanas. Veremos si la justicia de verdad es ciega, aunque sabemos que la experiencia de vida de los jovenes pobres de este país ya sabe la respuesta. Los prisioneros se encuentran tranquilos, pero atentos y dispuestos a defender la dignidad de cualquiera de sus compañeros represaliados.
¡Solidaridad desde adentro, solidaridad desde afuera!
¡Presos a la calle!
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NOTAS
(1): Prisionero de 31 años de edad acusado de atracar un banco y un fundo. En 2007 fue condenado a 13 años de cárcel por los delitos de “robo con intimidación” y “robo con violencia”. El 1 de febrero de ese mismo año, participó junto a otros tres imputados, en una fuga frustrada desde los calabozos del Tribunal de Garantía de Rancagua, donde redujeron a los carceleros y les quitaron sus armas, enfrentándose con la policía en las afueras del lugar. Todos fueron recapturados, excepto Manuel Sosa Correa, quien fue asesinado por un gendarme.
(2): Prisionero de 41 años acusado de un bombazo contra una sucursal del Banco BCI en noviembre de 2011. En 2013 fue condenado a 5 años y 10 meses de cárcel.
(3): Incendio de la Cárcel de San Miguel en diciembre de 2010, que fue iniciado por una riña entre presos y que por la inacción de los gendarmes, terminó en una tragedia de 81 presos muertos.
(5): De 43 años, fue detenido en junio de 2013, acusado de participar en un asalto bancario con pistolas, rifles de guerra y una granada de mano. A espera de juicio a iniciarse el 15 de septiembre.
(6): De 27 años, fue detenido en julio de 2012 acusado de participar en el bullado asalto al Banco Edwards Citi en Lo Curro.
(7): Preso que resultó con heridas tras el incendio en la Cárcel de Quillota en agosto de 2013.
(8): Esclavos de otros presos que cumplen tareas domésticas como barrer, limpiar, ir a buscar cosas, etc.
(9): Preso que porta cuchillas, hace alcohol, almacena celulares y “va al choque”: si lo mandan a golpear a otros presos, tiene que ir pegarles, o a quemarlos con agua hirviendo.
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