El 8 de Septiembre hace explosión un artefacto en las dependencias del Sub Centro, centro comercial ubicado en el metro Escuela Militar, en la comuna de Las Condes. Este atentado se sumaba al ya ocurrido el 23 de Julio, instancia en la cual la explosión del dispositivo provocó una serie de daños materiales a uno de los vagones de un tren del metro que en ese momento se encontraba en la estación Los Dominicos, de la misma comuna.
Ante esto el festín mediático no se hizo esperar, cerdxs del gobierno, especialistas en seguridad, todxs tenían algo que decir. Inmediatamente las miradas cayeron en el movimiento antiautoritario, puesto que los materiales de los artefactos y la forma de ataque coincidían con las de la declarada ofensiva contra el capital.
Más allá de un aumento en la cantidad de contingente policial, una serie de medidas ridículas que buscaban imposibilitar la colocación de otros artefactos en el metro y una gran cantidad de falsos avisos de bomba, es necesario analizar la forma en la cual esta serie de eventos se contextualiza en un año (y un gobierno) que desde un principio se ha manifestado en una lucha abierta contra los que hoy en día son lxs nuevxs enemigxs internxs del Estado.
Desde burdos montajes, como los cuales tuvieron por blanco a varios estudiantes, hasta una auténtica guerra contra las comunidades Mapuche en resistencia, pasando por un brutal ataque con perdigones a estudiantes de la ARCIS, y una delirante persecución hacia iniciativas tanto populares como antiautoritarias, son las consecuencias de lo acontecido.
En este entorno general de represión y hostigamiento, son tres las instancias que nos convocan particularmente en esta ocasión a intentar por nuestros medios generar un ataque, por pequeño que sea, para evitar que estas situaciones queden impunes.
La primera de ellas, corresponde al asesinato por parte de un guardia privado de la empresa Brinks del ex frentista Jorge Saldivia, en el contexto de una expropiación fallida a un camión de valores, acción donde además son detenidos Angelo Peña y Juan Collihuin, los cuales actualmente se encuentran en prisión preventiva.
La segunda corresponde al asesinato del comunero mapuche José Quintriqueo, durante una manifestación en un fundo de Galvarino, en la región de la Araucanía, también perpetrado por un trabajador “privado” (en este caso un trabajador del fundo) – mostrando nuevamente la fuerte coordinación entre los sectores estatales y privados si de defender el capital se trata.
Por último, se encuentra el montaje jurídico realizado en contra de 3 personas (Juan Flores, Nataly Casanova y Guillermo Durán), a las cuales se les acusa bajo la infame ley anti terrorista por los bombazos en el Metro de Santiago.
Más allá de los conceptos jurídicos de inocencia y culpabilidad y de las posturas de cada unx de ellxs , entendemos esta puesta en escena por parte del sistema jurídico penal, secundada por los medios de prensa burgueses, como una búsqueda de aumentar el control social, mediante la generación de chivos expiatorios. El Estado Policial busca avalarse y a la vez amedrentar a diferentes entornos de lucha, intentado inmovilizarlos. Hemos de recordar que ninguna de las pruebas presentadas en el juicio hasta el momento es contundente.
Encontramos necesario explicititar, antes de continuar, que si bien nosotrxs apoyamos y ejercemos variadas acciones de confrontación contra los símbolos y guardianes del Estado-Capital, donde la violencia revolucionara es una herramienta tan eficiente como cualquier otra, no nos situamos de ninguna forma a favor del accionar donde se ponga en riesgo la vida y la integridad física de transeúntes, que si bien configuran parte de un entramado social que posibilita y ejerce la dominación de la vida de cada unx de nosotrxs, no corresponden a un blanco directo de nuestras acciones, las cuales creemos deben apuntar hacia símbolos claros de quienes ostentan el poder.
Es ante este escenario donde nos posicionamos, generamos nuestros análisis y decidimos nuestras acciones. Nos parece imposible permitir el que se silencien estas situaciones y hacemos el llamado a no dejar la acción multiforme en contra del régimen que nos somete. Esta vez lo hacemos desde una esquina universitaria, pero no pensamos detenernos.
Debemos seguir avanzando y atacar cada vez más certeramente. Hoy barricadas, mañana lucha armada.
Con todos nuestros muertos en la memoria.
Ni un minuto de silencio, toda una vida de combate.
¡Jorge Saldivia y Sebastián Oversluij Presentes!
¡Presxs en guerra a la calle!
¡Abajo el Estado Policial!
¡Fuera del territorio mapuche y de nuestras vidas!
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