El 17 de Junio del 2013 son detenidos Jorge Mateluna, Rene Sanhueza y Alejandro Astorga acusados del asalto a una sucursal del Banco Santander en Pudahuel. El 31 de Octubre del 2014,<a
href=”http://publicacionrefractario.wordpress.com/2014/11/03/tribunal-declara-culpables-a-jorge-mateluna-alejadro-astorga-y-rene-sanhueza-acusados-del-asalto-a-un-banco-en-pudahuel/”> son condenados a penas que van desde los 13 hasta los 19 años de prision.
A mis queridos compañeros familiares y amigos.
A la comunidad Nacional e Internacional que lucha por la defensa de los DD.HH.
Hace ya 20 días del Primer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, me ha condenado a la pena de 19 años de presidió como autor de los delitos de Robo con Intimidación, Receptación y tenencia de armamento de guerra, hechos ocurridos en Junio del año 2013.
Ante este fallo y el festín mediático que acompañó dicha falacia me pronuncio con energía y convicción absoluta reiterando que no tuve ninguna participación en los hechos por los cuales se me ha condenado.
En el transcurso del Juicio Oral, que se extendió por más de un mes, y al cual se arribó luego de casi quince meses de investigación, nada se pudo probar respecto a mi involucramiento, aun existiendo una multiplicidad de evidencias provenientes de los hechos y analizadas ellas al calor de la investigación, ninguna me vincula objetivamente, de ninguna se puede siquiera deducir que yo haya participado. Testigos, fotografías, videos, exámenes de ADN, huellas, ropas, fijación de evidencias, sitios de suceso, peritajes antropométricos, ruedas de reconocimiento, etc. Fueron las pruebas con que la Fiscalía y los demás querellantes intentaron dar por acreditada mi participación, sin embargo ninguno de estos medios me involucra, tanto así que el fallo en su “Argumentación” no hace mención a ninguno de ellos para sustentar su condena. El fallo condenatorio contiene más bien cúmulo de subjetividades, interpretaciones antojadizas, imprecisiones y alteración descarada del testimonio de algunos testigos, todo lo cual conformó el cuento que quisieron armarse los jueces, animados sin duda animadversión a mi pasado de frentista o de mirista como señalan los mismos en la sentencia (un error más de los tantos que es posible apreciar).
No ha existido en este culminado proceso principio de objetividad, apego al valor real de la prueba, ni mucho menos un debido proceso toda vez que me condenan por aquello que los magistrados quisieron escuchar, ver y entender a su antojo. No hace falta se jurista para, luego de leer el fallo, darse cuenta de lo que aquí sostengo.
Mi condena no surge el día que se lee el fallo, pues estaba ya determinado, a la luz de lo que hoy nos sorprende, que se me debía encontrar culpable a como diera lugar. Mi condena emerge desde el momento mismo de la detención, cuando mediáticamente se acentuó el hecho de haber detenido a “un ex frentista indultado por la otra Concertación”. Allí estuvo el acento y el fortalecimiento dado a cada declaración de las autoridades del momento, que en plena campaña presidencial intentaban realzar la gravedad de este hecho en donde “un ex frentista indultado por Lagos” estaría involucrado en un asalto.
Ese es el contexto en que toda la maquinaria de la mentira comienza a mover sus piezas. No fue casual que, a un mes de mi detención, un periódico de circulación nacional exhibiera a página completa una nueva noticia en que se me involucraba, según la inteligencia de Carabineros, en la quema de tres microbuses con motivo del conflicto estudiantil. Participación que afortunadamente fue desestimada por quien ya llevaba más de un año con esa causa. Pero es un hecho que desde ahí mismo se empeñan en encontrarme culpable, inventando o falseando los hechos.
Ante lo anterior no puedo menos que sentir esta condena como una tremenda injusticia; NO LA ACEPTO Y LUCHARÉ CON TODAS MIS FUERZAS PARA INTENTAR REVERTIR ESTA SITUACIÓN. Sin duda me sentí abatido, producto de la facilidad con que se tejen estas injusticias, pero prontamente he logrado reponerme del golpe gracias al amor de mi compañera, de mi hijo, de mi hija, de familiares y muchos amigos y compañeros… Estoy con mucha fuerza, con mi frente en alto, orgulloso de quien he sido y soy; tranquilo con las verdades que me acompañan, furioso con la injusticia y decidido a no abandonar el camino hacia la necesaria y merecida LIBERTAD.
Hago mención especial en este comunicado a quienes se han encargado de mi defensa: Alejandra y Lorenzo. Ellos han realizado un buen trabajo de compromiso con la justicia, y si hoy el fallo nos es transitoriamente adverso, esto obedece al temor que tuviera el tribunal de decretar la absolución, que era lo que en derecho correspondía, obedece a la saña con que se sanciona mi pasado de frentista; al temor de reconocer una prolongada e injusta prisión preventiva. Esos magistrados me iban a condenar si o si por todo lo ya descrito.
En lo inmediato seguimos actuando en la vía jurídica con la interposición de un recurso de nulidad ante la Corte Suprema, con una querella en contra de un oficial del OS-9 de Carabineros que mintió y falseó el resultado de una diligencia para obtener algo de “prueba” en mi contra; y otras acciones legales tendientes a proteger a mi familia luego de algunos episodios vividos en nuestro hogar mientras se encontraba sin moradores.
Reitero por último que esta condena no es aceptable pues carece de justicia, no se desprende de los hechos ni da cuenta de un debido proceso y menos de la imparcialidad que debió existir y que tanto se pregona.
Desde la Cárcel de Alta Seguridad.
Jorge Mateluna Rojas.
Noviembre 20, de 2014.