“No hay lugar para el temor ni para las esperanzas; sólo queda buscar nuevas armas”
– Gilles Deleuze, Post-Scriptum sobre las sociedades de control.
Miramos nuestro reloj al borde del vacío. Vemos acelerar las horas y sentimos cómo esas agujas nos clavan al suelo para que desenvolvamos todas esas obligaciones y funciones patéticas que la civilización burguesa pretende imponernos. Nos estrangula el tedio, nos violenta la normalidad y la vagancia y el agobio culminan el trabajo sucio para reiniciar otra vez rutinas asfixiantes. Nuestra esperanza es evacuada por los desagües de nuestra autocensura y terminan estancadas en las cloacas de nuestras malolientes excusas, escribiendo nuestra propia sentencia de muerte mientras alguien observa desde su despacho y se burla de nosotrxs. Cansadxs de habitar este desierto existencial decorado con luces de colores e ilusiones consumistas, y con motivo del llamado a una semana de agitación solidaria por lxs presxs anarquistas, decidimos pasar una noche más a la acción, sabiendo que podemos hacer mucho más y que este gesto no basta. El conflicto debe aspirar a la permanencia indeleble, a la voluntad ansiosa, impaciente y excesiva por romper con cualquier cadena, pero mientras tensamos la cuerda y afilamos nuestro rencor, reclamamos por el momento lo siguiente:
La noche del pasado sábado 29 de agosto en Pontevedra individualidades anárquicas unidas sólo por nuestras afinidades y amistad nos mezclamos entre la gente que disfrutaba de una noche más de excesos y fiesta por la ciudad para llevar a cabo nuestra pequeña contribución a la Semana de solidaridad y agitación por lxs presxs anarquistas.
Cuatro cajeros automáticos fueron saboteados rociándolos con pintura en spray de color negra, cubriendo la pantalla. De los cuatro cajeros inutilizados, 3 pertenecían a sucursales de Banco Santander. Banco Santander es la única entidad financiera encargada de gestionar todo el dinero de los peculios en las prisiones del Estado español. Así, anualmente, obtienen enormes cantidades de dinero gracias a que forman parte esencial de la maquinaria de explotación, tortura y exterminio que suponen las cárceles de la Democracia. Por éso, decidimos centrarnos en las sucursales que este banco posee en el centro de la ciudad: La sucursal de la Plaza de la Peregrina, la de la contigua calle Michelena y la de la calle General Gutiérrez Mellado a tan sólo unos metros de la anterior. Las 3 vieron sus cajeros estropeados y además, en la última pintamos una A circulada en el cristal de la puerta, por si les queda alguna duda de quién los atacó. Jodimos también el cajero de la sucursal que Banco Sabadell ostenta al lado de la oficina de Correos, en la calle Oliva. Que conste que no decimos esto para justificarnos ante nadie. No necesitamos excusas ni explicaciones para romper, pintar o prender fuego a los bancos. Atacamos los bancos porque nos da la gana, porque es divertido y nos hace sentirnos vivxs, y porque no nos apetece seguir soportando la tiranía de vivir encadenadas por las cifras y las variables de la economía. Si aclaramos esto es porque para nosotrxs los ataques a las entidades que se lucran con las prisiones suponen una parte fundamental de toda campaña o convocatoria anticarcelaria. Por un lado, envía un mensaje en un grito al aire que rompe el silencio y expone y visibiliza el papel de estas entidades dentro de la maquinaria represiva del Estado; por el otro, se inutilizan aunque sólo de manera temporal y efímera los medios y mecanismos de los que esas entidades dependen para hacer circular su dinero y sus mercancías.
Por cierto, vimos que alguna de esas pantallas estaban ralladas al día siguiente, como si alguien hubiese rascado la superficie intentando eliminar la densa capa de pintura que nos aseguramos de dejar. Vuestro intento por contrarrestar nuestro acto nos pareció muy gracioso.
Sabemos que pintar unos cuantos cajeros no basta para frenar el engranaje que nos aplasta. Ni siquiera sentimos que nos realice dentro de nuestra praxis. Sin querer jerarquizar unos métodos sobre otros, reconocemos que todavía nos falta la determinación necesaria para golpear de manera verdaderamente contundente y asumir realmente los riesgos de la coherencia sin vuelta atrás en pos de las posibilidades. No pondremos las condiciones en las que vivimos como excusa porque hay personas que incluso en las peores condiciones se enfrentaron al destino que las autoridades les designaron y pusieron todo en juego, cambiando por completo el guión y arriesgando la libertad y la vida sin tiempo para tartamudeos ni dudas. Más allá de esto, queremos afirmar que aunque reconocemos que todavía no estamos listxs, nuestra venganza está perdiendo el miedo y aprendiendo a desenvolverse en estas calles infestadas de cámaras, vigilancia y ciudadanía con mentalidad policial. Esperamos, pese a todo, que este pequeño gesto haga sonreír a nuestrxs compañerxs en prisión. También esperamos que se produzca un contagio. Respondamos a sus mordazas con nuestros mordiscos más fieros, enseñando bien los dientes.
Que la anarquía sea un hecho constante y no un viejo poema olvidado en la historia…
Que nuestras negaciones del orden dominante se encuentren en la calle y nuestras conspiraciones dejen de ser tímidos sueños para hacerse realidad…
Hasta que la fantasía y el amor cómplice destruyan la gris apatía de esta sociedad carcelaria, para que podamos bailar y construir todas las utopías sobre las ruínas de las prisiones que este sistema construye y administra a diario a nuestro alrededor, en su obsesión por enjaular todo deseo de vivir libre.
Dedicamos esto con rabia y conciencia a nuestrxs compañerxs presxs o represaliadxs en Grecia, Italia, Estado español, Suíza, Francia, Alemania, Rusia, Bielorrusia, República Checa, Francia, EE.UU., Canadá, Venezuela, Chile, México, Nueva Zelanda etc. Porque leemos vuestras cartas y vuestras palabras determinadas y convencidas en el ojo de la tormenta nos hacen sentir dentro de nosotrxs una vorágine de sentimientos que no podemos expresar, pero que nos encanta poder reconocer como nuestros también, y que nos empujan a querer llegar más y más lejos. Que los barrotes os sean leves. Fuerza también para las personas represaliadas en las operaciones Pandora y Piñata.
Fuerza para quienes recorren sendas prohibidas huyendo del encierro.
Fuerza para quienes a pesar de la represión y los temores, sacan pecho en la calle e imaginan y crean aquí y ahora una realidad al margen de lo existente y sus barreras, fronteras y limitaciones físicas o psicológicas, materiales o invisibles.
– Anarquistas contra un mundo enjaulado.