La historia de nuestro pueblo está plagada de hechos gloriosos en defensa de su territorio y de su libertad. Quizás uno de los capítulos más conmovedores diga relación con el Futa Malon (Levantamiento General) del año 1881 y la última gran batalla de nuestras fuerzas militares Mapuche contra el Ejército chileno desarrollada en el Fuerte de Temuco entre los días 5 y 6 de noviembre de ese mismo año.
Se dice que los pueblos son grandes y sus culturas perduran en el tiempo, en la medida que son capaces de tomar el cielo por asalto, de realizar hazañas y epopeyas increíbles. Desde aquel día 5 de noviembre de 1881, los mapuches comandados por los lonko Esteban Romero (Truf-Truf), Melivilu (Maquehue), Epul (Tromen), Lienan (Temuko), Marileo Kolipi (Purén), Epuleo (Victoria), Millapán y Necul Painemal (Chol-Chol), Ñanco (Tirúa), Painecur (Tolten), Neculman (Lonquimay) y Namuncura (puelche), entre otros jefes militares, derramaron su sangre en los campos de batalla del Wallmapu intentado presicamente realizar un epopeya casi imposible: detener el avance de las fuerzas militares chilenas y evitar así la perdida de la independencia de nuestro pueblo.
Nuestros hermanos sabían quizás que no podrían ganar y que la mayoría de ellos moriría en este levantamiento. Sin embargo, se organizaron y lucharon, dejando en claro que la entrega de la independencia mapuche debía pagarse con la vida, ya que el sacrificio anterior de tantos toquis y guerreros frente a los españoles no podía haber sido en vano. Hoy, al cumplirse 134 años de estos sucesos, los jóvenes mapuche tenemos el deber de reivindicar a nuestros caídos, más aun cuando la lucha de nuestro pueblo vuelve a renacer con inusitada fuerza en distintos puntos del territorio.
FUENTE: Bajo Malleko Mapu