¡Por un 11 de Septiembre combativo y creativo. A la calle con el fuego y la memoria. (2011) es/en

chile-ii

Sin Banderas Ni Fronteras /Traducc. Ingles

 

colaboracion solidaria al mail

A horas de un nuevo 11 de Septiembre que promete ser uno de los más violentos de los últimos años (si es que la enajenación mediática por la tragedia aérea ocurrida hace unos días no desmotiva a lxs exaltadxs) queremos compartir algunas reflexiones para dotar de memoria y contenido el por qué como antiautoritarios conmemoramos esta fecha. Sin afán de reducir la lucha a unos cuantos días del calendario, queremos dejar clara nuestra postura para no mezclarnos con el victimismo que ronda esta fecha marcada con sangre en la historia. Por la memoria combativa y por el recuerdo de la vida de la compañera Claudia López asesinada un 11 de Septiembre de 1998. Nuestra justicia será la venganza.

1-Allende no es nuestro compañero.

Para nosotrxs, cada 11 de septiembre representa el recuerdo vivo de la represión y el terrorismo de estado sobre los explotados y los luchadores rebeldes, tanto en dictadura como en democracia. Para la mayoría, esta fecha es simbólica en el recuerdo de la dictadura, aquel periodo en que la violencia explicita por parte del poder era un elemento permanente y visible para la mayoría de los habitantes del país, ya que luego del 11 de septiembre de 1973, la dominación estatal se mostró abiertamente represiva, con detenciones, asesinatos, torturas y desapariciones masivas los primeros años, para luego operar un poco más electivamente sobre los militantes de grupos políticos contrarios al régimen. Este fue el medio de fuerza utilizado por los explotadores para aniquilar décadas de organización y lucha entre los explotadas expresadas en la auto organización de instancias como los cordones industriales o las tomas de terreno que dieron vida a las poblaciones combativas que luego fueron infectadas de droga por el régimen democrático en la década del noventa.

Per ojo, hace rato que dejamos de idealizar a lxs explotados. Claramente la masa de oprimidos en Chile estaba fuertemente politizada y organizada, pero no hay que negar que estas instancias de autoorganización apoyaron al proyecto reformista de la Unidad Popular (UP), la coalición de partidos de izquierda que llevó al gobierno a Salvador Allende. Allende, dejémoslo claro desde ya, no es un compañero. Ningún presidente puede ser nuestro compañero. La figura de Allende representa lo más reaccionario del socialismo que pretende canalizar las energías de la clase explotada hacia proyectos estatistas de transformación social por la vía electoral y de manera pacifica. Es la repetida imagen de un gobierno “popular” que al fin y al cabo representa los intereses y proyectos etapistas de una cupula de organizaciones y partidos politicos en el poder. Pasó en Rusia en 1917, pasó en España en 1936, pasó en Cuba en los 50, y así podemos estar horas enumerando ejemplos. El caso de Chile es muy particular porque atrajo la atención del mundo entero. Eran tiempos de la Guerra Fría en que el mundo estaba dividido entre los Estados seguían el proyecto de dominio democrático capitalista del imperialismo yanqui y los Estados que seguían en modelo socialista autoritario de la Rusia Soviética. Capitalismo y marxismo eran las ideologías en juego. En el campo marxista más radical (no aquel que se encuadraba ciegamente con el proyecto totalitario de Rusia) habían individuxs organizados en grupos armados que se cuestionaban si era posible hacer una revolución por la via electoral. Esa interrogante se plantearon grupos como las RAF de Alemania, siguiendo atentos el proceso chileno.

La ingenuidad del gobierno de Allende y su postura pequeño burguesa lo llevó a pensar que la burguesía y el capitalismo internacional iban a quedarse sentados viendo como un Estado socialista les expropiaba sus empresas y cómo por debajo los explotados desbordaban lo permitido por el gobierno corriendo cercos en los campos para socializar la tierra o tomando las armas para defender las tomas de terreno o las industrias ocupadas. Gran error, pues los militares chilenos y de otros países de Latinoamérica ya estaban siendo entrenados por USA en tecnicas de aniquilamiento, tortura y estrategia bélica para librar una guerra contra cualquier proyecto de izquierda que intentara tomarse el poder. A la par, estudiantes pequeño burgueses de la Universidad Católica estaban siendo instruidos en la Universidad de Chicago en la manera de instaurar en Chile los postulados del neoliberalismo que se estaban forjando y necesitaban un campo de experimentación.

Por eso Allende no es un compañero. Porque no combatió el sistema sino que comenzó a reformarlo poniéndose a la cabeza del Estado, y el Estado siempre es un mutilador de la libertad. Ejemplo de ello es que durante el gobierno de Allende también se condenó, encarceló y asesinó a quienes intentaban radicalizar desde las bases el proceso dirigido desde arriba por el gobierno izquierdista. Fue el caso de la Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP) un grupusculo marxista leninnista que tomó las armas contra la burguesía y contra el gobierno de Allende, siendo condenados incluso por el MIR (Movimientote de Izquierda Revolucionaria), organización armada que acusó a las VOP de ser agentes de la CIA (organismo de inteligencia de USA). Integrantes de las VOP aniquilaron a un ministro de Allende, Edmundo Perez Zujovic, por ser el responsable de una matanza de pobladores en Puerto Montt. Esto les costó ser perseguidos y mostrados ente la historia como elementos contrarios a la “voluntad popular”, contrarrevolucionarios, afiebrados que no respetaban el proceso democrático, etc. A los integrantes de las VOP, a su historia y su memoria, rompiendo con las cadenas de toda ideología, nuestro más sincero respeto.

Entonces, ni Allende ni el socialismo, ni la vía electoral, ni el control obrero de la producción. Sí la autoorganización de los explotados, la solidaridad y el desborde desde las bases. Eso rescatamos y a eso le temía realmente la burguesía más que a un gobierno reformista. A esa cultura de organización politica y apoyo mutuo forjada entre los oprimidos el regimen militar se dedicó a aniquilar por medio de la violencia y de la ideología capitalista neoliberal que es un sistema que rebasa lo económico y se inserta en lo más profundo de la vida y las relaciones sociales.

2-La democracia es un atentado contra la libertad.

La vuelta a la democracia en 1989 fue un pacto entre los militares, la burguesía y la clase política chilena para sacar al pais de la agitación social y politica que inundaba las calles por el descontento a la dictadura y a la miseria en que el sistema economico impuesto tenía sumido al país. Es sabido – pero nunca es malo recordar- que durante la década de 1980 se llevaron a cabo agudas jornadas de protesta contra el régimen y también se desarrolló el accionar de organizaciones politico-militares leninistas que utilizaron las armas, el sabotaje, secuestros a militares, expropiaciones, trabajo de base y un extenso arsenal para atacar a la dictadura, comprendo luego que el enemigo era el capitalismo y no solo su variante de gobierno dictatorial. Eran el ya mencionado MIR, el Frente Patriotico Manuel Rodríguez (FPMR) y el Movimiento Juvenil Lautaro (MJL). Esta agitación social y estos grupos armados estaban poniendo en jaque el sistema y bien pudieron hacer encauzar el descontento social contra la dictadura hacia caminos revolucionarios. Por eso fue necesario para los poderosos retornar a la democracia, con sus ilusiones de libertad, participación y justicia social. Lamentablemente la gente se creyó el cuento, participó del espectáculo de un plebiscito y durante la década de 1990 el gobierno de centro-izquierda de la Concertación se encargó de profundizar el trabajo realizado por la dictadura en materia económica, social y represiva.

Los sucios personajes que hoy aparecen como opositores al gobierno y defensores de la justicia, son los responsables de la profundización del capitalismo en Chile en formas que han servido de modelo para otros Estado. Son los responsables de transformar los recursos naturales en mercancía que cualquier empresa chilena y extranjera quiera comprarlos. Son los responsables de desarticular los lazos organizativos en los barrios de explotados insertando en estos territorios históricamente combativos el narcotráfico, la competitividad, el individualismo capitalista, el miedo a la delincuencia y la confianza en los organismos policiales. Esos mismos que hoy marchan en las calles y levantan sus hipocritas banderas ayer traicionaron a quienes les acompañaron en la lucha contra la dictadura. Se volvieron delatores, articularon organismos represivos que continuaron el trabajo del regimen anterior y se dedicaron a torturar, encarcelar y aniquilar a los combatientes que no se rindieron con la ilusión democrática. Ellos crearon la Cárcel de Alta Seguridad para encerrar a los subversivos y dijeron que en Chile no existían presxs políticxs. Ellos coparon las calles de cámaras y policías y llamaron a la gente a cooperar. Fueron ellos quienes dijeron que ya no había necesidad de luchar, criminalizaron la protesta social y ejercieron una represión brutal en territorio mapuche y donde quiera que se expresara el descontento. Todo esto hicieron estxs hipócritas…y lo hicieron con el silencio cómplice de la gente, la ciudadanía como hoy le llaman, siempre carente de dignidad y de memoria.

3-En medio de la dominación democrática nuevos combatientes se levantan desde la autonomía: compañera Claudia López presente!!!

Pero en medio de la inmovilidad y la aparente paz social de los noventa, voces combatientes se levantaron y actuaron contra la nueva forma de dominación y enajenación. Fueron presos políticos al interior de las cárceles del Estado democrático, fueron sus familiares y entornos solidarios quienes se movilizaron y mostraron al pais y al mundo que acá la cosa no era el país de la alegría que le pintaron a la gente. Pero también fueron otros compañerxs anónimxs, quienes desde la autonomía comenzaron a irrumpir en espacios universitarios como el mítico Cordón Macul (que alberga a tres universidades donde históricamente se han registrado enfrentamientos entre manifestantes y policias) y rompiendo el miedo y la pasividad reinantes llevaron a cabo cortes de calle y enfrentamientos con los guardianes del orden. Estos compañerxs, siempre minoritarixs levantaron sus barricadas atacando la normalidad opresiva de la dominación democrática, pusieron en el tapete ideas revolucionarias en tiempos que muchos planteaban la derrota de todo antagonismo al mundo capitalista y, por sobre todo comenzaron a dar vida en la práctica a la hermosa experiencia de la autonomía y la organización horizontal antiautoritaria.

Entre estxs compañerxs, estaba Claudia López, estudiante de danza que junto a otros compañerxs participaba de las barricadas del Cordón Macul. Ella es el reflejo de una generación de compañeros que decidieron darle continuidad al conflicto con los poderosos en medio del letargo de los oprimidos y luego de la desarticulación de la ofensiva de los grupos armados leninistas. Ahora eran ideas y valores anárquicos los que comenzaron a expresarse en la acción violenta de estos compañerxs, con lógicas organizativas y propuestas de vida que renacían luego de la hegemonía marxista en el entorno revolucionario chileno.

No los idealizamos, pues puede que no todxs hayan sido en su vida cotidiana tan combatibxs como en las barricadas, pero rescatamos su decisión de luchar y son nuestro precedente en el desarrollo de la ofensiva antiautoritaria.

La compañera Claudia López murió un 11 de Septiembre de 1998. Los policías le dispararon por la espalda mientras participaba de una barricada en la población La Pincoya. Murió en combate. Su muerte fue el preludio de otras muertes perpetradas por el orden democrático: Daniel Menco, Alex Lemún, Jhonny Cariqueo, etc. Compañeros representativos del nuevo sujeto social que se convirtió en el nuevo “enemigo interno” del Estado, el nuevo objetivo a reprimir por parte del poder desde comienzos del 2000: anarquistas, mapuches, encapuchados varios.

Cuando algunxs de nosotrxs, anarquistas / antiautoritarios salimos a las calles cada 11 de Septiembre, lo hacemos para demostrar la continuidad del legado dictatorial, dejando claro que la democracia también tortura y asesina, que domina, somete y engaña con técnicas más refinadas. Pero la muerte de la muerte de la compañera Claudia López un 11 de Septiembre le da otro significado a esta fecha histórica. Nos sentimos llamados a mantener vivo en la acción el recuerdo de la compañera, una muchacha común y corriente que decidió romper en su vida y en la calle las cadenas de la opresión, a pesar del siempre adverso contexto de masiva enajenación social. Porque la memoria combativa no es otra cosa que el recuerdo permanente de las vidas de compañeros y experiencias que alimentan nuestra permanente lucha en el presente y sus proyecciones. Que su vida no se apague. Que se encienda con cada barricada.

…Porque la memoria es combate, la memoria es acción revolucionaria.

¡¡¡ 11 de Septiembre a la calle !!!

¡¡¡Compañera Claudia López, presente!!! Por todos lxs com,pañerxs muertos en el desarrollo de la guerra social.

Nuestra justicia será la venganza.

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Traducc. Ingles

colaboracion solidaria

For a combative and creative september 11th. To the streets, with fire and memory.

No flags, no borders.

A few hours from a new september 11th which promises to be one of the most violent in recent years (if the media alienation of the aereal tragedy that occurred a few days ago doesn’t discourage the exalted), we want to share some reflections to provide memory and context for how as antiauthoritarians we commemorate this date. Not to reduce the struggle to a few days on the calendar, we want to make clear our stance so as not to get mixed up in the victimization that surrounds this bloody date in history. For combative remembrance and for the memory of the life of comrade Claudia Lopez, assassinated september 11th, 1998. Our justice will be vengeance.

1 – Allende is not our comrade.

For us, each september 11th represents the living memory of the repression and state terrorism against the exploited and the rebel fighters, as much in dictatorship as in democracy. For most, this date is symbolic for its recollection of the dictatorship, that period in which violence conducted explicitly by power was a permanent and visible element for the majority of the country’s inhabitants, as after september 11th, 1973, state domination became openly repressive, with massive detentions, assassinations, torture and disappearances the first few years, to later deal a bit more selectively with militants from political groups who fought against the regime. This was the means of force utilized by the forces of exploitation to destroy decades of organization and struggle among the exploited, expressed through self-organization in instances like the industrial cordons or the land occupations which gave life to communities of struggle who were later poisoned with drugs by the democratic regime in the 90s.

Make no mistake, we stopped idealizing the exploited some time ago. Clearly the oppressed masses in Chile were strongly politicized and organized, but one cannot deny that these instances of self-organization aided the reformist Project of the Unidad Popular (UP), the coalition of leftist parties that brought Salvador Allende to office. Allende, to be absolutely clear from now on, is not our comrade. No president can be our comrade. The figure of Allende represents the most reactionary socialism that claims to channel the energies of the exploited class into state projects of social transformation peacefully and via elections. It is the repeated image of a “popular” government which ultimately represents the stageist interests and projects of a sphere of organizations and political parties in power. It happened in Russia in 1917, it happened in Spain in 1936, it happened in Cuba in the 50s, we could spend hours naming examples. Chile’s case is very particular because it attracted the attention of the entire world. There were times in the Cold War that the world was divided between the states protecting the capitalist democratic domain of yankee imperialism and the states adhering to the authoritarian socialist model of Soviet Russia. Capitalism and marxism were the ideologies at play. In the most radical marxist camp (not one who fell in blindly with Russia’s totalitarian project) were individuals organized into armed groups who questioned if it was possible to provoke a revolution through elections. This interrogation was posited by groups such as the RAF in Germany, closely following in the Chilean process. The naivete of Allende’s government and its petit bourgeois stance led it to believe that the bourgeois and international capitalism were going to stay seated and watch as a socialist state expropiated their corporations and as from below the exploited broke through the limits of what the government permitted, running fences through the campos to socialise the land or seizing arms to defend the occupations of land and factories. A huge mistake, since the militaries of Chile and other Latin American countries were already being trained by the USA in techniques of destruction, torture and strategy to wage war against whatever leftist project might try to take power. Likewise, petit bourgeois students of the Universidad Catolica were being instructed at the University of Chicago on how to establish in Chile the neoliberal postulates which were being forged and needed grounds for experimentation.

For this, Allende is no comrade. Because he didn’t oppose the system but rather began to reform it, putting the State at the forefront, and the State is always a mutilator of freedom. An example of this is that during Allende’s term he also condemned, incarcerated and assassinated those who tried to radicalize, from the base, the top-down proceedings of the leftist government. This was the case of the Organized Vanguard of the People (VOP), a marxist-leninist faction which took up arms against the bourgeois and against Allende’s government, being condemned even by the MIR (Revolutionary Leftist Movement), an armed group who accused the VOP of being CIA agents. Members of the VOP wiped out one of Allende’s ministers, Edmundo Perez Zujovic, for being responsible for a massacre of pobladores in Puerto Montt. This caused them to be persecuted and represented in history as elements in opposition to the “popular will”, counterrevolutionaries, hotheads who didn’t respect the democratic process, etc. To the members of the VOP, their history and their memory, breaking the chains of all ideology, our deepest respect. So, neither Allende nor socialism, nor elections, nor worker control of production. Rather, self-organization of the exploited, solidarity and grassroots uprising. Thus we are revived and this will really frighten the bourgeoisie more than a reformist government. This culture of political organization and mutual aid forged amongst the oppressed, the military regime was determined to destroy by way of violence and neoliberal capitalist ideology that is a system that exceeds the economic and inserts itself deeply into life and social relations.

2 – Democracy is an assault against liberty.

The return of democracy in 1989 was a pact between militaries, the bourgeoisie and the Chilean political class to retrieve the country from the social and political agitation that flooded the streets from discontent with the dictatorship and the misery into which the imposed economic system had sunk the country. It’s well-known – but it never hurts to be reminded – that during the 1980s, there were acute days of protest against the regime and also the development of the work of leninist politco-military organizations who used weapons, sabotage, kidnapping soldiers, expropriations, groundwork and a vast arsenal to attack the dictatorship, understanding later that the enemy was capitalism and not only its variant dictatorial governments. It was the aforementioned MIR, the Manuel Rodriguez Patriotic Front (FPMR) and the Lautaro Youth Movement (MJL). This social agitation and these armed groups were putting the system at risk and might very well have been able to channel the social discontent against the dictatorship towards a more revolutionary path. For this, it was necessary for the powerful to return to democracy, with their illusions of freedom, participation and social justice. Unfortunately, the people bought it, participated in the spectacle of a plebiscite and during the 1990s the center-left government of Concertacion was responsible for intensifying the work of the dictatorship in the economic, social and repressive.

The foul personalities who appear today as an opposition to the government and the defenders of justice, are those responsible for the deepening of capitalism in Chile in ways that have served the models of other States. They are those responsible for transforming natural resources into commodities that whatever Chilean or foreign corporation might want to buy. They are those responsible for dismantling organization ties in exploited neighborhoods, inserting narcotrafficking, competitiveness, individualist capitalism, the fear of deliquency, and trust in police agencies into those historically rebellious territories. The same who today march in the streets and raise their flags of hypocrisy yesterday betrayed those who fought by their side against the dictatorship. They became informants, propped up repressive agencies that continued the work of the past regime and dedicated themselves to the torture, imprisonment and annihilation of the combatants who didn’t give in to the democratic illusion. They built the maximum security prison to lock away the subversives and then said that in Chile there are no political prisoners. They swept the streets with cameras and police and called on the public to cooperate. It was they who said that there was no longer any need to struggle, criminalized social protest and exercised such brutal repression in Mapuche territory and wherever else anyone expressed discontent. All of this, those hypocrites did…and they did it with the complicit silence of the people, the citizens as they are called today, forever devoid of dignity and of memory.

3 – Amidst democratic domination, new combatants rise from autonomy: comrade Claudia Lopez presente!!!

But amidst immobility and the apparent social peace of the 90s, combatant voices rose and acted against the new form of domination and alienation. There were political prisoners inside the jails of the democratic State, there were families and communities of solidarity who mobilized and showed the country and the world that here, there was no joyous country like that which had been painted for the public. But they were also other anonymous comrades, who from autonomía began to burst into university spaces like the mythical Cordon Macul (which housed three universities where historically there had been confrontations between demonstrators and police) and, breaking with the reigning fear and passivity, blocked streets and clashed with the guardians of order. These comrades, always a minority, raised their barricades attacking the oppressive normalcy of democratic control, put revolutionary ideas on the table in times when many suggested the defeat of all antagonism toward the capitalist world and, above all, began to give life in practice to the beautiful experience of autonomy and antiauthoritarian horizontal organization.

Among these comrades was Claudia Lopez, a student of dance who along with other comrades participated in the barricades of Cordon Macul. She is the reflection of a generation of comrades who decided to continue the conflict with the powerful amid the lethargy of the oppressed and later the dismantling of the offensive of armed leninist groups. Now there were anarchist ideas and values which began to be expressed in the violent actions of these comrades, with organizational logic and proposals for a life to be reborn after the marxist hegemony in the Chilean revolutionary environment.

We don’t idealize them, they may not all have been as militant in their daily lives as at the barricades, but we renew their decision to fight and they are our predecessors in the development of the antiauthoritarian offensive.

Claudia Lopez died on September 11th, 1998. The police shot her in the back while she was at a barricade in the community of La Pincoya. She died in combat. Her death was the prelude to other deaths perpetrated by the democratic order: Daniel Menco, Alex Lemun, Jhonna Cariqueo, etc. Comrades representative of the new social subject that became the “internal enemy” of the State, a new repressive objective on the part of power since the beginning of the 2000s: anarchists, mapuches, various encapuchados.

When some of us, anarchists / antiauthoritarians take to the streets every september 11th, we do so to demonstrate the continuity of the dictatorial legacy, making clear that democracy also tortures and kills, that it controls, imposes, and cheats with more refined techniques. But the death of comrade Claudia Lopez on september 11th gives another meaning to this date in history. We feel compelled to keep her memory alive in action, an ordinary girl who decided to break, in her life and in the streets, the chains of oppression, in spite of the ever-adversive context of massive social alienation. Because remembrance is nothing more than the permanent memory of the lives of comrades and the experiences that nourished our permanent struggle in their designs. May their lives never be forgotten. May they burn with every barricade.

…Because memory is combat, remembrance is a revolutionary act. To the street on september 11th!

Claudia Lopez, presente! For all the comrades who died in the evolution of the social war.

Our justice will be vengeance.

http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article4187