Anarquismo en Chillán. Un poquito de sus historias (1907-1973)

chillan1908

“Basta ya de resignación, basta. No esperes trabajador, con la boca abierta que te caiga del cielo el maná de tu libertad económica, como no esperas que nadie mientras no trabajes, te venga a dar un pan. Lee tu mismo, trabajador, estudia tu mismo, llégate a los otros trabajadores de tu mismo gremio y discute con ellos la conveniencia de la asociación, para contener la explotación del Capital, y para suprimirla más tarde”
Gremio de Zapateros y Aparadoras en Resistencia de Chillán, 1908.

 

No obstante los intensos, pero pequeños y aislados impulsos anteriores, en la región chilena el anarquismo, como matriz de heterogéneas iniciativas antiautoritarias, comenzó su “era” de influencia social en el cambio de siglo, entre 1898 y 1902, aproximadamente. En esos años comenzaron a surgir varios periódicos, sociedades de resistencia, editoriales, grupos de teatro, centros de estudios sociales y otras formas de organización libertaria, que inyectaron nuevos temas de protesta, como el internacionalismo, la emancipación de la mujer, la conmemoración del 1° de Mayo, etcétera. Allí, en definitiva, se iniciaron sus días de irradiación.

Entre 1900 y 1907, con altos y bajos, se desarrolló una primera ola de expansión del movimiento anárquico. Y no solo en Santiago y Valparaíso, sino que desde las calurosas salitreras de Tarapacá, hasta las gélidas tierras de Punta Arenas y la Patagonia. Ese ímpetu llegó también a Chillán. Puede que anteriormente algunos compañeros y compañeras hayan actuado de forma individual, pero la primera expresión orgánica libertaria que hemos encontrado se remonta a la “Resistencia y Federación del Gremio de Zapateros y Aparadoras”, fundada el 17 de noviembre de 1907. Aquella era una típica sociedad de resistencia, es decir, un sindicato levantado para realizar luchas de carácter económico y social basándose en la acción directa (Art. 5°: huelga parcial, huelga general y boicot), yendo más allá de la posición defensiva de las sociedades de socorros mutuos predecesoras. Para hacernos una idea de sus características, reproduzco extractos de sus estatutos: “Por primera providencia la Federación tratará de mejorar la situación económica del gremio, por segunda abolir el trabajo a trato, por tercera reducir la jornada diaria de trabajo a ocho horas como máximum y, por cuarta, tratará de ilustrarlo (al zapatero y la aparadora) para la lucha por la vida (…) La Federación tendrá un pendón de color rojo, que indicará que la Institución es revolucionaria, llevando el nombre de ellas en letras negras, y el mote: Hacia el libre porvenir, en letras blancas, sintetización de nuestras aspiraciones (1).

Durante la segunda y tercera década hay pocas noticias, pero con seguridad seguían desarrollándose allí algunos pequeños grupos y organizaciones laborales libertarias. En 1921, por ejemplo, se fundó la sección local de la libertaria Unión Sindical de Panaderos (2).
En los años treinta, al igual que en otras regiones, hay una reactivación de impulsos relacionados principalmente con el anarcosindicalismo. Tendrán vida por varias décadas las secciones chillanejas de la Federación de Obreros de Imprenta FOIC (fundada en 1921) y la Unión en Resistencia de Estucadores URE (creada en 1917). Ellas, junto a grupos anarquistas específicos constituyeron la Federación Obrera Local de Chillán de la Confederación General de Trabajadores CGT (1931-1953), la última central libertaria.
Ambas organizaciones –URE y FOIC- mantenían secciones locales en muchas ciudades. De hecho, una de las secciones más activas de la URE era la de Chillán, que como dato anexo, contaba con un activo equipo de fútbol. Por su parte, en abril de 1967 se realizó en esa urbe la 15° Convención nacional de la FOIC, en donde, y debido a la decadencia de la organización, se acordó trabajar por la unificación con otros sindicatos gráficos cercanos a los comunistas y socialistas, pretendiendo además unir los mecanismos de acción ilegales sostenidos desde 1921, con los métodos legalistas de los políticos. Como otro dato anexo, cabe indicar que la libertaria sección Santiago de la FOIC desconoció esos tratados y saboteó los acuerdos(3). En resumen, hubo por varias décadas en Chillán actividad de los anarcosindicalistas que trabajaban en imprenta y en la construcción.
Además del terreno sindical hubo otros grupos anarquistas en la ciudad, tales como el Centro Racionalista y Conjunto Artístico Tierra Libre que, entre otras actividades, envió en 1942 un telegrama a la Dictadura franquista para que liberara al compañero Cipriano Mera, destacado combatiente libertario de la Guerra Civil española (1936-1939) (4). Ignoramos cuanto vivió el Tierra Libre.
A principios de la década del sesenta hubo también una sección local del Movimiento Libertario 7 de Julio, coordinado desde Santiago por la gente relacionada con Ernesto Miranda, dirigente del Cuero y el Calzado (5).

Todas aquellas fugaces experiencias y los restos del anarcosindicalismo desaparecieron antes de la Unidad Popular. Es bastante probable que compañeros y compañeras aisladas hayan realizado otras acciones de propaganda y organización, pero no tenemos registros de aquellas actividades.

Al igual que en otras ciudades, en los últimos años de la dictadura de Pinochet y los primeros de la Concertación, comenzaron a surgir nuevas oleadas de individualidades libertarias. Un impulso que se proyecta hasta el presente y que hoy se presenta auspicioso. Veamos qué pasará.

Notas:
(1) Estatutos de la Resistencia y Federación del Gremio de Zapateros i Aparadoras. Fundada el 17 de noviembre de 1907 en la provincia de Ñuble Chillán, Imprenta y encuadernación de la Librería Americana, Chillán, 1908.
(2) El Comunista (panaderos IWW), Santiago, 16 de julio de 1921.
(3) Varios, Segunda Conferencia de la CTGOCH Mayo 1967, Impresores El Imparcial, Santiago, 1967.
(4) “Gestiones por obtener libertad del líder español, coronel Mera pide Centro Racionalista Tierra Libre de Chillán”, La Hora, Santiago, 12 de abril de 1942.
(5) Su nombre evocaba una huelga general –la más grande registrada- que en 1955 tuvo al borde de la ingobernabilidad al segundo gobierno de Carlos Ibañez. En esa huelga los libertarios presentes aún en el interior de la CUT intentaron hacerla indefinida. Pero los partidos de izquierda ordenaron a sus militantes lo contrario y el conflicto acabó.

Escrito por Víctor Muñoz Cortés (colaboración).
Publicado en El Amanecer, nº16 , Enero 2013.

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