A communique by a comrade on the run, Diego Rios, from some unknown part of the world (en/es/fr)

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On the 24th of June, the Jhonny
Cariqueo Social Centro was
ransacked by the ‘Grupo de
Operaciones Especiales (GOPE)’,
Special Forces of the Chilean State, as
part of investigations into recent
bombings against the government and
capitalist institutions. They were
searching for our comrade Diego Rios
because they had found a bag with
material for the manufacture of
explosives in the house of his mother.

The police didn’t find Diego, and were
met with dead silence by the comrades
in the house at this time. It is now two
weeks since Diego took the decision to
go on the run, refusing to fall in the
hands of the enemy, assuming the
position of an antagonist in society.
Our comrade, we send our support
and brotherly hugs. Our comrade,
every day you evade the police is a
strike at power!

 

To all the comrades that are in a
position of war because they want to
reclaim their lives: As many now
know, the police entered the home of
my mother in the centre of Sanitago
where they found two bags with
diverse materials for building
explosives. Since that moment I have been searched for and pursued by
the state and its repressive
apparatus. I learned of this by
telephone and then hours
later learned that the
police had gone to the
Jhonny Cariqueo Social
Centre and Libertarian
Library (where I live) under
the pretext of finding me
and upon not finding me
took all the texts,
publications and propaganda that
they could find. (they must have
heard that saying about propaganda
being a weapon!).

So I decided to run.

I am not guilty of anything but neither
am I innocent… I am simply their
enemy.

I don’t remember the day or a place
when I decided that I could not live a
tranquil, peaceful life. I decided to
complicate my life to the point of no
return… Since then I am a declared
enemy of the social order, enemy of
society, of all forms of authority and
exploitation, be it bourgeois or
proletarian. I understood that the
fight for freedom is the war of every
individual for the reclamation of their
lives. It is the refusal to be part of the
mass, where someone else thinks for
you and tells you how to act. It is the
refusal of ideologies, the refusal of
numbers and roles charged with a
conformism and passivity that
assures the continuation of the
system (even with all the
revolutionary rhetoric).

In the most important moments of
growth in my life and in concrete
attacks (material and ideological)
that I realised against capitalism, I
was always surrounded by people
who did not conceive of horizontal
organisation, it did not just mean a
vote, but it was the product of a
shared confidence and desire to
destroy everything that oppressed
us. Within this relationship I
understood that the most effective
weapon is this qualitative change; to
attempt every day to make the whole
of our lives a propaganda of the
deed; to discover in our everyday
lives that in every destructive impulse
we create something that strengthens us. And it is this that
today agitates my spirit and affirms
my convictions, and consequently
makes me proud and dignified.

In these days I can’t forget to
mention the words of a prisoner who
said “the anarchists carry prison in
their genetics” and perhaps, in some
senses this is true. We all know that
prison is a possible consequence for
those that attack the state and
capital; who are not mere
revolutionary simulations continuing
on with a comfortable and assured
life; I’m talking of the ones who
believe it is necessary to augment
and multiply the attack, taking as
much care as possible to not fall into
the hands of the enemy. I will avoid
prison as much as I can. It is because
of this that I accept my mistakes and
I make a self critique with the
intention of nurturing my
insurrectional praxis. Today, I see
that the affinity group that decides on
action and counts on using the
autonomous infrastructure (in all its
manifestations) must develop their
plans with the utmost security and
trust. I stumbled with this mistake,
but I believe that anti-authoritarians
must be like salmon, and learn after
every fall, continuing firmly against
the current.

I send my love to all my brothers and
sisters who are so far away from me
now, only you can understand this…
And to my enemies that analyze this
text, be it to locate me or to write an
academic or ideological response, I
feel from you a profound disgust for
the life I chose and defend. Axel
Osorio, Christian Cancino and so
many others.., by way of these words
I send you a warm greeting and have
certainty that many outside do not
waste their lives but fight daily for the
destruction of what today oppresses
them, but I believe not even the
prison can stop the fight against
power.

For the destruction of all jails and
cages.

We will make war on Society

Diego Rios.

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A todxs los compañeros y compañeras, a quienes el deseo de recuperar su vida lxs anima a posicionarse en guerra

Comunicado del compañero clandestino Diego Rios

El pasado miércoles 24 de Junio, el Centro Social Autónomo y Biblioteca Libertaria Jhonny Cariqueo fue allanado por efectivos del GOPE en compañía de uno de los fiscales encargados de la investigación por los Bombazos. El motivo era que buscaban al compañero Diego Rios, producto que su madre había dado aviso y delatado la existencia de un bolso con material para la fabricación de artefactos explosivos. La policía no encontró a Diego, ni contó con la colaboración de las compañeras que a esa hora encontraban en la casa, porque estas guardaron silencio en todo momento.

Dos semanas han pasado ya desde que el compañero Diego tomo la insurrecta decisión de darse a la fuga, negándose a caer en las manos del enemigo, asumiendo su posición como antagonista de la sociedad.
Compañero a la distancia te enviamos todo nuestro apoyo y un fraternal abrazo. Compañero cada día que pasa y burlas a las policías es un golpe contra el poder!

 

Como ya muchos sabrán, hace unas semanas atrás, la policía allano un domicilio particular deshabitado en el centro de santiago, propiedad de mi madre, en el que se encontraban guardados dos bolsos con diversos materiales para fabricar explosivos. Desde aquel momento estoy siendo buscado y perseguido por el estado y sus aparatos represivos pues, me entero de esto a través de llamados telefónicos burdamente intervenidos; horas mas tarde me entero que es allanado el Centro Social y Biblioteca Libertaria Jonny Cariqueo, lugar en el que vivo y a donde entro la policía con el pretexto de preguntar por mi, al no encontrarme en el lugar (ni tampoco colaboración para aquello) se llevaron todos los textos, publicaciones y materiales de propaganda que allí se encontraban (deben haber oído aquel conocido tema que dice, “…la propaganda es un arma…”). Así decido huir, pues no soy culpable de nada, ni tampoco inocente… soy simplemente su enemigo. No recuerdo un día, ni un lugar, pero hace tiempo ya que me di cuenta que no puedo (ni quiero) vivir tranquilo ni en paz, había decidido complicar mi vida hasta el punto en el que no hay vuelta… Desde entonces soy enemigo declarado del orden existente, enemigo de la sociedad, de toda forma de autoridad y explotación, ya sea burguesa o proletaria; comprendí que la lucha por la libertad es la guerra de cada individuo por la recuperación de su vida, es negarse a formar parte de las masas, a que otros piensen por ti y te digan como actuar, es rechazar las ideologías y los números o roles cargados de conformismo y pasividad que aseguran a diario la continuidad del sistema (por mucha retórica revolucionaria que contenga). Descubrí que en los avances y crecimientos más significativos de mi vida y en los ataques concretos (materiales e ideológicos) que realice contra el capitalismo, siempre estuve rodeado de aquellxs con quienes la horizontalidad no se traducía en un mero voto, sino que estaba dada por compartir la confianza y el deseo de destruir todo lo que nos oprime. Comprendí, en la relación con mis hermanxs, que el arma mas efectiva es ese vuelco cualitativo, de intentar a diario, hacer del conjunto de nuestras vidas una propaganda por el hecho de ataque al capital, descubrimos en nuestra cotidianidad que en cada impulso destructor algo creábamos, algo nos fortalecíamos y es eso lo que hoy agita mi espíritu y reafirma mis convicciones, es ese orgullo de sentirse digno y consecuente.

En estos días no puedo dejar de recordar las palabras de un preso que dijo: “Los anarquistas llevamos la cárcel genéticamente en la sangre” y quizás, de alguna manera, sea cierto. Todxs sabemos que la prisión es una posible consecuencia para aquellos que asumen el desafío al estado y al capital, como una posición de acción, y no como un simple simulacro revolucionario que les permite seguir con una vida cómoda y segura; pero tengo la certeza de que parte de la guerra es multiplicar y agudizar las acciones de ataque, cuidándose lo mas posible, en base a las investigaciones y planificaciones que hagamos, de caer en las garras del enemigo. Yo alejare lo mas posible de mi vida la cárcel, sin por ello caer en el parálisis (ya sea por miedo o autocomplacencia); Es por eso que asumo todos mis errores y me hago la autocrítica a fin de nutrir y agudizar mi praxis insurreccional; hoy veo como necesidad concreta que los grupos de afinidad que han pasado a la acción, se ocupen de contar con infraestructura autónoma (en todos sus sentidos), que les permita desarrollar sus planificaciones con mayor seguridad y confianza. Yo tropecé con ese error, pero creo que lxs antiautoritarixs debemos ser como los salmones, hemos de aprender de cada caída y seguir firmes contra corriente.

A todos mis hermanxs de quienes hoy me distancio, sepan que lxs amo y siento eso que solo ustedes pueden comprender… Y a mis enemigos que analicen este texto, ya sea para ubicar mi paradero o escribir una respuesta académica/ideológica, sientan desde ya el más profundo desprecio por la vida que eligieron y defienden. Axel Osorio, Cristian Cancino y tantos otros… a través de estas líneas les envío el mas afectuoso saludo y tengan la certeza de que muchxs afuera no pasan por alto sus vidas y luchan a diario por destruir eso que hoy retiene sus cuerpos, pero creo que ni la cárcel puede detener la lucha contra el poder.

Por la destrucción de todas las cárceles y jaulas.

“Hagámosle la guerra a la sociedad”

Diego Rios.

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Lettre de Diego Rios depuis la clandestinité

Le 22 mai passé, l’anarchiste Mauricio
Morales est mort alors que l’engin
explosif qu’il s’apprêtait à déposer
devant une école de gendarmerie lui a
accidentellement explosé sur le dos.
Le jour suivant, différents lieux
proches de ce compagnon sont
immédiatement perquisitionnés
en grandes pompes : hélicoptères,
groupe d’assaut, franc-tireurs,… A
La Idea, une fois le squat saccagé,
tout le monde sera embarqué puis
relâché.

Plus tard dans l’après-midi, les flics
commencent à boucler le quartier du
Centre Social Occupé et Bibliothèque
Sacco et Vanzetti. Les occupants
décident de na pas lâcher le lieu et
les compagnon.ne.s à l’extérieur sont
là pour démontrer leur solidarité en
actes. Des affrontements de rues
auront lieu toute la nuit et finalement
la police n’entrera pas dans le lieu.
très vite, la solidarité s’éprouve aussi
de manière internationale. Dans
plusieurs pays, des actions sont
revendiquées en mémoire à Mauricio
et en solidarité avec l’ensemble des
compagnons là-bas.

Le 9 juin, Cristian Cancino est
arrêté et incarcéré pour « transport et
détention illégale de matériel pour la fabrication
d’explosifs »”parce que de la poudre
noire aurait été retrouvée dans sa
chambre lors de la perquisition à La
Idea. Si le montage ne veut pas être
utilisé comme défense politique, les
compagnons tiennent quand même à
préciser que la poudre noire « trouvée »
a été déposée par les flics afin de
pouvoir montrer des « résultats ».
Cristian reste en détention préventive
et sera probablement le premier cas
jugé sous instance « anti-terroriste »
au Chili.

Le 24 Juin, sur dénonciation de sa
mère, le domicile de Diego rios
Gonzalez est perquisitionné par
différents services de carabiniers.
Ne l’y trouvant pas, ils se dirigent
alors vers le Centre Social Autonome
et bibliothèque libertaire Jhonny
Cariqueo pour y mener une
perquisition.
Depuis, Diego est dans la nature.

Nous reprenons une lettre envoyée
en cavale, non pas tant par goût d’un
certain romantisme révolutionnaire,
mais parce que comme l’ont dit les
compagnons du Sacco et Vanzetti :
« La pouvoir ne s’intéresse pas aux particularités
de chacune des vies qui subissent aujourd’hui
concrètement la répression. (…)
On cherche à anéantir une idée. Leur but c’est
qu’après notre incarcéation, notre mort ou notre
fuite, il n’y ait plus personne pour lever un
principe de guerre contre l’existant, d’attaque
contre le pouvoir sous toutes ses formes
 ».

Autant de raison de continuer…

Comme beaucoup le savent déjà, il y a quelques
semaines la police a perquisitionné dans le
centre de Santiago une maison inoccupée appartenant à ma mère, dans laquelle se
trouvaient deux sacs contenant divers matériels pour fabriquer des explosifs.

Depuis lors, je suis recherché et poursuivi par l’Etat et ses appareils répressifs.
Je m’en suis rendu compte par la surveillance grossière d’appels téléphoniques.
Quelques heures plus tard, j’ai appris la perquisition du Centre Social et
Bibliothèque Libertaire Jhonny Cariqueo. C’est l’endroit où je vis, et la police est
entrée soi-disant pour demander où j’étais. Ne m’y trouvant pas (et ne recevant
aucune collaboration), ils ont pris tous les textes, publications et matériels de
propagande qu’ils ont pu trouver (ils ont déjà dû entendre ce refrain connu selon
lequel “… la propagande est une arme …”). Alors, j’ai décidé de m’enfuir, même si je
ne suis coupable de rien, pas plus qu’innocent d’ailleurs… je suis simplement leur
ennemi. Je ne me rappelle ni le jour ni le lieu, mais il y a longtemps déjà que je me
suis rendu compte que je ne peux (ni veux) vivre tranquille ou en paix et que j’ai
décidé de compliquer ma vie au point de rendre impossible tout retour en arrière…
Depuis lors, je suis l’ennemi déclaré de l’ordre existant, ennemi de la société, de
toute forme d’autorité et d’exploitation, bourgeoise ou prolétaire. J’ai compris que
la lutte pour la liberté c’est la guerre que mène chaque individu pour reprendre
sa vie en main. C’est refuser de faire partie des masses, que d’autres pensent pour
toi et te disent comment agir ; c’est rejeter les idéologies et les nombres tout
comme les rôles chargés de conformisme et de passivité qui assurent au quotidien
la continuité du système (quelque soit la rhétorique révolutionnaire dont ils se
parent). J’ai découvert que celles et ceux qui m’ont accompagné dans les étapes
significatives de ma vie et dans les attaques concrètes (matérielles et idéologiques)
contre le capitalisme ne voyaient pas l’horizontalité comme un simple choix,
mais comme le partage de la confiance et du désir de détruire tout ce qui nous
opprime. La relation avec mes frères et soeurs m’a fait comprendre que l’arme la
plus efficace, c’est ce bouleversement qualitatif qui consiste à tenter au quotidien
de transformer nos vies entières en propagande par le fait, en attaquant le capital.
Nous avons découvert au jour le jour que dans chaque élan destructeur nous
créons quelque chose, quelque chose qui nous renforce et voilà ce qui agite mon
esprit et conforte mes convictions aujourd’hui, c’est cette fierté de se sentir digne
et conséquent.

Ces derniers jours, je n’ai pu m’empêcher de me souvenir des mots qu’a dit un
prisonnier : “nous les anarchistes, nous avons génétiquement la prison dans le
sang”, c’est peut être vrai d’une certaine manière. Nous savons toutes et tous que
la prison est une conséquence possible pour celles et ceux qui assument le fait
de défier l’Etat et le Capital comme position d’action et non comme un simple
simulacre révolutionnaire leur permettant de poursuivre une vie confortable et
sure. Mais j’ai aussi la certitude que la guerre consiste en partie à multiplier et
aiguiser les attaques en veillant au maximum, sur la base de nos recherches et de nos
plans, à ne pas tomber dans les griffes de l’ennemi. Je vais éloigner le plus possible
la prison de ma vie, sans pour autant sombrer dans la paralysie (que ce soit par
peur ou par autosatisfaction). C’est pourquoi, j’assume mes erreurs et je fais mon
autocritique : pour nourrir et aiguiser ma pratique insurrectionnelle. Aujourd’hui, je
considère comme une nécessité concrète que les groupes d’affinité qui sont passés
à l’action s’occupent de mettre sur pied une infrastructure autonome (dans tous
les sens) qui leur permette de développer leurs projets avec plus de sécurité et de
confiance. Je suis tombé sur cette erreur, mais je crois que nous les antiautoritaires
devrions être comme les saumons : nous devons apprendre de chaque chute et
continuer fermement à contre-courant.

Que tous mes frères et sœurs de qui je m’éloigne aujourd’hui sachent que je
les aime et que je sens ce qu’ils sont les seuls à pouvoir comprendre… Et que mes ennemis qui analysent ce texte,
que ce soit pour me localiser ou écrire
une réponse académique/idéologique
éprouvent d’ici mon plus profond
mépris pour la vie qu’ils ont choisie et
qu’ils défendent. Axel Osorio, Cristian
Cancino et tant d’autres… je vous
envoie par ces lignes mes salutations les
plus affectueuses et soyez certains que
beaucoup dehors s’intéressent à votre
vie et luttent au quotidien pour détruire
ce qui aujourd’hui retient vos corps.
Mais je crois que même la prison ne
peut arrêter la lutte contre le pouvoir.

Pour la destruction de toutes les prisons
et de toutes les cages.

Faisons la guerre à la société.

Diego Rios.

P.-S.

Repris de Tout Doit Partir6, téléchargeable dans la Fanzinothéque anarchiste et/ou anti-autoritaire.

http://www.non-fides.fr/?Lettre-de-Diego-Rios-depuis-la