El ministerio del interior comprará un camión para aumentar la acción violenta de la policía antidisturbios.

 

 

urlEl ministerio del interior ha sacado a concurso la compra de un camión lanza agua, como material para los antidisturbios de la policía nazional, con un presupuesto base de licitación de 408.000 euros.

Se trata de un camión transformado y carrozado como lanza agua, un material antidisturbios empleado en otras dictaduras para reventar manifestaciones sociales. También fue utilizado este sistema en la época franquista y posteriormente.

 

El director de la policía catalana, Manel Prat, anunció en junio que l@s mercenari@s d´squadra emplearían un camión de estas características, en sustitución de las terroristas pelotas de goma.

 

En esa ocasión, tres agrupaciones policiales (SUP, CEP y UFP) advirtieron de que los chorros de agua que se lanzan desde estos vehículos son más lesivos todavía que las pelotas de goma… y si lo dicen quienes se dedican profesionalmente a la represión, miedo dan esos camiones terroristas.

 

El camión lanzador de agua fue adquirido por el departamento de interior catalán en la década de los 90, pero estaba en desuso porque en Cataluña no se había recurrido nunca a ese sistema de dispersión.

 

Según publica este lunes el boletín oficial del estado, hasta el 20 de enero podrán presentarse las solicitudes del concurso y la apertura de las ofertas será el 10 de febrero a las 10:00 de la mañana.

 

“Desde el punto de vista de orden público está superado desde hace tiempo. No tiene por qué ser mejor un chorro que una pelota. Depende de la presión, la distancia o el lugar del impacto”, han asegurado a Europa Press expertos en reprimir a las personas, agredirlas, detenerlas e inventarse a veces denuncias por “atentado a la autoridad”.

 

Recuerdan que para que sea bien represivo, el chorro “tiene que salir a tal potencia que se corre un riesgo elevado de que al impactar contra un alborotador resulte lesionado”. Alborotadores son en realidad quienes se dedican a ostiar a la gente, esos que tienen porras, pistolas, y van en grupo como las bandas de neonazis.

 

En principio, parecería que a la policía nazional antidisturbios le gustaría más pegar personalmente a la gente, o disparar pelotas de goma, pues el camión ofrecería ciertas dificultades, entre ellas la puntería de l@s fracasad@s policiales, que además tendrían que aprender a conducirlos, o la capacidad de sortear barricadas. La represión sigue… en las calles nos vemos. L@s asesin@s siguen llevando traje y pistolas.

 

Un policía queda ciego por sus propias pelotas de goma y encima recibe 25.000 euros.

 

La audiencia nazional ha indemnizado con 25.000 euros a un policía nazional que perdió la visión de un ojo al ser alcanzado en el rostro por una pelota de goma durante unas prácticas represivas en las instalaciones de La Enira de Linares (Jaén).

El accidente ocurrió sobre las 13.30 horas del 21 de mayo de 2008, cuando el policía ejercía como instructor de tiro antipersonas en un curso para las unidades de intervención policial y fue alcanzado por la pelota de goma lanzada por los participantes en otra práctica. Como consecuencia del accidente represivo, el nazional fue ingresado en el hospital virgen del Rocío de Sevilla, donde se le diagnosticó una herida abierta en el ojo derecho, con fractura de la pared orbital y de los huesos de la nariz y fue jubilado por incapacidad permanente. Que dura es probar su propia medicina asesina.

La sala de lo contencioso de la audiencia nazional, considera demostrado en su sentencia el derecho del policía represor a ser indemnizado por mal funcionamiento de un servicio público del estado, pues el responsable de esa segunda práctica “no tomó en consideración la presencia de otras personas” (sic) al autorizar disparos con pelotas de goma.

Ese responsable no adoptó las medidas de precaución necesarias y “únicamente se preocupó de los participantes en su práctica”, según el fallo. El accidentado, por su parte, se encontraba en ese momento custodiando el material para una práctica de desalojo, por lo que no llevaba protección alguna dado que no se trataba de una práctica operativa.

El policía recibió una pensión extraordinaria por su incapacidad causada en acto de servicio (¿?) y otros 5.600 euros del seguro concertado con una aseguradora, pero los jueces le otorgan además una indemnización por mal funcionamiento del servicio público represivo, pues está claro que sus lesiones fueron consecuencia de “la realización de unas prácticas sin adoptar todas las medidas de precaución aconsejables”.

Aunque el afectado reclamó 272.262 euros, la sentencia fija la indemnización en 25.000 euros según el baremo para accidentes de tráfico (¿?) y teniendo en cuenta que las lesiones le incapacitan para su labor policial represiva pero no le impiden totalmente realizar otras tareas.

Duele probar a los antidisturbios su propia medicina… se recoge lo que se siembra.

Fuente: prensa burguesa gratuita 20 minutos.

Fuente de la foto: Rtve, que cita a Reuters.