Xosé Tarrio
Si me preguntaran qué es la cárcel, os respondería sin dudar que es el basurero de un proyecto socio-económico determinado, al cual arrojan todas aquellas personas que molestan dentro de la sociedad: por eso la cárcel alberga principalmente pobres…
La idea de la cárcel surge en la historia como medio por el que encerrar y aislar de la sociedad a aquellas personas que las autoridades consideraban molestas o subversivas a sus doctrinas y normas.
A lo largo de la historia la cárcel y sus mazmorras han sido aplicadas de formas dïferentes; pero siempre, absolutamente siempre han constituido una herramienta del poder impuesto, el medio coercitivo de reyes, de militares y de políticos. Exacto: la cárcel nace de la necesidad del Gobierno, del Estado, de apoderarse del derecho exclusivo a castigar, o sea, del uso en exclusiva de la violencia sobre las personas libres; la utilidad funcional de este hecho es la necesidad de hacer valer sus leyes por medio del terror y la tortura, a fin de destruir a los enemigos del sistema vigente y a aquellas personas insumisas a sus códigos y leyes.
Pero también tienen sin duda un orígen social: el control por parte del poder de los y las desheredadas y pobres, de la inmensa masa de pobreza. y marginación que se mueve dentro de las sociedades modernas, a fin de frenar en gran parte el descontento social, reprimiendo constantemente las capas sociales más contestatarias. Por todo ello podemos ya concluir que la prisión, las cárceles modernas, son una herramienta del aparato gobernante, mediante el cual afianza su poder; que éstas surgen de la necesidad del poder de controlar al pueblo, de la necesidad de regularlo, de ordenarlo, de seleccionarlo, de mantenerlo, en defnitiva, bajo una Iibertad condicionada sujeta a un Código penal y a unas leyes injustas elegidas sin consulta del pueblo, con la amenaza constante de la cárcel pendiente sobre sus cabezas.
Si las cárceles se crearon para encerrar en ellas pobres y subversivos al orden establecido, aquí, dentro de las cárceles españolas, se ha creado el FIES y en él se han visto encerrados y enterrados vivos aquellos que dentro de prisión han desafïado al poder y lo han combatido; el FIES (Fichero de Internos en Especial Seguimiento) constituye dentro del Estado Espanol una de las más graves vulneraciones de derechos humanos de los últimos años, al ser un régimen especial que no se halla regulado ni siquiera en su propia ley, una especie de carta blanca a los carceleros para reprimir a su antojo a una serie de presos organizados frente a Instituciones Penitenciarias. Comienza a aplicarse en 1991 tras la reorganización de la APRE (Asociación de Presos en Régimen Especial), una organización de presos concienciados con los problemas carcelarios, y tras una oleada de motines y secuestros de carceleros y autoridades carcelarias y judiciales que llevan a cabo para llegar a la sociedad y pedir mejoras en las condiciones de las cárceles españolas; el FIES, creado por el después Ministro de Interior, Antoni Asunción, fue planeado y ejecutado con el fin de destruir la asociación APRE y de separar del resto de la población reclusa a aquellos presos considerados como más conflictivos, o aquellos especialistas en fugas, dándose a lugar una prisión dentro de la propia cárcel. Hecha la selección de presos, se les divide en pequeños grupos y se les traslada de uno en uno a los flamantes módulos FIES o departamentos especiales, donde ya todo contacto con la población reclusa será imposible, lo cual facilitará la labor de represión sobre los mismos; se les despoja de sus ropas, y se les facilitan buzos y chanclas para vestirse y calzarse; se les interviene la correspondencia y se les limitan las cartas; se les saca solos al patio sin necesidad de estar sancionados y se les retira el colchón por el día, entregándoselos por la noche de nuevo; para los traslados dentro del recinto carcelario son desnudados y esposados, y conducidos escoltados por varios carceleros armados de porras y barras de hierro; los juicios se los celebran en el día y durante el traslado no ven a nadie; sufren palizas, insultos y engrilletamientos continuos, que a veces duran días enteros, dentro de las celdas a manos de grupos de carceleros; …y un largo etcétera que vino a significar el FIES en las cárceles del Estado español desde 1991 hasta hoy.
En la actualidad las duras luchas internas en las cuales hemos perdido varios compañeros, y el apoyo que hemos recibido de colectivos antiprisiones, han logrado que el FIES haya llegado a la sociedad y que ya no se pueda aplicar generalizado como hace seis años se aplicaba; hoy día tenemos los colchones y aparatos, la ropa personal y comenzamos a realizar viajes con el resto de presos… el correo ya no se interviene a todos y en pocos sitios se engrilleta para traslado. Sin embargo la represión continúa presente, dispuesta a desatarse en cualquier momento: Jaén II, Huelva, Valladolid, etc. son prisiones españolas en las que todavía se mantiene el FIES sobre compañeros presos, dónde se tortura y se reprime por afición y dónde la gente presa resiste gracias a su valor y solidaridad. Ser un FIES significa que en cualquier momento pueden hacer contigo lo que quieran, que tienen carta blanca sobre ti al considerar que los FIES son presos incorregibles con los que sólo cabe usar la violencia legal, la tortura y las celdas de castigo. Desde 1991 han muerto cuatro compañeros bajo este régimen: Ernesto Pérez Barrot, Moisés Caamañez, José Luis Iglesias Amaro, José Romera González; a un quinto le pusieron sogas en su celda y le pegaron cada día hasta que se ahorcó en 1995 en Jaén II, entonces vecino mío (José Luis Fernàndez Alvarez)… sin contaros los daños psicológicos que todos estos años de aislamiento y represión han causado en muchas compañeros. No debemos olvidar que la mayoría de presos FIES ya llevamos más de un decenio en celdas de aislamiento y que muchos otros compas llevan entre quince y veinte años, lo cual os puede dar una idea de cuál es la realidad dentro de las cárceles españolas para quienes osan enfrentarse a ellas: el riesgo de pudrirte y morir en una mazmorra solo y apaleado es real, aquí el fascismo es palpable (creo que también como consecuencia de esta ola de neofascismo que asola una vez más a Europa).
Desde las prisiones del Estado español un saludo y un grito de resistencia…
Salud
Xosé Tarrío
[Extraído del opúsculo El juicio de Cordoba y otras farsas contra Giorgio, Claudio, Giovanni y Michele. Libertad para los cuatro de Cordoba, Ediciones anarquistas La Carraca, septiembre 2002, pp. 48-50]
Última actualización el Viernes, 12 de Agosto de 2011 17:00