Manifiesto es una crítica al poder, escrita a mediados del siglo XIX, en un estado francés que todavía no lograba disciplinar a los individuos.
Y mientras el nuevo poder de los burgueses iba creciendo y la trampa de la democracia se iba expandiendo e interiorizando en las personas, minimizando la capacidad de decisión sobre sus vidas a través de gobernantes y partidos, que prometían -y prometen- lo que el mismo estado quita antes para gobernar.
Anselme Bellegarrigue intenta desenmascarar esta trampa, para eso parte defendiendo lo que ella intenta destruir, lo que los estados intentan aplastar: el individuo.
El autor mira al poder del estado y al poder en general, desde su fuente, desde la delegación de responsabilidades, desde la entrega de poder que da la gente cuando vota y de la aceptación de las demás normas y reglas puestas por la fuerza y que son acatadas por la mayoría.
Para acabar con este sistema primero tenemos que acabar con la servidumbre, ya que como dice Anselme Bellegarrigue: “cuando nadie obedezca, nadie va a mandar…”