Carta de Marco Camenisch a un año de la muerte de Mauricio Morales (2010)

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Mauri, hermano, compañero guerrero, te abrazo con cada respiro mío.

Nosotrxs no miramos el dedo que enseña la luna, nosotrxs no miramos el puño insurreccional que actúa guerrero.

Nosotrxs amamos y somos ese dedo, ese puño alegre y fuerte, que señala y golpea la dominación, la explotación, la autoridad.

Todos sinónimos y bases imprescindibles de la que llamamos civilización. Aún si esto, dicho con las palabras de vosotrxs guerrerxs del Frente de Liberación Animal (con todxs, os abrazo con amor!) con ocasión de vuestro ataque en Santiago del Chile del 28 de abril pasado, a muchxs de nosotrxs que estamos en el mismo inaccesible camino de la guerra social nos cuesta, todavía, admitirlo. A pesar de la aún más neta evidencia de realidad indiscutible y destructora.

Nosotrxs amamos y somos el dedo y el puño, pero sin postración y añoranza cuando caemos en la lucha, cuando fracasamos en el ataque.

Pues cada muerte nuestra, cada fracaso nuestro llega a ser una victoria en el campo “estratégico” de la ofensiva, llega a ser una victoria para todxs en esta nuestra lucha común, o sea la guerra social contra este enemigo común, por libertad y justicia por cada ser que vive en la Madre Tierra que nos brinda hospitalidad en el Universo y de los cuales, cada ser tiene, por el único verdadero bien común, naturalmente igual dignidad, libertad, autonomía.

Es victoria ofensiva porque cada muestra nuestra y cada fracaso nuestro en el ataque y movilización, estímulo y difusión de la solidaridad, de la experiencia, de la conciencia y de la acción en la general ofensiva insurreccional y revolucionaria.

He aquí porque, aún si ningunx de nostrxs es insustituible, somos y quedamos indispensables!

He aquí porque, aún si caemos o quedamos presxs, somos aún más vivxs en la guerra social, pues cada aporte nuestro pasado y actual es en cualquier momento esencial por la vitalidad y la creciente fuerza de nuestra común e imparable ofensiva insurreccional y revolucionaria, de lxs individuxs, de las comunidades, de los pueblos!

He aquí porque, y con cual espíritu, os abrazo con cada respiro mío y, junto a nuestro grande guerrero Mauri, igual entre iguales guerrerxs, me apreto aún a vosotrxs en estas jornadas que no son de recuerdo, sino de perenne presencia y fuerza guerrera, de perenne y presente comunidad, de amor!

E irreductible rabia guerrera contra nuestro enemigo común y mortal, capaz solo de terror y muerte, mentira y miseria!!!

He aquí porque, y con cual espíritu, te abrazo con cada respiro mío, grande guerrero!!!

Marco Camenisch,
de la Suiza,
16 mayo 2010.