Con la constante construcción de puentes que atraviesan barrancos destruyendo los ecosistemas circundantes, con el frenético avance de las carreteras sepultando la tierra con cemento hidráulico, las urbes generalizan la mancha gris de esta podrida civilización.
A diario se ejecutan atentados en contra de la Tierra, y en contra de los animales que vivimos en ella. La invasión del progreso tecnoindustrial hace que el frágil equilibrio ecológico se rompa cuando se deforestan bosques enteros, cuando se obliga a los animales salvajes a abandonar sus entornos y orillarlos a la extinción forzada o a la domesticación por humanos. Los ríos son cercados en tuberías o gigantescas presas, el aire limpio es contaminado por los autos que pasan por las autopistas, las antenas de electricidad y comunicación se levantan como una oscura pesadilla sobre nuestras cabezas. Y en cuanto a los seres humanos, la civilización nos ha pervertido y nos ha forzado a abandonar la sabiduría primitiva heredada por nuestros antepasados, volcando nuestro modus vivendi a la artificialidad y a convertirnos en algo totalmente opuesto a lo que éramos antes.
El sistema nos condenó a dejar atrás nuestra vida en la naturaleza y en vez de eso, nos vemos inmersos en una realidad artificial, viviendo como muertos en las grises y tristes ciudades infectadas por la manipulación de los medios, la mercadotecnia y lo absurdo.
Lo que genera la industria de la infraestructura, es el desplazamiento de lo salvaje y lo natural, a lo civilizado y mecánico.
Con estas y mas causas ¿Cómo es que algunos no comprenden el ataque directo a este tipo de industrias? Nosotros hemos despertado, nos hemos alejado de las “demandas políticas y sociales” de siempre, para darle paso al ataque frontal con respecto a aspectos más reales. No nos importa la política, ni las demandas sociales, en lo que nos centramos es en darle guerra a todo lo que implica civilización y progreso invasivo, así como lo hicieron nuestros antepasados salvajes.
Con esto, nos reivindicamos un acto en contra de la gran cementera Cemex ubicada sobre la avenida Gustavo Baz en Tlalnepantla de Baz, del 15 de Noviembre de este año.
Hasta ese lugar hemos dejado un artefacto incendiario sobre los cables alimentadores de energía eléctrica de dicha cementera, bajo la sombra de un árbol de pirul, observamos como nuestro artefacto artesanal prendía, se expandía y consumía el objetivo generando daños materiales, dejando un claro mensaje con el acto: ¡Continuaremos!
Reacción Salvaje
Grupúsculo “¡Hasta tu muerte o la mía!”
http://instintosalvaje.noblogs.org/post/2014/11/22/mexico-la-industria-de-la-infraestructura-es-una-de-las-que-mas-amenaza-la-naturaleza-salvaje-en-general/#more-3506