Compañer@s:
Esto no es un comunicado. Es una reflexión. O, más bien, es una apelación. Un alarido que vocifera a los cuatro vientos lo que pensamos.
Por eso, está dirigido sólo a aquell@s que quieran escucharnos. No intentamos convencer ni mucho menos sentar Cátedra desde la “pureza” de las ideas. Únicamente, apelamos a la praxis. Es decir, a la correspondencia de las ideas con la práctica. Una vez más, vemos ―no sin lamentarnos― que como reza el refrán: “una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace”.
Hemos leído las declaraciones de los abogados defensores de Ramsés Villarreal Gómez, Pedro Suárez (primero) y Juan de Dios Hernández Monge (después), donde afirman que exigirán una indemnización monetaria por lo que procederán “a demandar acorde a derecho” a la Procuraduría General de la República (PGR), por “abuso de autoridad, robo, tortura psicológica, difamación y los delitos que resulten”, basándose en el artículo tercero de la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Tortura ―presentada por el Poder Ejecutivo (Carlos Salinas de Gortari) y aprobada por el Poder Legislativo en 1991―, que señala: “comete el delito de tortura el servidor público que, con motivo de sus atribuciones, inflija a una persona dolores o sufrimientos graves, sean físicos o síquicos, con el fin de obtener, del torturado o de un tercero, información o una confesión, o castigarla por un acto que haya cometido o se sospeche ha cometido, o coaccionarla para que realice o deje de realizar una conducta determinada”.
No nos asombran las afirmaciones de estos abogados provenientes de ese mejunje político perredista-zapatista-progresista-socialdemócrata (sabemos lo que son y a lo que aspiran); pero sí nos sorprende que Ramsés Villarreal Gómez, se una a esta farsa.
Pensamos (o queremos pesar) que Ramsés se encuentra bajo una fuerte presión emocional e, involuntariamente, se ha dejado arrastrar por estas aguas pestilentes. Conocemos bien a estos embaucadores, sabemos que siempre están sedientos de botín político y económico. En su momento, salimos a la palestra pública para aclarar (durante su detención) que Ramsés Villarreal Gómez, no formaba parte de nuestra Coordinadora ni era integrante de ninguna de las células anarquistas que habían optado por el ataque directo al Estado-capital. Con esta aclaración hacíamos un llamado urgente a la solidaridad directa reclamando su liberación.
Que fuera “inocente” o “culpable”, jamás fue la motivación de nuestro comunicado. De haber sido “culpable” le hubiéramos defendido con igual ahínco, porque asumimos claramente quines son nuestros enemigos y sabemos que estamos en guerra, que somos participes de la guerra social y que en ella sólo existen dos bandos: Opresores y oprimid@s. Estos criterios se unifican sustancialmentesobre la base común de los intereses de l@s excluíd@s.
Por eso, nos parece oportuno señalar los peligros implícitos en semejante aberración. Con la aceptación del papel del Estado como “impartidor de justicia”, no sólo estamos reconociendo su sistema de leyes y controles sino, además, estamos ratificando su razón de ser, reduciendo la opresión y la explotación realmente existente, ejercida por el Estado-capital, a la “buena administración de la justicia”. Sobreentendiendo que toda la infamia de este sistema de muerte, toda la opresión, toda la explotación y toda la exclusión de este mundo se limita al buen funcionamiento del Estado-capital. Según esta lógica, todo lo que requerimos son “buenos policías” en vez de policías torturadores, “jueces justos” en vez de jueces corruptos, “gobernantes buenos” en vez de gobiernos malos, el Estado democrático en vez del Estado autoritario. Satisfacer las necesidades de los súbditos jamás ha sido un inconveniente para el Estado-capital; su única preocupación es no ser reconocido, porque su mayor peligro radica en que dejemos de sumirnos como súbditos. Sabe que, en última instancia, el buen funcionamiento del sistema le refuerza.
Es por eso que en esta ocasión no emitimos un comunicado sino que llamamos a la reflexión colectiva. Apelamos a la praxis.
¡Por la extensión de la guerra social!
¡Por la autogestión de la lucha!
¡Por la destrucción del Estado-capital!
¡Viva la Anarquía!
Coordinadora Informal Anarquista
22 de octubre de 2009, México, Planeta Tierra
CIA -Coordinadora Informal Anarquista