Carta imaginaria de Antúnez al borbonismo

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Una sociedad verdaderamente democrática tendría que haber creado centros de desagravio en las principales ciudades españolas y específicamente en las poblaciones más avasalladas por la dictadura: las bombardeadas, asaltadas, masacradas y expoliadas. Los centros de desagravio en ciernes, por su aspecto terapeútico, tienen como finalidad crear un equilibrio mental en las víctimas directas y heredadas del franquismo. Los centros de desagravio pueden ser muy económicos. Sobre paneles se adhieren impresos con las fotografías a tamaño natural de los principales asesinos franquistas, incluidos los papas Pío XI y Pío XII porque la religión es el aumentativo de la imaginación irresponsable. A dos metros se sitúan dos huevos y los mismos tomates por cada persona participante. Estas los lanzarían sobre los criminales. Los centros de desagravio no tendrían horario y las dianas pudieran ser cambiadas cada dos horas, dependiendo de su visibilidad por el tráfico de impactos. Bajo las siluetas habría una rejilla absorbiendo el escurrido con una corriente de agua. Hasta aquí crearíamos 500.000 puestos de trabajo pro derechos humanos.

se crearían solo 400.000 puestos de trabajo en toda España utilizando pelotas reciclables. Para ambos compromisos, sobre otros paneles compartimentados habría cartulinas en blanco para que los agraviados puedan escribir sus mensajes, permitiendo la lectura pública de todos ellos como centro internacional turístico de los derechos humanos. Las cartulinas rellenas se encuadernan como fondo documental, sustituidas por otras cartulinas vírgenes. En una urna gigante y transparente, dedicada al asesino Franco, se depositarían votos impresos con mensajes estandard o creativos personales. Se habilitaría un día contra el genocidio franquista. El día de la condena al genocidio sería declarado fiesta moral y laboral, llevando al Valle de los Caídos, a la tumba de Franco, la urna y las manifestaciones encuadernadas de desagravio de las víctimas. La Cruz de los Caídos derribada transformada en una estrella, o un Sol que también lo es, evitando perpetuar la noción de impunidad del delito contra la humanidad. Cada año el féretro de Franco se giraría continuamente 90 grados para marear los huesos, durante los 40 años que duró esa criminalidad. Asistiríian las víctimas españolas y extranjeras a tan solemne acto, con los transportes pagados. La Comisión de la Justicia premiaría las ideas más originales y conmovedoras del desagravio, hasta un tercer premio honorífico y tres diplomaturas de reconocimiento, todos los años. Se realizaría un concurso con votación popular para cambiar el nombre del Valle de los Caidos, sometiéndose a referéndum las cinco candidaturas finalistas. Los centros de desagravio se dotarían de presupuestos para sus actividades humanitarias. La condena judicial impedida puede sustituirse por la condena moral sobrevenida y las indemnizaciones.

Un Centro de Desagravio es una verdadera declaración de amor, a la vida, a las víctimas, a la humanidad.

HUEVOS Y TOMATES. GRACIAS ANTÚNEZ

Carta imaginaria de Antúnez al borbonismo