Patxi Zamoro

stammheim

Para conocer quien fue Patxi Zamoro, hemos optado, por adjuntar sus propias palabras. Quien mejor que él mismo para abordar esta difícil tarea de decir quién son o fueron los demás.

Testimonio de Patxi Zamoro

Todos sabemos que la muerte se produce cuando dejamos de experimentar sensaciones. Cuando nos meten en la cárcel, no solo se nos está apartando del entorno ecológico natural al que pertenecemos, de nuestros familiares, amigos y seres queridos, sino que también se nos está empujando a un torbellino de violencia y destrucción. Se nos priva del procesado natural de crecimiento y maduración. Una vez AQUÍ DENTRO, descubrimos que existen mas CÁRCELES, son los GRADOS, LAS FASES, LOS REGÍMENES ESPECIALES, EL AISLAMIENTO…

Concepción Arenal, dijo: «el hombre aislado se siente débil… Y lo es «Nosotros, los que conocemos este mundo de cemento y hierro, sabemos que en verdad es mucho más que eso: la cárcel es la peor «castración» humana que se puede concebir e imaginar. A medida que te van apartando de tus iguales, te van apartando de toda experiencia vital, de toda sensación que no sea mutiladora por lo que en realidad, nos empujan a la peor de las muertes: LA MUERTE EN VIDA… El aislamiento erosiona la vida. Hace mella incluso en las piedras. Las personas aisladas, desgastan su pensamiento y para no enloquecer se instalan en el pasado. Con el transcurso del tiempo llegamos a asemejarnos al agua estancada de una ciénaga, la cual de no recibir agua nueva, termina por corromperse y morir. Todo AHÍ ABAJO es extremo y violento. Todo está concebido para destruirnos y despersonalizarnos…

La Ley Orgánica General penitenciaria y el vigente Reglamento Penitenciario, dan cobertura a un sinfín de modalidades, o dicho de otra manera, de regímenes de «vida» carcelaria para someter a las personas a aislamiento, pero la peor de todas, la más castradora, mutiladora y asesina es, sin duda alguna, el denominado régimen F.I.E.S.

 F.I.E.S. (Fichero Internos Especial Seguimiento):

Se construyeron Departamentos «especiales» en diferentes prisiones: Sevilla II, Acebuche, Almería, Puerto de Santa María, Cádiz, Badajoz, Jaén II, El Dueso, Villanubla, en Valladolid, y un largo etcétera… Y se confecciono un «mapa «geográfico-político-penitenciario para distribuir a los presos según su catalogación… Convirtieron un Fichero de seguimiento, en una modalidad de vida penitenciaria, repito, amparados por Jueces Fiscales y sometieron a más de un centenar de hombres al más brutal y criminal de los regímenes de vida carcelaria: veintitrés horas de encierro en una celda, totalmente solo y aislado, disfrutando de una hora de paseo en solitario por un patio enrejado y cubierto. Teniendo que permanecer esposado en todo momento fuera de la celda.; las celdas, infrahumanamente habilitadas, sin espejos o, en el mejor de los casos, con planchitas de aluminio pulidas que hacían las veces de espejo… Todo el mobiliario existente, estaba compuesto de mesas y sillas adosadas al suelo o la pared. Se nos permitía como mucho una muda de ropa, despojándosenos de cualquier prenda u objeto que nos mantuviera vinculados a nuestro entorno intimo y familiar (determinadas prendas de vestir, anillos, medallas, fotografías…). Pusieron chapas troqueladas o rendijas en las ventanas, cámaras de circuito cerrado en las puertas, estas, las puertas., eran automáticas y controladas desde «bunkers» donde se atrincheraban los carceleros para, impunemente, convertir nuestras vidas en una auténtica pesadilla. Jamás existía contacto físico con ellos, y cuando este se producía, era violento: aparecían diez u doce carceleros con cascos, escudos, porras y sprays paralizantes y tóxicos, que esposaban al preso bien para cachearle o conducirlo a través del recinto penitenciario… Las conducciones a otras prisiones, las hacia la guardia civil, eran de carácter «especial», en solitario, fuertemente custodiados y directas. La correspondencia y comunicaciones tanto a través de los locutorios como telefónicas, sistemáticamente violadas e intervenidas. Las palizas continuadas y las torturas físicas y psicológicas el pan nuestro de cada día.

Con todo ello ya hemos dicho, se pretendía anular y eliminar al hombre encarcelado. Cualquier psicólogo, psiquiatra o persona con dos dedos de frente, sabe que someter a unas personas a este régimen de vida es poco menos que conducirlo a la muerte. De hecho son ya varios los hombres que han muerto, por suicidio u asesinato a mano de los carceleros.

…Alguien dijo: «quitarle la esperanza a un hombre y la convertiréis en asesinos». A un F.I.E.S. se le quita mucho más que la esperanza:

Se le priva del contacto necesario con sus iguales. Se le impide mantener relaciones con el exterior, puesto que al no existir ni siquiera intimidad en una carta o comunicación, se autocensura y no comparte ni comparten con él, hechos íntimos: ¿Cómo puede alguien mantener una relación de pareja, por ejemplo, si no pueden compartir la necesaria intimidad que les permita crecer como pareja? ¿Y cómo se alimenta una amistad si ni siquiera se puede iniciar por estar totalmente desarraigado del mundo exterior? ¿Puede alguien imaginarse sin verse el rostro durante años en un espejo?…

¿Sin hablar con nadie durante semanas y meses? ¿Sometido a una tensión que se puede palpar en el aire y casi cortar con un cuchillo? Dudo que quienes no lo hayan vivido puedan acercarse en el terreno de la comprensión a imaginar lo que ello puede producir en los seres humanos… Sin embargo debemos saber, que el embrutecimiento que se produce en nosotros es tal, que no llegamos a respetar nuestra propia vida, y siendo así, como se espera que respetemos la vida ajena?

….A ESTE LADO DEL MURO, siguen haciendo eso con unos hombres que se autolesionan cortando las venas de sus brazos, apuñalándose con bolígrafos u alambres, padeciendo huelgas de hambre y sed, golpeando sus cabezas contra paredes… para dejar de ser torturados.

«TOLERAR UNA INJUSTICIA ES INICIAR OTRA »

… Y eso es lo que hacemos con nuestra „indiferencia ante tal exterminio. Con nuestra permisibilidad bien inconsciente o conscientemente. No debemos olvidar que a las personas no se las mejora haciéndoles daño: solo se las amarga más o se las hace peor, si no se las elimina. Cada una de las letras que conforman este escrito, es un grito a las conciencias de toda la humanidad, y un homenaje a esos hombres que como yo lo estuve hasta hace solo diez meses, durante varios años, viven en el INFIERNO F.I.E.S. construido por otros hombres en el nombre de la libertad y para vergüenza de la especie.

C.P. Brians. Marzo de 1996.

(Del “Panóptico” 2, otoño 1996)