Reflexiones Críticas Sobre La Poca Actividad Solidaria Con Los Presos En Lucha

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REFLEXIÓN SOBRE EL POCO APOYO DESDE EL ÁMBITO ANARQUISTA A LXS PRESXS EN LUCHA Y A LA LUCHA CONTRA LAS CÁRCELES

Escribo este texto a modo individual y sin ningún afán de ser políticamente correcto. A veces sobran los panfletos bien estructurados y falta comunicarse desde el sentimiento del momento de una forma más cruda. Siento rabia de que en Barcelona, una ciudad con multitud de centros sociales okupados, ateneus libertarios, grupos y colectivos de lucha social en cada barrio, volvamos a ser tan pocxs lxs que nos movilizamos cuando tenemos a un compañero secuestrado por el estado en un centro de exterminio a tan solo 30 kilómetros de nosotrxs que se está jugando la vida llevando a cabo una huelga de hambre a muerte.

Una persona que lleva 40 años enjaulada y que está desfalleciendo tras 2 largos meses sin alimentarse. ¿Podéis llegar a empatizar? ¿Podéis llegar a entender lo que debe suponer estar la mitad de tu vida cautivo sin poder ver, oír o sentir mas allá de los muros de hormigón? ¿Podéis comprender el grado de desesperación en el que debe estar alguien para decidirse a dejar de comer hasta la muerte si es necesario? ¿No veis que es un grito de socorro? ¿Hay que esperar a que muera para que seamos más de 40 en una concentración? ¿Es necesario un mártir para que salgamos por un momento de la comodidad de nuestro guetto y actuemos, aunque sólo sea para acudir a una concentración? ¿Qué más tiene que ocurrir compañerxs? Hace una semana asesinaron a un preso combativo, le ahorcaron en su celda. Esto ocurre varias veces cada año. Las torturas son constantes. Hay varias webs y boletines informativos, no es cuestión de falta de información sino de falta de interés. ¿Que más tiene que ocurrir para que dediquéis un hueco en vuestras apretadas agendas para acudir a una concentración o una marcha al talego?

No escribo este texto desde un punto de vista pedagógico ni estratégico para que más gente se una, lo escribo desde la desesperación para ver si aunque solo sea por un momento se os remueve la conciencia a todxs aquellxs que os llenáis la boca de palabras y la ropa de parches y no estáis a nuestro lado cuando realmente hace falta. No es nada nuevo que los conciertos y fiestas muevan a miles de personas y en las charlas o actuando en las calles seamos unas pocas decenas. Esto dice mucho de nuestro supuesto movimiento revolucionario, que en su mayoría es todo pose y autocomplacencia. Que sea la realidad existente no quiere decir que tenga por qué aceptarla o que no sienta impotencia y rabia ante la situación actual.

A veces me pregunto qué es lo que hace que la lucha contra la cárcel esté tan marginada dentro de la lucha libertaria en la actualidad cuando está tan clara su función y su labor para el estado. Estar contra la dominación y contra el estado debería implicar estar contra la cárcel de por sí y apoyar a quienes desde dentro se rebelan contra ella. Quizá la desconexión entre la realidad de nuestro guetto y la realidad carcelaria sea el motivo, ya que la mayoría de personas que las pueblan provienen de un ámbito social diferente al nuestro en el que la gran mayoría provenimos de las clases medias y no estamos acostumbradxs a que quienes nos rodean entren al talego. La tendencia de nuestro movimiento es realizar toda clase de acciones legalistas que no impliquen la posibilidad de cárcel desechando otras formas de actuar que impliquen esa posibilidad, reduciendo cada vez más nuestro ámbito de actuación hasta el punto de que el cuestionamiento a la no violencia es prácticamente un tabú. Cuando detienen o encarcelan a compañerxs cercanxs hay mayor movilización porque sentimos esa realidad de cerca pero el discurso suele centrarse en la absolución o en que es un montaje, o en que no es delito ser anarquista, no en que las cárceles y el estado que las sustenta deben desaparecer y que apoyaremos a nuestrxs compas sin valorar si son culpables o inocentes de lo que se les acusa, que para ello ya están los jueces. Esto se nota claramente cuando a quien encarcelan no defiende su inocencia e incluso reivindica sus actos. El apoyo suele ser escaso o nulo.

Siendo esto así qué podemos esperar cuando se trata de apoyar a alguien a quien nadie conoce ya que lleva en la cárcel más tiempo que el que muchxs de nosotrxs hemos vivido. Pues lo que hay. Quizá este texto no sea para convencer a nadie de nada sino solo otro grito de desesperación desde fuera que se une a los muchos gritos de desesperación desde dentro.

Si crees que tiene algún sentido fotocopia y difunde entre lxs tuyxs.

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