Horst Fantazzini
Ormai è fatta!
Crónica de una evasion
Por: Kememo!
“Hasta hace pocos años estas instituciones “democráticas” eran impensables dentro de las cárceles, pero son instituciones peligrosas como puede serlo cualquier delegación de poder. Hace algunos meses en Boloña acepte representar a mi sección ante alguna autoridad durante una huelga de hambre colectiva. Junto a otros delegados me deje embaucar por promesas que todavía hoy no han sido cumplidas. En aquella ocasión nosotros, los de la “comisión”, fuimos usados para hacer abandonar la huelga. Es mas fácil tratar con algunos delegados mas o menos “razonables” quue una masa de presos justamente enfadados, así como afuera es mas fácil para los patronos tratar con sindicatos, que directamente con los trabajadores. A mi parecer, la única linea valida es la asamblea permanente de los interesados que llevan adelante la lucha. Cada delegación de poder se tornara contra aquellos que renuncien a la autogestion de su lucha.
Si, luchas, ¿Pero por que? ¿Para obtener mejores condiciones de vida,, beneficios materiales, concesiones, etc.? Nadie niega que obtener condiciones mas humanas representa un progreso, pero luchar solo por esto quiere decir alejarse cada vez mas de los únicos objetivos validos..
Luchar por embellecer la propia prisión no es solo absurdo, es también antirrevolucionario. Esta lucha se asemeja a aquella del trabajador que se bate por aumentar su paga: Sean los unos o los otros, luchando por pequeños beneficios materiales, por mejores condiciones de vida, aceptan implícitamente el mantenimiento de cuanto -revolucionariamente- deberían destruir: la relación patrón-salario, la prisión.
¿Aun antes de haber iniciado nuestra revolución ya queremos caer en posiciones reformistas?”
– Horst Fantazzini –
Un hombre, un arma, una bala y las ansias inclaudicables por alcanzar la libertad.
Esto es parte de lo que encontramos en Ormai è fatta!, un texto escrito a modo de diario por Horst Fantazzini, el que con un estilo ágil, cercano y directo nos lleva a sumergirnos en un día dentro de la cárcel de Fossano (Italia), pero no uno cualquiera, sino que el de su intento de fuga desde aquel asqueroso lugar, contándonos de manera detallada lo acontecido durante aquella jornada.
Pero Horst no solo nos imbuirá en una vorágine de hechos tensos y reales, sino que también en su propia vida, en cómo llego a encontrarse en esa situación. A grandes rasgos nos hará ver como se formó aquel individuo, cada aspecto que lo llevo a intentar recuperar su vida a través de la expropiación bancaria y de un amor incondicional por la libertad, el mismo sentir que lo lleva a intentar evadirse en cada ocasión que tiene o crea.
A través de sus recuerdos de vida antes de la cárcel , como conversaciones con su padre anarquista, exiliado durante la época de las dictaduras fascistas europeas; la relación con sus incansables compañera e hijos, quienes nunca cedieron frente a las trabas que les imponía el sistema carcelario, con tal de impedirles el contacto y lograr su aislamiento; sus numerosos atracos a bancos, detentores del poder y defensores de las innumerables injusticias criticadas por Fantazzini a lo largo del libro, lo que le dio varios apodos por la prensa burguesa , los juzgados y la bastarda policía; Horst va generando una serie de análisis, que si bien, no se compartirán del todo, con la ideas anárquicas como la situación de la China comunista en particular, existen numerosos aspectos a destacar que nos darán una visión más global del contexto de la época, la consideración que se le da al aspecto más social de la lucha durante aquellos años, la expropiación como forma de recuperar nuestras vidas saqueadas por un sistema basado en la explotación de muchos, para el beneficio de unos pocos, y en particular de lo que más atañe a Horst Fantazzini, el sistema judicial-carcelario.
Es en este último aspecto donde se realizara un análisis un poco más profundo, reflejando la represión ejercida a través de la condena política por parte del sistema judicial contra quienes se niegan a tener una vida pasiva y buscan romper con el orden establecido por el aparataje estatal, dando como resultado la inmersión dentro del sistema carcelario y todo lo que ello conlleva.
En Ormai è fatta! (Ahora se hace!) no encontraremos un decálogo del quehacer anarquista dentro de la prisión, ni un compendio de moralidad anticarcelaria, sino que las vivencias de alguien que una y otra vez con sus palabras nos acerca la realidad de tantxs otrxs , que por hacerle frente a las miserias de la sociedad han visto como esta misma trata de mermar sus vidas, pero que a pesar de la dureza del régimen al cual sean expuestos no olvidan, ni jamás olvidaran lo que se encuentra tras el muro.
Horst Fantazzini fue un compañero que lucho tanto fuera como dentro de la cárcel, al igual que cientos de compañerxs secuestradxs siguen haciéndolo hoy en las mazmorras del Estado-Capital a lo largo y ancho del mundo, parte de lxs que en este mes , nos hacen un llamado a no callarnos, a no olvidar, a seguir luchando, a movilizar nuestras voluntades entre el 10 y el 20 de abril contra toda la sociedad carcelaria, a derribar las prisiones que tal como lo hicieron con Horst hoy siguen intentando robarles la vida y la libertad a tantxs compañerxs que decidieron alejarse del rebaño y plantarle cara a la sociedad.
–140 paginas
–2014
ediciones Sembrando la Peste
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