ARGELAGA Revista Antidesarrollista y Libertaria

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#5 – Otoño 2014

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Argelaga, nº 5
Otoño 2014 – 5 € – 100 págs.

Editorial y contenidos

La democracia directa contra los robots es un importante trabajo de Michel Gomez, pionero de las luchas anti-industriales, en el Comité de los Irradiés, en el colectivo In Extremis o en la editorial Les Amis de la Roue, por citar sólo tres ejemplos. En él se analiza la degradación de la democracia directa por la seudoprotesta posmoderna del tipo «indignados» o Occupy Wall street. Además señala trampa que puede llegar a ser la llamada economía social y solidaria en manos de burocracias mediadoras entre el sistema capitalista y la catástrofe que genera.

La alarma energética y la crisis social, de Miquel Amorós, resume la discusión de la cuestión energética en dos de sus charlas recientes. Establece la relación intrínseca entre energía barata y crecimiento económico, que impone un estilo de vida despilfarrador y dependiente, pues el acceso a la energía está severamente controlado por un oligopolio. El agotamiento de los combustibles fósiles extiende ese control a las fuentes de energía renovables, dando la explotación del territorio un salto cualitativo y agudizando el conflicto social. No hay solución desarrollista, pues dentro de la economía de mercado, la lógica industrial acentúa la crisis en lugar de resolverla.

Sobre la reedición del «Manuscrito encontrado en Vitoria» es un cuestionario entregado por Álvaro Hilario a Miquel Amorós para su publicación en el diario «Gara». Se trata de una conocido trabajo debida principalmente a la pluma de Jaime Semprun, que apareció en 1977 con la firma de «Los Incontrolados». Contiene prácticamente el único análisis de la relación de fuerzas entre el orden burgués y la amenaza proletaria, favorable al primero tras la masacre de Vitoria. La democracia posfranquista fue edificada sobre cadáveres obreros.

Contra el Progreso es un texto clásico y verdaderamente anticipador, escrito por Agustín García Calvo en el exilio y publicado en «Frente libertario». Con el fin de amenizar una tertulia con viejos y jóvenes libertarios, que al no ser gente de partido sabían conversar, Agustín prepara un pincho moruno con las nociones abstractas de Futuro, Tiempo, Progreso e Historia, que tanto han servido a la dominación como pilares de su ideología.

Informe: Cuestionando la capitalidad europea de la cultura Donostia 2016, del grupo Anti TAV de Donostia. El nacionalismo es ante todo una ideología interclasista, o mejor dicho, una ideología propia de una clase dominante que aspira a administrar su espacio vital lo más ventajosamente para sus intereses, y por eso ha de convencer a «los mercados», es decir, al capitalismo internacional, que la independencia del mismo será igual de ventajosa para ellos. El actual clima de consenso en Euskadi, estimulado por el soberanismo catalán, indica que se persigue un capitalismo mucho más desarrollista que el que permitiría la permanencia en el Estado español, lejos de los que los antidesarrollistas postulamos, que no es otra cosa que una Euskalherria o una Catalunya comunitaria, fuera del capitalismo y sin Estado. Para muestra del turbocapitalismo identitario, la mercantilización de la cultura, la apuesta por el turismo industrial, la apología del TAV y demás infraestructuras, el recurso a los grandes eventos y el sueño de una «eurociudad», o sea, la transformación de Euskadi y Catalunya en un sistema metropolitano completo, verdadero ejemplo de terrorismo urbanizador.

En Grecia, el Estado se hunde, los barrios se organizan es una entrevista realizada para el número 7 de la revista francesa «Z», perfectamente ilustrativa del proceso de organización autónoma de la población ante la descomposición y la quiebra del aparato estatal. El ejemplo es válido para cualquier otro país europeo; la diferencia sólo es de grado. Resaltemos las dificultades con que tropieza la autonomía: las inercias de una vida sometida a la mercancía, la costumbre del recurso al Estado, el egoísmo, la aparición de fascismos, la represión policial, la fatiga del sacrificio, etc. La vida libre no es un camino fácil, pero tampoco lo está siendo la vida esclava.

Las minas de Casandra. Contra la minería aurífera en Grecia es un trabajo que amplía un artículo aparecido en el libro «El oro de Salave» (Cambalache, 2013), de imprescindible lectura. La resistencia admirable de los habitantes de Calcídica a las actividades letales de multinacionales como Eldorado Gold o Hellas Gold y a las intimidaciones de todo tipo que padecen por parte de una policía mercenaria cedida por el Estado, nos dicen que estamos ante la lucha más importante en defensa del territorio habida en el continente. Se trata, como bien dicen los griegos, de una «lucha por la vida», entendida como vida sin los apremios del capital, cuya acumulación ahora se centra en la explotación exhaustiva de los recursos territoriales, en detrimento del medio ambiente, del vecindario y de la sociedad civil griega.

La utopía digital a debate. Un comentario crítico a «Sociofobia» de César Rendueles es una aportación de José Ardillo a la crítica de la ideología digitalista. La utopía de internet para todos, de un espacio virtual socializado, se parece demasiado a la utopía liberal del último capitalismo como para pasarlo por alto. Las ilusiones de libertad de las redes no tienen traducción en el espacio real porque son eso, idealizaciones del mercado global. Gracias al progresismo y fascinación por la técnica de Marx, heredados de la burguesía, casi todos los anticapitalistas modernos han confiado en el papel liberador de las nuevas tecnologías. Sin embargo, la informatización del mundo es la esclavización del mundo.

El bosque avanza. Los Diggers: una lucha por la tierra y la justicia es un extracto del folleto colectivo «El bosque que avanza», aparecido hace poco en Francia. La evocación del movimiento de los Diggers, entre 1645 y 1650, o sea, durante la Revolución Inglesa, resulta aleccionadora. El punto central de su programa, la explotación común de los bienes comunales en manos de los terratenientes, se asemeja extrañamente al punto central de un programa actual verdaderamente revolucionario. El antidesarrollismo no empieza de otro modo. Para los que quieran saber más, recordemos a propósito la existencia de una película estupenda, «Winstanley», rodada en 1975 por Kevin Brownlow y fácil de encontrar en la red.

Sobre la inviabilidad técnica del capitalismo es la segunda colaboración de Jorge del Arco en esta revista. El cenit de la producción de petróleo anuncia la inviabilidad del capitalismo, pero no supone su fin. El capitalismo no caerá por su propio peso sino que derivará en modos de explotación nuevos. No cabe sentarse y esperar a la crisis final, la que despierte al proletariado de su letargo, ni tampoco una reacción altruista de los privilegiados, dispuestos a dejarse convencer con propuestas nacidas en el campo de la ciencia. No hay ciencia que sea neutral, ni poder que preste oídos a los vendedores de reformas. No confiarlo todo a factores objetivos, ni delegar en otros la tarea de liberarnos; no precipitarse en un activismo irreflexivo, ni tampoco rehuir el enfrentamiento: Simplemente analizar los hechos desde una perspectiva revolucionaria.

Dossier: Actualidad de la «Zone À Défendre», la ZAD. La ocupación y cultivo salvaje de los terrenos destinados a la construcción de un aeropuerto inútil cerca de Nantes fue rubricada por una imponente manifestación en esa ciudad. Las maniobras divisorias de los estrategas del poder lograron el objetivo opuesto: los ocupantes «zadistas», los reformistas ciudadanistas y los campesinos aparcaron o superaron momentáneamente sus disputas ante la agresión indiscriminada. El dossier consta de tres documentos: la carta de un participante a la redacción de Argelaga, un documento interno «En pro de los Comunales de la ZAD» y un testimonio de la manifestación del 22 de febrero.

Los indígenas ante el progreso, la cooperación y la caridad, de Antonio Pérez. Se trata de un miembro del legendario Grupo Ácrata madrileño de 1967-69, luego de alguien que empezó la experiencia de la política en la trifulca contra la policía, la cárcel y el exilio. Tuvo tiempo para ser uno de los escasos antropólogos españoles que convivió en América con los indígenas, por lo que cuando escribe, conoce el tema de primera mano. Ha sido siempre un guerrillero, alguien que va por libre, sin compromisos, culto e irónico, ingenioso y certero en su crítica, como vienen a demostrarlo sus variadas colaboraciones en revistas y blogs.

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#4 – Abril 2014

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Editorial [PDF]

La invención de Brundtland. Sobre la noción de desarrollo sostenible, de Luis Ponce, es el artículo central del presente número, que versa acerca de la reconstrucción ideológica del capitalismo emprendida a finales de los ochenta del siglo pasado en el contexto de precios altos del petróleo, desmoronamiento en el «Este» del capitalismo de Estado y giro mundial hacia el neoliberalismo. El concepto de sostenibilidad será la idea comodín que definirá una nueva etapa de crecimiento económico basada en la conciliación de la economía y la ecología a través del mercado mundial de la catástrofe ambiental. En el momento en que el desastre ecológico se vuelve rentable, el capitalismo se vuelve ecologista; la economía de mercado deviene compatible y complementaria con la ecología institucionalizada. En lo sucesivo, el capitalismo será «verde» o no será. El desarrollo capitalista ha de ser sostenible, es decir, ha de contener el desastre o, como mínimo, disimular sus desmanes, sino tendrá serias dificultades. Dicha sostenibilidad no puede ser garantizada simplemente por el mercado, por lo que se requerirán los servicios de un estado fuerte y con capacidad de intervención rápida frente a situaciones críticas. El capitalismo sostenible camina de la mano de un estado dictatorial más o menos encubierto.

El oro de Salave. Minería, especulación y resistencias. Introducción, de Eduardo Romero, del colectivo Cambalache, de Oviedo, es un artículo que contribuye a la lucha contra el proyecto de la empresa Astur Gold. La liquidación de la época industrial y minera en Asturias inaugura un periodo de agresiones territoriales fáciles de enumerar: tendidos eléctricos, autopistas, urbanización salvaje, túneles que vacían acuíferos, despoblación absoluta del campo, prospecciones de gas no convencional, etc. Nunca antes había sido más evidente que los modos de vida, las relaciones sociales en las que están inmersos y la nueva morfología del territorio asturiano dependen de decisiones especulativas tomadas en cualquier despacho lejos de allí. Como dice Eva Martínez en las conclusiones de El oro del Salave (Cambalache, 2013), «Asturias se ha ido quedando cada vez más sola en mitad de la tierra. Comunidad periférica en la periferia europea, parece que sólo puede aspirar a sufrir el expolio de las multinacionales que gobiernan los mercados o servir de laboratorio experimental para la enésima política de reajuste.»

Diario de campo de un incendio en el campo, de César E. Luque, es un artículo rescatado por el interés de los aspectos sociales de las catástrofes mal consideradas como naturales. Lo que subyace en ellas son los desequilibrios introducidos por el «progreso», responsable del estado de abandono del campo, del bosque y de la dehesa. Un fenómeno, hasta cierto punto natural, se halla en oposición con la naturaleza gracias a un modelo de ordenación territorial que conlleva el amontonamiento de la población en las urbes y una incompetente protección burocrática. El crecimiento «natural» de la economía autónoma induce al incendio. Entonces, el Estado se apropia del territorio, legisla, ordena y prohíbe. El resultado final puesto de manifiesto por el fuego es la guerra declarada de la naturaleza contra el maltratado y desarmado territorio.

Apunts sobre la reapropiació comuna de l’espai urbà, de Guiomar Castaños, señala el conflicto planteado por los intentos de reapropiación del territorio urbano entre sus habitantes desposeídos y un sistema que no deja nada fuera de él. Contra la metrópolis de los dirigentes, la ciudad de los refractarios a su dirección. Es ante todo una cuestión de supervivencia; numerosos proyectos convivenciales y asamblearios vecinales se producen como respuesta al aislamiento y pobreza de la vida urbana. Una sociedad dentro de otra y en lucha contra ella, disputándole su espacio y resistiendo la presión de las instituciones. Se ha respetado la lengua original del texto. Si bien Argelaga aspira a una difusión nacional, no por ello deja de ser una revista editada en Cataluña, dirigida también a los oprimidos de allí.

Manifest català per la historia social a vila i camp, de Miquel Amorós y Joan Carles Gelabertó, es una reivindicación de la historia como arma de la lucha de clases, algo que parece olvidarse cuando se esgrime la cuestión nacional. El manifiesto denuncia que la manipulación histórica de las fuerzas soberanistas ensalza instituciones oligárquicas del pasado, cuyo retorno no serviría más que para reforzar la opresión económica con un aparato político autóctono con mayores posibilidades de asegurarla. En cambio, una lectura del pasado en clave libertaria descubrirá en él la cuestión social que, como una constante histórica, se muestra a través de multitud de revueltas contra los opresores, tanto urbanas como campesinas y de las formas de defensa y autoorganización que les son propias. El texto va acompañado de un plan general de trabajo adecuado.

Crítica de la denuncia jurídica como estrategia de lucha contra los centros de menores, de Jorge del Arco, se plantea un cambio de perspectiva en la lucha contra las cárceles para niños «infractores» y la denuncia del maltrato que es habitual en ellas. No desprecia el recurso jurídico pero lo considera insuficiente, puesto que el objetivo no puede ser el cumplimiento de una ley represora que ni siquiera siguen los funcionarios maltratadores, sino el cierre de los centros de menores. Tal objetivo no puede conseguirse limitando la protesta al ámbito jurídico correspondiente, sino transformando la sociedad, creando otra que no necesite confinar a una parte creciente de la población, sea adulta, menor de edad o extranjera. Aboga por la coordinación de colectivos y asociaciones específicas en pro de una transformación radical de las relaciones sociales.

Camino hacia una sociedad sin Estado, de Miquel Amorós, recuerda el primer paso a dar en el inicio de un cambio revolucionario: la abolición del Estado. Como bien se desprende de las enseñanzas de la guerra civil española (1936-1939), nada bueno puede esperarse a la sombra del Estado, por más arruinadas que se encuentren sus instituciones. El proceso de desestatización no discurrirá por los mismos cauces, pues las condiciones actuales son muy diferentes de las de entonces. A modo ilustrativo, el artículo va acompañado de la llamada a las armas de la Comuna de Lyon, intentona revolucionaria de septiembre de 1870 que Mijail Bakunin y sus compañeros aliancistas protagonizaron a través de un Comité para la Salvación de Francia.

Un resquicio para levantarse. Historia subjetiva de la Asociación de Presos en Régimen Especial. Capítulo final, de Javier Ávila, uno de sus fundadores en la prisión de Herrera de la Mancha, en 1990. Las circunstancias que presidieron la creación de la APRE eran mucho más duras que las que propiciaron su antecedente más cercano, la COPEL. La existencia prácticamente ignorada fuera de la prisión de un régimen especial equivalente a una cárcel dentro de la cárcel, donde la vida de los presos transcurría en condiciones extremas de aislamiento, sin apoyos, a merced de todas las coacciones y abusos, abocó a una minoría de irreductibles a acciones nunca antes practicadas como la toma de rehenes. A raíz de los numerosos motines e incidentes contra el endurecimiento del encierro, en los que se destacarían los presos que constituirían la APRE, el ministro de turno, Asunción, levantó acta de los tristemente célebre ficheros FIES. Un resquicio para levantarse (Tokata, CSO La Gatonera, L´Escafandre, 2014), cuya lectura recomendamos, es un libro intenso y apasionado, trasmite fuerza y aclara ideas que nos inducen a preguntarnos ¿acaso la cárcel no es una institución punitiva dentro de otra?

Elisée Reclus y la ciudad sin límites, de José Ardillo, que también ha escrito dos reseñas de libros. Reclus es, junto a Kropotkin, el pensador anarquista que más influido en los reformadores partidarios de la ciudad jardín y la planificación regional, tales como Howard, Unwin, Geddes, Mumford o Hall. La actualidad de su obra no estriba en una reivindicación de la naturaleza contra la civilización, cuyos males están encarnados en las conurbaciones, sino precisamente en la fusión de ambas. Reclus es progresista y, aunque ama la naturaleza, busca en la ciudad el arte y la ciencia. La ciudad es para él un hecho civilizatorio definitivo, que no tiene por qué alejarse de la naturaleza, sino que ha de fusionarse con ella. La defensa de la naturaleza es también una lucha por la ciudad en consonancia con ella. La ciudad no se concibe sin estar en armonía con el territorio, ni el territorio con la ciudad.

La descongestión de las ciudades es una necesidad inmediata y urgente, del grupo Reclus, perteneciente a la regional catalana de la FAI. El artículo apareció el 1 de octubre de 1936 en el semanario «Tierra y Libertad», que se editaba en Barcelona. Se trata pues de un texto único en varios sentidos, publicado en plena revolución, en el que plantea el problema de la descongestión urbana mediante un reequilibrio con el campo que la colectivización hacía posible. El abastecimiento de las grandes ciudades era el problema más urgente que se presentaba a la revolución. El trabajo colectivo de tierras tenía como misión absorber la masa de campesinos que la proletarización había lanzado a la ciudad para incrementar el ejército de mano de obra en reserva, con toda la secuela de bajos salarios, paro y miseria, y así garantizar los suministros de alimentos a la población. La crítica sin embargo no cuestionaba la industrialización ni el crecimiento urbano; el proletariado revolucionario era su principal consecuencia.

La tierra no se vende, se cultiva y se defiende, informe aparecido en «Desde la estrada», nº 4, noviembre de 2013, publicación del Centro Social Autogestionado palentino Doble o Nada. Denuncia la degradación del territorio castellanoleonés una vez ha sido despoblado de campesinos. Lugar para ubicar cementerios nucleares, vertederos contaminantes e incineradoras que tratan residuos más o menos peligrosos procedentes de las ciudades y polígonos industriales; también para especular con pistas de esquí o estaciones del ave, pasando por prospecciones de gas no convencional o explotaciones mineras de fuerte impacto ambiental. Las confluencia de intereses entre políticos, banqueros, industriales y constructores son más que evidentes, y el territorio es el gran sacrificado. Toda rehabilitación del mismo pasaría por la agricultura tradicional, los usos colectivos y la autodefensa, no por los empleos que puedan surgir de su destrucción.

Noticias breves

Reseñas

Comunicados

Contraste de pareceres

[84 págs. 21 x 29 cm]

 

#3 – Noviembre 2013

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Editorial [Português]

La guerra contra el territorio, estadio supremo de la dominación
Miquel Amorós
El modelo expansivo de conurbaciones y suburbios iniciado a mediados del siglo pasado ha convertido progresivamente a los esclavos del trabajo en prisioneros del coche, del centro comercial, de la hipoteca, del recibo de la luz… La depredación capitalista ha hecho prosperar a golpe de urbanización y fomento de infraestructuras, primero, y deslocalización de industrias y financiarización de la economía, más tarde, su dominación sobre las poblaciones. En su “hacerse mundo” las ha trastocado en usuarios, en consumidores desclasados, y en pleno reventón de sus contradicciones, de “crisis” (ecológica y climática, principalmente), está convirtiendo a una parte cada vez más numerosa en superflua. Quien controla el tablero, en este caso el territorio, controla la guerra. Es eso a lo que viene dedicándose el llamado capitalismo del despojo.
El artículo de Miquel Amorós fue escrito para un debate con Luis Blanco y Carlos García sobre “Crisi, lluites i perspectives anticapitalistes” el 25 de mayo de 2013, organizado por la Assemblea Llibertària del Vallès Oriental, en Granollers

ZAD, Notre Dame des Landes ¿Por qué los zadistas despiertan tanta simpatía? ¿Qué pasa ahora en la ZAD?
Guy Michel
Cabe recordar que la ZAD (Zona de Acondicionamiento Diferido) es el territorio afectado por la construcción de un aeropuerto cerca de la ciudad de Nantes, iniciativa del alcalde socialista Jean-Marc Ayrault, hoy primer ministro, cuya realización correría a cargo de la multinacional Vinci, y al que el movimiento de oposición rebautizó como “Zona A Defender”.
En la oposición confluyen dos puntos de vista diferentes: el de quienes quieren reapropiarse de las tierras para trabajarlas colectivamente, sacándolas fuera del ámbito del Estado y de la propiedad privada, es decir, el de los zadistas, y el de aquellos que desean preservar unas cuantas hectáreas de tierra para su uso agrícola convencional, el de la Asociación Ciudadana Intercomunal de Poblaciones afectadas por el proyecto de Aeropuerto de Notre Dame des Landes, la ACIPA. Sin duda, las declaraciones de Ayrault sobre “un diálogo e intercambio constructivo” con la oposición al aeropuerto, prometiendo una revisión del proyecto y una reducción de la superficie afectada, reafirmaron la ACIPA en el “debate democrático” con las autoridades, entrando en conflicto larvado con los ocupantes zadistas. La ruptura sobrevino al abandonar los gendarmes el cruce de La Saulce, punto de control estratégico de la ZAD. Los zadistas, en previsión de un posible retorno, cavaron fosos en la carretera. Los gendarmes volvieron lanzando pelotas de goma y granadas de gases lacrimógenos, que causaron quince heridos. Como protesta, hubo manifestaciones en distintos lugares de Francia. El presidente de la ACIPA, Jules Durand, se desmarcó de la acción en un duro comunicado emitido ese mismo día: “La ACIPA y la ADECA lamentan que se excavaran trincheras en la única carretera que podía utilizarse con normalidad, dando pretextos al enfrentamiento y comportando la escalada de violencia tanto de un lado como de otro”. No contento con eso, declaró al diario “Libération”: “La ACIPA condena los enfrentamientos violentos e inútiles que van a dificultar el inicio de diálogo con los poderes públicos que parecía vislumbrarse.”

Pobles vius, pobles combatius! Retazos de un año de lucha contra la Alta Tensión (segunda parte)
Algunos opositores
Segunda y última parte de este testimonio y análisis de la oposición organizada contra una Línea de Alta Tensión, entre diciembre de 2010 y diciembre de 2011, en la comarca valenciana de la Vall d’Albaida.

Una tele, un frigorífico y un Volkswagen. Reflexiones alrededor de la lucha minera
No i punt
Este artículo de No i punt, colectivo afincado entre Albaida, Alcoi y Alicante, reflexiona sobre las demandas de los mineros asturianos en un contexto de puja del capitalismo a favor de técnicas extractivas cada vez más dañinas, como es la minería a cielo o a tajo abierto. Se trata, no lo olvidemos, de un escenario de cenit petrolífero y gasístico. El trabajo se divide en cuatro apartados: “El primero consistirá en una breve descripción del sector minero en el Estado español; en el segundo indagaremos en las razones y causas que despertaron la aceptación y simpatía de ciertos sectores hacia la lucha de los mineros y los diferentes impactos de la actividad minera; en el tercero intentaremos analizar cuáles son las reivindicaciones de los mineros, las alternativas al carbón lanzadas por el Estado, la izquierda y los grupos ecologistas y las contradicciones que esconden; finalmente, nos centraremos en algunas hipotéticas situaciones que podrían apuntar hacia futuras soluciones a los problemas de la alienación laboral y la secularización del actual sistema.”

La moneda social, ¿una herramienta transformadora?
Grupo por la defensa del territorio del Alto Palancia
El grupo por la defensa del territorio del Alto Palancia analiza el fenómeno de la moneda social a partir de los discursos del Movimiento Decrecentista francés y la Cooperativa Integral Catalana, a los que considera sus principales promotores. Los primeros, a nivel europeo y, los segundos, en la península. Si bien a estos grupos hay que reconocerles el haber introducido en la escena pública un cierto cuestionamiento del mito liberal del “crecimiento ilimitado” y el colapso al que nos conduce, hay que recriminarles del mismo modo su autocomplaciencia general, de la que deriva que hablen de “‘salir de la economía’ sin un proceso de luchas y enfrentamientos previo, considerado no deseable […] O lo que es lo mismo, salir del capitalismo sin un proceso de derribo, tan solo con la buena voluntad de un conjunto de ‘prosumidores’ (productores/consumidores)”.

De la lucha contra la macrocárcel a una perspectiva revolucionaria contra la cárcel en Euskal Herria
Autodefentsa
El colectivo Autodefentsa parte, en este texto de 2010 y revisado en octubre de 2012, de la experiencia de movilización contra la macrocárcel de Zaballa (Vitoria-Gasteiz) para deliberar acerca de las dificultades y límites que encuentran a su paso quienes luchan por la abolición de todas las cárceles.

Carta de Giobbe, represaliado anti-TAV, del 27 de agosto de 2013
Las instituciones italianas promotoras del TAV llevan años tratando de imponer su paso por Val di Susa, valle situado al oeste del Piemonte, lo que ha venido traduciéndose en detenciones, encarcelamientos y criminalización del movimiento opositor. Intento de robo, secuestro agravado y resistencia a un funcionario publico; con estas acusaciones fue arrestado el pasado 13 de agosto en Dumenza, localidad y municipio de Varese, David Giacobbe (Giobbe). Los echos se remontan al 16 de noviembre de 2012, en relación a una discusión verbal con un carabinieri en las inmediaciones de una acampada contra el TAV en Val di Susa. La tarde del 27 de agosto Giobbe fue excarcelado en tercer grado, con la prohibición de dejar Turín y la obligación de volver dormir a prisión. Ese mismo día, seis activistas más fueron detenidos.
Giobbe es militante No TAV y forma parte del equipo de redacción de “Nunatak. Revista de historia, cultura y lucha de la montaña”.

Simone Weil y el marxismo. Entre la revolución y la renuncia
Bernard Pecheur
El trabajo de Bernard Pecheur sobre Simone Weil nos acerca a la encrucijada del pensamiento revolucionario ante el enorme retroceso del movimiento obrero de su tiempo. Simone destacó como autora original y comprometida, siendo la que más insistió en que la tarea primordial de la revolución consistía en situar al ser humano como medida de todas las cosas. No creía en la función liberadora del progreso mecánico o económico: el trabajador seguiría siendo explotado y, por lo tanto, continuaría deshumanizándose. En un régimen socialista que no suprimiera las fábricas y las estructuras burocráticas todos estarían sometidos a imperativos técnicos y económicos, definidos por una nueva clase explotadora, de vocación totalitaria, encaramada en el Estado. Al aplastar la individualidad y engendrar la burocracia, la revolución social se convertiría en una atroz dictadura. El vehículo que nos llevaría a la misma serían los partidos. Su único objetivo era el poder, no el bien público o la justicia, para lo cual cualquier engaño o iniquidad valía. Pero “solo lo que es justo es legítimo”, la mentira y la manipulación eran aliadas del totalitarismo. En uno de sus últimos escritos nos advertía del mal partidista que había que evitar. Los partidos políticos eran máquinas de pasión espuria, la negación misma del pensamiento y, por lo tanto, de la verdad y de la libertad, una “lepra que nos mata” cuyo único remedio no podía ser más que la supresión de aquellos.
El presente texto forma parte de los trabajos preparatorios de un escrito colectivo, La Lámpara fuera del Reloj, que será publicado en Francia en los próximos meses por Les Amis de la Roue.

Incitación al socialismo. Prefacio a la segunda edición
Gustav Landauer
Landauer es el teórico anarquista que más ha identificado el espíritu romántico con el revolucionario. Las revueltas campesinas anabaptistas y las formas de libertad engendradas en el pasado precapitalista y ahora desaparecidas inspiraron su obra. Landauer buscaba en la cultura comunitaria y asociativa de la Edad Media –en los gremios, cofradías y hermandades– elementos para la constitución de un mundo socialista y libre. Fue uno de los pocos que defendió el retorno al campo como parte del programa revolucionario. La Modernidad, según decía, no había sido más que un periodo de decadencia y de transición a la que una revuelta quiliasta y milenarista pondría fin. No se trataba de una vuelta al pasado, sino de la creación revolucionaria de una nueva cultura socialista apoyada en los mejores logros de la civilización anterior, cuando el Estado no existía. Los males de la industria, justificados por un filisteismo burgués, compartido por no pocos dirigentes obreros, le empujaron a condenar el progreso y toda concepción social basada en él. Cualquier mejora, inmersa en un ambiente productivista, no serviría más que para agravar el mal. Para Landauer, como para W. Benjamin, la historia no seguía caminos evolutivos, sino que era como una charca agitada por repentinas explosiones y abruptos instantes, las revoluciones. Eran momentos en los que las utopías sociales ponían en relación dialéctica el presente con el porvenir. El prólogo de Incitación al socialismo, uno de sus últimos escritos, demuestra el grado de lucidez práctica con que encaraba la revolución real, con sus lastres y sus promesas de futuro.

Noticias breves

Reseñas: Progreso y Revolución. A propósito de La Repoblación de José Ardillo…
Curro Rodríguez parte del reino de Harzan de La Repoblación para arribar a los escritos críticos con el industrialismo leninista, como El Bosque ruso de Leonid Maximovich Leonov. Entre tanto nos guía por la etapa napoleónica, “cuando la idea de Progreso se transforma en la nueva razón de estado, la nueva piedra de toque de la burguesía como clase dominante”; relata cómo la etnografía napoleónica “da un buen ejemplo de lo que el Imperio Napoleónico se propuso como meta para consolidar su proyecto de dominación”; nos habla del Dersu Uzala de Vladimir Arseniev, de la Revolución Rusa, de la historia de la etnografía soviética y nos adentra en la obra de, entre otros autores, Evgueni Ivánovich Zamiátin, “quizás el más representativo en torno a la crítica de la imposición técnica y burocrática de la Revolución”.

Comunicados

[80 págs. 21 x 29,7 cm]

 

#2 – juny 2013

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Editorial

Energías renovables y transición energética. Mensaje dirigido a los antifracking
Guy Michel
La técnica de fracturación hidráulica encarna como ninguna otra la desastrosa huida hacia delante del capitalismo mundializado. Lejos de lo que pregonan sus promotores en Cataluña, Burgos, Cantabria o Euskal Herría, en Estados Unidos, donde llevan más de diez años de ventaja en esta particular carrera, la población no está cabalgando ni mucho menos a lomos de ningún «boom» del gas natural gracias al fracking. El precio de este recurso fluctúa constantemente y cuando sube, cada vez que se inyecta más gas no convencional en el global, la demanda se hunde y los precios bajan. Según el New York Times, las empresas que se dedican a estas explotaciones perdieron 10.000 millones de dólares en 2012, con pérdidas aún más importantes entre 2010 y 2011. A pesar de la buena nueva difundida por BNK España-Trofagás, HEYCO Energy Group/Petrichor Euskadi, R2 Energy (Montero Energy Corporation SL), la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA) o algún que otro idiota con carnet de político, la fracturación hidráulica ni es rentable ni favorece la autosuficiencia energética de ninguna comunidad. El problema radica en que la producción de cada pozo decae a un ritmo muy rápido. El gas de pizarras es muy disperso y de difícil extracción, lo que obliga a excavar más y más pozos que cada vez producen menos.
Guy Michel, perteneciente al medio libertario de Béziers, en Francia, se dirige en este artículo a los antifracking. Cuestiona las llamadas energías renovables y la transición energética como alternativa a la presente crisis multifactorial: energética, territorial y urbana antes que financiera.

Diálogos a propósito de Notre-Dame-des-Landes (ZAD)
Venant y Patrik
El texto de Patrick Drevet y Venant Brisset en forma de diálogo penetra incisivamente en la realidad de la lucha contra el aeropuerto de Nantes gracias a un recurso formal que permite exponer casi pedagógicamente la dialéctica entre lo concreto y lo general de un conflicto ejemplar. Su confección es fruto de un esfuerzo común, sin que ninguno de los autores encarne en exclusiva un rol concreto, sea el de la visión «de cerca», o la «de lejos». La defensa de la zad es el mayor y más ilustrativo conflicto antidesarrollista del momento, recogiendo el testigo de la campaña italiana NO-TAV, cuyo frente mayor está en Val di Susa.
Patrick tuvo relación con la Alliance contre toutes les nuisances y con otras experiencias efímeras. Brisset formó parte de la Alliance y de otros colectivos como el Comité d´action de Serre la Fare, Les Amis de La Ramade, el Comité de soutien à René Riesel y la publicación In Extremis (bulletin de liaison anti-industrielle).

Declaración a los poderosos de aquí y de otros lugares…
Cartel pegado a raíz de la convocatoria «¡Siembra tu ZAD!» del 13 de abril, llamando a cultivar los terrenos como respuesta a los desalojos y amenazas policiales. El paralelismo con los Diggers no puede ser más pertinente. Aunque medien tres siglos y medio de distancia la ocupación de tierras para su cultivo colectivo sigue siendo un arma necesaria para el cambio radical de la sociedad de la destrucción y el despilfarro.

Pobles vius, pobles combatius! Retazos de un año de lucha contra la Alta Tensión (primera parte)
Algunos opositores
Resumen de un texto aún mayor que está por publicarse. El artículo es a la vez un testimonio y un análisis exhaustivo de la lucha contra la construcción de la Línea de Alta Tensión Juan Urrutia-Alcoy a su paso por el Valle de Albaida, en el sur de la provincia de Valencia, que rebasó los límites de oposición ciudadanista y dio lugar a un movimiento realmente popular. El organismo coordinador, la Plataforma Contra la Alta Tensión, es analizado de principio a fin en todos los detalles de su recorrido a fin de extraer el máximo de enseñanzas. Estamos ante un documento importante por el ejemplo que da, pues rara vez las luchas van acompañadas de esfuerzos reflexivos a la altura de las circunstancias.

Euskal Herria 2013, repensándonos en movimento
Juantxo Estebaranz
Artículo de Juantxo Estebaranz acerca del papel condicionante del soberanismo en la escena social vasca y de las dificultades en sostener un discurso alternativo no determinado por éste. Destacaríamos la propuesta de comedores escolares como práctica a ser tenida en cuenta, muy relacionada con los huertos urbanos, la agroecología y la alimentación sana. El autor es sobradamente conocido en los ambientes radicales, en sus múltiples facetas de editor, investigador, conferenciante y analista. Sus trabajos sobre los comandos autónomos y el anarquismo vasco son meritorios, así como su labor editorial en Muturreko burutazioak y en la revista Resquicios. A su pluma se deben libros importantes para comprender momentos cruciales de la época como Tropicales Radicales y Los Pulsos de la Intransigencia, así como numerosos artículos aparecidos en publicaciones alternativas y libertarias.

La fertilitat dels horts urbans comunitaris
Yaiza Blanch y Ariadna Pomar
Una somera aproximación a una práctica de lucha urbana que no se encasilla en una estrategia de subsistencia primaria, sino que al construir un nuevo espacio de trabajo, encuentro y discusión cobra una dimensión política y social inesperada.

Etnocidio en las nuevas fronteras de los hidrocarburos. El avance de la frontera petrolera amenaza a los pueblos en aislamiento voluntario del Perú
Marc Gavaldà
El trabajo de Marc Gavaldà, de los colectivos Repsol Mata y Alerta Amazónica, versa sobre la opción del aislamiento por parte de comunidades indígenas como estrategia de resistencia frente a la agresión de la sociedad de clases. Los intereses económicos se muestran imparables y la prospección de petróleo conduce al etnocidio, a menos que la sociedad civil reaccione y lo detenga plantando cara a las multinacionales petroleras y a los gobiernos que obedecen sus dictados.

Entrevista relativa a la cooperación internacional para el desarrollo
A Miquel Amorós, por Daniel Fernández López
Si hay algo peor que el llamado «desarrollo» es la «ayuda al desarrollo». Mediante tales auxilios, los países de capitalismo pleno que constituyen el «Norte» facilitan la liquidación de formas locales de capitalismo y restos precapitalistas en los países del «Sur», lo que aboca a una parte considerable de su población a la precariedad y la pobreza, empujándola a emigrar a las periferias míseras de las metrópolis. La constitución del mercado mundial disimulada apenas tras la susodicha «cooperación» significa la desarticulación completa de la sociedad campesina y la formación de un ejército internacional de reserva de mano de obra dispuesto a alimentar la esclavitud asalariada.

Meditación sobre una ruina anunciada. La Ciudad del Medio Ambiente de Soria
Miquel Amorós
En cualquier rincón de la sociedad el desarrollismo capitalista expone planes de arrase que anuncian, a veces con demasiada antelación, sus intenciones transformadoras. Incluso cuando su conclusión ha abortado o se ha ralentizado, los resultados son horribles. Muestran visiblemente todo lo que el desarrollismo ya era en esencia.

Diez tesis sobre Chernóbil. Mensaje amistoso al Sexto congreso internacional de Médicos por el impedimento de una guerra nuclear
Günther Anders
La publicación de algún texto clásico, máxime si es inédito, difícil de encontrar o mal traducido, resulta siempre de interés. Después de la catástrofe de Fukushima la opción nuclear ante la crisis energética parece menos creíble, aunque los poderes que dirigen la sociedad hacia el desastre general no la han descartado en absoluto. Por el momento su rentabilidad dudosa es su mayor enemigo, pero todo depende de los desequilibrios del mercado del petróleo y del gas ante una demanda que no puedan colmar. Las tesis de Günther Anders señalan ese otro aspecto de la energía nuclear, el militar, al que se halla ligada la transformación totalitaria del poder, complemento político de la sociedad desarrollista avanzada.

Actualidad de Gustav Landauer [PDF]
José Ardillo
José Ardillo, que acaba de publicar su segunda novela crítica con la idea de progreso, titulada La repoblación (Brulot ed., 2013), recuerda a otro clásico olvidado, Landauer, que vale la pena tener presente. Su preocupación por la preparación positiva de la revolución para acometer «el día de después» con una alternativa clara, ya prevista y probada, no tiene parangón en ningún otro autor libertario. En nuestra perspectiva antidesarrollista su lectura es provechosa e incluso inspiradora. En el proceso revolucionario la destrucción es necesaria, pero no más que la reconstrucción sobre otras bases. La negación o se vuelve creación o reproduce lo caduco.

Noticias breves

Comunicados

Reseñas

[76 págs. 21 x 29,7 cm]

 

#1 – Febrer 2013

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El desarrollismo, como ideología y práctica de una relación social concreta, se asienta en la fe en el «progreso», en el mito liberal del crecimiento ilimitado. ¿Pero qué ha posibilitado ese crecimiento exponencial, ese desarrollo industrial y urbano a toda costa, sino la accesibilidad a un combustible tan barato como lo ha sido hasta hace pocos años el petróleo? El artículo de José Ardillo, «Interrogantes sobre el cenit del petróleo», nos introduce en los cauces y remolinos que el más que probable agotamiento del crudo o peak oil abre tanto en el proceso de acumulación capitalista –dinamitando a la menor oportunidad el mismísimo régimen del «bienestar»– como en cada uno de nosotros. Y lo hace sin tratar de vendernos ilusiones o recetas voluntaristas, lo que es de agradecer. Tampoco es amigo de anteponer escenarios apocalípticos para captar nuestra atención. Muy al contrario, su escrito es capaz de responder a multitud de preguntas simplemente abriendo otras nuevas:

Cuando se habla de cenit del petróleo, ¿de qué se está hablando en concreto? ¿Se refieren a un milagro de la geología o a un comportamiento rutinario de la industria extractiva? ¿Tiene algo que ver con las decisiones de los magnates del petróleo, los ministros de energía, los corredores de bolsa? ¿Se trata de geoestrategia o de quiromancia?

Ardillo, seudónimo de Toni García, cofundó el colectivo ya extinto Los amigos de Ludd, es autor del libro de ensayos Las ilusiones renovables. La cuestión de la energía y la dominación social (Muturrekoburutazioak, Bilbao, 2007) y de la muy congruente novela de anticipación El salario del gigante (Pepitas de calabaza, Logroño, 2011).

El siguiente texto, «Sobre el incendio que ha asolado el Alto Palancia y los incendios en general», viene firmado por el Grupo por la defensa del territorio del Alto Palancia (Segorbe, Castellón). Recordemos que el pasado verano de 2012 cerca de 300.000 hectáreas de arbolado, matorral, monte bajo, pastos y dehesas ardieron en la península: 165.000 en el Estado español y 99.000 en Portugal. Grandes áreas de ecosistemas como los parques nacionales de Garajonay y Teide, en las islas Canarias, el parque nacional de Cabañeros, entre Ciudad Real y Toledo, y una parte del espacio natural de la Serra do Caldeirão, al sur de Portugal, fueron arrasadas por el fuego. Especialmente trágicos fueron los incendios de Cortes de Pallás y Andilla, localidades valencianas en las que se calcinaron alrededor de 50.000 hectáreas, y los del Alt Empordà y La Jonquera, en Girona, que devastaron unas 14.000. Los autores de este trabajo colectivo enuncian con claridad y sentido crítico las causas más probables de dicha catástrofe; a saber: la degradación y transformación de los bosques y de la vida rural, que entre otras lindezas ha sustituido el monte mediterráneo por inmensos polvorines de pino, la magnificencia técnica de las tareas de extinción (Protección Civil, Unidad Militar de Emergencias, etc.) frente a las prácticas colectivas tradicionales, desechadas de inmediato pese a ser el resultado histórico de un conocimiento muy profundo del entorno, o los impedimentos que el proteccionismo estatal ingenia con tal de dificultar que los afectados consideren por sí mismos si defender sus hogares y sus cordilleras merece el arrojo. El Grupo por la defensa del territorio del Alto Palancia ha escrito con anterioridad otros trabajos sobre proyectos de infraestructuras que amenazan a esta comarca, como el Corredor Mediterráneo (TAV) o el almacenamiento geológico de co2.

La gestión «público-privada» de los montes, del muy mermado ámbito rural o de grandes amasijos urbanos mal llamados ciudades es el tema que ocupa otro texto colectivo de compañeros de Alicante, Alcoi, Valencia, Albacete y Barcelona y de nuevo centrado en una parte del este peninsular: «La ETCV (Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana)». ¿Y de qué trata? Contextualicemos… Una vez aprobados los Estatutos de Autonomía, recogidos en la Constitución española de 1978, la ordenación del territorio pasó a ser competencia de las comunidades autónomas, tanto la legislación como los instrumentos. La implantación de normativa de ordenación territorial se prolongó de 1987 a 2001, resultando finalmente una burocracia muy ambigua y de difícil aplicación. Aunque todas las autonomías cuentan con legislación específica de ordenación del territorio, sólo algunas han aprobado algún instrumento de ordenación de carácter general para el ámbito regional, otras lo han propuesto varias veces y por el momento no lo han aprobado y otras están actualmente en trámite de formulación. A todo esto hemos de añadir el creciente número de instrumentos de carácter sectorial o subregional ya aprobados o iniciados. Durante la última década se están incorporando herramientas de uso cada vez más generalizado en toda Europa, siguiendo el modelo de la Estrategia Territorial Europea 2020 (ATE 2012), los sistemas de Información Geográfica (GIS, Geographic Information System) o la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), entre otros muchos. Es en este marco que nace la ETCV. El artículo de No i punt explica qué es y qué pretende esta maniobra de gobierno «integral» orquestada desde arriba. En boca de estos cuervos negros:

La evolución reciente de la realidad económica y social en los territorios avanzados, y sobre todo la crisis económica y sus secuelas, han puesto de manifiesto la importancia que tiene el factor territorial como activo no deslocalizable de competitividad económica […] el territorio importa más que nunca y sólo aquellas [sociedades desarrolladas] que sepan utilizarlo de forma racional, como factor de competitividad y diferenciación en el mercado global, saldrán de este periodo crítico en posiciones de ventaja.

En fin…

«Cap on va el moviment agroecològic?» inaugura un pequeño bloque dedicado a los interrogantes, contradicciones y dificultades con los que suelen topar quienes apuestan por adentrarse en proyectos «en positivo» –muy necesarios, por otra parte. Es el caso de los sectores más críticos de la producción y el consumo de alimentos ecológicos y de algunas colectividades y centros sociales okupados del ámbito «rurbano» y rural. Guillem Tendero, agitador ecosocial, habitante y parte del proyecto social de Can Masdeu, integrante del ya desaparecido colectivo Transgènics Fora!, organizador junto al que redacta estas líneas del Cicle de pensament i lluita antindustrial (enero-junio 2010, Barcelona), miembro de la Aliança per la Soberania Alimentària de Catalunya (ASAC!), etc., repasa en este primer texto los orígenes del movimiento agroecológico a nivel global, y en Cataluña en concreto, destaca algunas iniciativas surgidas en esta orilla del mundo a partir de 2002 y señala los límites más claros del movimiento que promueve la lucha por la soberanía alimentaria. En «Tornar al camp», Rafa, un compañero de Alcoi involucrado en la recuperación de saberes agrícolas, insiste en las limitaciones a las que se refiere el anterior artículo a la vez que introduce una nueva problemática:

Amb l’increment de les contradiccions del sistema capitalista com la superpoblació de les conurbacions, els nivells de contaminació, la vacuïtat de la vida a la ciutat i especialment, amb la situació de crisi econòmica i els índexs d’atur, un panorama de ruralització o èxode urbà durant les pròximes dècades sembla bastant versemblant. Sobre el possible potencial transformador d’un moviment organitzat que apunte en aquesta direcció es recolzen, de forma distinta, corrents com l’antidesarrollisme o el decreixement. Passant per alt les diferències (en alguns aspectes irreconciliables) que separen aquests moviments, pensem que en general no han parat prou atenció al que per a nosaltres seria una idealització del món rural: d’una banda la idea de que una tornada a lo rural és en si mateixa un fet revolucionari; d’una altra la concepció de lo rural com espai disponible per al goteig de persones, en la mesura que prenguen consciència de la insostenibilitat urbana.

¡Ahí es nada! Y a modo de colofón, Miquel Amorós, una de las dos personas que impulsamos Argelaga, recoge el testigo y deja constancia de sus impresiones en forma de ocho notas breves en «El dret al territori».

A continuación se abre un nuevo apartado dedicado a infraestructuras. En primer lugar «Capital viento. Por qué las centrales eólicas», que recoge una aclaradora charla de Miquel al respecto celebrada dentro del Cicle «antidesarrollista» en defensa del territori (abril-mayo 2012, Barcelona), y en segundo lugar «Más allá de la fractura hidráulica», de la Asamblea contra el fracking de Bilbao (Bilboko fracking-aren aurkako asanblada). Sobre las eólicas industriales más o menos todo el mundo tiene unas nociones básicas de cómo funcionan, quizá demasiado básicas, pero la fractura hidráulica o fracking ¿qué es? Muy brevemente… Fracking es un término anglosajón para referirse a la técnica de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional. El procedimiento consiste en la extracción de gas mediante la fracturación de rocas de pizarra o de esquisto, que son rocas de baja porosidad y baja permeabilidad. Para extraer el gas atrapado en la roca se perfora entre 400 y 5.000 metros en vertical y después entre dos y cinco kilómetros en horizontal. Entonces se inyecta un 98% de agua con arena –miles de litros– y un 2% de aditivos químicos a gran presión –unos 560, entre los que se encuentran algunos cancerígenos, mutágenos y disruptores hormonales. Esto hace que la roca se fracture y el gas se libere y ascienda a la superficie a través del pozo. El proceso se repite unas dieciocho veces a lo largo de la veta de roca rica en gas. Entre un 15 y un 85% de la mezcla inyectada vuelve a la superficie y se almacena en balsas al aire libre hasta su posterior tratamiento, pudiendo contener capas de pizarra o de esquisto. Es muy común que estas rocas contengan metales pesados como mercurio y plomo así como radio y uranio, altamente radioactivos. Entre los impactos asociados a esta técnica se encuentran un gran despilfarro de agua, contaminación de aguas subterráneas y superficiales, contaminación de tierras, contaminación atmosférica, emisión de gases de efecto invernadero (metano) y generación de pequeños seísmos, además de impactos sobre el paisaje, ruidos, etc.

Volviendo de nuevo a los textos, tanto el de Amorós como el de los compañeros de Bilbao analizan estas infraestructuras a la sombra de la actual crisis económica, que es en realidad consecuencia de –a la vez que disfraza– una crisis de mucho mayor alcance: ecológica, energética y alimentaria. Tengamos en cuenta que entre 2007 y 2008 el precio del barril de petróleo alcanzó los 145 dólares tras un vertiginoso aumento del 400% en seis años. Esto hizo tambalear el mercado mundial del transporte y, como consecuencia, también el transporte de alimentos. El aumento del precio del petróleo, unido a la demanda creciente de biocombustibles en los países desarrollados, al aumento del costo de los fertilizantes –derivados del crudo– o a la pujante clase media asiática –que reemplaza a la «ciudadanía» occidental en su exigencia de mayor variedad de alimentos y más carne en sus dietas, por lo tanto un mayor consumo de recursos agrícolas–, provocó un incremento generalizado del precio de los alimentos en todo el mundo, generando así una crisis alimentaria en las regiones más pobres del planeta (Malawi, Zambia, Zimbawe…), además de inestabilidad política y explosiones sociales en varios países (Haití, Egipto, Indonesia, Bangladesh, India…). Fue en verano de 2008, considerado oficialmente el periodo de estallido de «la crisis», que el sistema financiero global entró en fallida infectado por la quiebra del sistema financiero norteamericano, estrechamente ligado desde los años cincuenta del pasado siglo al expansionismo urbano, mercantil y agroindustrial. Pero esta crisis multifactorial, de estructura, civilizatoria, no se limita únicamente al petróleo. El gas natural también está en las últimas en muchos lugares y su pico de producción no sucederá mucho después que el del crudo, lo cual explica la emergencia de la gran industria energética y de muchos gobiernos con respecto a la explotación del gas no convencional.

Aunque el antidesarrollismo y la defensa del territorio es el eje central de esta revista, pues entendemos que la expansión tecnoindustrial es de «vital» importancia para que el capitalismo se desarrolle y enraíce en el cuerpo social, no por ello dejaremos de lado otras consideraciones y otros combates contra este cáncer. En todo caso no son cuestiones que se den por separado. En esta ocasión nos hacemos eco de algunos debates que giran en torno a la lucha contra el patriarcado, por un lado, y que aparecen en el seno mismo de la lucha contra las prisiones, por otro. En «De feminicidios y construcciones de la mujer» Guiomar Castaños, una compañera en varias batallas, señala la deriva retrógrada que está tomando en los últimos años cierta crítica al feminismo –así, grosso modo, sin distinguir entre sus muchas acepciones. Guiomar, muy lejos de adentrarse en controversias maniqueas, deja claro que para que la reflexión sobre las viejas y nuevas formas de dominación vaya realmente a la raíz es necesario analizar bien qué ideas se manejan y no dar por buenos esquemas que forman parte de la historia de la dominación. «Campañismo y anticampañismo. Crítica de la ideología presista» es un documento de la asamblea de solidaridad de Valencia, en el que este colectivo, curtido en la barricada anticarcelária, muestra su postura frente a lo que llaman campañismo:

la idea de campaña publicitaria, destinada solamente a que se hable de algo, a llamar la atención por un momento, instando a comprar algo, pero sin mayor compromiso. O la idea de campaña electoral, pidiendo el voto para un partido o para un sindicato; un gesto tan trivial, tan fácil, tan conformista, tan intrascendente, que no puede ir acompañado más que de una reflexión superficial, porque las reflexiones políticas profundas, en esta época miserable, hacen daño y, si lo piensas de verdad, no solamente no votas sino que quizá tendrías que hacer algo drástico.

Aprovechamos la ocasión para informar de que a partir del próximo mes de mayo se celebrará en la Audiencia Provincial de Barcelona un juicio a trece carceleros imputados por torturas a raíz del motín de Quatre Camins en 2004. También queremos recordar a Agustín García Calvo, que falleció el pasado 1 de noviembre de 2012. Sin sus innumerables coloquios, poemas, canciones, obras de teatro… Sin su NO al Estado, al Dinero, al Trabajo, al Desarrollo, parte de esta revista hubiera sido imposible.

Sin más, que la lectura sirva de revulsivo.

[64 págs. 21 x 29,7 cm]

 

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