Al menos cuatro presos de la Prisión Estatal de Georgia en Reidsville están en huelga de hambre. Exigen el fin del Programa de Niveles (Tier Program), un sistema usado para conceder y negar privilegios a los presos. Para entender por qué esto es importante, aquí un poco de historia:
En 2010, miles de presos en toda Georgia, EEUU comenzaron una huelga de hambre, negándose a abandonar sus celdas o a cooperar con la prisión de cualquier manera. El esfuerzo sobrepasó las líneas de raza y bandas, con grupos normalmente rivales trabajando juntos. Se encontraron con represión y violencia, pero la resistencia se extendió a más prisiones a través de la comunicación con teléfonos de contrabando. Se convirtió en noticia internacional.
Incapaces de contener la situación, los funcionarios de la prisión identificaron a los supuestos ‘líderes’ del levantamiento y los trasladaron a la Prisión Estatal de Jackson. Allí fueron encerrados en condiciones muy restrictivas – casi sin visitas, llamadas o atención médica.
En 2012, esos presos en Jackson comenzaron una huelga de hambre en protesta por las condiciones restrictivas. Eran menos que en el 2010, pero consiguieron atención y al final forzaron a los funcionarios de la prisión a sentarse y negociar con ellos para mejorar las condiciones.
Como uno puede imaginarse, los funcionarios estaban preocupados de una población carcelaria que sentía que podía exigir. Así que desde 2012, han tomado medidas para prevenir más resistencia. Entre ellas la clave es el uso del Programa de Niveles (Tier Program). Funcia con eficacia como un sistema de justicia penal irresponsable y arbitrario dentro de la propia prisión. A los presos incluídos en el programa se les asigna un nivel (tier): 1, 2 o 3. Cuanto más alto sea el nivel, más restrictivas y duras son sus condiciones. El preso debe entonces obedecer y cooperar con los funcionarios hasta que decidan bajar al preso al siguiente nivel.
Kelvin J. Stevenson, uno de los presos en huelga de hambre, describe las condiciones en el Nivel 2 así, “Las celdas están sucias e infestadas de insectos y ratones. Los estafilococos y la sarna están constantemente presentes y al personal médico le da igual si vivimos o morimos. […] Vivimos las 24h al día recibiendo la mitad de la porción de comida, malnutriendo deliberadamente a los presos hasta la sumisión. Cuando ves a los presos alojados aquí, ¡puedes ver claramente que están malnutridos!.”
El Nivel 3 es el más restrictivo y equivale efectivamente al régimen de aislamiento. Kelvin pasó un tiempo en la Unidad de Administración Especial del Nivel 3, y lo llama tortura, con el propósito de “destruir el ser mental, espiritual y físico” de los presos. Se sabe que los presos han pasado periodos de muchos meses seguidos en el Nivel 3.
Recientemente un hombre que iba a ser pronto incluído en el programa se suicidó, y ha habido varios casos de otros intentos sólo en este año.
El Programa de Niveles es aparentemente usado para castigar a aquellos que cometen violencia grave dentro de la prisión, o están involucrados en el crimen organizado de dentro. Pero cada vez más está siendo utilizado para perseguir a cualquiera que los funcionarios de la prisión teman que pueda promover la disidencia. Kelvin, quien se identifica como anarquista, escribe, “Todo preso que sea parte de una organización con cualquier tipo de base política o religiosa o cultural es arbitrariamente validado como un miembro de una banda, y esto se usa para justificar su inclusión en el programa.” El preso en huelga de hambre Travis King escribe, “Se nos mantiene en el programa si nos quejamos. Creo que voy a estar en el programa incluso por más tiempo debido a esta carta pero la gente allí afuera tiene que saber por lo que estamos pasando tras estos muros.”
En 2012, Kelvin fue golpeado gravemente con un martillo por los guardias durante el levantamiento de los presos. Cinco años más tarde, está de nuevo poniendo en riesgo su salud para resaltar el sistema brutalmente efectivo que las prisiones están utilizando para detener que la siguiente chispa de rebelión prenda.
Internacionalmente, la coordinación y solidaridad entre presos está aumentando, generalizando los teléfonos ilegales y activistas desde afuera circulando información. Desde Ohio hasta Atenas, parece que cada día está apareciendo más resistencia en las cárceles. Los huelguistas de hambre de Reidsville reconocen que si estos esfuerzos se extienden y crecen, los sistemas como el Programa de Niveles deben de ser reconocidos y destruidos.
Puedes encontrar cartas y grabaciones de los huelguistas de hambre en
http://atlanta.indymedia.org
Puedes escribirles una carta a las direcciones siguientes:
Kelvin J. Stevenson #570391
LaDarius Colbert #1000145093
Travis King #1016866
GSP-2164 GA. Hwy 147
Reidsville, GA 30499
SOLIDARIDAD CON LOS PRESXS EN LUCHA EN TODO EL MUNDO
¡ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES!
Colaboración recibida, y traducida de la noticia original:
https://anarchistnews.org/content/anarchist-resistance-georgia-prisons-continues
http://www.nodo50.org/cna/?p=3776#more-3776
Anarchist Resistance in Georgia Prisons Continues
At least four prisoners in the Georgia State Prison in Reidsville are on hunger strike. They demand an end to the Tier Program, a system used to grant and withhold privileges from prisoners. To understand why this is significant, here’s some history:
In 2010, thousands of prisoners across Georgia, USA went on strike, refusing to leave their cells or cooperate with the prison in any way. The effort crossed race and gang lines, with normally rival groups working together. They were met with repression and violence, but resistance spilled into more prisons through communication over smuggled phones. It grew into international news.
Unable to contain the situation, prison officials identified the supposed “leaders” of the uprising and transferred them to Jackson State Prison. There they were held under very restrictive conditions – almost no visits, calls, or medical attention.
In 2012, those prisoners in Jackson started a hunger strike in protest of the restrictive conditions. They were fewer than in 2010, but gained attention and ultimately forced prison officials to meet and negotiate with them to improve conditions.
As one might imagine, officials were worried by a prison population that felt it could make demands. So since 2012, they have taken steps to prevent further resistance. Key among these is their use of the Tier Program. It effectively functions as an unaccountable and arbitrary criminal justice system within the prison itself. Prisoners placed on the program are assigned a tier: 1, 2 or 3. The higher the tier, the more restrictive and harsh their conditions are. The prisoner must then obey and cooperate with officials until they decide to move the prisoner to the next lower tier.
Kelvin J. Stevenson, one of the hunger strikers, describes the conditions in Tier 2, “Cells are filthy and infested with insects and mice. Staph and scabies are constantly present and medical staff care less whether we live or die. […] We live 24 hours a day receiving half portion food trays, thus deliberately malnourishing the prisoners into submission. When you look at the prisoners housed here, you can clearly see that all are malnourished!”
Tier 3 is the most restrictive, and effectively amounts to solitary confinement. Kelvin spent time in the Tier 3 Special Management Unit, and calls it torture, intended to “destroy the mental, spiritual, and physical being” of prisoners. Prisoners are known to spend stretches of many months at a time on Tier 3. Recently one man who was soon to be placed on the program committed suicide, and there have been several other attempts just this year.
The Tier Program is ostensibly used to punish those who commit serious violence while in jail, or are involved in organized crime inside. But increasingly, it’s being used to persecute anyone who prison officials fear could promote dissent. Prison officials use the program to punish those they suspect of organizing or sowing discontent. Kelvin, who identifies as an anarchist, writes, “Any prisoner who is a part of an organization with any form of political or religious or cultural background is then arbitrarily validated as a gang member, and this is used to justify his placement in the program.” Hunger striker Travis King writes, “We are kept in the program if we complain. It is of my opinion that I’ll be in this program even longer for this letter but people on the outside must know what we go through behind these walls.”
In 2010, Kelvin was beaten severely with a hammer by guards during the statewide uprising. Five years later, he is risking his health again to highlight the brutally effective system that prisons are using to keep the next spark of rebellion from catching.
Internationally, coordination and solidarity between prisoners is increasing, with illegal phones becoming widespread and activists on the outside circulating information. From Ohio to Athens, it seems more prison resistance is appearing every day. The Reidsville hunger strikers recognize that if these efforts are to spread and grow, systems like the Tier Program must be recognized and destroyed.
Letters and recordings from the hunger strikers can be found at http://atlanta.indymedia.org
They can be written at the following addresses:
Kelvin J. Stevenson #570391
LaDarius Colbert #1000145093
Travis King #1016866
GSP-2164 GA. Hwy 147
Reidsville, GA 30499
http://anarchistnews.org/content/anarchist-resistance-georgia-prisons-continues